tag:blogger.com,1999:blog-38153372099632171662024-03-05T21:32:27.237-08:00EL TIRADOR MELANCOLICOPepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.comBlogger1087125tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-51266698929639458942023-12-08T16:25:00.000-08:002023-12-08T16:25:36.302-08:00IN-SEASON TOURNAMENT, PRIMERA PÁGINA EN UNA NUEVA HISTORIA<p><b> </b></p><p><b><br /></b></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdz6vwF3iFYKpOLq_ekTjnDbjhTaSffaYt4PNO3pygD2NgRdj6_2ynEg59mZ-LKzt3zmLrFN6z94XyFsQ0MrURtl06KL51M3TeObAUIeqxLQ1iOYEa0juj4lFVL9SFHR4nGYVXglWAYm9P7WRCjcKckeZhyphenhyphennqGr5HHZ8XBAWYO2BskwZYHCaYM2S9c-2E/s800/AO4WN3KR3ZGVNAFZF6C5CVJHDM.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdz6vwF3iFYKpOLq_ekTjnDbjhTaSffaYt4PNO3pygD2NgRdj6_2ynEg59mZ-LKzt3zmLrFN6z94XyFsQ0MrURtl06KL51M3TeObAUIeqxLQ1iOYEa0juj4lFVL9SFHR4nGYVXglWAYm9P7WRCjcKckeZhyphenhyphennqGr5HHZ8XBAWYO2BskwZYHCaYM2S9c-2E/s320/AO4WN3KR3ZGVNAFZF6C5CVJHDM.jpg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq6tYIw7nE5W6kochQos3L8WU7iuzOlf3pjWDf6-dis3POePI9OpopsmjO6hTb4ZSPbFIBddcEMeSRfKP6lTJDChv-Tz4PCY3BLU2bfQ4doo0JjXswybpqr35FSVhzfkJ8v6_W7wIz4j-nMPhSeGAHJ9pWee9BkG8N0oh-QccDdWSApn_F47Xr2za3gcX8/s1600/usatsi_19944633_168388303_lowres.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq6tYIw7nE5W6kochQos3L8WU7iuzOlf3pjWDf6-dis3POePI9OpopsmjO6hTb4ZSPbFIBddcEMeSRfKP6lTJDChv-Tz4PCY3BLU2bfQ4doo0JjXswybpqr35FSVhzfkJ8v6_W7wIz4j-nMPhSeGAHJ9pWee9BkG8N0oh-QccDdWSApn_F47Xr2za3gcX8/s320/usatsi_19944633_168388303_lowres.jpg" width="320" /></a></div><br /><b><br /></b><p></p><p><b><br /></b></p><p></p><p class="MsoNormal"><b>No ha quedado mala final para la primera edición del
In-Season Tournament, personalmente hubiera preferido un Milwaukee-Lakers por
ver un Anteto vs. LeBron que, cosas mías, son posiblemente los dos jugadores
actuales a los que tengo más aprecio y simpatía (con LeBron son ya 20 años,
claro), curioso que siendo Indiana quizás el estado más devoto de este deporte,
algo así como la Lituania de Estados Unidos, su único equipo de baloncesto
profesional nunca ha ganado la NBA, aunque fuera la franquicia más laureada de
la extinta ABA (ganaron tres ediciones de las nueve disputadas en aquella liga
tan loca y peculiar) y si han campeonado en la conferencia Este, en el año
2000, perdiendo las finales por el anillo precisamente ante los Lakers de Shaq
y Kobe que comenzaban así su particular trilogía de tres títulos consecutivos
antes de que la lucha de egos entre el pívot y el escolta provocase la salida
de O'Neal hacia Miami después de perder las finales de 2004 ante Detroit (¡ay,
qué tiempos aquellos para la MoTown!), curiosamente el primer título ABA de
Indiana Pacers fue ante un equipo angelino, los Stars, que acabarían
asentándose años después en Utah. Otra curiosidad sobre Indiana, o más
concrétamente su capital, Indianapolis, sede de los Pacers. El único mundial de
baloncesto disputado en Estados Unidos fue en esa ciudad, en el año 2002, con
aquel triste (para ellos) partido de cuartos de final ante lo que todavía se
llamaba Yugoslavia (aunque eran todos serbios, excepto creo el montenegrino
Drobjnak) en un Conseco House con más aficionados balcánicos que
estadounidenses en las gradas. Ni el misticismo de Indiana consiguió que
Estados Unidos pudiera tomarse un serio un torneo internacional de selecciones
que no fueran unos Juegos Olimpicos. Sobre estos Indiana, posiblemente sea el
equipo más atractivo de ver ahora mismo, los herederos (salvando todas las
distancias) del baloncesto de ritimo alto y tiro rápido en cualquier situación
buena, sin necesidad de juego interior, más allá de Turner, pero con unas
posibilidades en bases y aleros superior a cualquier otro equipo. Por encima de
todo Halliburton, claro, un killer capaz de reventar partidos, producir
estadísticas, y cargarse a los presuntamente dos mejores equipos del Este,
Boston y Milwaukee, pero también un jugador que mejora todo lo que tiene a su
lado... podemos tomar el caso de Obi Toppin, otro jugador totalmente distinto
al que era en Nueva York cuando se ha puesto al lado de Halliburton... y en
sentido inverso, el caso de un Chris Duarte que ni por asomo en Sacramento
recuerda al jugador que sorprendió en Indiana. Y por supuesto el otro gran
nombre es el de Rick Carlisle, uno de esos ejemplos de "adaptación al
medio", ya no es cuestión de recordar una de las carreras más exitosas en
los banquillos NBA cuyo punto culminante es el anillo con Dallas en 2011,
frustrando el primer asalto al título del Miami de LeBron, Wade y Bosh, es que
simplemente podemos recordar su anteior etapa en Indiana, aquel 2004 con el
mejor record de la temporada (61-21) cayendo en finales de conferencia ante los
Pistons a la postre campeones y aquello era un baloncesto totalmente distinto,
granítico, espeso, duro, de músculo atrofiado donde la muñeca de Reggie Miller
era como una flor capaz de crecer en medio del cemento... eran los últimos años
del hormigón armado, cuyo epílogo sería meses después. Si la matanza de Cielo
Drive por parte de la Familia Manson fue el fin del "sueño
americano", la trifulca en Noviembre de 2004 en el Palace de Auburn Hills
entre Detroit e Indiana, fue el paroxismo de un baloncesto que ya resultaba
insoportable y que sólo pueden reivindicar nostálgicos de escaso criterio que
(quizás afortunadamente, y allá ellos), dejaron de seguir este bendito deporte.
Carlisle fue testigo de primera mano, todavía en el banquillo de Indianapolis.
y habiendo comandado dos años antes el de los de Michigan. Eso era Carlisle,
aquel Este puro y duro de Riley convertido al lado oscuro primero en Nueva York
y posteriormente en Miami. Ni hablar de "showtime". Nada que ver con
estos Pacers actuales que lideran la NBA en todas las estadísticas ofensivas,
empezando, claro, por puntos por partido, nada menos que 128.4, pero ojo que en
una liga tan constricta en este tipo de números, sacarle casi seis puntos a los
segundos (los 122.7 de Atlanta) es una burrada. De hecho te tienes que remontar
a la diferencia entre Houston en el puesto 25 (110.1 puntos por partido) y
Detroit en el 26 (108.8) para encontrar la siguiente mayor difrencia, 1.3
puntos por partido... Indiana lidera sacándole 5.7 puntos por partido al
segundo equipo más anotador. Encajan 119.9, claro, el tercer peor equipo
encajando puntos, aunque su net rating, la difrencia de ratio entre ataque y
defensa, novenos con +3.4. Horribles en el rebote, penúltimos, sólo Washington
rebotea menos que ellos. Y con todo sigue siendo el equipo que más apetece ver.
Porque además verlos obliga a olvidar a esos números atrás, porque no conceden
nada, porque encajan y pierden rebotes pero los luchan. Por eso nadie les ha
echado de la pista, excepto Boston en la cuarta jornada, con esa escandalosa
derrota por 51 puntos (en un partido en el que no estaba Halliburton, por
cierto), el resto de sus ocho derrotas ninguna se ha ido por más de la decena
de puntos. <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Sobre Lakers, bueno, está LeBron, y ya sólo eso me hace
tifar por ellos. Son 21 años así. Independientemente del hype de su llegada,
sólo comparable que yo pueda recordar al de Wembanyama, a mí un tío me gana
cuando, valga la redundancia, literalmente me gana. Los primeros play offs de
LeBron en 2006 ya eran un aviso, nos lleva a siete partidos a aquellos Pistons
que nos sabíamos de memoria (Billups- RIP Hamilton-Prince-Rasheed-Big Ben) Al
año siguiente nos pasa por encima. Con 2-2 en el quinto partido nos mete 48
puntos, y a mí sólo me queda rendirme ante el Rey. Es cuando juega sus primeras
finales, en las que San Antonio les barren, pero nos deja esa foto con Tim
Duncan abrazándole y diciéndole algo así como “tranquilo, te vas a hartar de
jugar finales”. Y así ha sido durante más de dos décadas aguantando un “haterismo”
incomprensible. Nunca he visto un jugador de una calidad semejante que ante
cualquier nueva hazaña alguien la pusiera en duda, hablase de Jordan, de la
escasa calidad de las defensas, o cualquier argumento de trampas al solitario
que quien quiera pueda hacerse para negar la realidad palmaria de que cada día
que LeBron James pisa una cancha de baloncesto asistimos a historia de este
deporte. ¿Qué sentido tiene ponerse en ese bando negacionista?, ¿qué más tiene
qué hacer este señor para ganarse algo parecido a un respeto unánime, a un
consenso cuándo su juego y carrera no ofrece dudas para cualquiera que tenga
ojos y cerebro?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Y bueno, finalmente llegan a la final los dos equipos que se
clasificaron como primeros para la ronda final de este novedoso torneo, y ambos
con matices diferentes. Lo de Indiana ha sido consecuencia de su juego, jugando
como lo están haciendo ese, primero 3-0 que les clasificaba matemáticamente
como primer equipo del Este en hacerlo, y luego 4-0 para hacerlo como primero
de grupo con factor cancha, no debería sorprender. Consecuencia de un juego y
de un proyecto ya consolidado (ahí están los pocos minutos de su rookie
estrella, Jarace Walker… pero es que los años en los que fogueaban a los
jóvenes ya pasaron, y ahora que se suba quien pueda, como supo subirse Mathurin
una temporada pasada en la que hasta las últimas jornadas tuvieron opciones de
play-inn, y así es como crecen los jugadores, no acostumbrándoles a perder por
30 puntos en base a insoportables reconstrucciones y “process” que tanto
estamos sufriendo desde hace años los seguidores de Detroit), mientras que
Lakers, con idéntica trayectoria (primer equipo del Oeste en ponerse 3-0 y
asegurar pase a cuartos, y posteriormente cerrar invictos), han sabido
seleccionar esos partidos en el calendario, alternando esas cuatro victorias con
derrotas por paliza ante Philadelphia u Oklahoma City. Hoja de ruta de un
equipo veterano que sabe dosificarse y reservarse para las grandes citas,
porque desde luego no tienen el futuro de Indiana.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Lo dicho, no ha quedado mala final para la primera edición
del enésimo nuevo invento de la mejor liga del mundo.</b><o:p></o:p></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-39958339522456916052023-07-08T13:24:00.006-07:002023-07-08T13:25:28.426-07:00EL VIAJE DE JOKIC<p><b> </b></p><p><b><br /></b></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Cuando Nikola Jokic era elegido en el draft de 2014 en
las profundidades de la segunda ronda absolutamente nadie podía haber
pronosticado que Denver se hacía con los derechos de un doble MVP de temporada
y un MVP de finales (y de finales de conferencia) en el primer anillo en la
historia de la franquicia de Colorado. El puesto 41 con el que fue seleccionado
era de tan escaso interés que mientras se anunciaba su nombre la ESPN, cadena
encargada de retransmitir el evento, pasaba unos comerciales por las pantallas
de los hogares estadounidenses, en concreto de la franquicia de “fast food”
Taco Bell, como si fuera la primera broma del bautizado Joker (ocurrencia del
ya retirado Mike Miller, quien en sus últimos años de carrera coincidió con el
genio serbio y al parecer le resultaba más fácil llamar a su compañero como el
villano de Batman que con su apellido balcánico) Y es que además de una mente
privilegiada para leer cualquier defensa rival, una de las primeras
características que definieron al jugador de Sombor fue la de su adicción a
ciertos productos alimenticios de dudosa idoneidad para un deportista de élite,
especialmente la Coca-Cola, de la cual llegó a consumir la ingente cantidad de
tres litros al día. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>El desembarco de europeos en la NBA en los últimos
tiempos, una vez echada abajo la puerta gracias a los Sabonis, Petrovic, Marciulionis
y Kukoc en la década de los 90, ha conocido dos vertientes desde la que han
llegado algunos de los grandes dominadores en el siglo XXI. Por un lado los que
venían con cierto “hype”, muy justificado en ocasiones (Pau Gasol, número 3 en
2001 después de poner la ACB a sus pies… Luka Doncic, también 3 en el 18 tras
llevar a Eslovenia a ganar un Eurobasket o al Real Madrid al título europeo… y
por supuesto Victor Wembanyama, previsible número 1 de 2023 sin el currículo de
los anteriores pero llevando el concepto de “unicornio” varios niveles más
allá), y en otras incomprensible (el segundo puesto de Darko Milicic en 2002
como mayor ejemplo y oprobio histórico para una franquicia del pedigrí de
Detroit Pistons), por otro los “tapados”, jugadores desconocidos ya no sólo
para el aficionado estadounidense sino incluso para el europeo, exóticas
apuestas para mayor gloria del “scout” con buen ojo. Un Tony Parker que no
pasaba de ser una promesa del basket francés (número 28 en 2001), o los
Nowitzki (número 9 en el 98) o Antetokounmpo (elegido el 15 en 2013) quienes
siquiera llegaron a debutar en la primera división de sus países de origen.
Jokic pertenecería a este segundo grupo, al de tesoros ocultos, pero todavía
más allá ya que nunca en la historia un jugador seleccionado en una ronda tan
baja ha sido el mejor jugador de unas finales ni ha ganado dos MVPs
consecutivos de temporada regular. Jokic, buen jugador en unas selecciones
inferiores serbias habitualmente lideradas por Vasilije Micic (coincide con el
base del Efes en el mundial sub19 cayendo en la final ante unos Estados Unidos
liderados por Jahlil Okafor y su actual compañero en Denver, Aaron Gordon, MVP
de aquel torneo… y donde por cierto también figuraban actuales ACB como Mike
Tobey y Nigel Williams-Goss) ni siquiera era un dominador en torneo de
formación para jugadores europeos nacidos a mediados de los 90, como si lo eran
los Saric, Vezenkov o el citado Micic. Tampoco su escaparate a nivel de clubes
parecía el mejor, aunque con los años el Mega Basket de Belgrado ha adquirido
un merecido aura de escenario para jóvenes “prospects” (Micic, Zubac, Vitadze…
algunos ejemplos de jugadores que progresaron vistiendo esa camiseta, o incluso
su actual compañero el esloveno Cancar) <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>A finales de 2012 y después de haber llamado la
atención de los cazatalentos serbios por sus actuaciones en categorías
inferiores en el Vojvodina Srbijagas de Novi Sad, ficha por el Mega para
debutar en la máxima categoría de la liga serbia y posteriormente en la
unificada liga adriática. La temporada 2013-14, antes de presentarse al draft
de la NBA, acaba con unas buenas medias de 11.4 puntos, 6.4 rebotes y 2.5
asistencias en 25 partidos de la ABA, nada mal para un chaval de apenas 19 años
sobre quien sigue sospechando la duda de sus condiciones físicas, alejadas del
estándar musculado habitual en las zonas del baloncesto profesional. Repasar
los 40 jugadores elegidos antes de escuchar pronunciar su nombre (cosa que ni
el propio jugador hizo puesto que estaba felizmente durmiendo y fue uno de sus
hermanos quien le despertó posteriormente para darle la noticia) resulta harto
absurdo como miope la gerencia de muchas franquicias, pero para entender cuál
era la confianza real en las posibilidades de Jokic si es justo recordar que
Denver en la misma noche se hace con los servicios de la elección número 16 del
draft, precisamente otro pívot europeo con quien comparte una curiosa relación
de vidas paralelas (y oficialmente el jugador más pesado de la NBA sólo por
delante de curiosamente Jokic), el bosnio Jusuf Nurkic, y quien si parecía una
apuesta segura para la pintura de Denver (un año mayor que el serbio y con
experiencia, aunque breve, en Euroliga)<o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH02qnzRo0UqsADsbpOVNjomvbwcKNMxnE5M0V2b-CpeAbAqs5PJYxkccHPXM51Mfrn3NZZMsLnuOjn4FRlPnDBBoKvGFq15vxwmGIL5DunoFkqzArMGyMIjKqDShdjwvdV790s_tDKs_OPxGsWMRN62w5u9qvp3dGXdfoHJnPOsQudI1tzYAxLnrrExql/s1920/nurkic-jokic_3mwumuzic2r61r9a8jhpwv1bv.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH02qnzRo0UqsADsbpOVNjomvbwcKNMxnE5M0V2b-CpeAbAqs5PJYxkccHPXM51Mfrn3NZZMsLnuOjn4FRlPnDBBoKvGFq15vxwmGIL5DunoFkqzArMGyMIjKqDShdjwvdV790s_tDKs_OPxGsWMRN62w5u9qvp3dGXdfoHJnPOsQudI1tzYAxLnrrExql/s320/nurkic-jokic_3mwumuzic2r61r9a8jhpwv1bv.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Nurkic y Jokic, vidas paralelas, caminos separados.</td></tr></tbody></table><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /><b><br /></b></span><p></p><p class="MsoNormal"><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Nurkic daría el salto inmediato a la NBA, haciéndose
de inmediato un sitio en la rotación de Brian Shaw jugando unos considerables
17.8 minutos en 62 partidos. Jokic, por su parte, explotaba en la ABA, acumulando
MVPs jornada tras jornada hasta ser coronado el mejor jugador de la liga
adriática con sus 15.4 puntos, 9.3 rebotes y 3.5 asistencias de media, y
llevando al Mega de nuevo a su techo de semifinales.</b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>La temporada 2015-16 abría un nuevo ciclo para la
franquicia de Denver, empezando por la llegada de Michael Malone, actualmente
el cuarto entrenador con más temporadas seguidas en el mismo banquillo sólo por
detrás de tres vacas sagradas como son Popovich, Spoelstra y Kerr. La
convivencia entre Jokic y Nurkic quedaba falseada por la lesión de rodilla de
Nurkic, que abría más hueco en la rotación para Jokic, en una posición muy
abierta en aquel momento en el roster de Malone (Lauvergne, J.J. Hickson y un
Kenneth Faried alternando los puestos de 4 y 5 eran los otros rivales a la par
que compañeros para la posición de pívot) El siguiente curso sería definitivo,
Jokic explotaría pasando de los 10 puntos de su curso “rookie” a 16.7, subiendo
también en rebotes (9.8 frente a 7 de la anterior temporada) y doblando en su
estadística más diferencial, de las 2.4 asistencias del primer año a unas 4.9
que ya parecían exuberantes para un pívot… y que ahora parecen ridículas para
lo que nos tiene acostumbrados el genio de Sombor. El impacto es tal que la
gerencia tiene que tomar una decisión drástica con Nurkic, traspasado en
Febrero a Portland Trail Blazers a cambio de Mason Plumlee, intercambiando
también una ronda de draft cada equipo. Esa misma temporada suponía también la
llegada de un joven base-escolta canadiense, Jamal Murray que aterrizaba con la
responsabilidad de un número 7 de draft, la posición más alta que había
dispuesto la franquicia desde el número 3 de Carmelo Anthony, e igualando la
posición obtenida un año antes, en 2015, por un proyecto fallido en similar
posición como fue Emmanuel Mudiay. Comenzaba por tanto a definirse el proyecto
de un equipo “contender”, como demostrarían al año siguiente, cuando se quedan
a una sola victoria de meterse en play offs después de caer en la prórroga en
un dramático duelo directo por la octava plaza de conferencia frente al
Minnesotta de Karl Anthony-Towns, Andrew Wiggins y Jimmy Butler. Una de esas
amargas experiencias de las que sólo cabe caer o levantarse más fuerte, optando
por lo segundo, y de hecho las 54 victorias de 2019 son hasta la fecha el tope
de la era Malone (este año se han quedado en 53) Acabarían cayendo en
semifinales de conferencia, la primera de tres veces consecutivas,
estableciendo ahí su particular Rubicón, un muro infranqueable a la manera de
Philadelphia en el Este. Ni siquiera la llegada de otro talento vía draft como
Michael Porter Jr. Pick 14 en 2018 (sus problemas de espalda le relegaron a una
posición que meses antes nadie hubiera esperado, cuando peleaba incluso por ser
el mejor de su promoción), o el brillante movimiento de hacerse con Aaron
Gordon vía “trade” en marzo de 2021 parecía hacer cambiar el rumbo de una
franquicia incapaz de protagonizar el deseado “sorpasso” a los pesos pesados
del Oeste. En 2020 y 2022 sólo les apartaron del camino al anillo los a la
postre campeones (Lakers y Golden State, en el segundo caso sin Murray y Porter
Jr. bajas por lesión) y en 2021 unos Phoenix superlativos (también sin Murray).
La paciencia en este caso ha dado sus frutos, y ocho años después de la llegada
de Jokic y Malone, siete después de la de Murray, Denver de una tacada se
convierte por vez primera en su historia en campeón del Oeste y de la NBA.
Jokic, quien no recibió su tercer MVP de temporada regular, lo que le hubiera
igualado nada menos que con Larry Bird, se resarce con los galardones de mejor
jugador de finales de conferencia y por el título y firma su obra maestra
definitiva en unos play offs en los que los de Colorado sólo han cedido cuatro
derrotas en toda la post-temporada, haciendo que tengamos que retroceder hasta la
máquina invencible de Golden State Warriors en 2017 para encontrar un balance
mejor (estratosférico 16-1) Tiene mérito este 16-4 en una NBA que precisamente
se vanagloria de lo que Adam Silver llama paridad y de un evidente vacío de
poder absoluto (cuatro años sin repetir campeón de manera consecutiva… seis
años sin repetir final)<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Jokic finaliza con el mejor final posible un extraño
viaje bajo el radar acompañado de Murray y Porter Jr, y sus particulares
historias de redenciones tras sus lesiones, pero especialmente de la mano de un
Michael Malone quien llegó a viajar a Sombor en 2017 (volvería en 2022 para entregarle su segundo MVP de temporada) para conocer el entorno en
el que había crecido su estrella, cuando todavía su impacto no era tan
mayúsculo, y fortalecer un vínculo casi más paterno-filial que el de puramente
entrenador y jugador. Y es que por si no fuera suficiente con el perfil anómalo
y bizarro de Jokic en su vertiente de jugador, heraldo de la extrañeza y adalid
de la concepción etimológica del barroco que nos enseñaban en el instituto (aquella
subyugante definición de “perla irregular”), su biografía baloncestística, su
trayecto desde la cantera del Vojvodina Srbijagas a principios del siglo pasado
hasta la sublimación actual de su baloncesto, no deja lugar a dudas en el carácter,
más allá que histórico, que nadie podrá negárselo, absolutamente único de
Nikola Jokic. Una pieza absolutamente diferente a todas las demás en el gran
museo del baloncesto con sus más de 100 años de historia.</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTZq6hvniBCwdxFmEkY3-ATtwVZvKpqDrBalRpw1zPkksQ7D5zPnz9A11N8B2JgYOhtWiwpWeEHkVf9sySCeyS0lpc3-RaXZWu1ky6uSaicg8kIe_JBw7a6sQ64ljYuSmukwb3FUXGx7_KPk421uxCOwAo_jV8JJUS0r3tiyib769EdNvga0QcoCZ6Rxqh/s855/jokicjpeg.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="855" data-original-width="855" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTZq6hvniBCwdxFmEkY3-ATtwVZvKpqDrBalRpw1zPkksQ7D5zPnz9A11N8B2JgYOhtWiwpWeEHkVf9sySCeyS0lpc3-RaXZWu1ky6uSaicg8kIe_JBw7a6sQ64ljYuSmukwb3FUXGx7_KPk421uxCOwAo_jV8JJUS0r3tiyib769EdNvga0QcoCZ6Rxqh/s320/jokicjpeg.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una relación más allá de la cancha.</td></tr></tbody></table><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /><b><br /></b></span><p></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-85752295693632889112023-06-04T10:38:00.005-07:002023-06-04T10:38:53.665-07:00EL LADO OSCURO DE LA FUERZA<p> </p><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiAl-v3d2KBa5-b_ufXGtJRlFMwXWky26Sldh51oRRKFMqc_YaTK8uQCJUWYez73fKeujM0WKQX4PCnpsyjntT_IEd3CM6n8Rn_vnIsOQXCRDpIV_KFx6_8JMvZYW3U6SPTEvQfRPtnggHsaOTYOHtOxq-f6bE1eOr1T_Qz51H6hShihN1TlMEA9zYzw/s1200/riley1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiAl-v3d2KBa5-b_ufXGtJRlFMwXWky26Sldh51oRRKFMqc_YaTK8uQCJUWYez73fKeujM0WKQX4PCnpsyjntT_IEd3CM6n8Rn_vnIsOQXCRDpIV_KFx6_8JMvZYW3U6SPTEvQfRPtnggHsaOTYOHtOxq-f6bE1eOr1T_Qz51H6hShihN1TlMEA9zYzw/s320/riley1.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Palpatine de la NBA</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>La NBA de 2023 sigue gozando de una espléndida salud,
la de un baloncesto renovado nacido de la revolución de 2001, tras la temporada
con menor anotación desde 1955 y peor porcentaje de tiro desde 1969. Fue
entonces cuando David Stern puso en manos de un comité presidido por Jerry
Colangelo la salvación de un deporte que moría asfixiado por un músculo que
atrofiaba el talento y en el que se abusaba del uno contra uno y el aclarado.
Llegaron las defensas zonales, la penalización del “hand checking”, y el cambio
de regla de “defensa ilegal” por los “tres segundos defensivos”. Después de
unos 90 todavía intoxicados por el extraño magnetismo de los Detroit Pistons de
finales de los 80 y de la dictadura de Jordan en el aclarado, con un baloncesto
de ataque que de manera muy simple se llegaría a resumir en “dos jugando y ocho
mirando”, el juego volvió a sumergirse en el vértigo y la rápida circulación de
balón y una presión para el espectador de no poder apenas pestañear porque se
iba a perder algo en ese segundo que sus ojos apartasen la vista de la cancha.
La revolución se hizo visible especialmente a través de los Suns de D’Antoni y
Steve Nash y su filosofía de “seven seconds or less”. Uno de esos equipos que a
pesar de situar su particular Rubicón en las finales de conferencia (viviendo
en un contexto frente a rivales tan formidables como los Lakers de Kobe primero
con Shaq y posteriormente con Pau, los Mavs de Nowitzki y sobre todo su gran
bestia negra que fueron los San Antonio Spurs con Popovich dirigiendo el más
grande “big three” de la historia) merecen un lugar en los libros de historia
por su influencia en el juego, como reverso luminoso del oscuro reverso que
fueron, a su pesar, los Bad Boys de Daly del “showime” de los Lakers de Pat
Riley, a la sazón los grandes rivales de Detroit en su lucha por el anillo una
vez fueron capaces de superar a los Celtics de K.C. Jones, equipo históricamente
recordado como ejemplo de brillo y espectáculo pese a que gran parte de su
éxito estaba más basado en la dureza cercana a sus rivales de Michigan que al
“flying circus” que representaban aquellos Lakers en los que “Magic” Johnson
lanzaba pases de béisbol a un James Worthy que recibía a media pista para
acabar hundiendo el balón en la canasta rival. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>Si los 80 encuentran su imagen más icónica en los
duelos Boston-Lakers y en la rivalidad “Magic”-Bird, justo es también recordar
las enormes diferencias de estilo entre unos y otros, resultando los angelinos la
parte más idealista, incluso nihilista del juego, frente a la visceralidad
céltica. La jugada definitiva para entender esta diferencia la podemos
encontrar en el estacazo de Kevin McHale a Kurt Rambis en las finales del 84.
Una de las acciones más sucias de toda la historia del baloncesto con el
añadido de que McHale era un talento superlativo, estrella universitaria de
impacto inmediato en la liga y número 3 del draft de 1980, el mismo año en el
que Rambis tenía que esperar a la tercera ronda para ser elegido en el número
58 por los New York Knicks, quienes le cortan en pretemporada teniendo que
emigrar a Grecia, de donde procedían sus ancestros, antes de convencer a unos
Lakers a los que llega con el rol de jugador defensivo, de obrero en la zona.
La imagen del talentoso McHale atizando al abnegado Rambis confirma el
paradigma de uno y otro equipo y la realidad de que la bandera del espectáculo
la enarbolaban los de California. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>Los Angeles Lakers del “showtime” de los 80, ideados
por ese niño grande que era Jerry Buss, encontraban su rostro más allá de los
pases mirando a la grada de “Magic” en la figura del dandy Pat Riley. Más de
cuatro décadas después, y pese a los Jordan, Stern, Jackson o Popovich, es
difícil pensar que haya una figura más relevante en la NBA desde los años 80,
con una mayor continuidad y capacidad de adaptación al medio y espíritu de
supervivencia que la del maquiavélico ex –jugador, entrenador y directivo
neoyorquino. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>Estrella universitaria, titular indiscutible en los
Kentucky Wildcats del controvertido Adolph Rupp (sobre quien sus acusaciones de
racista y supremacista blanco no parecen infundadas repasando sus declaraciones
sobre los jugadores de raza negra) y uno de los protagonistas de la mítica
final de 1966 frente a los Texas Western de Don Haskins (recordados por ser el
primer equipo universitario que saltó a una cancha del baloncesto con un
quinteto titular afroamericano), tuvo una discreta carrera como jugador en la
NBA pero con la suficiente inteligencia para saber vivir a la sombra del enorme
Jerry West. No era poca cosa ser “back up” de uno de los mejores escoltas de
todos los tiempos quien tras tantas derrotas frente al infranqueable muro de
los Celtics de los 60 de Bill Russell pudo por fin conseguir el anillo en 1972
ya con Chamberlain como primer espada y Russell dedicado a los banquillos. En
ese roster estaba Riley, quien con sus 16.2 minutos en las finales ante New
York era de hecho el sexto hombre de aquellos Lakers en un baloncesto en el que
las rotaciones todavía eran un tanto limitadas. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbI7jct4wtAXxZShPLfa1nuEIUn3LCjwJPVCbZZVuZO-ZdVC9-e2gTwbLfea6Ilvdw8oADCe44pKdKcSkBwnxkiu3Je0DQjFWHpibaENtWzL94fHf9tyahN_VemjVo3Vv7tJL5dAQcMCuoMdl2WMKmMQl4VzWLtoex5PPD8CnLfy2VGBI6i09dT_OwQw/s1498/riley2jpg.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1498" data-original-width="1078" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbI7jct4wtAXxZShPLfa1nuEIUn3LCjwJPVCbZZVuZO-ZdVC9-e2gTwbLfea6Ilvdw8oADCe44pKdKcSkBwnxkiu3Je0DQjFWHpibaENtWzL94fHf9tyahN_VemjVo3Vv7tJL5dAQcMCuoMdl2WMKmMQl4VzWLtoex5PPD8CnLfy2VGBI6i09dT_OwQw/s320/riley2jpg.png" width="230" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">That 70's Show</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>Se ha hablado y escrito mucho sobre la figura de
Riley, la influencia y sombra paterna acechando constante en su vida. Su padre,
Leon, había sido un mediocre jugador de las ligas menores de béisbol entregado
al alcohol. Uno de tantos juguetes rotos, enamorados de un deporte idealizado
pero que a nivel profesional significa una élite para la que no todos están
llamados y la frustración puede convertir tu vida en un infierno del que buscas
salir a base de aquellos paraísos artificiales de los que hablaba Baudelaire. No
es descabellado pensar en la figura de Leon como un motor y acicate para su
hijo Pat, cuya única idea en ese caso era la de no acabar como su padre. Por
eso los años posteriores a la retirada de Riley, después de ser traspasado a
Phoenix a comienzos de la temporada 75-76, significaban los más decisivos de su
vida. Una vez colgadas las botas el resto de su vida sólo le podía deparar ser
ese cromo setentero de la NBA dentro de un roster campeón saliendo desde el
banquillo. No era, ni por asomo, un Jerry West, cuya ascendencia en la
franquicia angelina pronto le abriría las puertas del banquillo laker. Riley
tenía pocas cartas que jugar, pero no dudaría en aprovecharlas al máximo. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>La historia es de sobra conocida, y más en estos días
en los que entre HBO (con la adaptación del libro “Showtime” de Jeff Pearlman)
y Disney (la serie documental “Legacy”), se he revisionado el nacimiento de
aquellos Lakers cuyo legado icónico sigue superando al de cualquier otro equipo
o franquicia. Riley aprovecha el mínimo resquicio posible para seguir ligado al
baloncesto al máximo nivel y en concreto a los Lakers. No duda en acompañar a
Chick Hearn, narrador de los partidos de los angelinos durante 41 años, en las
retransmisiones de una cadena estatal, sabedor de que necesita cualquier
ligazón por mínima que sea con la NBA. Alrededor suyo se suceden los
movimientos en los despachos y banquillos. Jerry West da un paso al costado y
llega Jack McKinney, quien no había sido nunca primer entrenador pero en su
bagaje estaba el haber sido asistente de Jack Ramsay en los Portland de 1977.
No era poca cosa si tenemos en cuenta que el propio Ramsay reconoció en su
momento que la mayoría de las tácticas ofensivas de su equipo nacían del propio
McKinney. El impacto del nuevo entrenador fue inmediato, nueve victorias en los
primeros trece partidos de la temporada 79-80, la primera de “Magic”, y sobre
todo la idea instaurada de un estilo de juego concordante al glamour de
Hollywood, a la idea de Jerry Buss y a la búsqueda de ofrecer un show que,
resultados aparte, vendiese entradas como el mayor espectáculo del mundo y
obligase a las televisiones a pujar por retransmitir la nueva revolución en el
deporte profesional estadounidense. Y llegó la tragedia. El fatal accidente de
bicicleta de McKinney que le deja en coma y nos ofrece uno de los mayores “what
if” de la historia. Nos quedamos sin saber hasta dónde hubiera podido
desarrollar su idea de baloncesto ofensivo un McKinney quien pese a recuperarse
de su fatalidad nunca volvió a tener las mismas facultades. Su segundo, Paul
Westhead, lleva al equipo al título siguiendo la filosofía de su jefe. Pero no
está solo en este logro. Hasta qué punto la llegada de Riley como segundo de
Westhead depende del propio primer entrenador no está del todo claro, pero lo
cierto es que supone el punto definitivo para comprender los Lakers de los 80.
La temporada siguiente, con “Magic” lesionado durante gran parte del curso no
pasan de primera ronda cayendo ante los Houston a la postre campeones de
conferencia (y subcampeones de la NBA frente a Boston) y en el comienzo de la
81-82 se desata la tormenta. Tras caer por 26 puntos en San Antonio y con
balance 3-3 “Magic” Johnson pide públicamente el traspaso afirmando no ser
feliz con el juego del equipo. Westhead está sentenciado. Buss comprende que es
un pulso entre su jugador franquicia y un entrenador que aguanta cinco partidos
más, tras ganar a Utah y pese a llevar una racha de cinco victorias seguidas
“Magic” consigue lo que quiere, la salida de Westhead señalado por ralentizar
el juego del equipo en beneficio del veterano pívot y capitán Kareem
Abdul-Jabbar. Si a Lakers le había ido bien cuando Westhead tuvo que suplir a
McKinney, ¿por qué no iba a pasar lo mismo con Riley tomando el puesto de
Westhead?, como en una macabra partida de dominó, la caída de la ficha de McKinney
desembocaba en Pat Riley como entrenador jefe de la potencialmente mejor
escuadra de baloncesto del mundo por aquel momento. Meses después serían
campeones ante Philadelphia. El primero de sus cuatro anillos (cinco si
contamos el del 80 como asistente) como “head coach” angelino. Más allá de la
evidente calidad y vistosidad del juego, Riley tiene algo de lo que sus
antecesores carecían. El gancho, el carisma, el aura de un tipo duro,
neoyorquino de origen irlandés capaz de manejarse en la jungla de la NBA sin
que nadie le tosa y sin que se mueva un solo pelo de su perfecto cabello engominado
ni asome una mísera arruga en sus elegantes trajes italianos. Los Lakers
deslumbran en la cancha a la par que las cámaras buscan la imagen de un Riley
ya convertido en ícono. Michael Douglas confesaría inspirarse en el estilo de
Riley para interpretar su personaje de Gordon Gekko en “Wall Street”, un
implacable corredor de bolsa falto de escrúpulos y amoral cuyo lema en la vida
es “si quieres un amigo cómprate un perro”. Más allá de la evidente (y
reconocida) influencia de Riley en el personaje que construye Douglas por
estética, se reconoce la frialdad y ambición, la sed de poder de una figura que
se despoja de cualquier sentimiento humano y cuyo único fin es la satisfacción
personal. Esto se hará patente con el cambio de paradigma de Riley cuando se
muda de Los Angeles a Nueva York. Antes sólo un breve apunte sobre el final del
neoyorquino en California, campeón en el 88 ante unos Pistons que ya venían
avisando, con Thomas lesionado en el sexto partido y la muy dudosa falta de
Laimbeer sobre Jabbar que supone el triunfo y remontada angelina (4-3 en las
finales), retenían título convirtiéndose en el primer equipo en hacerlo desde
los Celtics de los 60. La hora señalada para los de Michigan acabaría llegando
la temporada siguiente, frustrando el “three-peat” que Riley había registrado
como “trade mark” para en caso de conseguir ganar el anillo tres veces seguidas
inundar el mercado a base de merchandising a través de su empresa Riley & Co.
Entrenador y hombre de negocios todo en uno. En el 90 y pese a ser proclamado
Entrenador del Año por primera vez en su carrera y tras caer en play offs ante
Phoenix Riley anuncia su retirada del banquillo angelino, consciente de que su
ciclo ha acabado y dejando ya la impronta de un entrenador que nunca será
cesado de un banquillo, será él quien elija el momento de su marcha. Como en un
“flash-back” hollywoodense acepta trabajar como comentarista televisivo para la
NBC, hasta que por medio de Rick Pitino recibe una oferta para entrenar a unos
New York Knicks cuyo cartel como gran mercado era proporcional a su etiqueta de
perdedores pese a contar con jugadores como Pat Ewing o Gerald Wilkins. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>En la extensa mitología sobre el bien y el mal pocas
expresiones culturales lo han explotado mejor que la saga cinematográfica de
“Star Wars”, con la figura de Anakyn Skywalker/Darth Vader como ejemplo de
conversión al lado oscuro dejando atrás principios finalmente quebrantables. El
Riley de New York es un jedi pasado al lado oscuro de la fuerza, del “showtime”
de los Lakers a la atrofia muscular de unos rocosos Knicks influenciados por
aquellos Pistons que el propio Riley había sufrido en sus carnes. New York se
convierte en uno de los equipos más odiados pero a la vez más competitivos del
Este, con Riley llevando a jugadores propios y rivales hasta el límite. El
baloncesto llevado a una expresión bélica donde no valen matices ni medias
tintas. A vida o muerte. Cuatro temporadas con las finales de 1994 como mayor
bagaje, el primero de los dos años que Jordan permite dar un respiro a sus
rivales con los Rockets de Olajuwom como grandes beneficiados. Cuatro
temporadas con un nivel de intensidad que supone un desgaste en el vestuario
del que sólo puede salir un vencedor: el jugador o el entrenador. Riley, quien
ya sabía lo que suponía tener a una estrella en contra después de vivirlo con
“Magic” y Westhead en Los Angeles, llevó tan al límite a Ewing que le obligó a
jugar lesionado gran parte de su última temporada y mandó a las duchas a
Anthony Mason después de discutir con el jugador en medio de un partido.
Llegado a este punto Riley planteó a la franquicia algo parecido al poder
absoluto y el blindaje económico al más alto nivel. 50 millones en los
siguientes cinco años, beneficios del 25% en las acciones de la franquicia y
por supuesto control total en cualquier movimiento deportivo. Básicamente, y al
igual que había hecho con los jugadores, llevar a la franquicia al límite de
sus posibilidades, enfrentarles a un escenario de imposible resolución, tan
imposible que Riley ya sabía cuál sería el resultado, porque ya había negociado
a espaldas de New York su acuerdo para ser contratado por Miami Heat.<o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVlDtk5GszqG7kKdweGM1H9alEv7zEAAECHxa441hsGrHKqaelqOS1Po0PDIgsI3esJEB8rEhz1h_zoj1WgAzh3B9HbA0AMdrUnatX147ZRzIGFEJ3NLw95-3ErbaSUINC0M6N-4L8OZBdXV6f-lokWiKms-G0tEfYm8gE93DCOyBGgaibTyQsbbRRLg/s395/nba_g_celebration_395.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="277" data-original-width="395" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVlDtk5GszqG7kKdweGM1H9alEv7zEAAECHxa441hsGrHKqaelqOS1Po0PDIgsI3esJEB8rEhz1h_zoj1WgAzh3B9HbA0AMdrUnatX147ZRzIGFEJ3NLw95-3ErbaSUINC0M6N-4L8OZBdXV6f-lokWiKms-G0tEfYm8gE93DCOyBGgaibTyQsbbRRLg/s320/nba_g_celebration_395.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">...y volver a ganar.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>Y es en Miami donde mejor se puede entender su figura
y legado. Más que en Los Angeles y en New York es en la franquicia de Florida
donde mejor ha podido reflejar su filosofía de supervivencia y lucha descarnada,
su sello particular. En una NBA en la que tanto se habla del empoderamiento de
los jugadores, Riley, el mayor ejemplo de entrenador estrella jamás conocido,
supuso un descarado caso de “tampering” que obligó a Miami a indemnizar a New
York económicamente y con una primera ronda de draft, e instauró una rivalidad
encarnizada a finales de los 90 que sería la primera de las muchas que han
vivido los Miami de Riley (actualmente con Boston, con tres finales de
conferencia entre ambos equipos en cuatro temporadas) Riley maneja los hilos de
una franquicia a la que ayudó a crecer, en la que supo dar un paso al costado,
y donde no tuvo reparos en destituir a Stan Van Gundy cuando consideró que con
un roster en el que se encontraban Dwyane Wade, Shaquille O’Neal, Antoine
Walker o Alonzo Mourning no se podía aspirar a otra cosa que no fuera el
anillo, como así fue en 2006 ganando su quinto título como entrenador jefe (los
mismos que Popovich, sólo les superan Jackson y Auerbach), del mismo modo que
después de dirigir a la franquicia en el peor año de su historia (el 15-67 de
2008) no dudo en volver a los despachos y apostar por un joven Erik Spoelstra
quien con 37 años se convertía en el entrenador más joven de la NBA, sin apenas
experiencia más allá de sus años como asistente de Riley y sus recordados, por
pintorescos pero igualmente meritorios, comienzos como montador de video para
sesiones de “scouting” ante los rivales. Riley confió absoluta y plenamente en
Spoelstra para dirigir a un equipo tan reforzado como lo significó la llegada
de LeBron James y Chris Bosh y con quien ganaría dos anillos pese a perder sus
primeras finales y escuchar voces criticando la falta de preparación de un
técnico que actualmente es que el más temporadas lleva en un mismo banquillo
tras el sempiterno Greg Popovich.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b>Porque finalmente la tan cacareada “cultura Heat” lo
que viene a demostrarnos es una cierta resiliencia, o quizás conservadurismo, el
lampedusiano mantra de que todo debe cambiar para que todo siga igual. Los Heat
nos recuerdan lo que cuesta de verdad un relevo generacional (que se lo
pregunten a Brown y a Tatum, que se lo pregunten a Antetokounmpo) y que al
final la calidad de una buena película de acción depende de cuán grande sea el
villano. Unos Miami Heat colados de rondón de nuevo en unas finales de la NBA
nos recuerdan, finalmente, que Riley siempre ha estado ahí aceptando ese papel.
El de entregarse al lado oscuro de la fuerza. </b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXr-DNk8O8xTuKljuK0MLKTDbLINR7lc5bioV-IhdGwCeS7dvi45cOXHpr-cMOFT9ZdZBr9RsO6qBHF-X5mfhzHg_C372-uAxBlQNsaMEE_fCzdUsqCOoq-ieaQKto1n2VzylvbXtf9360pQ-CA_dBVb8Fc9cUBWnapajVz-qPS-U6EIfIMP-bE742MA/s800/r0_0_800_600_w800_h600_fmax.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXr-DNk8O8xTuKljuK0MLKTDbLINR7lc5bioV-IhdGwCeS7dvi45cOXHpr-cMOFT9ZdZBr9RsO6qBHF-X5mfhzHg_C372-uAxBlQNsaMEE_fCzdUsqCOoq-ieaQKto1n2VzylvbXtf9360pQ-CA_dBVb8Fc9cUBWnapajVz-qPS-U6EIfIMP-bE742MA/s320/r0_0_800_600_w800_h600_fmax.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Moviendo los hilos.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-26027740735562048812022-12-25T13:52:00.002-08:002022-12-25T13:52:15.497-08:00LAIMBEER EN CONTEXTO<p><b> </b></p><p></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Dentro de los tópicos habituales en el
mundo del baloncesto por parte de los aficionados añejos, a los que
más justamente hay que considerar ex-aficionados, debido a que no
siguen el baloncesto actual más allá de unos eventos muy concretos
(un Eurobasket, una Final Four de Euroliga, unas finales de NBA...)
está el de mantener en su memoria a Bill Laimbeer en una posición
estática e injusta en la historia de este deporte como un simple
pívot mamporrero en la pintura de los Detroit Pistons de la segunda
década de los 80, uno de los equipos, por otro lado, más
fascinantes de todos los tiempos. Me atrevería a decir incluso que
no ha habido un equipo en la historia que sin desplegar un juego que
podríamos considerar brillante, y que de hecho a los ojos de hoy
resulta caduco hasta límites absurdos (y aquí tengo que enfrentar a
la realidad a ese ex-aficionado prisionero de la nostalgia recalcando
que aquellos Pistons de Chuck Daly que ganaron dos anillos a finales
de los 80 a duras penas podría ser equipo de play offs en la NBA
actual) que haya sido capaz de generar tantos adeptos, devoción y
culto. Y es que aquellos Detroit contaban con un talento muy limitado
en unas contadas piezas exteriores, evidentemente Thomas y Dumars,
más Vinnie Johnson desde el banquillo y en el alero primero un
Dantley que con años a cuestas seguía siendo pura clase, y luego un
Aguirre cuyo traspaso por el citado Dantley en febrero del 89 es
clave para entender como la franquicia de la MoTown subió ese último
peldaño que le faltaba para ser campeones de la NBA. Pero más allá
del talento individual, de la capacidad de producir y generar juego,
aquella banda de maravillosos macarras desplegaba un encanto
seductor, un carisma peligroso y salvaje como el que puede percibirse
con el Grupo Salvaje de Sam Peckinpah caminando hacia el cuartel del
general Mapache con esa mezcla de nihilismo y pachorra. O mejor
todavía y de manera más prosaíca, más canchera, era como si el
equipo de hockey hielo de los Baltimore Chiefs que George Roy Hill
había dibujado en la despiporrante “El castañazo” se hubiera
hecho realidad, pero trasladada a la NBA.
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>En ese ecosistema pendenciero
callejero, de una violencia casi amable, como la del niño que vuelve
a casa sangrando porque ha tenido una pelea con el matón del barrio
y el padre lejos de reprobarle reconoce orgulloso que un episodio así
no contribuye a otra cosa que a aprender y a madurar en eso que
entendemos como “la vida”, la figura de Laimbeer encaja como un
guante, como el chulo más fino dentro de una pandilla de
desarrapados, para empezar porque, claro, y esto es fundamental,
Laimbeer lejos de ser un macarra curtido en las calles, un
superviviente de callejones oscuros y esquinas en las que brillaba el
reflejo de una navaja, era lo que vulgarmente podemos entender como
un “niño pijo”. Conocida es su frase “yo soy el único jugador
de la NBA cuyo padre gana más que él”. Para el lector que
desconozca el motivo, hay que recordar que el padre de Bill, William
Laimbeer Sr, era un alto ejecutivo de la Owens-Illinois Inc., la
mayor compañía de producción de envases de vidrio del mundo. Un
millonario no obstante lo suficientemente demócrata y liberal como
para que su hijo pudiera labrase su propio camino en las canchas sin
que nadie le regalase nada. Pero ese origen feliz y acomodado de
Laimbeer da mayor mérito si cabe a su adhesión a un baloncesto
labrado a golpes, sin que pudiera haber mayor contraste con su líder,
aquel demonio llamado Isiah Thomas que creció en el West Side de
Chicago, uno de los barrios más pobres y conflictivos de la ciudad
de Illinois, donde las pandillas acechaban constantemente para
reclutar aquellos chavales a los que lo único que se les ofrecía
era el “o con nosotros o contra nosotros”. En la biografía de
Thomas se relata el escalofriante suceso de aquella noche de 1966,
cuando la banda conocida como los Vice Lords se presentó con 25 de
sus principales miembros en la casa de Mary Thomas (el padre había
abandonado a la familia, otro desgraciado tópico de la NBA que
emparenta a Thomas con genios posteriores del tamaño de LeBron
James) para llevar a sus filas a alguno, o algunos, de los siete
hijos varones de la señora Thomas, entre los que se encontraba el
pequeño Isiah. Y de hecho algunos sucumbieron y se arrojaron a aquel
mundo cruento de las calles en las que se vieron manejando con la
misma facilidad un revolver que una jeringuilla. Thomas significaba
en ese aspecto el ejemplo de superación, de salvación a través del
baloncesto, una salvación que Laimbeer, quien disfrutaba de una
plácida infancia y mejor educación posible en el tranquilo barrio
de Clarendon Hills, a las afueras de, también Chicago, nunca
necesitó.</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br /></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Bill Laimbeer pudo haberse dedicado a
cualquier cosa que le hubiese apetecido con la tranquilidad del
colchón financiero familiar, sabedor de que siempre tendría una
vuelta atrás, un “reset” frívolo que se pueden permitir quienes
juguetean pero no arriesgan. Pero su camino estaba en las canchas, y
por duro que fuese nada le iba a impedir llegar a la élite,
labrándose una carrera en la que absolutamente nada tenía que ver
la posición de su padre. La cancha no engaña. En el instituto de
Palos Verdes, California, una vez mudada la familia allí, empezó a
hacerse un muy pequeño nombre. Una foto en blanco y negro con penosa
resolución y Laimbeer realizando un tiro en suspensión es el único
documento que permanece en las hemerotecas para quien intente
discernir como era el Laimbeer jugador de baloncesto adolescente.
Notre Dame, en Indiana, estado de puro baloncesto, sería su elección
universitaria, no sin dificultades. Fuera del equipo tras su primer
año, tuvo que pasar dos semestres en el Owens Technical College de
Toledo, Ohio, antes de ser readmitido con los Fighting Irish, un
“college” que por aquellos finales de los 70 era de los más
potentes de la NCAA, de hecho Laimbeer llegó a disputar la Final
Four por el título de 1978 (la primera en la historia para los de
Indiana) que finalmente se llevó el Kentucky entrenado por Joe
B.Hill y con jugadores como Rick Robey, número 3 del draft de aquel
año o Jack Givens como principales figuras (además de un tal Mike
Phillips de enorme recuerdo posterior para el baloncesto español) La
estadística oficial deja unas medias de 7.4 puntos y 6.3 rebotes en
su etapa universitaria saliendo desde el banquillo. Números nada
llamativos que le hacen caer a la tercera ronda del draft de 1979 (el
de “Magic” Johnson... y su compañero Vinnie Johnson) elegido por
Cleveland con el número 65 por detrás de un buen número de
jugadores con una evidente peor carrera posterior. La perspectiva era
tan poco halagueña que, como muchos otros jugadores de recuerdo
indeleble (Kurt Rambis en Grecia por ejemplo) decide empezar su
carrera profesional en Europa antes de dar el salto a la NBA. El
recién ascendido Pinti Inox Brescia de la Lega italiana fue el
destino elegido después de ser descartado por otros equipos, como
por ejemplo el Barcelona. Un joven proyecto donde desarrollar su
baloncesto sin presión alguna. Tan joven era aquel proyecto que como
tercer entrenador contaban con un chaval de 18 años de la propia
ciudad lombarda loco y enamorado del deporte de la canasta. ¿Su
nombre? Sergio Scariolo. Aquel equipo debutante llega contra
pronóstico a disputar los play offs por el título ante el
intratable Varese de Bob Morse y Dino Meneghin. Laimbeer deja unas
medias de 21.1 puntos y 12.5 rebotes que intuyen un potencial a punto
de liberarse, e incluso más importante, para un chaval de 22 años,
la prueba de madurez de jugar en otro país, otro continente, otra
cultura.</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br /></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnY5Emedf8hWXD2Yky6YWIsin_qIuetZUSiKQZPstJ1hkcVhCFPwS3xtuUxPrSu_oDw2BwDzszq0l-kAcoQNm7Kb_LZN0Qts3prJVXoxCsGhgYgLwH_1FEy4CjYVV1q35br-ZPTGlkDUsYQTKdlIEcRSfo20Q00yKfjC8lzQaVtxytDqJXDnSklffs9A/s859/bill2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="859" data-original-width="503" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnY5Emedf8hWXD2Yky6YWIsin_qIuetZUSiKQZPstJ1hkcVhCFPwS3xtuUxPrSu_oDw2BwDzszq0l-kAcoQNm7Kb_LZN0Qts3prJVXoxCsGhgYgLwH_1FEy4CjYVV1q35br-ZPTGlkDUsYQTKdlIEcRSfo20Q00yKfjC8lzQaVtxytDqJXDnSklffs9A/s320/bill2.jpg" width="187" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un año feliz en Italia.</td></tr></tbody></table><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><b><br /></b><p></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Vuelta a Estados Unidos donde Cleveland
le espera, un equipo con pocas aspiraciones en aquellos primeros 80 y
donde no tarda en hacerse titular y un jugador básico en los
esquemas de los hasta cuatro entrenadores que llega a tener en apenas
temporada y media en la franquicia de Ohio, tan convulso e inestable
era el panorama en aquellos Cavs. Entre aquellos técnicos se
encontraba quien acabaría siendo figura clave en su carrera, un
Chuck Daly despedido en marzo de 1982 después de un pobre balance de
9 victorias por 32 derrotas. Laimbeer no pudo lamentar aquel despido
ya que él mismo un mes antes salía de Cleveland en el trade que
cambiaría todo en su carrera. La noche del 16 de Febrero de 1982 y
sólo 15 minutos antes del cierre de mercado de traspasos en la NBA,
Detroit y Cleveland llegaban a un acuerdo por el que los de Ohio
recibían a Phil Hubbard, Paul Mokeski y las dos primeras rondas del
próximo draft a cambio de Laimbeer y Kenny Carr, quienes hacían las
maletas rumbo a la MoTown. El gran nombre parecía el de Carr, con
sus imponentes15.2 puntos y 10.3 rebotes por partido. Pero revisando
la hemeroteca las declaraciones del general manager de Detroit por
aquel entonces, Jack McCloskey, son absolutamente reveladoras. El
objetivo del traspaso era hacerse con Laimbeer, pese a presentar unas
medias prácticamente la mitad en puntos y rebotes que Carr.
Anticipando todo lo que iríamos viendo posteriormente con la
irrupción de la estadística avanzada en el mundo del baloncesto,
McCloskey reveló que manejaba una particular estadística con diez
apartados distintos con valoraciones del 1 al 10 en las que había
que sumar un total por encima del 80. Laimbeer pasó aquella peculiar
prueba, más allá de que no pareciese un gran anotador o reboteador.
30 años después de aquel movimiento McCloskey recordaba que le
había llevado a lanzarse a por Bill: "Lo vi jugar cuando
jugamos contra Cleveland. Les ganamos bastante bien esa noche, pero
lo vi competir hasta que se pitó el último silbato. Nosotros no
teníamos demasiados tipos grandes entonces y tenía que tratar de
atraparlo. No tenía un juego de pies elegante ni nada de eso, pero
quería ganar". El resto sería historia para una MoTown que
vivía ilusionada aquel 1982 el año rookie de Isiah Thomas y que dos
años después vería el reencuentro de Daly con Laimbeer. Fichado en
el verano de 1984 por Jack McCloskey, arquitecto en la sombra de los
“Bad Boys”, el mítico entrenador reconocería en 1995 que el
mensaje que le lanzó el GM era claro: había que hacer algo nuevo,
especial, distinto, con la defensa. Daly reconocería que no tenía
claro que era aquello nuevo que podía hacer y lo buscó no en la
defensa, si no en el ataque. Bajando el ritmo de los partidos y
alargando las posesiones, mientras la mayoría de los equipos
buscaban el aro rival en el menor tiempo posible aquellos Pistons
mecidos por la mano de Thomas especularían con el reloj de posesión
sin el mínimo descaro. Parecía un pecado mortal para la mejor liga
de baloncesto del mundo, un espectáculo congratulado en que el
consumidor no pudiera siquiera pestañear. Y sin embargo aquello que
pudiera parecer una afrenta al entretenimiento dejó algunas de las
temporadas más vibrantes de la historia de la NBA.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>En ese contexto gran parte de la
memoria colectiva sigue empeñada en recordar a Laimbeer como apenas
un mamporrero, una figura más próxima al pressing catch que al
baloncesto junto a su compañero de la zona, aquel Rick Mahorn quien
si era un jugador limitado y con la defensa y neutralización del
rival como principal valor. Pero en Laimbeer había mucho más.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Los 619 triples intentados en sus 15
años de carrera NBA parecen una broma en el baloncesto actual, pero
Laimbeer aterriza en una liga que había instaurado la línea de la
larga distancia sólo un año antes. Si el intento triple era un
recurso muy secundario, una alternativa exterior cuando se cerraban
las vías habituales del bloqueo y continuación para finalizar lo
más cerca del aro posible, o una bala desesperada buscando épicas
remontadas, verlo en manos de un cinco se convertía en auténtico
anatema. Laimbeer fue pionero como pívot tirador. Más allá de sus
números en la larga distancia, débiles si se confrontan con el
panorama actual pero voluptuosos en aquellos primeros años del
triple, hay que reconocer el empeño del jugador en abrir una vía
que parecía vetada a los hombres altos. En aquel baloncesto de
cloroformo que imponía Daly, Laimbeer sabía encontrar su momento en
la cabecera exterior desde donde ejecutaría con la larga distancia o
incluso ayudaría a la circulación del balón. Sin ser un pívot
especialmente dotado y habilidoso en el pase y a sideral distancia de
esos bases en cuerpo de pívots que hemos visto desde Arvidas Sabonis
hasta Nikola Jokic, Laimbeer era un jugador dotado de eso que se
conoce como “IQ” baloncestístico, conocimiento y sentido del
juego, hasta el punto de ser el tercer generador de juego principal
de los ataques estáticos de Detroit por detrás de Thomas y Dumars.
Algo de aquello debía haber pergeñado en su momento McCloskey en su
particular escala estadística cuando tuvo claro que hacerse con
Laimbeer iba a dar al juego de su equipo una dimensión superior.
Aquellos años gloriosos de los Pistons, concretados principalmente
en el periodo 1986-90, o alargado incluso al 91 pese a ser barridos
por los tiránicos Bulls de Jordan en las finales de conferencia,
saldados con cinco finales de conferencia, tres finales por el título
de campeones, y dos conquistas del anillo, no se pueden entender sin
la figura de un Laimbeer que lejos de la exuberancia física de los
Ewing, Robinson u Olajuwon llegó a estirar su record de partidos
consecutivos en 685, una de las mayores rachas de la historia, y
durante el periodo de 1982 a 1990 no hubo ningún jugador que
capturase más rebotes defensivos que él, en una década dominada
por pívots de la calidad de los tres citados anteriormente.
Encasillar a Laimbeer como un mero jugador defensivo siempre al borde
de la legalidad es una injusticia atroz, y propia, en todo caso, de
quienes tienen una mirada sobre este deporte muy limitada.
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br /></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq6xvRstIRk09vB5erjquA7uY7NtGrGuCVdoel1XN02vQdN_mg9OOsTtQmKDIbvjC7SUeXDsMKfCfmVLN-8IQSRcXWq0f0PaMxheGyUsDBD2TTlT_Pdpgw65HX25kczTvZo9wUQJeUDxZ439r4ZS-2zYDfs5o9wd2LqEWBKILPhelY7R3yo7_UvQojrA/s248/bill5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="203" data-original-width="248" height="203" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq6xvRstIRk09vB5erjquA7uY7NtGrGuCVdoel1XN02vQdN_mg9OOsTtQmKDIbvjC7SUeXDsMKfCfmVLN-8IQSRcXWq0f0PaMxheGyUsDBD2TTlT_Pdpgw65HX25kczTvZo9wUQJeUDxZ439r4ZS-2zYDfs5o9wd2LqEWBKILPhelY7R3yo7_UvQojrA/s1600/bill5.jpg" width="248" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Daly, el mentor.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br /></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br /></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Y es que se trata de reconocer a
Laimbeer mucho más allá de ese nostálgico cromo ochentero y
otorgarle su papel en la historia de este deporte. Reconocer ese
referido “IQ” que años después hemos visto trasladado a los
banquillos, convirtiéndose, y no es gratuíta la afirmación, en uno
de los mejores entrenadores de la historia de la WNBA.
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Hace 20 años Laimbeer volvía al
Palace de Auburn Hills para sentarse en el banquillo del joven
proyecto de baloncesto femenino en la ciudad del motor, las Detroit
Shock, primero como asistente de Greg Williams, a quien releva en
2002 para convertir a aquel equipo en uno de los mejores de la
competición, apoyado en su viejo compinche de la zona como ayudante,
el bueno de Rick Mahorn. Por mucho que pudiera parecer una de las
parejas más bizarras jamás vistas en un banquillo la trayectoria es
absolutamente espectacular. Tres títulos de campeonas en seis
temporadas completas de Laimbeer (el primero en 2003 todavía sin
Mahorn) reflejan un dominio incontestable, lo que se entiende como
una dinastía. Posteriormente cinco temporadas con las New York
Liberty, con dos finales de conferencia como mayores logros, y sus
últimos cursos en Las Vegas Aces a quienes ha hecho campeonas Becky
Hammon, le confirman como uno de los grandes nombres del baloncesto
femenino estadounidense. Gloria absoluta para una Hammon quien en su
primera temporada como entrenadora principal se ha estrenado con el
título, pero justo es reconocer el crecimiento experimentado por la
franquicia de Las Vegas de la mano de Laimbeer, llevándolas a las
segundas finales de su historia en 2020 (las primeras habían sido en
2008, cayendo precisamente ante las Detroit de Laimbeer) A sus 65
años, y habiendo dejado el banquillo de Las Vegas la pasada
primavera (y siendo uno de los principales valedores para que Becky
Hammon le relevase), el mítico ex-jugador y entrenador anunciaba que
no entraba en sus planes volver a entrenar. Toca dedicarse a su
familia y su granja de Michigan, buscando una paz inconcebible en sus
años de ardor guerrero protegiendo el aro de Detroit. Cuesta
imaginarse al bueno de Bill plantando unos pepinos en una huerta o
acariciando el lomo de un caballo, o cualquier otra bucólica
actividad propia de una granja del midwest norteamericano, pero lo
cierto es que, y este era el objetivo de estas líneas, más allá
del cliché del Laimbeer soltando puños y codos, nos encontramos
ante un hombre de baloncesto con una inteligencia y clarividencia
tales como para lidiar con las aristas de su juego y potenciar sus
virtudes que iban más allá del trabajo en cancha propia y se
traducían en fecunda producción ofensiva para su equipo. Un jugador
a su manera único en una época y en un equipo igualmente únicos en
la NBA. El único equipo que consiguió transformar la fealdad, la
acritud del juego, en algo fascinante que pudiera sumar cientos de
miles de adeptos para su causa por todo el globo terráqueo. Un
hombre de baloncesto.</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br /></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgccaONysNIBWcyXHTRHih0IUj0h-l2VKYmbPR7-Jnwsj7fCYqvi9vtaOfpsRxKlSQJu17aJaSty-qSaISt5dkicNwislDmUzB8B2fGguEU6ngoiyIlq9UKJUmKAN9OAyvEfKnLyAedFzue0_r7If2F0llczp5iKlxrYWCw49LAxi6kdvOG3Ve3B4p3CQ/s500/bill6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="286" data-original-width="500" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgccaONysNIBWcyXHTRHih0IUj0h-l2VKYmbPR7-Jnwsj7fCYqvi9vtaOfpsRxKlSQJu17aJaSty-qSaISt5dkicNwislDmUzB8B2fGguEU6ngoiyIlq9UKJUmKAN9OAyvEfKnLyAedFzue0_r7If2F0llczp5iKlxrYWCw49LAxi6kdvOG3Ve3B4p3CQ/s320/bill6.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">...y la gloria como entrenador.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-49031114371423779532022-12-23T18:56:00.003-08:002022-12-23T19:02:45.536-08:00CUENTO DE NBA<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfsiP_oZ1Obzx6oAoAt-ZYt0SvKHoR6ncZ4aNk3s9_lus1ZeAFSpI4tlBBBNlNCQoWDr2wztWx9fzY6VKzY9GWTE4_2csiW9nBOzCwIRFNUugMWeHTNnVyWe_ggO-MDX7If2BiUcW2f1XVWXFQe_yGlonBog6dBZwWXKyxESEWodWjgL76qYm9xf0o4A/s1200/bdet.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfsiP_oZ1Obzx6oAoAt-ZYt0SvKHoR6ncZ4aNk3s9_lus1ZeAFSpI4tlBBBNlNCQoWDr2wztWx9fzY6VKzY9GWTE4_2csiW9nBOzCwIRFNUugMWeHTNnVyWe_ggO-MDX7If2BiUcW2f1XVWXFQe_yGlonBog6dBZwWXKyxESEWodWjgL76qYm9xf0o4A/s320/bdet.jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Primavera de 1987. En la clase de
gimnasia de primero de BUP del instituto Álvaro de Mendaña yo
corría a paso seguro detrás de José Luis González, “Peque”.
Peque era un referente en su juego, una especie de ídolo a pequeña
escala, y no recuerdo porque razón, quizás en alguna pachanga o
entrenamiento me confesó que también él era seguidor de los de
Detroit Pistons. En la Ponferrada de 1986 aquello podía unirnos
incluso más que confesarnos devotos de Johnny Thunders.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Aquella mañana yo corría seguro
detrás del paso de Peque, al fin y al cabo y a nuestra escala local
era mi ídolo. Le había visto dar pases por la espalda, pases sin
mirar, o lanzar a canasta sin levantar la vista al aro (este último
truco particularmente me lo apropié con estupendos resultados para
mi estadística particular), todo ese repertorio insultante y
engreído en cuanto a una magia que te abofetea que la habíamos
visto por la tele a aquel tal “Magic” Johnson. Evidentemente yo,
como buen sátrapa del baloncesto, intenté agenciarme aquellos
trucos, por mucho que no me salieran. En todo caso lo de lanzar sin
mirar al aro para despistar al defensor y anotar todavía más y
engordar aquellas estadísticas anotadoras que me hacían ser máximo
anotador partido tras partido y llegar a clase con aquellas pintadas
en la pizarra de “Viva Epipepito”, que yo, siendo madridista y
siendo mi mayor ídolo Chechu Biriukov, pues tampoco es que me
supusieran ningún orgasmo adolescente deportivo (entre otras cosas
porque con mi fama de feo, chepudo y desdentado sabía que no iba a
suponer ningún aldabonazo en el estatus del insti, simplemente era
la historia de un tipo feo y bajito que las metía casi todas)</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Peque en ese sentido era otra cosa. Era
rubio y guapo y parecía más hijo de California que de la extinta
Montaña del Carbón de Ponferrada. Pero para mí sobre todo era otra
cosa, era el tipo que daba pases por la espalda, pases sin mirar, y
lanzaba a canasta sin mirar al aro. Y cuando acababa un partido
cualquiera firmando yo 30 puntos en mi casillero, en realidad
envidiaba a aquel chaval sólo porque había dado un paso por la
espalda increíble.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Así sucedieron muchas tardes, muchos
entrenamientos, muchos partidos...</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Y un día, no puedo recordar ni como ni
porque, aquel mago de los pases por la espalda con el que compartía
cancha me confesó que era seguidor de los Detroit Pistons. Y aquel
torpe imitador suyo que no sabía dar pases por la espalda pero metía
30 puntos por partido encontró además del gran referente en la
estética del juego al gran aliado de lo que tenía que venir. No
podía ser otro.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Y así estábamos en la primavera de
1987 cabalgando en un resuello frágil y fácil para jóvenes atletas
como nosotros cuando le susurré a Peque unas palabras proféticas
sólo paridas cuando corres en pantalón corto y tus huevos son
golpeados por la brisa berciana. Y le dijé: “esta temporada
seremos finalistas de conferencia, la siguiente campeones de
conferencia y finalistas de la NBA, y la siguiente campeones y
ganadores del anillo”. Aquellas débiles palabras, de un flacucho
escolta que metía 30 puntos por partido, susurradas al oído de su
base que repartía asistencias imposibles y lanzaba sin mirar el aro
y yo le imitaba como el gran ursupador del talento que siempre he
intentado ser (porque hasta para robar hay que valer), acabaron
siendo proféticas. Unas finales de conferencia a 7 partidos frente a
los mejores Celtics que yo haya visto (admitiendo aquí que en su
día, por edad, no vi a los Russell, Havlicekc, etc), con aquel robo
de Bird a Laimbeer en el G5 a falta de 5 segundos para canasta de
Dennis Johnson, se lo cargó todo, retardó el dominió Piston pero
respetó mi profecía, todavía me duele en el alma esa jugada... las
finales del 88 con ese Kareem increíble, con 40 años, sentenciado
desde el tiro libre, y el G7 con la canasta de A.C. Green para
sentenciar un partido en el que en puridad fueron mejores desde el
principio. Pero aquella hoja de ruta pergeñada desde el patio del
Álvaro de Mendaña, susurrando al oído del mejor jugador que podía
ver a mi lado en la cancha, y él único que en 1987 confesaba ser de
unos Pistons que acabarían siendo equipo de moda, me sigue
reconfortando y recordando porque sigo considerando que no hay
deporte más mayúsculo que este y una competición a la altura de la
NBA.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>No la hay, no se puede entender si no
como en 1987 dos flacuchos esmirriados, uno que daba pases por la
espalda y otro que metía 30 puntos por partido, con apenas 13 o 14
años se declaraban fans de unos Detroit Pistons que jugaban a miles
de kilómetros de nuestra casa. Pero tan cierto como que no puedo
concebir mi vida sin los Jam, los Who o los Ramones, lo es que
aquellos Detroit del periodo 87-90 dejaron una huella tan indeleble
en mi vida como aquellos pases sin mirar de Peque, y no diré que es
lo mejor que he visto nunca en este deporte porque gracias a Dios
después he podido disfrutar muchas cosas a la atura o superiores,
como el Madrid de Laso sin ir más lejos.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>Feliz Navidad, y en 2022, por Dios,
seven seconds or less... ni un paso atrás con el basket de
especulación.</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b>A lo loco se vive mejor.</b></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-69791484733820447392022-12-05T06:34:00.006-08:002022-12-05T06:39:07.108-08:00DIEZ EQUIPOS<p><b> </b></p><p><b>El lector habitual de este blog, si lo hubiere, habrá advertido un notable descenso en la actividad del mismo, cosa por lo que ya nos hemos fustigado públicamente en ocasiones. Hemos encontrado no obstante un buen escenario para seguir conectados a la actualidad baloncestística colaborando en el podcast semanal <a href="https://www.ivoox.com/suscripciones_jb_30182724_1.html"> Zona 3-2</a>, normalmente grabado los lunes por la tarde y colgado en la red los martes por la mañana. Esta semana no emitimos, por lo que para matar el gusanillo traemos una pequeña entrega poniendo el foco en los diez equipos más calientes ahora mismo en Europa. </b></p><p><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">FENERBAHCE</span>: balance temporada 18-3<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Inevitable comenzar con el actual líder de Euroliga, que en
once jornadas en el máximo torneo continental sólo ha claudicado ante los dos
grandes de la ACB, cayendo por un punto en Barcelona y hace unos días en su
feudo ante un Real Madrid al alza. El rodillo de Itoudis se impone también en
la BSL turca, con un impoluto 9-0 hasta la fecha. Eso sí, el único título
disputado hasta la fecha, la Supercopa de su país, se la llevó el Efes de
Ataman. A nivel colectivo destaca su casi 40% desde el triple tanto en Euroliga
como en competición doméstica, con jugadores como Wilkebin lanzando por encima
del 50% en BSL (17 de 33) y del 40% en Europa (26 de 64), Mahmutoglu alrededor
del 45% en ambos escenarios e incluso Calathes sorprendiendo con su 14 de 29 en
Euroliga desde la máxima distancia. Aunque dentro de un gran rendimiento
colectivo los mayores focos apuntan a un Jonathan Motley quien tras una brutal
campaña en Lokomotiv Kuban (dejó unas medias de 21.2 puntos y 7 rebotes en
Eurocup) confirma sensaciones de power-forward referencial clavando
prácticamente sus estadísticas en liga doméstica y continental, con 14.4 puntos
en ambas competiciones y 5.9 rebotes en Turquía y 5.5 en Europa, pero
necesitando tan sólo 22 minutos en cancha. Y todo ello sin contar todavía con
un Bjelica que no acaba de recuperarse de su lesión en el gemelo.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">REAL MADRID:</span> balance temporada 17-5 <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Es imposible no resistirse a pensar que podría hacer un
entrenador del calibre y el carácter de Pablo Laso con un equipo con un perfil
físico tan fascinante como este “forwarizado” Real Madrid capaz de fabricar
baloncesto de seda con quintetos plagados de jugadores por encima de los dos
metros, pero hay que darle todo el crédito a un Chus Mateo capaz de
sobreponerse al ruido alrededor suyo. De momento han levantado la Supercopa
ACB, están a la estela del líder Tenerife en competición doméstica y en
Euroliga suman ya seis victorias consecutivas. Y a la espera de recuperar a
Alocén, Rudy, Hanga, Yabusele y Randolph, quienes ya solos de por si
conformarían un quinteto de total garantía. Dentro de la coralidad blanca
destacan los 15 puntos por partido en Euroliga (15.2 en ACB, estadísticas casi
miméticas) de Dzanan Musa, pieza clave de Mateo en este comienzo de curso junto
a Deck y Tavares, los jugadores más regulares del equipo madridista (sin
olvidar a Yabusele hasta el momento de su lesión)<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">OLYMPIACOS:</span> balance temporada 16-4<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><o:p> </o:p>Admitamos que su actual 7-0 en liga griega no impone
demasiado (precisamente hoy día 5 de Diciembre se enfrenta a su único rival
potencial, Panathinaikos), pero hablamos de un equipo que ha conquistado la
Supercopa helena por primera vez en su historia (ganando con solvencia además
al citado Panathinaikos por 15 puntos) y que en Europa vuelve a sorprender con
un 7-4 que apunta a volver ser equipo de play-offs por segundo año consecutivo
y en los dos años después del adiós de la leyenda Spanoulis. El ADN competitivo
sigue intacto y Bartzokas (quien ya sabe lo que es levantar el máximo trofeo
continental con el club del Pireo, 2013) ha encontrado un núcleo absolutamente
fiable en la dirección de Sloukas (13.4 puntos y 6.8 asistencias en Euroliga),
la fortaleza interior de Moustapha Fall (71.2% en tiros de campo, siempre cerca
del aro) muestra de un baloncesto europeo que vuelve a contar con la
importancia del cinco puro, y sobre todo el nivel estratosférico de Sasha
Vezenkov, jugador más valorado hasta el momento de Euroliga con 19.9 puntos,
8.2 rebotes, 2.2 asistencias y 1.4 robos para una brutal valoración media de
26.6. Rodeados además de secundarios tan contrastados como Papanikolau, Walkup,
Bolomboy, Peters o McKissic, está claro que estamos ante un equipo top
continental.</b></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p><p class="MsoNormal"><b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">MÓNACO:</span> balance temporada 17-5<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><o:p> </o:p>Para muchos la gran revelación de la actual temporada en
Euroliga, para otros la confirmación de los visto el pasado curso, cuando estuvieron
a punto de cargarse a todo un Olympiacos llevándole a una agónica serie de
cinco partidos. El “otro Obradovic”, Sasa, maneja con buen tino un equipo en el
que impera tanto talento como anarquía ofensiva, ejemplificada sobre manera en
el genio disoluto de Mike James (17.9 puntos y 4.4 asistencias por partido en
Euroliga, 14.1 y 6.4 en competición doméstica) pero acompañado también de claros
“jugones” exteriores como Elie Okobo o Jordan Loyd. En ese contexto gana
importancia la figura del infravalorado estajanovista John Brown III, una
navaja suiza que merece ser considerado élite defensiva. Súmenle una tripleta
interior tan abnegada como eficiente como es la formada por
Moerman-Motiejunas-Donta Hall y tienen uno de los equipos más excitantes del
continente.</b></p><p class="MsoNormal"><b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">BARCELONA:</span> balance temporada 16-7</b></p><p class="MsoNormal"><b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>No acaba de romper el equipo de Jasikevicius, arrastrando
además la mancha de perder la Supercopa ACB en otra remontada madridista, pero
aparece bien posicionado en los puestos altos de la tabla tanto en Euroliga
como en ACB, recuperando poco a poco la mejor versión de Cory Higgings y con un
recién regresado a las pisas Mirotic. El peso hasta este momento lo han llevado
especialmente los bases, un Laprovittola en modo ametralladora (tremendo 46.4%
en triples en Euroliga con nada menos que 69 lanzamientos intentados) y pasador
(4.6 asistencias en Europa), un Satoransky aportando en todo (máximo reboteador
de su equipo en Euroliga) y un Jokubaitis al que Saras foguea sobre todo en ACB
(ahí lo tenemos jugando casi medio partido promediando 7.6 puntos y 4.5
asistencias) Puede extrañar ver a un equipo así sumar ya siete derrotas en lo
que va de temporada pero con este nivel en los bases, la progresión en la
adaptación de Da Silva, y la recuperación de la forma de Higgings y de la
figura de Mirotic afrontan el invierno como uno de los equipos de más garantía
del continente.<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">LENOVO TENERIFE</span>: balance temporada 12-2<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Líder ACB con el 90% de victorias y sólo cediendo un partido
de Basketball Champions League en Grecia ante el Peristeri de Spanoulis.
Vidorreta mantiene un bloque de ritmo alto y excelencia exterior (45.5% en
triples en BCL, 38.6% en ACB) en el que sumar un efectivo como Jaime Fernández
ha sido todo un acierto, aunque la clave sigue siendo la increíble dilatación
en el tiempo de la pareja Huertas-Shermadini. Y si hablamos de bases “puros”,
el dúo Huertas-Fitipaldo no tiene parangón en la ACB.<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">ANADOLU EFES:</span> balance temporada 13-7<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Lo querían enterrar (una vez más) pero el Efes ya está de
vuelta, y con un roster que si no puede parecer tan largo como en temporadas
anteriores, si parece al menos superior en su potencial quinteto titular
Micic-Larkin-Clyburn-Polonara-Zicic. Sorprende el bajo rendimiento (y minutaje)
del italiano, con sólo 12.6 minutos por partido en Euroliga (en BSL se va a los
26.5) La baja de Larkin, no puede ser de otro modo, es otro condicionante para
explicar su mal comienzo de temporada. Con todo y aun así levantaron la
Supercopa turca para abrir el curso y ya están terceros en competición
doméstica y sextos en Euroliga. Acaba de perder en casa 111-112 tras doble
prórroga frente a un muy reforzado Pinar Karsiyaka (han llegado Kuzminskas,
Ángel Delgado, Jaylon Brown, Errick McCollum…) en uno de los partidos de la
temporada.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">VIRTUS BOLONIA:</span> balance temporada 15-7<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Pese a cotizar a la baja en Euroliga ahora mismo con tres
derrotas consecutivas que les han sacado de puestos de play offs, hablamos del
líder invicto de una recuperada Serie A italiana y del vigente campeón de la
Supercopa transalpina. Contrasta la sobriedad doméstica con la irregularidad
continental, achacable quizás a la elevada edad de algunas de sus piezas
maestras. Con Teodosic (35 años) y Belinelli (36) jugando únicamente 15.8 y
11.7 minutos por partido respectivamente en la máxima competición europea
(además de perderse varios partidos, especialmente el italiano) Scariolo está
encontrando en Jordan Mickey a su mejor soldado, con sus 12.4 puntos y 4.9
rebotes en Lega y 9.2 y 5 respectivamente en Europa.<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">TURK TELEKOM:</span> balance temporada 13-2<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Una de las sensaciones de la temporada, brillando en Eurocup
(balance 5-1) y a una victoria del intratable Fenerbahce en la BSL. La primera
experiencia como head coach de Erdem Can, alumno aventajado de Obradovic en
Fenerbahce (el año pasado estuvo asistiendo en el banquillo de Utah al lado de
otro grande como Quin Snyder) no podía resultar más exitosa, pese a no manejar
un roster con, sobre el papel, mucho nombre ilustre. Sobresalen en este aspecto
un viejo conocido de la ACB como Axel Bouteille (17.7 puntos en BSL, 15.2 en
Eurocup) y, evidentemente, la gran figura de Jerian Grant (como le debe estar
echando de menos Messina en Milán), el talentoso “guard” norteamericano lidera
a su equipo con 13.7 puntos y 6.5 asistencias en BSL y 14.7 y 7.2 en Eurocup. Tyrique
Jones en el ala-pívot se confirma como una de las revelaciones de la segunda
competición continental con sus 15.3 puntos y 8.9 rebotes por partido. <o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="color: red;">UNICAJA:</span> balance temporada 11-3<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Había ganas de volver a ver a Unicaja arriba en la clasificación
ACB (ahora mismo tercero con balance 7-3) pero además es justo traerlo aquí
porque su 4-0 en BCL le mantiene como el único equipo invicto dentro de las
cuatro competiciones continentales. Seis victorias consecutivas en liga
doméstica y 9 en los últimos diez partidos entre ACB y Europa les confirman
como uno de los equipos del momento. Mucha coralidad con cuatro jugadores
promediando anotación en dobles dígitos en BSL (Brizuela, Osetkowski, Perry y
Kalinoski) y tres en ACB (Carter, Djedovic y de nuevo Osetkowski, confirmando
al ala-pivot norteamericano con origen alemán como una de las revelaciones de
la nueva temporada)</b><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p><p class="MsoNormal"><b><br /></b></p><p class="MsoNormal"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieNPrglcjaLOy44bqa3un82AkzN2i4BhOTKl4cUd4yE7cGZFBmIpQ2upZS1-vKDbxSOd9UOsmXzgwv96yBiAI0qG3YzK3JdNa9VroaylT4uuJSVJ3hYIfDsXe04oKfkHSY7jadPPQ5nuGW5fBf1T9shq4bBTA3XroekWWvGBQ4TYRISOKoIXCrrBybyg/s1200/dylan.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="676" data-original-width="1200" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieNPrglcjaLOy44bqa3un82AkzN2i4BhOTKl4cUd4yE7cGZFBmIpQ2upZS1-vKDbxSOd9UOsmXzgwv96yBiAI0qG3YzK3JdNa9VroaylT4uuJSVJ3hYIfDsXe04oKfkHSY7jadPPQ5nuGW5fBf1T9shq4bBTA3XroekWWvGBQ4TYRISOKoIXCrrBybyg/s320/dylan.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dylan Osetkowski brilla en Málaga.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b><p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-10297838993966358922022-10-01T15:49:00.006-07:002022-10-01T16:01:33.152-07:00LUCES Y SOMBRAS DE UN EUROBASKET ESPECTACULAR<p><b> </b></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Cinco años de espera bien merecieron la pena para
disfrutar de uno de los torneos continentales más espectaculares que podamos
recordar. Vamos a tratar de realizar un pequeño repaso a este Eurobasket
basándonos en los tópicos de las decepciones y las sorpresas, y pasando más por
alto las selecciones que, digamos, han cumplido y si bien no han sido capaces
de romper su particular techo tampoco pueden considerar su paso por el torneo
un fracaso. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Antes de nada y ya que no nos dio tiempo a completar
nuestro power ranking particular (lo dejamos en los primeros diez equipos) les
recuerdo que en el podcast especial de Zona 3-2 ( https://www.ivoox.com/especial-eurobasket-2022-audios-mp3_rf_91686970_1.html
) pueden escuchar esa clasificación previa entera, del 1 al 24, para demostrar
así lo errados de nuestros pronósticos respecto a las posibilidades de algunas
selecciones (especialmente Polonia)<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Ya entrando en materia, quizás la gran decepción sea
Eslovenia, por caer precisamente ante una selección de un rango a priori tan
inferior como Polonia. Después de dominar el bien llamado “grupo de la muerte”
(de hecho dos de los semifinalistas salieron de ese grupo B), con cuatro
victorias y una sola derrota ante una sorprendente Bosnia Herzegovina, parecía
que tenían un camino franco hasta las semifinales, con Bélgica en octavos y el
vencedor del Ucrania-Polonia en cuartos. Los leones de Dario Gjergja ya
avisaron de lo que le iban a costar avanzar, cuando entraron al último cuarto
con un marcador apretado e incluso todavía siendo capaces de ponerse por
delante a falta de nueve minutos, pero un parcial de 17-0 liderado por Doncic (5
puntos y 3 asistencias durante dicho parcial) rompió el partido para llevarlo a
ese 88-72 final. Habían sufrido pero ya estaban en unos cuartos de final que
nos dejaron el resultado más sorprendente de todo el torneo, con el 87-90 que
dejaba a los hasta el momento vigentes campeones fuera de la lucha de las
medallas. Doncic, lesionado y eliminado por faltas viendo los últimos tres
minutos desde el banquillo, fue injusto blanco de las críticas, cuando él mismo
ha sido el primero en arogarse todas las responsabilidades del batacazo de su
equipo. Luka no es un superhombre y cabe plantearse si podremos seguir
disfrutando del mejor jugador europeo de este siglo con esta regularidad
durante todo el año. No obstante su torneo ha sido una vez más superlativo,
dejando una actuación especialmente estratosférica ante Francia (47 puntos,
segunda mayor marca de la historia tras los 63 del belga Eddie Terrace en 1957)<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqSgXx8fL8Zoa_sGiMSUvGppqRHJxu6NRs6poQKEyhNRcS_7xp2yneWKNNZ00o7sBq_mfVBRI5JnG3k8M3aA-YA4_eG-IXFWbhpyV_M-tMEAeAq7SFSMjanpo1twaE-xz84jxPii5zwjuvXf2tbM6pDz3eZjGuHR7ixdV9j34qPELz8aezPdNHqqz_uw/s480/ld.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="480" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqSgXx8fL8Zoa_sGiMSUvGppqRHJxu6NRs6poQKEyhNRcS_7xp2yneWKNNZ00o7sBq_mfVBRI5JnG3k8M3aA-YA4_eG-IXFWbhpyV_M-tMEAeAq7SFSMjanpo1twaE-xz84jxPii5zwjuvXf2tbM6pDz3eZjGuHR7ixdV9j34qPELz8aezPdNHqqz_uw/s320/ld.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Doncic entonó el mea culpa.</td></tr></tbody></table><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /><b><br /></b></span><p></p><p class="MsoNormal"><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Decepción también en los otros dos rosters liderados
por las otras grandes estrellas NBA. Serbia
de hecho no fue siquiera capaz de pasar la primera ronda eliminatoria, si bien
en su debe puede decir que su rival, Italia, tiene más caché que Polonia, pero
tratándose del gran favorito para la FIBA (nosotros les pusimos segundos) el
fracaso es evidente. Tras una fase de grupos que fue un paseo, cuando llegó la
primera prueba de fuego la apuesta de Pesic por basarlo todo en el eje
Micic-Jokic colapsó, con el base de Efes naufragando ante la defensa de los de
Pozzecco (1 de 8 en triples) No creo que sea ventajista ahora acordarse de
Teodosic, es que Teodosic tiene calidad de sobra para estar en el roster serbio
y fue una decisión de Pesic dejarle fuera basado en cuestiones más jerárquicas
que estrictamente deportivas. La Grecia de Antetokounmpo por su parte se la
pegó frente a una grandísima Alemania, después de un torneo atractivo (ha sido
el equipo máximo anotador con 92,3 puntos de media) en el que junto a Serbia
fue el único equipo invicto de fase de grupos, se encontró con una correosa
Chequia en octavos, a la que supero no sin dificultades, para luego sucumbir
ante una Alemania más coral y física (tremenda la diferencia en el rebote, 32 a
46 para los germanos) Anteto, eso sí, ha acabado siendo el jugador con mejor
valoración media (32.7) y anotación (29.3) del torneo, lo que le ha valido para
ser integrante del mejor quinteto del campeonato. Hay que remontarse a 2013,
con Goran Dragic, para encontrar un jugador que sin estar en semifinales entra
en dicho quinteto (aunque en aquella edición se jugaban partidos para delimitar
la clasificación final, en la que Eslovenia fue quinta) Lituania podría
considerarse otra decepción dadas sus expectativas y calidad del roster, claro
que vivir en el grupo B ya condicionaba un tanto sus posibilidades y caer a la
cuarta plaza les llevó a enfrentarse con los a la postre campeones. Vendieron
muy caras sus derrotas ante Francia, Eslovenia y Alemania (tras doble prórroga)
y vencieron fácil a Hungría y Bosnia Herzegovina. España sólo pudo superarles
también en la prórroga, de modo que parece que les ha faltado un punto de
competitividad en los momentos decisivos. A nivel individual, Valanciunas sigue
siendo el auténtico jefe, y Domantas Sabonis vuelve a estancarse con la
elástica nacional y no acaba de ser el segundo espada esperado.</b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Otras pequeñas decepciones, a menor nivel, las podemos
encontrar en República Checa, pese a su buena imagen en octavos ante Grecia, pero
por contra en la fase de grupos de Praga en la que ejercían de anfitriones
quedaron cuartos, pasando a los cruces gracias a una victoria ante Holanda, que
se daba por descontado, y a saber reaccionar a tiempo en la “final” ante
Israel. Claro que más decepcionante es el caso precisamente de los hebreos,
incapaces de clasificarse en un grupo asequible. Otros anfitriones como Georgia
también decepcionaron al no pasar de fase en un grupo como el A que también
parecía de los más fáciles, más allá de la lesión de Shengelia. Casos como el
de Turquía o Croacia parecen ya no tener remedio, volviendo a decepcionar a la
hora de la verdad. Especialmente sangrante es el caso de los de Mulaomerovic,
selección plena de talento pero presa de una apatía constante. Por último, ¿podemos
meter a Francia en el grupo de las decepciones?, al menos sí parece claro que
su torneo deja una sensación agridulce. No parece justo hablar de fracaso en
una selección que se acaba colgando la plata, pero viendo como sus principales
rivales por el oro (Serbia, Eslovenia, Grecia…) iban besando la lona, parecía
que se encontraban ante una oportunidad única para volver a subirse a lo más
alto del podio continental, y en una edición con un aroma mucho más histórico
que aquella de 2013. Una vez más España ha sido su bestia negra. Más allá del
resultado final, que es tan brillante como esa plata que han conquistado, su
juego no ha acabado de convencer y se han empeñado en vivir en el filo
demasiado tiempo. Victorias ante Hungría (con susto final), Bosnia Herzegovina
y Lituania en fase de grupos, con una derrota inapelable ante Alemania e
incapaces de sujetar a Doncic en su duelo ante Eslovenia. Antes de llegar a
unas cómodas semifinales ante Polonia, Turquía e Italia (esos tiros libres de
Fontecchio) les llevaron a la prórroga. Además queda su mala imagen no
permaneciendo en la entrega de medallas a España, y el vergonzoso caso Heurtel,
quien había asegurado que no firmaría por el Zenit de San Petersburgo para
poder disputar el Eurobasket, para una vez finalizado el torneo conocer la
noticia de que ya estaba hecho, confirmando que es el mayor embustero y
elemento tóxico del actual baloncesto europeo.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Y vamos con lo positivo. Evidentemente España escribe
una de sus páginas más gloriosas en la historia del baloncesto nacional. Con un
roster renovado a la fuerza, más parecido a una convocatoria de ventanas FIBA
que a un gran torneo de verano, y con el (admitámoslo así) paso atrás que
supone la nacionalización de Lorenzo Brown para paliar las carencias en el
base. De hecho Lorenzo, incluido en el mejor quinteto (y absolutamente letal en
octavos ante Lituania y semifinales frente a Alemania con 28 y 29 puntos
respectivamente) es el único jugador con cierto peso y minutaje y rol de
titular entre los NBA y Euroliga (lógicamente los Hernángomez y Garuba, aunque
actualmente residuales en Estados Unidos, en Euroliga serían jugadores con
muchísimos minutos en cualquier club) El oro español, al margen de lo épico y
sorpresivo en la cancha, está plagado de pequeñas historias personales, como la
de Alberto Díaz, uno de los primeros descartes y posteriormente repescado tras
la lesión de Llull con un rol defensivo muy claro pero que ha sabido explotar
muy bien sus opciones en ataque, especialmente cuando se ha visto flotado por
los rivales, pero también a la hora de encarar aro tirando de “bombitas”.
España ha explotado de inicio el juego interior con un soberbio Willy, a la
sazón MVP del torneo (17.2 puntos con un 63.7% en tiros de campo, y 6.9 rebotes
por partido, 19.7 de valoración media… en sólo 21.7 minutos por encuentro), y a
partir de ahí y aprovechando como las defensas rivales se cerraban sobre
nuestros pívots los exteriores comenzaron a aprovechar sus ocasiones. Lorenzo
Brown ha finalizado con un brillante 46.2% en tiros de campo, pero es que
Alberto se ha ido nada menos que a un 52.9%. Números impropios para los bases. Lorenzo
y Alberto han sido, qué duda cabe, “la extraña pareja”, un matrimonio de bases
con el que nadie hubiera podido contar hace un año pero que se ha convertido en
la pareja de moda del torneo. El gen competitivo del ADN español se ha
demostrado que no es un tópico, y la pizarra de Scariolo ha hecho el resto. Eso
sí, con la inestimable ayuda de un equipo técnico en el que ha sobresalido la
figura de Luis Guil, especialista en la tarea defensiva.<o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsobF0MPTjedgVQ4O_r1JZt4wj41QstYP9qBPb2vmJQzlnhgHWHtk2LyzqRjcB8CJHNCueqE0AYi1uLVlxQipJueupkPWZt9qO9LEWdvPvaW08UF608pzAJd9ct0KybkiPqEJyLlsT4mwtRLKGYmcxrMT0ViqVFowyy6rI7YVynNQKK-VpDQgiVJo15Q/s1300/Luis-Guil-medalla-dejado-luzca_2159794026_7265303_1300x731.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="731" data-original-width="1300" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsobF0MPTjedgVQ4O_r1JZt4wj41QstYP9qBPb2vmJQzlnhgHWHtk2LyzqRjcB8CJHNCueqE0AYi1uLVlxQipJueupkPWZt9qO9LEWdvPvaW08UF608pzAJd9ct0KybkiPqEJyLlsT4mwtRLKGYmcxrMT0ViqVFowyy6rI7YVynNQKK-VpDQgiVJo15Q/s320/Luis-Guil-medalla-dejado-luzca_2159794026_7265303_1300x731.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Las pizarras del oro</td></tr></tbody></table><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /><b><br /></b></span><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Hablando de pizarras, la del canadiense Gordon Herbet
en su debut con la selección de Alemania ha brillado considerablemente. Por
momentos han parecido invencibles, realizando el mejor baloncesto del torneo y
mandando en la mayoría de los partidos. Schroder se ha redimido como líder,
quitándose el regusto amargo de 2015, cuando sus fallos en los tiros libres
también como anfitriones en Berlín abrían el camino de España a las
eliminatorias y dejaba a los alemanes en la cuneta de la primera fase. Supera
su techo de 2017 cuando no pasaron de cuartos, también con España como
verdugos. No obstante la gran noticia en el roster alemán está en Franz Wagner
y ese perfil de unicornio que pudiera recordar levemente al mito Nowitzki (ojo
a su 19 de 41 en triples acumulado durante el torneo), con 21 años sus 15.2
puntos y 4 rebotes por partido hacen concebir esperanzas en el baloncesto
germano sobre un nuevo líder que les pueda llevar a algún escalón del podio
incluso más alto que este reciente bronce.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>Polonia se queda fuera de los metales pero ha
protagonizado otra de las grandes historias del torneo. No llegaban tan lejos
en un Eurobasket desde la década de los 60, cuando lograron tres medallas
consecutivas en los mejores años del baloncesto polaco. Pese a las palizas
recibidas por Serbia y Finlandia supieron rentabilizar sus victorias ante
Holanda, Chequia e Israel para obtener un buen cruce en octavos ante Ucrania, y
después dar la gran campanada del torneo con su victoria frente a Eslovenia,
cincelada en un Mateusz Ponitka extraterrestre. Descomunal triple-doble de 26
puntos, 16 rebotes y 10 asistencias, el tercero en la historia del torneo pero
el primero en cruce eliminatorio. Kukoc en el 95 se lo hace a una Finlandia que
acaba sin ganar un partido en la fase de grupos y el rumano Mandanche en el
último Eurobasket lo hace ante Montenegro también en fase de grupos en un
partido que su equipo pierde de 17 puntos. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>¿Podemos hablar de una selección que cayendo en fase
de grupos se va a casa como una de las sensaciones del torneo?, sin duda es el
caso de Bosnia Herzegovina. Pese a estar en el complicadísimo grupo B llegaron
a la última jornada con todas las opciones, jugándose el pase ante una Lituania
a la que obligaron a dar su mejor cara. Un país necesitado de alegrías
baloncestísticas que nos sigue poniendo la piel de gallina cada vez que
recordamos lo sucedido en 2015 cuando la selección U16 liderada por Musa ganó
el oro europeo llevando a las calles de Sarajevo a miles de aficionados a
celebrarlo. Hablamos de un campeonato cadete. Claro que si hablamos de
alegrías, para Ucrania simplemente estar ahí ya ha sido un éxito y una pequeña
válvula de escape para un país europeo que sigue viviendo una injusta e
injustificada guerra, pero además ganaron los tres primeros partidos del torneo
(entre ellos a Italia) y pasaron con nota la fase de grupos. Los casos de
selecciones como Italia o Finlandia dejan una sensación final de cierta tibieza
tirando a calor, sobre todo en el caso de los fineses. Por primera vez alcanzan
unos cuartos de final, pero más que una sorpresa parece una consecuencia del
trabajo bien hecho y el crecimiento del baloncesto del país nórdico en los
últimos años. Markkanen, un superclase al que siempre se le ha puesto bajo
sospecha en la NBA, trituró a cada uno de sus rivales, especialmente a Croacia
en el partido que rompía el techo finés de octavos de final (43 puntos y 9
rebotes) Para Italia llegar a cuartos de final tampoco supone ninguna sorpresa,
y se van con el regusto amargo de incluso haber podido llegar más lejos, pero
el retorno del baloncesto transalpino a la élite es una realidad y dejan como
punto álgido su victoria de octavos ante Serbia, con aroma a épica y Pozzecco
expulsado por los árbitros entre lágrimas.</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwyEuRWJLBxm7tHpuumvMOEi6lCknGQsZIMCj6RgAABURDWopVAliw3AuIITwd1s1YrKQM2FKJtKzKDbzZ2PwK6Yp1iUWGXFvtQfQDI18iBGEEYljjZY7EzkH4uP_N4rEEsrFtFfqGdfPigLKbcg-ESuaL1LI3qrQ-XECRtHi-srI5YYCQyXaH-pkc2g/s700/pozzecco.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="700" height="206" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwyEuRWJLBxm7tHpuumvMOEi6lCknGQsZIMCj6RgAABURDWopVAliw3AuIITwd1s1YrKQM2FKJtKzKDbzZ2PwK6Yp1iUWGXFvtQfQDI18iBGEEYljjZY7EzkH4uP_N4rEEsrFtFfqGdfPigLKbcg-ESuaL1LI3qrQ-XECRtHi-srI5YYCQyXaH-pkc2g/s320/pozzecco.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pozzecco y la épica</td></tr></tbody></table><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /><b><br /></b></span><p></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-64054796652090413902022-09-01T03:21:00.002-07:002022-09-01T03:21:30.280-07:00EUROBASKET POWER RANKINGS (II)<p> </p><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsgCXCHwnXSCu5TSDSpbNTb9Ny5SU8Ex1MASwnmBJmHnrL3gStMUNngCF_uGVv4WaHFzZU-KGmzVcWfGI1hhfYZR_X-bwFU3VVa9IxK-nqgB-sAcVJD30OvnemoT8xJquSE1wxYHHfJ8VMBB_3jmiMnpl1ZVbnPw1f-PfG0RRmqgZe9Qek94Ap3P_pzw/s1200/ITOUDIS.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="1200" height="167" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsgCXCHwnXSCu5TSDSpbNTb9Ny5SU8Ex1MASwnmBJmHnrL3gStMUNngCF_uGVv4WaHFzZU-KGmzVcWfGI1hhfYZR_X-bwFU3VVa9IxK-nqgB-sAcVJD30OvnemoT8xJquSE1wxYHHfJ8VMBB_3jmiMnpl1ZVbnPw1f-PfG0RRmqgZe9Qek94Ap3P_pzw/s320/ITOUDIS.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Itoudis sabe que todo pasa porque Calathes alimente a Anteto.</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><b><span style="color: red;">5 GRECIA:</span> la selección helena comparece en este campeonato con un nombre propio por encima del resto: Antetokounmpo. Y es que hasta cuatro de los cinco hermanos más famosos del baloncesto europeo fueron convocados por Itoudis para la preparación de este Eurobasket. Alex, el pequeño, ya ha sido cortado, pero ahí está el dato como ejemplo de la importancia de la familia Antetokounmpo en su país y para vergüenza y humillación de los miserables de Amanecer Dorado. En efecto, todas las opciones helenas parecen pasar por la mejor versión del dos veces MVP de temporada y campeón (y MVP de finales) de 2021. Nada tiene que ver este Giannis con el todavía bisoño jugador del Eurobasket 2015, su anterior comparecencia en este torneo, ni siquiera con el del Mundial 2019, decepcionante con poco más de 14 puntos por partido y eliminado por personales en el partido decisivo ante República Checa que dejó fuera de las eliminatorias a Grecia por un average de tres puntos. Este Anteto llega con laexperiencia suficiente como para entender las diferencias entre FIBA y NBA, presenta su evidente mejoría en el tiro libre y de media distancia, y con una mejor selección en el de larga. Olvidada ya la intención de convertirlo en un “all around player” que iniciase el juego como un base, Giannis se ha convertido en un asesino ejecutor cerca del aro, donde es imparable. Si Itoudis, en su estreno como seleccionador, quiere ver a su equipo llegar lejos, sabe que todas las opciones pasan por alimentar a su bestia greconigeriana, y ahí es donde entran en juego sus dos principales generadores, un Calathes con el que por lo visto en la preparación y ventanas FIBA la conexión es total y un Sloukas tocado cuya presencia en el roster final no está asegurada. Evidentemente sería vital la participación del alma del Olympiacos. Papanikolau es el otro gran referente de la vieja guardia helena. Dorsey, después de su gran temporada en El Pireo precisamente al lado de Sloukas y Papanikolau, llega como nacionalizado de lujo para asegurar puntos (y generación de juego) desde el perímetro. El resto parece un relleno con buen molde físico y cierto talento (Agravanis en el poste y al cuatro abierto) y alguna mirada puesta en el futuro (Kalaitzakis o Lountzis) La escasez de fondo de armario parece el gran hándicap para un roster que no debería tener problemas en ocupar las primeras posiciones de su grupo y pasar la primera eliminatoria, pero llegar a semifinales sería todo un éxito para uno de los alumnos más aventajados del dios Obradovic, un Itoudis que con el bagaje de sus dos euroligas conquistadas con CSKA busca el reto internacional antes de emprender nueva aventura turca en un Fenerbahce donde se reencontrará precisamente con Calathes.</b></p><p><b><br /></b></p><p></p><p><b><span style="color: red;">6 ESPAÑA:</span> incluso con el precedente del Mundial 2019, cuesta encontrar un campeonato internacional de selecciones en los últimos 20 años en el que la selección española parta con unas perspectivas tan bajas como las de este torneo. Y aun así nos encontramos un equipo a buen seguro competitivo, que intentará hacer de la defensa una vez más una seña de identidad (la energía de Garuba y Parra, fundamentales) y que siguiendo la tendencia general buscará su mayor producción en la pintura, donde Willy Hernángomez se erige como nuevo líder, al menos estadístico, de esta selección. La producción del mayor de los Hernángomez numéricamente hablando no admite dudas, siempre suma en su casillero, y admitiendo que sufrirá ante los grandes pívots del torneo (algunos de ellos entre los mejores del mundo… Jokic, Gobert, Valanciunas… o Giannis Antetokounmpo quien muy posiblemente salga de inicio de cinco), frente a la gran mayoría de rivales debe provocar auténticas escabechinas. Más dudas provoca su hermano Juancho, quien ha evidenciado un bajo estado de forma durante la preparación y que tampoco parece encontrarse cómodo en este formato grande que busca Scariolo de inicio poniéndole de tres. Con Garuba cogiendo la forma lentamente tras su lesión en el tobillo, la gran noticia ha sido un Jaime Pradilla confirmando las excelentes sensaciones de su buena temporada en Valencia. Las carencias exteriores, especialmente en el base (y más tras la última lesión de Llull), hacen recaer un excesivo protagonismo en el recién llegado vía nacionalización exprés Lorenzo Brown, fantástico jugador a nivel individual pero que no termina de encontrar su juego con sus nuevos compañeros.</b></p><p><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZDXxk2hFyhqWTufmcP34WssUQiVw5xWKhtItwQfD_I0JAQ4v5Zk8ro1vlUU9bV0QK7KM4gQiK4grYS_Hxg4RUBYshL5NEnJpMFeAlRWlZcDSXXHEO7983vO9lWdb6HpIo4kprsEY6kJwhw9cL1zi8446TVoLty7yI6Ep-aE45ocMiE82ahksm-mwHbQ/s828/16619624665108.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="552" data-original-width="828" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZDXxk2hFyhqWTufmcP34WssUQiVw5xWKhtItwQfD_I0JAQ4v5Zk8ro1vlUU9bV0QK7KM4gQiK4grYS_Hxg4RUBYshL5NEnJpMFeAlRWlZcDSXXHEO7983vO9lWdb6HpIo4kprsEY6kJwhw9cL1zi8446TVoLty7yI6Ep-aE45ocMiE82ahksm-mwHbQ/s320/16619624665108.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">España confía en su juego interior.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p><b><span style="color: red;">7 ITALIA:</span> el nuevo proyecto transalpino del medallista olímpico como jugador Pozzeco (releva al entrañable Meo Sacchetti) rompe con el pasado reciente de manera abrupta por la lesión de menisco de Gallinari, quien estaba llamado a encarnar la vieja guardia en una selección que sigue mostrando nombres tan ilustres como Melli o Datome pero cuya fiabilidad debe pasar por la progresión de los Polonara o Fontecchio,jugadores capaces de adaptarse a un rol secundario o de dar un paso adelante llegado el momento. Nico Mannion no admite dudas como nueva estrella emergente. No perder el estatus que tanto les costó recuperar debería ser el objetivo, con la figura de Paolo Banchero en la idea del futuro inmediato.</b></p><p><b><br /></b></p><p><b><span style="color: red;">8 ALEMANIA:</span> tiempos ilusionantes para el baloncesto del principal anfitrión del torneo, una Alemania que finiquitado el ciclo de Henrick Rodl confía en el veterano canadiense Gorden Herbert para subir un peldaño más en un país en franca progresión. Parten en el temible grupo B, pero con jugadores de nivel NBA como Franz Wagner (su hermano Moritz es ausencia por lesión), Dennis Schroder, Daniel Theis y un Johannes Voigtmann en su “prime”, por muy temibles que sean sus rivales de la primera fase deben pasar de ronda y a partir de ahí pueden darle un susto a cualquiera.</b></p><p><b><br /></b></p><p><b><span style="color: red;">9 TURQUÍA:</span> vuelve Ataman, nuestro villano favorito, a un banquillo que conoce bien y en el que no dejó mala impresión, metiendo a Turquía en cuartos del mundial 2014 (remontada ante Australia en octavos), aunque decepcionaron en 2015 con sólo tres victorias sufridas ante Italia, Alemania e Islandia y cayendo de paliza ante Francia en cuanto llegaron los cruces. El reto del ganador de las dos últimas euroligas es inculcar espíritu competitivo a un roster talentoso pero que apenas rinde en grandes citas salvo cuando es anfitrión. En un país con tan larga tradición baloncestística cuesta entender que sólo hayan conquistado dos preseas en grandes citas internacionales (las platas del mundial 2010 y euro 2001), en ambas ocasiones siendo anfitriones. En el resto de su historia no les encontramos ni en semifinales. Puntos asegurados con Larkin, Korkmaz y Osman, y mucha clase en la pintura con Sanli y el joven Sengun. Mimbres para mínimo pasar de fase de grupos. La gran duda una vez más está en sus ganas de competir.</b></p><p><b><br /></b></p><p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMahEgMrBrhb9ves8ZVJksPH2YRQbbnfygNeeO0g96a9jCQYlWDqXhgeW5pGhmVM08cEdpd588FBOq-3iXZegy4W8FPqXQpK4QxTYl3RTdq1tBIFZpJEq788dXqdfPmp_Lm3s9nhWbfaVTXkVcngV6lKzoHmFznGjHpQMSqAjVqDeTNVwDGiDzzqHEUQ/s625/f32fbad9-larkin-ataman-625x353.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="353" data-original-width="625" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMahEgMrBrhb9ves8ZVJksPH2YRQbbnfygNeeO0g96a9jCQYlWDqXhgeW5pGhmVM08cEdpd588FBOq-3iXZegy4W8FPqXQpK4QxTYl3RTdq1tBIFZpJEq788dXqdfPmp_Lm3s9nhWbfaVTXkVcngV6lKzoHmFznGjHpQMSqAjVqDeTNVwDGiDzzqHEUQ/s320/f32fbad9-larkin-ataman-625x353.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La cuestión turca</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p><b><span style="color: red;">10 CROACIA:</span> claro que si hablamos de dudas en cuanto a carácter y competitividad, Croacia vuelve a llevarse la palma. Muchísima calidad en el núcleo principal (Bogdanovic, Saric, Zubac, Hezonja, Simon…) y grandes esperanzas en los prospects Gnjidic y Prkacin (reciente fichaje del Girona de Marc Gasol) Ausentes del último mundial y JJOO, el gran trabajo de Mulaomerovic será inculcar el añorado instinto asesino de la Europa del Este a un equipo tan talentoso como endeble mentalmente.</b></p><p><b><br /></b></p><p><br /></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-84596441852028114482022-08-28T01:28:00.002-07:002022-08-28T01:28:34.825-07:00EUROBASKET POWER RANKINGS (I)<div><br /></div><b>
Comenzamos serial con nuestro particular power ranking en orden descendente. Empezamos con las cuatro selecciones que consideramos más fuertes por diversos factores (especialmente el del roster, pese a algunos no estar todavía cerrados), lo cual no quiere decir que las veamos como las cuatro semifinalistas (de hecho preveo un Serbia-Lituania en cuartos de final, lo cual haría imposible que ambas escuadras luchasen por medallas) </b><div><b><br /></b><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIfKMvuqCAsMDx1vehzsceTaG2PQMhoLtRcHRjmwbQGnl8oBfM5Ai6wJUMpCdYPSMSZjPOEBDKaz2BIMVdBS9qWoVLj4VDMXzyyOsE-weI9vTMGhE4mMDHw-SHz3NIkpvmP-ui8GYmwmWyV1LiynY6RzkLQO_Qc6IPpSak2n_4OGbODK5ltb4No8MPZQ/s3200/1173843324.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2134" data-original-width="3200" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIfKMvuqCAsMDx1vehzsceTaG2PQMhoLtRcHRjmwbQGnl8oBfM5Ai6wJUMpCdYPSMSZjPOEBDKaz2BIMVdBS9qWoVLj4VDMXzyyOsE-weI9vTMGhE4mMDHw-SHz3NIkpvmP-ui8GYmwmWyV1LiynY6RzkLQO_Qc6IPpSak2n_4OGbODK5ltb4No8MPZQ/s320/1173843324.jpeg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fournier y Gobert lideran a una Francia temible.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></div><div><b><br /></b><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><span style="color: red;"> 1 FRANCIA:</span> la selección de Collet (13 veranos seguidos al frente de los “bleus”) parte como la principal favorita en nuestro particular ranking debido a la combinación de varios argumentos. Calidad individual, continuidad en el núcleo duro de jugadores y en el banquillo con Collet, y no poca fiabilidad a la hora de competir. Hablamos de los campeones de 2013, pero sobre todo de los actuales finalistas olímpicos y único combinado europeo que se subió al podio de Tokio. El roster parece bien maridado, con una gran estrella NBA (Gobert), otra estrella de peldaño ligeramente inferior (Fournier, estrenando capitanía) y una serie de jugadores todavía en progresión como Maledon o Luwawu-Cabarrot, pero además un nutrido grupo destacando en el basket europeo, caso de los Yabusele, Poirier, Cordinier o Jaiteh (gran temporada en Bolonia haciendo olvidar a Epke Udoh) Incluso Heurtel, con todas las habituales dudas sobre su figura (y sobre todo su cabeza) en la selección si ha demostrado saber aceptar ese rol secundario que tanto le cuesta a nivel de clubes. A pesar de las ausencias de Wembayamba y Fall, no recuperados de sus recientes lesiones, y la reciente baja de Ntilikina, cuesta encontrar fisuras en un bloque exuberante en lo físico, con suficiente amenaza exterior y con dos torres como Gobert y Poirier, lo cual en un basket que vuelve a contar con los grandes pívots les asegura en todo momento una referencia interior a la que alimentar desde fuera y que por otro lado puede fijar la necesaria atención defensiva para que los Fournier o Yabusele estén más liberados para ejecutar desde el perímetro. Con la sombra del nacionalizado Embiid planeando para futuras citas internacionales, podemos suponer un grado extra de motivación para Gobert reivindicando su condición de macho alfa del baloncesto galo.</b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLC0vfibedGcTcOc_l6kDquUNmX7GRAjr6_kA-XfAbqGfk5pCk09j39K_40KPFNtnJIsDLKUgQfmCqmCTs4pq4cb5rd7IRZz6SAKeCrc3h-uSyIdiDIiBrMjWG6ZJrY3AEVNrWFngrQq1ePgyAgOcra7zoCEDb_yEeWSiAO131v3BmoZAN_Lu3IbeeyQ/s960/E3ZAgEUX0AY9iFl.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="960" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLC0vfibedGcTcOc_l6kDquUNmX7GRAjr6_kA-XfAbqGfk5pCk09j39K_40KPFNtnJIsDLKUgQfmCqmCTs4pq4cb5rd7IRZz6SAKeCrc3h-uSyIdiDIiBrMjWG6ZJrY3AEVNrWFngrQq1ePgyAgOcra7zoCEDb_yEeWSiAO131v3BmoZAN_Lu3IbeeyQ/s320/E3ZAgEUX0AY9iFl.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pesic lo fía todo al duo Micic-Jokic</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><span style="color: red;">2 SERBIA:</span> la única selección que puede competir a nivel individual en calidad de fondo de armario con Francia, o que incluso la puede superar. Si la ponemos por detrás de los de Collet es por las dudas que siempre plantea una selección que cita tras cita parte entre las favoritas al título pero acaba gripando en los momentos decisivos. Los nombres, en efecto, asustan, con el MVP de las dos últimas campañas NBA (Jokic) y el MVP de las dos últimas finales de Euroliga (Micic) al frente. Un compromiso con su selección que las dos jóvenes perlas Pokusevski y Jovic no pueden demostrar de momento al no obtener permiso por parte de Oklahoma City Thunder y Miami Heat respectivamente. Petrusev y Koprivica, si finalmente pasan el corte, representarán la nueva hornada de siete pies serbios. Tampoco estará Bogdanovic, recuperándose de su última lesión, pero aun así hablamos de un combinado que no debería bajarse de un podio que ya ocupó en 2017, cuando se tuvo que conformar con la plata tras caer frente a la sorprendente Eslovenia de Goran Dragic y Doncic. Bjelica, a pesar de las dudas sobre su estado físico, debe ser el otro gran referente NBA, luciendo su reciente anillo conquistado con Golden State y celebrando su regreso a Europa (Fenerbahce) en un combinado con mucha veteranía (Lucic, Kalinic, Nedovic…) y jugadores que sin llegar a la treintena están sobradamente consolidados a nivel FIBA (Milutinov, Guduric, Dobric, Marinkovic…) pero que quiere dejar clara la ruptura con el pasado y principio de autoridad de Pesic descartando a Teodosic. Claro que si hablamos de experiencia, en el banquillo la encontramos toda en el ya citado entrenador, quien vuelve a una selección a la que hizo campeona del mundo hace justo 20 años (bajo el nombre de República Federal de Yugoslavia), y que intentará eliminar esa duda habitual en los últimos tiempos en el combinado serbio, la que muestra un vestuario que cuando vienen mal dadas no sabe remar en la misma dirección. En definitiva un roster con muchísima clase y calidad para la circulación del balón, con el eje Micic-Jokic como garantía de goce estético para el aficionado, pero cierta debilidad interior, especialmente en sus piezas más jóvenes. El paso adelante que pueda dar en este sentido Milutinov como “back up” de Jokic, o incluso como compañero en la zona del genio de Sombor si Pesic apuesta por formatos descaradamente grandes, clave para las aspiraciones serbias. Habiéndose perdido los últimos Juegos Olímpicos y con la clasificación para el próximo mundial en entredicho (sólo una victoria en cuatro partidos) además del mal momento de su baloncesto de formación (los U20 acaban de ser campeones de Europa… pero de la división B), el Eurobasket 2022 puede ser la ocasión ideal para que la antaño potencia del Este reverdezca viejos laureles.
Últimas noticias, siguen vivos de cara al próximo mundial tras derrotar a Grecia en un auténtico partido resuelto en la prórroga, pero veremos que factura física le puede pasar a Micic, lesionado en el encuentro y de quien se llegó a temer su participación en el Eurobasket.</b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7AQxF-MKXrXjaIC00ryLPrUhd8K8y09ti26Aclou-cmEZk1fQ8EMwqsGUjqbv8tn2FLnMHy0zvltuXLikMSnj7HCJLHs9QYswIsclZSSs3a9z91buCcD55KBjMvQSJlbR2SViDGXM_OOM7Gk7PCCvIbdXthc8QjeOQghg0dgfSBeQAbTv96oS0TgUtA/s4000/INOL5WWVQNFWRMSQ7RRUNODYNI.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2667" data-original-width="4000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7AQxF-MKXrXjaIC00ryLPrUhd8K8y09ti26Aclou-cmEZk1fQ8EMwqsGUjqbv8tn2FLnMHy0zvltuXLikMSnj7HCJLHs9QYswIsclZSSs3a9z91buCcD55KBjMvQSJlbR2SViDGXM_OOM7Gk7PCCvIbdXthc8QjeOQghg0dgfSBeQAbTv96oS0TgUtA/s320/INOL5WWVQNFWRMSQ7RRUNODYNI.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Eslovenia reune de nuevo a sus dos grandes héroes</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><span style="color: red;">3 ESLOVENIA:</span> la gran favorita para FIBA y gran parte de los analistas que estos días definen sus pronósticos de cara al torneo. Argumentos tiene de sobra para ello y desde aquí no vamos a negar ninguno. Posee todas las condiciones para colgarse el oro de nuevo, pero igualmente las tienen Francia o Serbia y con un punto más de calidad en nuestra opinión a la hora de hablar de un roster de doce jugadores. Claro que ninguna otra selección tiene a ese jugador ya histórico (y hablamos de un chaval de simplemente 23 años) que es Luka Doncic. Un argumento que ya te hace favorito automáticamente en cualquier competición y en cualquier contexto. De hecho hemos estado muy tentados a colocar a Eslovenia segundos después de conocer la lesión de Avramovic y el desencuentro de Pesic con Teodosic, dejando un poco cojos a los serbios en la dirección del juego. Pero volvamos a Doncic. El mayor prodigio europeo del siglo XXI ha sido capaz de llevar al baloncesto esloveno (recuerden que hablamos de un país de sólo dos millones de habitantes) a hitos tan salvajes como jugar las últimas semifinales olímpicas y disputarle a Francia el pase a la final hasta el último segundo (ese tapón de Batum sobre la bandeja de Prepelic) Luka ejerce de líder ejemplar, más preocupado de encontrar al compañero mejor colocado que en rellenar su casillero de puntos, rodeándose de nuevo de un núcleo continuista (Prepelic, Tobey, Cancar, Nikolic, Blazic…) pero que recibe un inesperado plus con el retorno del MVP del último Eurobasket, un Goran Dragic que si bien no es el de hace cinco años en un torneo corto de este tipo puede rendir a su mejor nivel (recuerden el Scola del último mundial) Su hermanísimo Zoran también debería ser de la partida, y Ziga Samar, después de su temporadón en Fuenlabrada, puede tener su primer gran escaparate internacional demostrando que también hay relevo, conformando el juego exterior posiblemente más temible del campeonato. Únicamente cierta endeblez interior, donde Tobey se encuentra muy sólo (¿será Scuka a sus 20 años la alternativa?) y la falta de callo en el banquillo al más alto nivel del técnico Sekulic hace que no la coloquemos en las dos primeras posiciones. Y recuerden que aunque haya pasado todo un lustro siguen siendo los vigentes campeones de Europa. </b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRoRDw183P56-RJLzMQKkJ5sBpRDswIVttRhiAFiL-ZVsZe-OTcMgZ6gcKLYhRYmoQmiHjAMLeKKoHDdrLjnxviz4UKUT3StLylt_Rvw-4IqFN9iR-kf0-I_O-y60_ehg0sCKrEdqIwoioiUjPDtm1iCnNJa7bxlrVGKlFkMgrhl10TBKFjUNDfoVLOw/s1500/5Ic5QAfAl0ikEzF6iI_yaw.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="1500" height="117" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRoRDw183P56-RJLzMQKkJ5sBpRDswIVttRhiAFiL-ZVsZe-OTcMgZ6gcKLYhRYmoQmiHjAMLeKKoHDdrLjnxviz4UKUT3StLylt_Rvw-4IqFN9iR-kf0-I_O-y60_ehg0sCKrEdqIwoioiUjPDtm1iCnNJa7bxlrVGKlFkMgrhl10TBKFjUNDfoVLOw/s320/5Ic5QAfAl0ikEzF6iI_yaw.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sabonis busca la redención... Valanciunas volver al podio.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><span style="color: red;">4 LITUANIA</span>: Venga, nos la jugamos con Lituania como aspirante a medallas. Y es que pese a ser conscientes de que el baloncesto lituano no ha vivido sus mejores años (se quedaron fuera de los últimos Juegos Olímpicos, y ni en el mundial ni europeo alcanzaron siquiera los cuartos de final) hay dos grandes argumentos para considerar a la selección de Maksyvtis (primera gran cita internacional para el nuevo entrenador del Zalgiris Kaunas) como uno de los ogros del próximo Eurobasket. El primero es el ya conocido poderío interior. En un baloncesto evocador del arte del triple, la realidad es que Lituania ha adolecido en los últimos tiempos de juego exterior pero ha producido unas últimas generaciones de pívots absolutamente brillantes. Valanciunas seguirá siendo el eje central, que para eso se ha comido los marrones de los últimos años (desde que en 2015 se colgase su segunda plata europea consecutiva) y porta brazalete de capitán, pero a su lado se consolida un Domantas Sabonis con ganas de revancha después de su decepcionante partido ante Eslovenia en el partido que otorgaba billete para Tokio en el preolímpico de Kaunas. La pareja Sabonis-Valanciunas parece, a priori, el mejor frontcourt titular de todo el torneo, y tanta es la confianza en ellos por parte de Maksyvtis que finalmente no ha tenido miramientos en cortar a su nuevo jugador Birutis (después de sus dos excelsas temporadas en el Obradoiro regresa al Zalgiris) El crecimiento de Echodas (pese a que sus números en Venecia no hayan sido ni por asomo a los que nos había acostumbrado en Vilnius) y recuperar la mejor versión de Kuzminskas, factores a tener en cuenta para que la rotación interior de los lituanos no se resienta en un torneo que apunta a recuperar mucho baloncesto en la pintura. Pero el otro gran argumento para contar con Lituania está en el exterior, donde por fin parecen haber superado los problemas de antaño y contar con jugadores de garantías. Especialmente sangrante era la sequía en el puesto de base, con Kalnietis estirando sus internacionalidades ante la falta de relevo. El relevo tiene nombre propio y responde al de Rokas Jokubaitis. Uno de los bases más intensos y con mejores piernas del continente ahora mismo. La madurez de Lekavicius, asentado ya como referencia en Kaunas, permite al jugador del Barcelona tener un recambio de garantías. Y en las alas tres grandes nombres propios. Rokas Giedraitis, garantía en el “catch and shoot”, Marius Grigonis, con su 43.9% en triples en su carrera Euroliga, y sobre todo la llegada del “canadiense” Ignas Brazdeikis, alero todoterreno de formación norteamericana y que apunta a ser una de las revelaciones del torneo. Lo dicho, vuelven buenos tiempos para Lituania, aunque estar encuadrados en el “grupo de la muerte” junto a dos selecciones incluso superiores como Francia y Eslovenia puede complicar enormemente su camino a las medallas.
</b></div></div></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-76390062969036629822022-06-20T13:59:00.002-07:002022-06-20T13:59:24.190-07:00LA LIGA CON MÁS CORAZÓN<p><b> </b></p><p><b><br /></b></p><p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVdWOb2NDhZ_iA3hGXUh7Nh4EoaNK1Y9aICnsRX1AmstBD5SLxS2xi1oiyiMgLa-G2OmFMoaaUZuppSE5tH7-xKia4u20qnuJywGoEJoQrcoStXUX1qfIe6s3xUwSWe2emAGBOHZr0FLZpw5Urt8BMGyP0Fne4Mz4AqjGUBbytD4qrbNwEmeUWsgHVcQ/s1200/3396016-69400488-2560-1440.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVdWOb2NDhZ_iA3hGXUh7Nh4EoaNK1Y9aICnsRX1AmstBD5SLxS2xi1oiyiMgLa-G2OmFMoaaUZuppSE5tH7-xKia4u20qnuJywGoEJoQrcoStXUX1qfIe6s3xUwSWe2emAGBOHZr0FLZpw5Urt8BMGyP0Fne4Mz4AqjGUBbytD4qrbNwEmeUWsgHVcQ/s320/3396016-69400488-2560-1440.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Corazón tan blanco.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>El Real Madrid se adjudica la liga más especial, la
de su temporada más difícil, el triunfo más épico de toda la era Laso (quizás
junto a la Euroliga de 2018, inolvidable aquel discurso en el vestuario del
Palacio tras acceder a la Final Four después de eliminar a Panathinaikos con
factor cancha en contra) y lo hace precisamente sin Laso en el banquillo.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>La noche después del segundo partido de una serie de
semifinales relativamente plácida ante Baskonia en la que los problemas en el
puesto de base ya consolidaban el atípico quinteto de
Hanga-Causeur-Deck-Yabusele-Tavares y se mostraba el dominio del pívot
caboverdiano hasta límites casi insultantes (16,6 puntos, 10,6 rebotes y 1,3
tapones por partido, con un brutal 67,8% en tiros de campo, 27,3 de valoración
media y un +19 cada vez que ha estado en la cancha) Laso se dirigía por su
propio pie al Hospital Universitario de La Moraleja aquejado de una
indisposición que derivó en un infarto de miocardio. Como bien dijo el
legendario base y reconocido doctor Juan Antonio Corbalán, Laso siempre fue un
jugador listo y es un entrenador listo, y esa agilidad y rapidez mental le
salvó la vida al comprender que algo no iba bien. La noticia nos llegaba la
mañana del domingo 5 de Junio y como no podía ser de otro modo supuso un
impacto en el mundo del deporte dominado aquel día por otro éxito de Rafa Nadal
en Roland Garros. Las dudas se cernían sobre una plantilla madridista muy
castigada durante toda la temporada por lesiones, enfermedades por Covid-19 y
problemas extradeportivos ejemplificados en los castigos a Heurtel y Thompkins,
a todos los efectos apartados del equipo. Pero el problema cardiaco de Laso
superaba una barrera incomparable con ningún problema anterior, descubriendo la
realidad del entrenador de elite como sujeto sometido a vivir bajo presión en
todo momento y dejando al desnudo la fina línea que separa la vida de la
muerte.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Sorprendió alegremente ver el mismo martes 7 de
Junio al propio Laso enfilando su camino a casa, tan sólo dos días y medio
después de un infarto. Buenísimas noticias que no escondían la necesidad de la
prudencia y de mantener a Laso apartado de unos playoffs que tras la victoria
aquella tarde en Vitoria con Chus Mateo liderando el staff técnico llevaban a
los blancos a la última estación, la de las finales, a las que acabaría
llegando un Barcelona dubitativo pero capaz de reponerse de su pérdida de
factor cancha en el segundo partido del Palau ante un enorme Joventut. Con dos
victorias en Badalona, la segunda especialmente sufrida, volvíamos a tener la
final más clásica de la máxima categoría del baloncesto español, con un
Barcelona arrollador durante toda la temporada, capaz de liderar la tabla tanto
en ACB como en Euroliga frente a un Real Madrid al alza, con una racha desde la
última derrota en el Palau ante Barcelona en la prórroga (con la polémica
última jugada de la falta señalada a Poirier en la lucha con Sanli por un
rebote que claramente era propiedad de Yabusele) de 15-1 con la única derrota
de la final continental ante Efes por un solo punto.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Un Real Madrid al alza, pero diezmado. Con Llull y
Abalde lesionados (el gallego si pudo al menos ayudar durante 64 segundos a su
equipo), el Madrid recurría de nuevo a un quinteto que ya es histórico con
Hanga de base (y aquí los blancos recogiendo el trabajo hecho por Pesic con el húngaro
cuando decidió reconvertirle en esa posición), Causeur y Deck como puñales en las
alas (especialmente clave que el argentino volviese a su versión más vertical y
de menos posteo) y Yabusele y Tavares por dentro. El comienzo en el Palau fue
deslumbrante, anotando 30 puntos en el primer cuarto y con una exuberancia en
el rebote, principalmente en aro contrario, que sería la principal seña de
identidad madridista durante todas las finales. Pero mediado el segundo cuarto
y con 14 puntos arriba, Anthony Randolph en su defensa sobre Mirotic se torcía
dejando una imagen por desgracia tantas veces vista y que nos hacía temer lo
peor. Efectivamente, la confirmación llegaría al día siguiente con otra lesión
de cruzados para un jugador que pocos meses antes había vuelto a las canchas
después de 351 días de ausencia por una rotura del tendón de Aquiles. Llover
sobre mojado, empapar sobre mojado en un jugador de una calidad tan
extraordinaria como proporcional a su halo de malditismo. La cara de Llull en
el banquillo lo decía todo y ensombrecía lo que parecía hasta el momento un
paseo blanco en el Palacio. Pero el equipo no se descompuso e incluso en el tercer
cuarto estiró las diferencias hasta acabar los primeros 30 minutos con una a
priori inconcebible diferencia de 23 puntos tras anotar el jovencísimo Juan
Núñez uno de sus dos tiros libres. El partido parecía sentenciado pero el
Barcelona ofreció un digno último esfuerzo para con un parcial 12-0 dar vida al
encuentro y arrojar pistas a Jasikevicius sobre la pareja
Jokubaitis-Laprovittola como su posible mejor backcourt. Ya que por dentro los
blaugranas no conseguían esa energía reclamada por el técnico lituano, al menos
por fuera con este dúo veíamos al Barcelona morder en defensa, correr y
penetrar por la zona rival como cuchillo en mantequilla. No obstante la renta
madridista era lo suficientemente importante como para simplemente con la buena
mano de Deck desde la media distancia aplacar la rebelión blaugrana, pero ese
24-14 parcial del último cuarto abría una puerta a la esperanza para un
Jasikevicius quien no quiso ser especialmente duro con sus jugadores consciente
de la labor de diván que le esperaba para recuperar anímicamente a su equipo
para la batalla de 48 horas después.<o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfkd-AsFbwBEZTsiQDni8F5ziMy2bPD6vj2T7KXrkoK9fGAPbLCEWc4AmNKerGwGZOINchj1AmxoLSaXj-LA5IYPPqMV7xr3LkeijCMw9Ir8I4JM5m8q5ODhF_dEPc8nZ0KHofD0YJ5myYPro-4eZEfwtqaqDNTH-lWPOndCclVNLDGVH3zJxbK3u0JA/s2048/20220614_171614.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfkd-AsFbwBEZTsiQDni8F5ziMy2bPD6vj2T7KXrkoK9fGAPbLCEWc4AmNKerGwGZOINchj1AmxoLSaXj-LA5IYPPqMV7xr3LkeijCMw9Ir8I4JM5m8q5ODhF_dEPc8nZ0KHofD0YJ5myYPro-4eZEfwtqaqDNTH-lWPOndCclVNLDGVH3zJxbK3u0JA/s320/20220614_171614.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Randolph, perseguido por la desgracia.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Batalla que se abría con una puesta en escena
similar a la del primer partido y un Madrid que pese a las bajas, en sus
jugadores disponibles mostraba una superioridad física preocupante. El
Barcelona tardó tres minutos en anotar por medio de dos tiros libres de
Higgins, y su primera canasta en juego (Mirotic) no llegaba hasta pasada la
primera mitad del primer cuarto. El Madrid llegó a poner un 2-12 en el luminoso
que hacía saltar las alarmas blaugranas, pero los locales se repusieron gracias
a un Palau espectacular en el ánimo y un Mirotic majestuoso (26 puntos y 7
rebotes), en un partido polémico, con constantes fallos en el reloj de posesión
y quejas airadas de los madridistas al final del encuentro, con la imagen del
manotazo de Davies sobre Causeur, que acabó en triple de Higgins y técnica de
Deck, en total cuatro puntos para un Barcelona que con ocho arriba a siete
minutos del final parecía tener el partido en su mano, pero reaccionó el Real
Madrid con un parcial de 0-8 para llegar a un desenlace igualado en el que
Causeur tuvo un triple para ganar el partido después de dos ataques, uno en
cada aro, en los que los blancos reclamaron disparidad de criterio con un
posible 2+1 para Tavares de señalarse falta de Davies mientras que al
caboverdiano si se le pitó su acción posterior sobre Higgins. Sea como fuere el
partido se lo llevó un Barcelona que logró minimizar sus pérdidas de balón (8,
su mejor estadística de la serie), compitió en igualdad por el rebote (empate a
39) y en el que la pareja Joku-Lapro volvió a resultar decisiva (+15 y +18 cada
jugador en cancha respectivamente… por un pobre -12 de Calathes)<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Las finales viajaban a Madrid empatadas con un
equipo blanco que había demostrado mayor superioridad en el global de los 80
minutos, y pudo haber dejado sentenciado el título en el Palau. Las dudas una
vez más estaban en las limitaciones de la rotación, pese a haber recuperado a
Llull, 6.20 minutos en el segundo partido y Abalde llegar ya a los ocho. Todo
seguía pasando por el ya clásico Hanga-Causeur-Deck-Yabusele-Tavares y la
aportación de Poirier como mejor suplente. Dudas disipadas con un Madrid
ofreciendo su mejor partido en defensa de las finales. El partido en el que
deja al Barcelona en menos puntos (66), le provoca mayor número de pérdidas
(19) y desactiva a los mejores efectivos barcelonistas, aplacando el efecto de
la mencionada dupla Jokubaitis-Laprovittola, especialmente con la defensa de
Taylor sobre el argentino. La superioridad en el rebote de nuevo clave (33 a
26), especialmente dolorosos los 15 en el tablero barcelonista.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>El Madrid conseguía tener dos “match balls” para
llevarse el título, con un trabajo coral si puede llamarse así cuando hay tan
pocos efectivos, pero ese quinteto titular que insisto quedará en la memoria de
los aficionados había funcionado tan bien que cualquiera de los cinco jugadores
podía entrar en la pelea por el MVP. Pero el partido de Tavares en la
definitiva cuarta batalla reventaba cualquier aspiración posible al título
individual (y siempre secundario) por parte de sus compañeros. El caboverdiano
marcó el camino a la victoria con sus 25 puntos y 13 rebotes, con un 7 de 7 en
tiros libres demostrando su concentración y sangre fría en uno de los pocos
aspectos de su juego que podrían serle reprochados. 7 de sus rechaces fueron
ofensivos, algunos de ellos casi ridículos, palmeando el balón con varios cuerpos
rivales por delante hasta hacerse con la bola y dar una nueva posesión a su
equipo. Alcanzó los 41 de valoración, a sólo dos de su mejor marca (en un
partido intrascendente ante Zaragoza en la fase final excepcional de Valencia
de 2020 cuando el Madrid ya no tenía opciones de semifinales) y su actuación
vuelve a poner de relieve la importancia del pívot dominante. No creo que esa figura
en algún momento desapareciese, pero es cierto que el volumen de tiros desde el
exterior en el basket actual ha dejado fuera del foco a estos siete pies
clásicos cuyo rango de lanzamiento se limita a la zona. En un equipo sin bases
Tavares ha sido el ancla de una nave blanca que recupera el trono del basket nacional
dos temporadas después, tras el título de 2019 con un MVP 42 centímetros menos
que el caboverdiano: Facundo Campazzo. Laso vuelve a demostrar su capacidad de
adaptación a distintos formatos baloncestísticos, el maestro de la heterodoxia.<o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9LRaOiaVoXwp7DG5IMbBp_uOVvbGpYFNPokXfFYieOqFA6GN-leT1KVGkUL1PjANJjPuUat7P21sFOu4ivbLRsDsSb7RR1hWGGGdo1fb7D9J7ymjflxZa-SG5keNfMVK4qf3Bn9okd2JDfSz-0NpYFI_8v9YtGF-O-KnhVQQMhqyX5YvptDr9en7PjA/s1200/461498scr-86202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="676" data-original-width="1200" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9LRaOiaVoXwp7DG5IMbBp_uOVvbGpYFNPokXfFYieOqFA6GN-leT1KVGkUL1PjANJjPuUat7P21sFOu4ivbLRsDsSb7RR1hWGGGdo1fb7D9J7ymjflxZa-SG5keNfMVK4qf3Bn9okd2JDfSz-0NpYFI_8v9YtGF-O-KnhVQQMhqyX5YvptDr9en7PjA/s320/461498scr-86202.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tavares empequeñeció a cualquier rival.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Algunos datos llamativos sobre la importancia del
rebote en estas finales. El Real Madrid ha capturado 88 rebotes en su tablero y
53 en aro contrario, un total de 141, mientras que el Barcelona obtiene 97 en
canasta propia por 37 en el madridista, es decir, 134. La diferencia no es muy
grande, siete rebotes más en cuatro partidos, pero si es sustancial dicha
disparidad respecto a lo que sucede en los dos tableros. Mientras que en la
canasta madridista hay 125 rechaces, en el aro blaugrana la cifra aumenta hasta
150. 25 rebotes más que muestran en principio un mayor acierto ante la canasta
rival del equipo de Jasikevicius frente a un Madrid más errático en el
lanzamiento. El problema viene cuando comprobamos el reparto de dichos rebotes,
ya que el Barcelona captura 37 de los 125 en el tablero de los de Laso, es
decir, un 29,6%, pero su rival le arrebata nada menos que un 35,3%, 53 de 150.
Esta diferencia porcentual de casi un 6% se traduce en un equipo madridista que
ha dispuesto de un total de 292 tiros de campo por 222 del rival blaugrana.
Nada menos que 70 lanzamientos más de diferencia. En tiros libros también
domina el Real Madrid pero con una divergencia mucho menor de 72 a 66. El
Madrid, está claro, ha dominado por dentro, no sólo con la superioridad reboteadora
en aro contrario sino además con una gran producción anotadora en la zona
gracias a jugadores tan verticales como Hanga, Causeur, Llull, Rudy y Deck,
incluso Poirier se ha destapado como un hábil penetrador desde fuera (y como ha
sufrido en defensa un mermado Sanli, cuya lesión dejaba al descubierto sus
problemas de lateralidad), y por supuesto un Tavares sembrando el terror en ambos
aros. Deja unas medias en estas finales de 13,5 puntos, 6,5 rebotes, 1,25
asistencias, 1 robo y 1,5 tapones, un promedio en valoración de 20 y una media
de +11,5 en pista. Y sobre todo esa descomunal actuación ya citada en el
partido decisivo. Su impacto cada vez que comparecía en pista parecía
eclipsarlo todo… todo excepto la presencia de Pablo Laso en esos minutos
finales en los que las cámaras buscaban a un hombre paradójicamente debilitado
pero a la vez fortalecido en su corazón, emocionado ante la gesta de sus
muchachos y sus compañeros de staff, comenzando por un Chus Mateo que
engrandece la figura del técnico asistente, muy a menudo desconocido para el
gran aficionado e injustamente encasillado en un rol que una vez adquirido
cuesta salirse del mismo, a diferencia de, por ejemplo, la NBA, donde es
frecuente ver nombres ilustres pasar de coach principal a asistente y viceversa
de una temporada a otra. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>El corazón de Laso y un Real Madrid nuevamente
reinventado vuelve a latir, un Real Madrid al que volvió a llevar a la gloria
después de una larga travesía en el desierto y con el que ya suma 22 títulos,
igualando a Lolo Sainz, aunque todavía con tres temporadas menos. El cambio de
ciclo que parecía perpetrar Jasikevicius tendrá que esperar. Un Jasikevicius
injustamente señalado tras la derrota, incluso por alguno de sus jugadores,
como Mirotic y sus declaraciones señalando inequívocamente a su técnico por la
derrota. No se confundan, la temporada barcelonista ha sido brillante pese al
resultado final. Resulta difícil evitar las comparaciones con el Madrid de Laso
en 2014. Aquella temporada el equipo blanco había realizado un baloncesto
sensacional, dominando las temporadas regulares de ACB y Euroliga, pero la
derrota en la final continental ante Maccabi Tel Aviv y sobre todo en las
finales domésticas ante el Barça de Pascual (otro al que se le dio la patada y
ahora se le echa de menos), con una dinámica similar a la de este año (el
Barcelona de entonces gana el primer partido en pista rival y asegura el título
con sus dos partidos del Palau), dejaron en entredicho al técnico vitoriano,
más fuera que dentro del club blanco durante aquel verano. Su salida hubiera
significado un error histórico. Laso continuó y el resto es historia. Qué tomen
nota en los despachos azulgranas.</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPbFxVG4JSnqfSIFWFM1YJf84yNFI5Vegv0-IdsIYX4V_UtQgav5Z8QxhhHakixVaHNUrhN3aAtoBGh1FgcNEbTRkOL4lUSxDYQD71_BloBHRwNdqbqcMHLDts9R8rVxlM_dyZw58oEKhzRrE1Lm4NHbIhlTCQdZE9oR3JsYXZUJ_rQcWG4mBtOsdVZQ/s1024/681442227_225202611_1024x576.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPbFxVG4JSnqfSIFWFM1YJf84yNFI5Vegv0-IdsIYX4V_UtQgav5Z8QxhhHakixVaHNUrhN3aAtoBGh1FgcNEbTRkOL4lUSxDYQD71_BloBHRwNdqbqcMHLDts9R8rVxlM_dyZw58oEKhzRrE1Lm4NHbIhlTCQdZE9oR3JsYXZUJ_rQcWG4mBtOsdVZQ/s320/681442227_225202611_1024x576.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">EQUIPO.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-47240193302748569582022-02-22T00:01:00.004-08:002022-02-22T00:01:51.709-08:00LAS OTRAS HISTORIAS DE LA COPA<p> </p><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjf5rquoVYE1ba_8ELEN1Sir-S49O4POnJNE5xuiFnweHhtbP082U0THVc4HiW6Glu-vsSi2t6DblxvNpy1R67FzhGeOrFqiJKzDDOWJRlhFZWFVmMbzok_7DYmSJhZi3IUkcmrk5zJLDP7SN4H6qgabugtkD2y51GLnDv2_7YhZbK4vVd_Z8SvkCsDrg=s1200" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjf5rquoVYE1ba_8ELEN1Sir-S49O4POnJNE5xuiFnweHhtbP082U0THVc4HiW6Glu-vsSi2t6DblxvNpy1R67FzhGeOrFqiJKzDDOWJRlhFZWFVmMbzok_7DYmSJhZi3IUkcmrk5zJLDP7SN4H6qgabugtkD2y51GLnDv2_7YhZbK4vVd_Z8SvkCsDrg=s320" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sito Alonso, la gran historia de la Copa</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Pese a que la rivalidad entre Barcelona y Real
Madrid volvió a acaparar la gran atención mediática en la final a ocho de
Granada, toca reconocer el trabajo y la participación de los otros seis equipos
comparecientes, cuyo juicio puede ir desde la decepción de un Valencia, caído a
las primeras de cambio cuando llegaba a esta cita como la gran alternativa al
poder, hasta la épica de un UCAM Murcia, precisamente verdugo de los taronja y
que sólo por detrás del campeón Barcelona puede ser considerado como el gran
triunfador del fin de semana. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Y es que los de Sito Alonso escribieron posiblemente
la página más emotiva del torneo eliminando a un Valencia que partía como
favorito una vez que Joan Peñarroya disponía desde hace días, por fin, de su
plantilla al completo. En el cuadro universitario sin embargo las dudas eran
evidentes, comenzando por el banquillo ya que tanto Sito como su segundo Oscar
Lata se encontraban confinados en sus casas por covid en la víspera del torneo.
Finalmente Alonso si pudo acudir a la cita, no así su asistente quien
precisamente fue de la primera persona de la que el técnico murcianista se
acordó en la celebración ante las cámaras de Movistar. Los pimentoneros
sufrieron pese a su primorosa primera parte en la que anotaron nada menos que
52 puntos por 33 de su rival. Un parcial de… ¡21-0! volteaba el marcador tras
el paso por vestuarios y encaminaba el partido a un final épico con Isaiah
Taylor teniendo que dejar la cancha acalambrado después de poner el 80-81 en el
marcador a menos de dos minutos para el final, al igual que Jordan Davis, quien
tampoco pudo acabar el partido. Un triple de Prepelic pasaba toda la presión al
UCAM, resulta con otra contestación desde el perímetro de Webb (sensacional
torneo el suyo), Van Rossom falló en la réplica taronja y McFadden acabaría
sentenciando desde el tiro libre en el que resultó el mejor partido de cuartos
de final. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>El esfuerzo de un UCAM que llegaba a Granada con un
brote covid en su plantilla, sin haber podido entrenar con el roster al
completo, y con jugadores como Taylor o Davis exhaustos y medio muertos en el
banquillo, aventuraba a pensar que los de Sito Alonso no serían rival para un
Barcelona que llegaba a semifinales pletórico tras pasar por encima del Manresa
con un incontestable 107-70. Pese a un primer cuarto en el que los de Pedro
Martínez llegaron a mandar por 10 puntos la exuberancia ofensiva de los de
Jasikevicius pronto hizo trizas el sueño manresano. Las posibles señales de debilidad
o cansancio por el esfuerzo del día anterior en el cuadro murciano se mostraron
de salida, con un 32-16 en el primer parcial que parecía dejarnos sin semifinal.
Pero los de Sito sacaron fuerzas de vaya usted a saber dónde para meterse en el
partido en el segundo cuarto e incluso llegar a abrir una pequeña brecha de
cinco tantos a favor finalizando el tercero (67-72) hasta que el MVP Mirotic
sofocó la rebelión murciana con seis puntos seguidos. Un descomunal último
cuarto de Kuric, con 11 puntos, devolvió a la realidad a un UCAM que,
insistimos, tras el Barcelona es el equipo que finaliza la Copa con mejor nota.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Con buen sabor de boca también puede despedirse el
Lenovo Tenerife. Pese a apenas tener opciones en semifinales ante un Real
Madrid que realizó uno de sus partidos más completos de la temporada tanto en
defensa como en ataque (brutal 14 de 26 en triples), superó el test de cuartos
ante un Joventut que llegaba como cabeza de serie. Es su segunda semifinal
consecutiva. No pasan de ese tope, pero no es poca cosa. Buena imagen también
la de un Breogán que puso en muchos apuros al Real Madrid y sólo sucumbió por
seis puntos. Valencia, como ya hemos explicado, supone la gran decepción, un
poco de la mano de un Joventut que si bien no llegaba a la cita copera con tan
altas expectativas como los de Peñarroya si se esperaba un mejor baloncesto
verdinegro por lo visto durante el curso. No obstante hay que reconocer su gran
segunda parte ante el Tenerife, tirando de casta (personificada especialmente
en Joel Parra) para paliar su horrible carta de tiro especialmente desde la
larga distancia (infame 4 de 27 en triples)<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>No podemos olvidarnos tampoco de la Minicopa Endesa
que vuelve a coronar al Real Madrid. Es su octavo título, todos conseguidos en
las últimas nueve ediciones. En esta ocasión el jugador invitado Felipe
Quiñones, puertorriqueño de nacimiento, ha sido MVP pese a la descomunal final del
congoleño Babel Lipasi (32 puntos y 31 rebotes, para 57 de valoración) Ambos
jugadores lógicamente han integrado parte del mejor quinteto de la Minicopa,
junto a Javier Viguer del Valencia, Ricardo Castilla del Betis y Diego Niebla
del Joventut. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhHVLnKrZMEjuqJrQubJMin5CgTuSLix750DZ17zfFMiG-KU2K9fSDbv5--BlSTZnpws20EW9dnfxcP01iuUxqvvroIpNnxVR_goS3BwIZ4P4eacAxeUL3oITQ7xUCyhpyWFnS-vDS-VLWyhWeK6CYwvuMLqEZwf4jmP0Dr9fA6FO2CrABoe6tuH9vs4A=s600" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="600" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhHVLnKrZMEjuqJrQubJMin5CgTuSLix750DZ17zfFMiG-KU2K9fSDbv5--BlSTZnpws20EW9dnfxcP01iuUxqvvroIpNnxVR_goS3BwIZ4P4eacAxeUL3oITQ7xUCyhpyWFnS-vDS-VLWyhWeK6CYwvuMLqEZwf4jmP0Dr9fA6FO2CrABoe6tuH9vs4A=s320" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Quiñones y Lipasi, el gran duelo de la Minicopa.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Por nuestra parte nos despedimos con el que
consideramos ha sido el mejor quinteto del fin de semana copero.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>ISAIAH TAYLOR (UCAM MURCIA): 18,5 pts, 3 rebs y 5
asists. 17 valoración.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span><b style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">THAD MCFADDEN (UCAM MURCIA): 19 pts, 1,5 rebs y 2 asists.
16 valoración.</b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>NIKOLA MIROTIC (BARCELONA): 16 pts, 5 rebs y 1,6
asists. 60,86% TC 23,3 val.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>BRANDON DAVIES (BARCELONA): 12 pts y 3,3 rebotes.
12,33 valoración.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>EDY TAVARES (REAL MADRID): 10,3 pts, 6 rebts y 2,6
tapones. 13,66 valor.</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-41477878993712674862022-02-21T09:07:00.000-08:002022-02-21T09:07:06.431-08:00EL CAMPEÓN DEL ENIGMA IRRESOLUBLE
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhdkAV-BaB1fRhzJU4XLGDANymIkM4R8HnX_5AFxF-YgUwJoj9ETTXamqP-KEuUvHHrDiNl2Uax5Og44hwaWuC01PGqatN2pCJep86soGrKfNC_0KiaKDJqBShYWWmNettcYNyBRTEkh-_BhUAMMBBWcuzGIfDDUC69oAHmAif2qDS3Qt8JU8GevwoqFA=s1024" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhdkAV-BaB1fRhzJU4XLGDANymIkM4R8HnX_5AFxF-YgUwJoj9ETTXamqP-KEuUvHHrDiNl2Uax5Og44hwaWuC01PGqatN2pCJep86soGrKfNC_0KiaKDJqBShYWWmNettcYNyBRTEkh-_BhUAMMBBWcuzGIfDDUC69oAHmAif2qDS3Qt8JU8GevwoqFA=s1024" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhdkAV-BaB1fRhzJU4XLGDANymIkM4R8HnX_5AFxF-YgUwJoj9ETTXamqP-KEuUvHHrDiNl2Uax5Og44hwaWuC01PGqatN2pCJep86soGrKfNC_0KiaKDJqBShYWWmNettcYNyBRTEkh-_BhUAMMBBWcuzGIfDDUC69oAHmAif2qDS3Qt8JU8GevwoqFA=s1024" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhdkAV-BaB1fRhzJU4XLGDANymIkM4R8HnX_5AFxF-YgUwJoj9ETTXamqP-KEuUvHHrDiNl2Uax5Og44hwaWuC01PGqatN2pCJep86soGrKfNC_0KiaKDJqBShYWWmNettcYNyBRTEkh-_BhUAMMBBWcuzGIfDDUC69oAHmAif2qDS3Qt8JU8GevwoqFA=s320" width="320" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhdkAV-BaB1fRhzJU4XLGDANymIkM4R8HnX_5AFxF-YgUwJoj9ETTXamqP-KEuUvHHrDiNl2Uax5Og44hwaWuC01PGqatN2pCJep86soGrKfNC_0KiaKDJqBShYWWmNettcYNyBRTEkh-_BhUAMMBBWcuzGIfDDUC69oAHmAif2qDS3Qt8JU8GevwoqFA=s1024" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><br /></a><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><span style="color: black;">La Copa de Granada vuelve a coronar campeón al
Barcelona de Jasikevicius. Es la cuarta en los últimos cinco años, la segunda
con el técnico lituano en su segundo curso con los blaugrana. Ya no pueden
caber dudas, Saras ha invertido la tendencia dominante del Real Madrid del
mismo modo que Laso lo hizo en su día con la del Barcelona de Xavi Pascual.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="color: black;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><span style="color: black;">Laso, al igual que en su día Pascual, se encuentra
frente a un enigma irresoluble, quizás no tanto por indescifrable como por
incapacidad de recursos. La artillería ofensiva del Barcelona sigue siendo
capaz de derribar cualquier muro defensivo y cualquier triquiñuela táctica que
proponga el vitoriano. Y la desplegada en esta última final de fase final de
Copa del Rey ha sido sencillamente magistral, tanto que los de Jasikevicius
sólo fueron capaces de anotar cinco puntos, con una sola canasta en juego
durante todo el primer cuarto. Laso volvió a demostrar su valentía, heterodoxia
y falta de prejuicios, renunciando al base puro con su nueva navaja suiza
Abalde dirigiendo las operaciones, acompañado de Deck y Taylor como estranguladores
de la circulación exterior blaugrana, Yabusele voluntarioso sobre Mirotic y
Poirier cerrando cualquier intento de canasta cercana al aro, además de salir
continuamente a las ayudas exteriores. Un sobresfuerzo defensivo brutal que
tuvo la recompensa del 19-5 con el que los de Laso cerraban el primer acto. <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="color: black;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><span style="color: black;">La duda, lógica por otra parte, estaba en el peaje
físico con 30 minutos por delante frente a un equipo que había anotado nada
menos que 210 puntos en los dos partidos anteriores frente a Baxi Manresa y
UCAM Murcia y que en cualquier momento podría despertar en ataque. Y aunque ese
despertar no fue inmediato, el 10-13 parcial del segundo cuarto favorable al
Barcelona demostraba que seguían en el partido. Ejercicio de supervivencia.
Para el Madrid tampoco era mal plan, habían conseguido un suculento botín en
los diez primeros minutos y si eran capaz de mantener el partido en esos
guarismos de escaso bagaje ofensivo podían permitirse perder los tres cuartos
siguientes por diferencias entre los tres y cinco puntos.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="color: black;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><span style="color: black;">Pero el Barcelona salió con la lección aprendida
tras el paso por los vestuarios y fue capaz de poner una marcha más a la que un
Madrid de nuevo musculoso pero de ritmo pesado no fue capaz de llegar. Siete
puntos blaugranas en dos minutos y medio, y además permitiéndose fallar dos
tiros. La velocidad había cambiado y el golpe de timón blaugrana era evidente.
Es curioso recordar como hace años era precisamente Xavi Pascual el que
planteaba partidos espesos ante el Madrid de Laso y el vitoriano proponía ese
cambio de ritmo que el Barcelona no podía seguir. El 17-23 favorable a los de
Saras dejaba claro que el partido había cambiado y aunque los blancos seguían
cinco arriba parecía que se empezaba a jugar a lo que más convenía al vigente
campeón, que comparecía con una media de 105 puntos a favor en los dos partidos
de cuartos y semifinales. <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="color: black;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><span style="color: black;">Laso al menos había conseguido mantener con vida a
su equipo, había evitado el rodillo azulgrana de los anteriores duelos entre
los dos grandes de nuestro baloncesto, y gracias a eso pudimos disfrutar de una
final de Copa con la emoción que el acontecimiento merece. Con el necesario
factor x y héroe inesperado que suele aparecer en este tipo de citas, encarnado
en este caso en un joven lituano protegido por un Jasikevicius que ya fuera
mentor suyo en Kaunas. Y es que Rokas Jokubaitis dinamitó el partido con nueve
puntos consecutivos, un triple y dos “dos más uno” consecutivos cuando el sol
más calentaba. No faltó el momento Llull, con cuatro puntos seguidos para
empatar el partido a 59 cuando más peligraba el marcador para los de Laso.
Sería los última producción ofensiva de los blancos, resultando especialmente
dolorosa la bandeja fallada en penetración de un Deck hundido al finalizar el
encuentro. Hubiera supuesto un empate a 61 que bien podía haber cambiado el
resultado final certificado desde la línea de tiros libres por Mirotic y Davis.
Un detalle, el de los tiros libres, que volvió a resultar significativo, no
sólo por la diferencia de lanzamientos de uno y otro equipo (13 el Madrid por
24 el Barcelona) si no por el acierto frente al aro. Y es que el 7 de 13
firmado por los blancos muestra hasta qué punto llegaron a acariciar la Copa y
un mayor acierto en momentos puntuales pudo hacerles levantar el trofeo.
Durante los 40 minutos de la final desapareció cualquier posible atisbo de
psicosis infligida por el Barcelona en las tres derrotas anteriores. Queda por
dilucidar, y el tiempo lo dirá, si el resultado final vuelve a ser otro
martillazo psicológico en el no hace tanto gran dominador del baloncesto ACB o
los de Laso son capaces de ver el vaso medio lleno. </span></b><o:p></o:p></span></p><br /></div>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-6054961232138488582021-10-06T09:08:00.002-07:002021-10-06T09:08:44.659-07:00LAS CANCHAS VACÍAS<div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsLMYLx3m_wgqRVfL2lAXOgWhb_B-qZ0epRFuVLubvCu_FnSTTmgU0CY3f1laPR71bZN8xyAj1a7wpFx70Hz-0NyzKSArhKns7_gV9RUzl-Qx9TQks1QbD8gJsnObFc5N9TZYhADqggfdM/s984/pau-gasol-hija-krwG-U1507468693605YC-984x601%2540RC.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="601" data-original-width="984" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsLMYLx3m_wgqRVfL2lAXOgWhb_B-qZ0epRFuVLubvCu_FnSTTmgU0CY3f1laPR71bZN8xyAj1a7wpFx70Hz-0NyzKSArhKns7_gV9RUzl-Qx9TQks1QbD8gJsnObFc5N9TZYhADqggfdM/s320/pau-gasol-hija-krwG-U1507468693605YC-984x601%2540RC.jpg" width="320" /></a></div><br /><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div>
<b><div><b><br /></b></div>
Tenía pensado titular esta entrada “La vida sin Pau” pero sería injusto circunscribir la vida al baloncesto. En cierta manera la vida de Pau Gasol no ha hecho más que comenzar. Pero también es cierto que la retirada del mejor jugador de nuestra historia nos sumerge de alguna manera en un estado de orfandad, nos empuja a un vacío existencial que a corto plazo parece imposible de llenar. Hablamos de un ser humano que llevó nuestro baloncesto a una dimensión superior tanto en lo individual como en lo colectivo. </b><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b>Y aunque he optado por este título de tintes melodramáticos y melancólicos, dibujando esa añoranza crepuscular de una cancha vacía sin la imponente sombra de Pau Gasol, posiblemente nuestras pistas de baloncesto estén hoy día más llenas que nunca gracias a la influencia ejercida por Pau sobre nuestro deporte y nuestra sociedad (como si ambas cosas no debieran ir siempre unidas de la mano) y sin ir más lejos hoy mismo muchos chavales se estén preguntando qué es eso de la “triple amenaza” a la que ayer se refirió Pau en los primeros minutos de una rueda de prensa que destilaba puro amor por el baloncesto, refiriendo la anécdota de uno de los conceptos básicos que debe aprender cualquier joven jugador (la triple amenaza del bote, pase y tiro desde la misma posición)</b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b>Tiempo habrá para glosar como es debido la figura de un campeón continental y mundial de selecciones, triple medallista olímpico y ganador de dos anillos NBA con unos Los Angeles Lakers que ya han asegurado que colgarán su camiseta con el número 16 del techo del Staples Center. De momento queda fijar la tarde del 5 de Octubre de 2021 como un momento histórico para la sociedad española, momento que lejos de señalarlo como un acto de tristeza supone la celebración de toda una carrera de éxitos y hazañas que millones de españoles hemos acompañado desde nuestro anonimato. La vida baloncestística de Pau se podría resumir en algo que escribí durante el Eurobasket de 2015, cuando en el partido ante Francia el de Sant Boi llevaba dentro suyo más de 45 millones de españoles. Quizás aquel fue el momento cumbre de una carrera tan plagada de highlights que hasta parece obsceno imponer uno por encima del resto. </b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b>En un país tan dado a fustigarse por sus defectos, en el que mirábamos de reojo hace semanas a Francia despedir al actor Jean Paul Belmondo con los honores que su figura merece, hay que congratularse por una despedida ejemplar como la de Pau en la que no se ha podido vislumbrar grieta alguna. Pau de nuevo ha vuelto a meterse entre pecho y espalda a los más de 45 millones de españoles. Esos millones de españoles que van a impedir que nuestras canchas, nuestras vidas, queden vacías.</b>
</div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-47080793017393725922021-08-12T10:06:00.003-07:002021-08-12T23:21:14.530-07:00JJOO TOKYO (II): EL BRONCE MÁS PERSEGUIDO<p><b> </b></p><p><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPvWjA5uK4TJWcVdwjuZKHc4bX7t3OUcgYWJ25X1lbi3hD1FAfkztY7bKKqhBdxybUPbL-kg-jv9NvaDlIIx1pV1Zz8YKzEKQGbfHHLUkZ3JSQroBQmxZqhgwma71LQ47l3GEESJf6Cuan/s1200/aus.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPvWjA5uK4TJWcVdwjuZKHc4bX7t3OUcgYWJ25X1lbi3hD1FAfkztY7bKKqhBdxybUPbL-kg-jv9NvaDlIIx1pV1Zz8YKzEKQGbfHHLUkZ3JSQroBQmxZqhgwma71LQ47l3GEESJf6Cuan/s320/aus.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Australia, ¡por fín!</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Dentro de las peculiaridades de estos JJOO 2020, una
de las más llamativas ha sido ver la disputa por el bronce cerrando el torneo.
No la gran final, si no el partido que dirimía que selección acompañaría a Estados
Unidos y Francia en el tercer lugar del podio. Tanto Australia como Eslovenia
tenían una cita con la historia, ya que cualquiera que se colgase la medalla
sería su primera presea olímpica en baloncesto, claro que con una sustancial
diferencia entre ambas selecciones, ya que mientras Eslovenia había disputados
los primeros Juegos Olímpicos de su historia, Australia es un clásico que
llevaba años persiguiendo un metal más allá del doméstico FIBA Oceanía donde no
encuentra oposición. Parece increíble dado el nivel australiano de las últimas
décadas, pero los “boomers” nunca habían ganado una medalla ni en mundiales ni
Juegos Olímpicos. Tras tantas ocasiones perdidas, tantos momentos de rozar una
gloria que finalmente se escapaba, por fin tienen un metal para ilustrar su
condición de potencia baloncestística. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Debutantes olímpicos en sus Juegos de Melbourne de
1956 (cuando se abrió por primera vez la participación a un representante de
Oceanía), donde sólo ganaron dos de sus siete partidos, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y mundialistas en Yugoslavia 1970 (sólo
pudieron vencer a la República Árabe Únida para acabar con un balance 1-7), es
a partir de la década de los 80 cuando comienzan a dar muestras de su
potencial. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Los aficionados españoles que ya tengan una edad
(tirando de eufemismo) recordarán aquel partido de cuartos de final en Seúl 88,
cuando un prodigioso alero finalista de la NCAA con Seton Hall llamado Andrew
Gaze (a la sazón segundo máximo anotador histórico olímpico de todos los
tiempos, sólo superado por el brasileño Oscar Schmidt) nos hacía un descosido
con sus 28 puntos para agriarnos la madrugada española y dejarnos fuera de la
lucha por las medallas. Gaze fue quizás la primera gran estrella internacional
del baloncesto “aussie” (con permiso de Eddie Palubinskas), liderando aquella
selección en la que también estaba un jovencísimo Luc Longley, posteriormente
ganador de tres anillos de la NBA en el primer “three-peat” de Jordan. Aquellas
semifinales fueron el primer gran éxito del baloncesto oceánico, cayendo ante la
todavía Yugoslavia de Petrovic, Kucoc, Divac y Radja, y posteriormente
sufriendo la furia de los Estados Unidos de David Robinson muy dolidos en la
lucha por el bronce tras caer en semifinales frente a la URSS de Sabonis. Una
derrota que a la postre acabaría desencadenando la apertura de la selección
estadounidense a los profesionales NBA y a la exhibición del “Dream Team” de
1992. Como dato curioso, en aquellos Juegos Olímpicos las cuatro selecciones
semifinalistas fueron las mismas tanto en masculino como femenino. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Pero aunque tímidamente, lo cierto es que Australia
ya había comenzado a avisar unos años antes. Se cruzaron en el camino de
nuestra plata de Los Ángeles 84, cayendo en cuartos de final por 101-93 y
ofreciendo una gran resistencia doblegada por las fuerzas combinadas de
Fernando Martín y Epi, con 25 puntos cada uno. En aquel roster ya figuraba
Andrew Gaze, con 19 años apuntando a próximo líder “aussie”, y es que dos años
después, en el Mundial de España de 1986, pese a que no pudieron pasar de la
primera fase por peor “basket average” que Cuba, al menos se dieron el gustazo
de tumbar a la Israel de Jamchy y Berkovich con una explosión anotadora del
joven Gaze, quien se fue hasta los 37 puntos. El baloncesto australiano se
ponía en el mapa.<o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLI90Weo_q63pGAVPQ_tpP8wNz0cNk1u8sx4TvQGeULh2pvmmOqcxP8Iq6Vnu2ps5AmqSj0DSBERuad-x5xdKR2hRYYJLLjxUWkQephvwC8dYn7O7mimy0Tl3Nhwr80c32C1e1zDVvd9Js/s649/gaze2.webp" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="366" data-original-width="649" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLI90Weo_q63pGAVPQ_tpP8wNz0cNk1u8sx4TvQGeULh2pvmmOqcxP8Iq6Vnu2ps5AmqSj0DSBERuad-x5xdKR2hRYYJLLjxUWkQephvwC8dYn7O7mimy0Tl3Nhwr80c32C1e1zDVvd9Js/s320/gaze2.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El mito Gaze, abanderado en Sydney 2000</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Volvieron a repetir semifinales olímpicas en Atlanta
96, entre medias nunca dejaron de estar entre los ocho mejores de cada torneo
(JJOO del 92 y mundiales del 90 y 94… en el mundial de Argentina a punto
estuvieron de dejar fuera de la lucha por el título a Estados Unidos) y al
aficionado le empezaban a resultar familiares, más allá de Gaze y Longley,
nombres como los de Andrew Vlahov, Mark Bradtke, Shane Heal o Tony Ronaldson. Una
nueva generación, liderada eso sí todavía por Gaze, que en Atlanta vuelve a pelear por las
medallas (paliza de Estados Unidos en semifinales) y sólo un enorme Arvydas
Sabonis, con 30 puntos y 13 rebotes, les vuelve a dejar fuera del podio en el
partido por el bronce. Para el recuerdo quedan partidos como su aplastamiento a
una crepuscular Grecia (por 41 puntos) o la victoria en cuartos de final ante
la Croacia de Kukoc y Radja que aún lloraba la pérdida de Drazen Petrovic en
accidente de tráfico tres años antes. Comenzaba un cicló olímpico ilusionante
que debía desembocar en Sydney 2000, donde poder intentar de nuevo el asalto
por la medalla en esta ocasión como anfitriones. Sin embargo el mundial de
Grecia en 1998 suponía un pequeño paso atrás, fuera de los cuartos de final y
con Gaze cediendo el testigo de máximo anotador por primera vez en muchos
torneos a un compañero, el base Shane Heal. No todo eran malas noticias, en
1997 una selección sub22 se alzaba con un torneo mundial (ganando entre otros
equipos a un combinado español con jugadores como Berni Hernández, Carlos
Jiménez o Jorge Garbajosa, posteriormente campeones del mundo en 2006) La
Francia de Rigaudeau en semifinales y la Lituania de Jasikevicius en el partido
por el bronce volvía dejarles fuera del podio. Cambio de siglo pero todo seguía
igual en el baloncesto australiano, que comenzaba a etiquetarse como eterno
medallista olímpico. Habían sido los últimos Juegos Olímpicos del mito Andrew
Gaze. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>No clasificados para el mundial de Indianapolis de
2002, Atenas 2004 les dejaba fuera de las semifinales olímpicas por primera vez desde 1996,
despidiéndose además con una abultada derrota ante sus vecinos de Nueva
Zelanda. Pero lejos de apuntar a un posible ocaso del baloncesto australiano,
incapaz de volver a competir sin la figura de Gaze y sus exuberancias
anotadoras, estos Juegos resultarían fundamentales para el futuro de los
“boomers”, ya que habituados a ser una selección basada en el juego exterior
pero sin argumentos en la zona, en su roster aparecían dos jóvenes pívots que
invitaban al optimismo de que la selección oceánica podría resolver su puesto
más deficiente, hablamos de David Andersen (ganador de tres euroligas) y Andrew
Bogut (campeón de la NBA en 2015 con Golden State), mientras que en el exterior
la aparición de jugadores como Matt Nielsen aseguraba la pervivencia del
peligro australiano desde el perímetro. Bogut precisamente había sido el líder
absoluto de otro de los grandes éxitos del baloncesto de su país, llevándole a
la medalla de oro en el mundial junior de Grecia en 2003. Fue tal el impacto
que acabaría siendo número 1 del draft de la NBA de 2005.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Bogut, con sólo 21 años,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lideraría a Australia en el mundial de 2006,
donde no pasarían de la novena plaza. David Andersen, por entonces ya en el
CSKA Moscú, se recuperaba de una lesión, y ojo, el técnico Brian Goorjian convocaba
a la preselección a un joven base con descendencia aborigen que ya daba mucho
que hablar en su país llamado Patrick Mills. No pasó el corte definitivo y hubo
que esperar al FIBA Oceanía de 2007 para verlo en torneo internacional
absoluto, llegando a ser el máximo anotador de Australia en los Juegos de 2008,
donde a pesar de no pasar de cuartos de final (aplastados por Estados Unidos),
un roster en el que había jóvenes jugadores como Mills, Bogut o Joe Ingles,
hacía prever un futuro competitivo. A los de Goorjian les condenaba su mal
inicio frente a Croacia y Argentina, llevándoles a un cruce imposible ante el
mejor equipo estadounidense de todos los tiempos después del Dream Team del 92,
pero sus contundentes victorias para cerrar la fase de grupos ante Rusia y
Lituania dejaban claro que su torneo había sido brillante. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>En Londres 2012 de nuevo las dos primeras derrotas
(ante Brasil y España) les condenan a la cuarta plaza, pese a tener mejor
average general que los de Scariolo, pero derrotados en el duelo directo ven a
España alcanzar la tercera plaza de grupo mientras que la selección entrenada
entonces por Brett Brown se las veía de nuevo con unos Estados Unidos que les
impedían alcanzar las semifinales. No obstante se seguían sucediendo las buenas
noticias en baloncesto de formación, con las platas sub17 en los mundiales de
2012 y 2014. Dante Exum lideraba el primero de ambos rosters, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y se vislumbraba como la nueva gran promesa
del baloncesto australiano junto a Ben Simmons, un año menor pero también
fundamental en aquella plata de Kaunas. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>En el mundial de España 2014 sufrieron un particular
“angolazo”, perdiendo frente a los africanos en la última jornada de la fase de
grupos, cayendo a la tercera posición y evitando lo que hubiera sido un triple
empate con Lituania (a los que habían ganado de 7) y Eslovenia (con quienes
perdieron de 10) Hubo sospechas de dejadez australiana, que ganaban a los
angoleños 42-21 al descanso, y con la derrota evitaban a Estados Unidos en caso
de haber avanzado a cuartos de final… cosa que no sucedió porque Turquía con
dos triples finales de Preldzic culminaba una remontada para eliminar a los de
Andrej Lemanis por 65-64. Australia no se metía entre los ocho mejores, pese a
que jugadores NBA como Dellavedova o Baynes iban ganando en importancia en el
combinado “aussie” que ya comenzaba a ganarse el respeto de todos los rivales
independientemente de los resultados finales. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Y así llegamos al último lustro donde más cerca han
estado los “boomers” de rascar chapa, y en ambas ocasiones con España como
particular bestia negra. En Río 2016 los “aussies” metían miedo. Ganaron con
solvencia a Francia y Serbia en la fase de grupos (además de cumplir con China
y Venezuela que fueron trámites), sólo perdieron con Estados Unidos después de
dominar gran parte del encuentro y no salirse nunca del partido (acabaron
perdiendo por 10) Aplastaron a Lituania en cuartos de final, pero Serbia se
cobró venganza en semifinales, de nuevo su particular Rubicón. Quedaba por
dilucidar si al menos lograrían subirse al podio, despedirse de los Juegos con
una victoria en el último partido, ante una dubitativa España que había
desarrollado una vez más su particular crecimiento a lo largo del torneo,
mejorando a cada partido pero que tampoco pudo con Estados Unidos en
semifinales. El partido no pudo ser más igualado, con 19 cambios de liderato en
el marcador y 14 veces empatados. El final ya es historia de la selección
española, con la defensa final de Ricky Rubio y Claver para desbaratar el
último ataque australiano y hacer buenos los 31 puntos y 11 rebotes de Pau
Gasol (38 de valoración) en la que es hasta el momento última medalla olímpica
del baloncesto español. Más doloroso si cabe para Australia fue lo sucedido en
el último mundial, cuando después de dos prórrogas España obtenía el billete
para la final en un encuentro absolutamente colosal, un monumento al
baloncesto. Francia les dejaba de nuevo sin medalla en un partido de puro
músculo donde después de no haber bajado de los 80 puntos en ningún duelo los
de Lemanis no eran capaces de anotar siquiera 60 puntos. Se repetía la
historia, Australia nos enamoraba a todos los aficionados pero no les veíamos
subirse al podio. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgntuhh-2auyvzQHOm06Iv7dosWhviahdZuo9BdZL4YTiMRu8JrqmsGAAXYWkfR_ZuTo9QVtIpOc5yU2uTBenToKkmgcvw2ebggHiQi30HVwVu0MAcEU2u8bP_V6JRNp6Eqf94z4LMALk3T/s959/rio16.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="959" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgntuhh-2auyvzQHOm06Iv7dosWhviahdZuo9BdZL4YTiMRu8JrqmsGAAXYWkfR_ZuTo9QVtIpOc5yU2uTBenToKkmgcvw2ebggHiQi30HVwVu0MAcEU2u8bP_V6JRNp6Eqf94z4LMALk3T/s320/rio16.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Río 2016 y el mundial de China con España como bestia negra.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>2021 ha sido otra historia, con el regreso de
Goorjian al banquillo y una madurez absoluta en el juego de Patrick Mills
erigido como auténtico líder de una selección con varios nombres NBA, y donde a
los ya clásicos Ingles, Baynes o Dellavedova se unen nuevos valores como Jock
Landale o un Matisse Thybulle enorme en el partido por el bronce. Tokyo 2020 ha
sido la consagración del baloncesto australiano, llevándose el bronce y
finalizando con un balance de 5-1. Sólo Estados Unidos, a partir de un tercer
cuarto magistral (32-10 de parcial para los de Popovich) les hizo morder el
polvo. A la cuarta semifinal olímpica por fin fue la vencida para una
selección que apunta a permanecer en la élite, sobre todo si por fin Ben
Simmons se anima a acudir a un gran torneo tras sus renuncias a los últimos
mundiales y JJOO.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>El caso de Eslovenia sin embargo, y tirando del
chascarrillo habitual, podemos decir que estaba en las antípodas de los
australianos. Siendo su histórica primera participación en unos Juegos pueden
considerar estas semifinales un éxito, aunque parecieran no tener techo gracias a la dimensión de un descomunal
Doncic, que en su primer partido olímpico se fue hasta los 48 puntos, empatando
la segunda mejor marca anotadora de todos los tiempos del torneo, la de
precisamente un australiano, Eddie Palubinskas, quien los logró en Montreal 76
en un duelo inolvidable frente al México de Arturo Guerrero. Para Doncic nunca
existe el futuro, sólo piensa en destrozar el presente, como demostró en el
pre-olímpico de Kaunas, donde pasó por encima de todos sus rivales, incluyendo
la Lituania de Valanciunas y Domantas Sabonis que asistieron a otro recital del
ogro con cara de niño quien firmó un triple doble de 31 puntos, 11 rebotes y 13
asistencias en uno de los templos del baloncesto como es el Zalgirio Arena. Se
ha hablado mucho de ese Doncic frustrado y gruñón durante todo el torneo.
Olviden todo eso. Quédense con que están siendo testigos de auténtica historia
de este deporte cada vez que ese tipo salta a una cancha. Sobre todo teniendo
en cuenta que Eslovenia, a diferencia de Australia y su nula oposición en el
baloncesto oceánico, no va a tener nada fácil repetir en unos Juegos
Olímpicos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLlSvbu2Eo6u0vI0A_QC6pz1xJttpKoCGBSoYFh1kRUwCPP8eG_S8U3HemUkliAHwebDxshSj6bV2RxxMLU_LwgagUFlzUAcMfltNXJyXaT96sHk4bb3LLMzRaOpu48sTGs1jh48gPj5P9/s1660/doncic.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1517" data-original-width="1660" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLlSvbu2Eo6u0vI0A_QC6pz1xJttpKoCGBSoYFh1kRUwCPP8eG_S8U3HemUkliAHwebDxshSj6bV2RxxMLU_LwgagUFlzUAcMfltNXJyXaT96sHk4bb3LLMzRaOpu48sTGs1jh48gPj5P9/s320/doncic.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Doncic tendrá que esperar. Thybulle, enorme en defensa.</td></tr></tbody></table><br /><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-42085442356267941742021-08-07T18:48:00.006-07:002021-08-07T19:06:41.719-07:00JJOO TOKYO 2020 (I) USA Y FRANCIA TRIUNFADORES<div><b><br /></b></div><b><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div>
Toca hacer repaso de la competición masculina de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Tokyo. Como no habíamos escrito ni una línea al respecto y hay mucho que tratar, intentaremos hacerlo en distintas entradas, en formato de pequeño serial, que no es cosa de aburrir al lector ni quemarnos escribiendo varias horas seguidas. No vamos a detenernos demasiado en sentimentalismos por otro lado siempre necesarios en este y cualquier deporte sobre fines de ciclo y despedidas de competiciones de selecciones internacionales a personajes como Luis Scola, Marc Gasol y por encima de todo Pau Gasol, el hombre que cambió para siempre nuestro baloncesto y quien si bien no ha podido despedirse como le hubiera gustado, luchando por las medallas, al menos ha conseguido el objetivo de llegar hasta unos Juegos Olímpicos disputados un año más tarde de lo previsto (de haber sido el año pasado quizás Pau no hubiera podido llegar pese a ser un año más joven) tras dos temporadas en las que parecía casi un jugador retirado. Y no vamos a detenernos en estos temas porque jugadores como Scola o Pau Gasol merecen espacio aparte y en la medida de lo posible lo tendrán.
Comenzaremos desde el final hasta el principio, empezando por el oro estadounidense hilando hasta la fase de grupos. Oro conseguido en la gran final ante una Francia que les derrotara precisamente en la primera jornada de esa primera fase. En condiciones normales hablaríamos de cerrar un círculo, ley del eterno retorno, pero ha sido todo tan extraordinario en estos juegos que el último partido del torneo no ha sido para dirimir el campeón, si no para otorgar el bronce a la selección de Australia. Curioso, pero teniendo en cuenta que Tokyo 2020 se ha disputado en 2021 casi que es lo de menos.</b><div><b><br /></b></div><div><b><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK5IXOoI4cvR7BGS2r3GynUnqL_vu9BlK-lFD_1oUfC_OMzkPDDIqTgaTxmzgbf5rH4noZeg790GXVUuHwb8mFbVbJlJtjujNDdoNDxlY2KPQqeSK4TKltm1a1NW9CLTXd0rRSWRGDdVkK/s2048/134421.jpg" style="display: block; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="1365" data-original-width="2048" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK5IXOoI4cvR7BGS2r3GynUnqL_vu9BlK-lFD_1oUfC_OMzkPDDIqTgaTxmzgbf5rH4noZeg790GXVUuHwb8mFbVbJlJtjujNDdoNDxlY2KPQqeSK4TKltm1a1NW9CLTXd0rRSWRGDdVkK/s320/134421.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">USA cumple con los pronósticos.</td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK5IXOoI4cvR7BGS2r3GynUnqL_vu9BlK-lFD_1oUfC_OMzkPDDIqTgaTxmzgbf5rH4noZeg790GXVUuHwb8mFbVbJlJtjujNDdoNDxlY2KPQqeSK4TKltm1a1NW9CLTXd0rRSWRGDdVkK/s2048/134421.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><br /></a></div>
Aquella derrota inaugural del roster de Popovich sirvió para activar las alarmas y demostrar la vulnerabilidad de unos Estados Unidos que ya venían señalados por sus derrotas ante Nigeria y Australia en los preparatorios para los Juegos, además de llegar con la espina clavada de su eliminación en cuartos de final en el Mundial 2019 precisamente ante Francia, convirtiéndose así el equipo de Collet en la única selección capaz de vencer dos veces seguidas a Estados Unidos en competición internacional desde que acuden con jugadores profesionales de la NBA. No es poco honor y deja a las claras el momento actual del baloncesto galo posterior a Tony Parker (y Diaw), pero en eso ya nos detendremos posteriormente. Lo cierto es que esa primeriza derrota pareció despertar al equipo de Popovich, invicto desde entonces y que si bien no ha arrasado a sus rivales como hicieran anteriores escuadras USA (anteriores escuadras evidentemente con mayor calidad que la actual) ha ganado el oro con indiscutible solvencia, sobreponiéndose a erráticos comienzos de partido (o quizás más bien a espléndidos comienzos de los rivales) y siendo muy superiores a partir del segundo cuarto. No fue el caso de Irán en la segunda jornada (masacrados ya con un 28-12 en el primer parcial), pero si el de una luchadora República Checa que llegó casi a doblar a los de Popovich en el primer cuarto (12-21 a los 7 minutos de partido) para acabar perdiendo de 35 puntos. Sumados a los 54 de diferencia frente a Irán quedaba claro que Estados Unidos caía como mejor segunda en el primer bombo, sin posibilidad de enfrentarse a los mejores terceros (Alemania y Argentina) y con Italia o España en perspectiva. Tocaron los de Scariolo, incapaces de resolver el test de Eslovenia en un partido que parecía encarrillado (un triple de Rudy Fernández nos ponía 12 arriba a los 3 minutos del tercer cuarto) pero condenados por la incapacidad de cerrar el rebote (hasta 15 rechaces ofensivos capturaron los eslovenos, quienes se fueron a un total de 51 rebotes) llegando a un final igualado en el que primero Abalde, fallando un lanzamiento triple central con 1 abajo a 19 segundos del final y posteriormente Ricky errando otro lateral que hubiera empatado el partido a 10 segundos del cierre, no encontraron aro ante una Eslovenia cómoda en el agujero defensivo de la zona española (tremendo el último cuarto de Mike Tobey con 10 puntos y 6 rebotes, dos de sus canastas tras capturar rebotes ofensivos) Doncic, bien desactivado por la defensa española, especialmente en el trabajo individual de Claver (“sólo” 12 puntos con 2 de 7 en tiros de campo… y 6 de 11 en libres, pero con 14 rebotes y 9 asistencias) aumentaba su leyenda con 16 partidos vistiendo la elástica absoluta eslovena sin conocer la derrota (los 9 del Eurobasket 2017 cuando acabaron campeones invictos, los 4 del pre-olímpico de Kaunas, donde fueron un rodillo, y los tres de la primera fase de Tokyo)
España recibía el castigo de enfrentarse a unos Estados Unidos a los que no esperaban ni deseaban en una ronda tan temprana como cuartos de final. Después de haber caído ante los padres del baloncesto en las impresionantes finales de 2008 y 2012 (sin duda dos de los mejores partidos de la historia de nuestro baloncesto… y diría que de todo el baloncesto internacional de selecciones), y de haberles plantado más cara todavía en las semifinales de 2016, la mejor generación del baloncesto español tenía otra oportunidad para rellenar el expediente con una de sus pocas faltas, la de vencer a unos Estados Unidos con los que nunca se llegaron a enfrentar en los oros mundiales de 2006 y 20019. Pero los de Popovich volvieron a cumplir con el guión. Perdieron el primer cuarto (21-19), se mantuvieron en el segundo (empate a 43 para encarrilar los vestuarios al descanso) y afrontaron el partido en un tercer cuarto en el que España estuvo casi seis minutos sin encestar en juego, hasta que Ricky Rubio anotó un triple para poner un 52-65 ya complicado para España. El mismo Ricky que había mantenido a duras penas a nuestra selección con seis tiros libres anotados minutos antes, y el mismo Ricky que nos mantuvo hasta el final. 38 puntos, record de anotación individual en un partido olímpico con la camiseta española, pero que resultaron estériles ante unos Estados Unidos que tuvieron que recurrir de nuevo al mejor Durant (29 puntos con 10 de 17 en tiros de campo) para meterse en las lucha por las medallas y despedir a los hermanos Gasol del combinado nacional. Popovich se deshizo posteriormente en rueda de prensa en elogios a un valiente Scariolo (recordemos como con 37 segundos por disputarse en el segundo cuarto ordena un ataque rápido en vez de agotar posesión para que podamos disputar de dos lanzamientos, por mucho que ambos fueran fallados por Llull y Ricky respectivamente) Estados Unidos fue superior, como lo fue ante todos los combinados comparecientes, en todo caso España debe lamentarse del mal final ante Eslovenia y la derrota estadounidense ante Francia que propició esa segunda plaza yanqui desembocando en ese 50% de posibilidades de enfrentarnos a los grandes favoritos al oro.
Australia esperaba en semifinales después de aplastar a una Argentina que también lleva años destilando olor a despedida y aroma de fin de ciclo, pero consumado ya con el adiós del grandísimo Scola. Después de sobrevivir a los Ginobili, Nocioni y compañía, el bueno de Luisfa dejaba la albiceleste a los mismos 41 años de Pau Gasol. El mismo día tocaba despedir a dos gigantes de la canasta. El equipo del “Oveja” Hernández no fue rival para los oceánicos, cayendo de 38 puntos ante los de Oceanía. No ha sido un buen torneo para los gauchos, muy inferiores ante Eslovenia y España en las dos primeras jornadas de competición. Precisamente en los minutos finales de la derrota ante los de Scariolo un calculador Hernández recordaba en tiempo muerto a sus jugadores que podrían clasificarse como terceros, como así fue después de los 20 puntos de renta obtenidos ante un anfitrión Japón que más allá de los destellos de los NBA Watanabe y Hachimura poco más han ofrecido.
El aficionado europeo lleva años viendo a los australianos quedarse a las puertas de medallas en mundiales o Juegos Olímpicos. Acostumbrados a arrasar en el FIBA Oceania, donde sólo Nueva Zelanda les discute el dominio de vez en cuando (de hecho ya las últimas ediciones el campeón continental lo dirimen ambos países en una eliminatoria al mejor de tres partidos), hemos visto como subirse al podio suponía un particular Rubicón para los “boomers”, en dos ocasiones consecutivas con protagonismo español (les quitamos el bronce en Río 2016 y la sufrida victoria en la prórroga del mundial 2019 que les condena a luchar por un tercer puesto que se acaba llevando Francia) Ya hablaremos en la próxima entrega de su meritorio bronce en el retorno de Brian Goorijan al banquillo “aussie”, pero su foco en semifinales no estaba exento del morbo de recordar cómo habían ganado semanas antes 91-83 a los de Popovich en partido preparatorio en Las Vegas. Pero Estados Unidos no se apartó del guión previsto. Gran comienzo del rival (18-24 para Australia en el primer cuarto), supervivencia en el segundo acto (42-43, un punto abajo al descanso), y destrozar al enemigo tras el paso por vestuarios (32-10 en el tercer parcial) Australia acababa claudicando por 19 puntos y Durant sumaba otros 23 puntos y 9 rebotes para seguir consolidándose como el jugador más decisivo del torneo.
Y así llegamos a una final en cierto modo previsible ante una Francia que después de dar la sorpresa en la primera jornada ante los posteriormente campeones no dio opciones ni a Chequia (victoria 77-97) ni Irán (otro triunfo, 62-79) para pasar como primeros de grupo. Italia en cuartos aguantó hasta el descanso (42-43, un punto abajo) pero el 12-21 del tercer cuarto encarriló el partido para los de Collet. La semifinal ante Eslovenia se presentaba intensa, incierta, como uno de los posibles mejores partidos del torneo, y no defraudó. Doncic había subido a 17 su número de victorias, exento de derrotas, con la camiseta de su país, después de aplastar sin piedad a Alemania (pasaban como mejor tercero con sólo una victoria sobre Nigeria) por 24 puntos. El astro esloveno rozaba el triple doble (20 puntos, 8 rebotes y 11 asistencias) y se aliaba con la exhibición anotadora de Zoran Dragic, 27 puntos con un letal 5 de 7 en triples.
El Francia-Eslovenia fue, no podía ser de otro modo, un partido igualado con final a cara o cruz en el que al margen de la decisiva jugada final (el tapón de Batum a un Prepelic cuyo arrojo en el “clutch” deja claro que pese a los galones que pueda tener Doncic el jugador de Dallas sabe delegar en sus compañeros), los de Collet fueron ligeramente superiores. Tras la exhibición en el preolímpico de Kaunas y las dos primeras victorias indiscutibles ante Argentina y Japón el rodillo esloveno se ha ido diluyendo (a la par que aumentaba el cansancio y frustración en fondo y forma de un Doncic cada vez más enfrentado con el mundo) y el nivel de dificultad ha ido subiendo. España fue un aviso, y superado el débil escollo alemán Francia les devolvió a la realidad. Durante todo el último cuarto los subcampeones estuvieron por delante en el marcador. Un triplazo de Prepelic a medio minuto del final (después de sacarle la quinta falta a Fournier en ataque en su defensa a media pista) ponía el 90-89 con mínimo dos posesiones por jugar, una por equipo. Francia desaprovechó la suya con un lanzamiento fallado por De Colo en el “mid range” ante la defensa del siempre elástico Tobey. El siguiente ataque esloveno figura ya en la historia del baloncesto olímpico. Doncic sube la bola y después de apoyarse en el bloqueo de Tobey juega con Prepelic que desde el triple penetra con la marca de un Batum que le cierra el camino a la canasta con uno de los mejores tapones de este torneo. El alero de Clippers (al igual que tantas veces ha demostrado nuestro Rudy Fernández) dejaba claro que se puede ser igual de decisivo en el “clutch” en defensa como en ataque. Francia volvía a una final olímpica 21 años después, desde Sydney, donde también esperaba Estados Unidos, la tercera de su historia (su primera final la jugaron en 1948 ante, como no, Estados Unidos)</b></div><div><b><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjM80vGRKdHo0NmnrkNHPBBuuXz7pjMLJuMGKr18P4vBXGRfFI3xVhVyD9qSn9nC11hbJg5xheCQUCErO0XGnQSOOxm6P_IntPq4ncMEUkH4eSbi1nCwzLXq_oLAA8FTXbi3UcoCeOxjwCF/s696/nico-batum-francia-eslovenia.jpg" style="display: block; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="351" data-original-width="696" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjM80vGRKdHo0NmnrkNHPBBuuXz7pjMLJuMGKr18P4vBXGRfFI3xVhVyD9qSn9nC11hbJg5xheCQUCErO0XGnQSOOxm6P_IntPq4ncMEUkH4eSbi1nCwzLXq_oLAA8FTXbi3UcoCeOxjwCF/s320/nico-batum-francia-eslovenia.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un tapón para la historia.</td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjM80vGRKdHo0NmnrkNHPBBuuXz7pjMLJuMGKr18P4vBXGRfFI3xVhVyD9qSn9nC11hbJg5xheCQUCErO0XGnQSOOxm6P_IntPq4ncMEUkH4eSbi1nCwzLXq_oLAA8FTXbi3UcoCeOxjwCF/s696/nico-batum-francia-eslovenia.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><br /></a></div>
Mucho se había hablado de la derrota (83-76) en la primera jornada del equipo estadounidense ante Francia, queriendo revelar debilidades en el cuadro de Popovich que alentasen la posibilidad de que no se colgasen el oro y de que, en este caso, fuera Francia, el otro finalista, quien subiese a lo más alto del podio y repitiese las victorias del mundial 2019 y primera fase de Tokyo 2020. Pero Estados Unidos se mantuvo fiel a su guión de consistencia y crecer a lo largo del partido. Lo ajustado del marcador (82-87 para USA) no deja lugar a dudas de la resistencia gala, pero lo cierto es que desde el 15-12 francés a dos minutos del final del primer cuarto los de Popovich siempre mandaron en el marcador. No llegaron a romperlo definitivamente, pero las diferencias entre 8 y 10 puntos (llegaron a tener 14 con el 57-71 del minuto 29) que manejaron durante toda la segunda parte dejaban claro que no iban a repetir los errores de la primera jornada, con fallos en las marcas exteriores (fruto en parte de los dobles marcajes a Gobert en la zona) y fallos incomprensibles (ese resbalón de Lillard) que dieron vida a una Francia que daba la sorpresa. No hubo lugar a ello en el partido por el oro, y pese a que pueda parecer que el triunfo estadounidense no tenga el brillo de otras ocasiones (y repetimos, no puede compararse este roster con aquellos en los que Durant compartía pista con los Kobe Bryant o LeBron James en los tiempos de “Coach K” Krzyzewski) hay que darle el mérito que corresponde. Precisamente porque, como en 2019, volvía a ser un Estados Unidos batible, con deficiencias en el juego interior y sin apenas pívots puros (sólo Adebayo y Green como falsísimo pívot… tema aparte Javale McGee, ese extraño elemento que sigue aumentando su palmarés sin apenas pisar parquet, pese a que justo es reconocer que siempre produce en sus pocos minutos… 7,2 puntos por 4 minutos en este torneo por partido) La decisión de convocar a Holiday, Middleton y Booker sin apenas preparación y recién acabadas las finales NBA también tenía un punto controvertido, y de hecho los dos segundos han estado muy por debajo de su nivel. No ha sido el caso de Holiday, jugador fundamental para Popovich precisamente para paliar cualquier carencia defensiva que su equipo pudiera dejar entrever en la cancha. El base de Milwaukee ha vuelto a demostrar que ha sido uno de los jugadores más infravalorados del planeta baloncestístico en los últimos años, abnegado atrás, ayudando en el rebote, pero sabiendo salir a campo abierto cuando la situación lo requería y mirando el aro y repartiendo juego. Ha sido el máximo asistente de los campeones, el segundo jugador más utilizado por Popovich tras Durant, el tercer anotador por detrás del propio Durant y Tatum, y ojo, el tercer mejor reboteador por detrás de Adebayo y Durant… siendo un base. No ha sido un ensamblaje fácil el de las piezas para Popovich, que se resarce del fracaso de 2019 y se cuelga un oro olímpico. Es el cuarto entrenador en la historia que lo hace habiendo sido campeón de la NBA, uniéndose a un club en el que figuraban Chuck Daly, Lenny Wilkens y Rudy Tomjanovich. Claro que entre los tres citados suman los mismos anillos (cinco) que los obtenidos por el técnico de San Antonio Spurs.
En los primeros párrafos comentábamos la particularidad de que Francia es la única selección que ha sido capaz de ganar dos veces consecutivas a Estados Unidos desde que en sus convocatorias aparecen jugadores NBA. No es algo tan importante como colgarse su tercera plata olímpica, pero si demuestra que esta plata no es casualidad. En este 2021 de despedidas (las referidas de Scola y los Gasol en Tokyo… o las de Felipe Reyes y Spanoulis en baloncesto de clubes) Francia se consolida como el país europeo que mejor trabaja este deporte. Nos hemos hartado de decir que frente a la mejor generación del baloncesto español de la historia, el país vecino igualmente presentaba la suya, y si no llegaban más alto en el podio correspondiente solía ser precisamente por culpa de España. Retirado Parker, el base europeo que más lejos ha llegado nunca en la NBA, sin Diaw, compañero de vestuario y anillo de campeón con Tony en San Antonio, la selección francesa del incombustible Collet (en el cargo desde 2009, después de que el octavo puesto en el Eurobasket 2007 sumiese al baloncesto galo en una crisis debido a sus ausencias en los JJOO de 2008 y el Eurobasket de aquel mismo 2009) demuestra una salud actual envidiable. Igual que el río de Heráclito en el que es imposible sumergirse dos veces, o recordando la paradoja del barco de Teseo que va sustituyendo todas y cada una de sus piezas hasta que no quede ninguna original, las generaciones deportivas nunca son del todo puras, convergen entre ellas, y así hemos visto crecer a los ahora veteranos Batum, Heurtel, De Colo o Fournier al amparo de aquellos Parker y Diaw. Iban llegando los jóvenes, los Poirier o Gobert, ahora ya también veteranos y núcleo duro. Han ido apareciendo los Yabusele, Ntilikina o Luwawu-Cabarrot, y así en una cantera inagotable que nos podría llevar hasta la figura en lontananza de Victor Wembanyaba, la próxima gran esperanza gala y una de las grandes promesas de todo el baloncesto continental. El trabajo que se está haciendo en el país vecino es tremendo, y los frutos están ahí, tanto a nivel de clubes (el Mónaco vigente campeón de la Eurocup y con billete para Euroliga junto al Asvel) como de selección (esta reciente plata olímpica), con un baloncesto muy identificable en el que se logra conjugar la exuberancia física de sus jóvenes talentos con el aprendizaje técnico. Es justo reconocer en esto también la figura y el legado de Tony Parker, con su actual academia en Lyon. El histórico jugador sabe bien de la importancia de potenciar estos proyectos de base, siendo él mismo un exponente del INSEP francés, el instituto público para la excelencia y el alto rendimiento deportivo donde el MVP de las finales NBA de 2007 coincidió entre otros con Boris Diaw o Ronny Turiaf.
En los Juegos Olímpicos por norma una plata, para cualquier equipo que no sea Estados Unidos, puede bien considerarse un oro (como fue nuestro caso en 2008 y 2012) y así debe ser con esta Francia, cuyo éxito en estos Juegos hay que ponerlo al mismo nivel que el del equipo de un Popovich sobre quien la mínima duda respecto a su capacidad para gestionar este deporte al más alto nivel debería desnudar en todo caso la incapacidad del aficionado que presente dicho planteamiento.
Estados Unidos ha cumplido los pronósticos en un camino cuya dificultad precisamente debe engrandecer su mérito, al igual que el de Francia.
En la próxima entrega tocará hablar del bronce australiano y su también enorme torneo. Hasta entonces.</b></div><div><b><br /></b><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifTaUQgjLYjaAv_yoMTFWAY3WSQoEELUiRgGYoDmSLGTrWIMj25Gz7B2LLQUjENUllP2iDCKcLiWNbTxd0l7FXeZ2qQ9diEsqiRu_-uG8giPgDLIAOaU9xJeDAntnYVlBX3DGUx8JDF7PZ/s660/Gregg-Popovich-et-Nando-De-Colo-660x330.jpg" style="display: block; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="330" data-original-width="660" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifTaUQgjLYjaAv_yoMTFWAY3WSQoEELUiRgGYoDmSLGTrWIMj25Gz7B2LLQUjENUllP2iDCKcLiWNbTxd0l7FXeZ2qQ9diEsqiRu_-uG8giPgDLIAOaU9xJeDAntnYVlBX3DGUx8JDF7PZ/s320/Gregg-Popovich-et-Nando-De-Colo-660x330.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Popovich consuela a De Colo. La grandeza de los campeones.</td></tr></tbody></table>
</div>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-8154482400438983142021-08-04T10:24:00.001-07:002021-08-04T23:46:38.769-07:00GRANDES ESPERANZAS<p><b> </b></p><p><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcvS8UZwEWfcb9AdrrxN1NwBfDisgM12bHq1w1tZ7GcZrOhq0DtitKi9FPTZoVcoJxLE9zUtg3kgR0DdM6F3jbxr8PknvftosTf1WQN_pB8q4pYWmSrmwDDSHEBX8uuq4tF79a1Nnrapcz/s1024/antetoounmpo-1024x683.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="683" data-original-width="1024" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcvS8UZwEWfcb9AdrrxN1NwBfDisgM12bHq1w1tZ7GcZrOhq0DtitKi9FPTZoVcoJxLE9zUtg3kgR0DdM6F3jbxr8PknvftosTf1WQN_pB8q4pYWmSrmwDDSHEBX8uuq4tF79a1Nnrapcz/s320/antetoounmpo-1024x683.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La era de Anteto.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p></p><p class="MsoNormal"><b>Hay en la biografía de Giannis Antetokounmpo algo
dickensiano, como si fuera uno de esos personajes que de manera tan hábil supo
retratar el novelista inglés en el siglo XIX. Vidas surgidas en la miseria pero
capaces de medrar socialmente en un entorno difícil, como bien refleja la obra
“Grandes esperanzas”, en la que un huérfano aprendiz de herrero se acaba
convirtiendo en caballero. Por mucho que se haya querido exagerar la vida del
jugador griego, cayendo en la hipérbole sobre la dureza de su infancia como
vendedor ambulante, no se puede negar que estamos ante una de las historias más
hermosas que nos ha regalado el baloncesto del siglo XXI, culminando, por el
momento, ya que hablamos de un deportista que tan sólo tiene 26 años, en la
consecución del anillo de campeón de la NBA refrendado con un indiscutible MVP
basado en unas medias terroríficas de 35.2 puntos, 13.3 rebotes, 5 asistencias,
1.8 tapones y 1.2 robos de balón con un 61,8% en tiros de campo. Una salvajada
para un tipo llamado a llevar al baloncesto a otra dimensión, una en la que es
justo situarle en el debate sobre el mejor europeo en la historia de la NBA, y
es que ningún otro jugador de nuestro continente puede decir que ha sido dos
veces MVP de temporada, MVP de las finales, Mejor Defensor de la temporada, y
ganador del anillo. Y repetimos, con 26 años. <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Lejana queda la obscenidad que llegó a sufrir en sus carnes
cuando al recibir, por fin, después de años pateándose las calles de su Atenas
natal dedicándose en ocasiones incluso como hemos recordado a la venta
ambulante, la nacionalidad del país que le vio nacer, Grecia, el líder neonazi
del partido Golden Dawn se descolgó con unas declaraciones que no deberían
tener cabida en una sociedad como la nuestra. “Si a un chimpancé le das una
banana y una bandera griega en el zoológico, ¿eso le convierte en griego?” llegaron
a decir desde la bancada fascista. Todo esto hablando de un adolescente hijo de
inmigrantes nigerianos. La crueldad expresada en su grado más sumo sobre un
joven que, como expresa en la inscripción de la suela de sus zapatillas, es el
legado de su padre fallecido (“I am my father’s legacy”)<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Antetokounmpo es uno de esos jugadores bendecidos por los
dioses del baloncesto a partir de un imponente molde físico que le hizo
destacar desde la segunda división griega, donde en el modesto Filathlitikos y siendo
todavía menor de edad era capaz de hacer de todo, incluso jugar de base.
Cuentan que Larry Drew, su primer entrenador en Milwaukee, antes de conocerle
en persona calculó que no debía medir más de 1,85 tras ver su manejo de balón
en vídeos. Posteriormente a las órdenes de Jason Kidd, uno de los mejores bases
de la historia, volvió a las posiciones exteriores demostrando que el apodo de
“The Greek Freek” no era en vano, pero ha sido en las últimas tres temporadas,
jugando cerca del aro y dejando la dirección del juego a bases contrastados
como Eric Bledsoe y sobre todo Jrue Holiday cuando el dominio del griego le ha
llevado al lugar al que estaba predestinado. Ganar el anillo.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Ha sido precisamente el cambio de Holiday por Bledsoe el
movimiento maestro para que el equipo de Budenholzer haya pasado de equipo
aspirante a real y tangible campeón. Holiday, un tipo muy querido en la liga (la
temporada pasada recibió el premio Twyman-Stokes como mejor compañero de equipo
y este curso ha sido galardonado con el Joe Dumars a la deportividad), es pura
élite defensiva en la NBA. Un base capaz de defender cuatro posiciones, a quien
hemos visto secar a Devin Booker en el sexto y definitivo partido (8 de 22 en
tiros de campo) y que deja una de las jugadas clave de las finales con el robo
al propio Booker en el quinto, con 120-119 para los Bucks y posesión de Phoenix
para consumar una remontada (llegaron a estar 14 abajo pocos minutos antes) que
no llegó cuando quedaban sólo 16 segundos para el final. Un robo de balón que
derivó en un estratosférico alley oop de Anteto servido por el propio Holiday .
El base de Chatsworth firmó 9.3 asistencias por partido, el mejor de las
finales en ese apartado, además de ser el <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>máximo recuperador con 2.2 robos por choque.
Fueron las únicas principales estadísticas no dominadas por su compañero
Giannis, máximo anotador, reboteador y taponador de las series. <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Khris Middleton ha sido el tercer hombre clave en la
franquicia de Wisconsin. Desde LeBron James en 2007 no se veía un jugador más seguro
en el “clutch” en las series de post-temporada. Su fiabilidad en el tiro
exterior y el “mid range” ha sido fundamental cuando en los finales de partido
las defensas más se cerraban sobre Antetokounmpo. Middleton ya tiene estatus de
estrella, pero su carrera se ha movido habitualmente por debajo del radar desde
que fuera elegido en segunda ronda del draft por unos Detroit Pistons que no
supieron ver su potencial (apenas jugó 27 partidos en la MoTown antes de verse
involucrado en un trade que llevaba a Brandon Jennings a Detroit), su perfil
parecía limitarse al de un “glue guy”, abnegado jugador de equipo que poco a
poco ha ido destapando su capacidad anotadora hasta explotar en estos “play
offs” con un rendimiento calculado para responder cuando su equipo más le
necesitaba, como en la remontada ante Brooklyn, anotando 30.5 puntos por
partido en las dos noches en las que el astro griego estuvo ausente por lesión
y el pesimismo se había instalado en la bancada de Wisconsin. Y es que excepto
en la serie ante Miami, saldada con un barrido de 4-0 (quien sabe cuál hubiera
sido el discurrir de la serie si el propio Middleton no hubiera sellado la primera
victoria a medio segundo del final de la prórroga de aquel primer partido de
play offs… por si fuera poco Holiday, quien si no, taponaba un desesperado
lanzamiento de Butler ya fuera de tiempo en la jugada siguiente ), en el resto
de eliminatorias los del siempre cuestionado Budenholzer han comenzado por
debajo. Ante Brooklyn tuvieron que remontar un 2-0 y un 3-2, Atlanta comenzó
ganando la final del Este, y Phoenix llegó a ponerse 2-0 en las recientes
finales por el título.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Ese 2-0 de los de Arizona basado en la imponente asociación
en el “pick and roll” entre Paul y Ayton (22 puntos y 19 rebotes para el pívot
de Bahamas en su primera aparición en unas finales) deja la sensación de
oportunidad perdida para unos Phoenix Suns que no obstante han sido la gran
revelación de la temporada, y en los que el tutelaje de la veteranía de Chris
Paul ha maridado de manera certera con la juventud de los Booker, Bridges o
Ayton, todos por debajo de los 25 años, la edad justa que tiene Cameron
Johnson, otra de las grandes esperanzas del equipo de Monty Williams. Veremos
si Phoenix son realmente el futuro o vuelven a ser un caso similar al de Miami,
que presentándose en las finales el pasado curso de manera sorprendente con un
roster también muy joven sin embargo esta temporada no han sido capaces de
superar la primera ronda. En el caso de Phoenix hay que poner en valor también
su gran temporada regular (segunda mejor marca con 51-21, sólo una derrota
menos que Utah, y muy por encima del 44-29 con el que Miami acabaron quintos en
el Este en 2020) y unas eliminatorias en las que antes de llegar a las finales
sólo cedieron cuatro partidos ante ambos equipos angelinos, dos ante Lakers y dos
ante Clippers, barriendo a los Denver Nuggets del MVP Jokic por 4-0. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El curso de la franquicia de Arizona por tanto
no merece otro calificativo que el de sobresaliente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Pero el presente es de Milwaukee y de Antetokounmpo. El
héroe dickensiano que ha alcanzado esa gloria a la que estaba destinado pero le
parecía esquiva. Giannis dibuja un baloncestista nuevo, al que los siempre
presentes “haters” tratarán de restar méritos aludiendo a su molde físico como
único valor cuando en realidad hablamos de un jugador en constante progreso (en
el partido definitivo firma un imponente 17 de 19 en tiros libres cuando era
una de las mayores aristas de su juego), inconformista, ambicioso y tan
competitivo que ha sido capaz de poner el mundo del baloncesto a sus pies con
sólo 26 años (¿hace falta recordar de nuevo que Jordan tuvo que esperar a los
28 para ganar su primer anillo?) <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Giannis
refiere como decimos un baloncestista nuevo y total capaz de ser igual de
demoledor a ambos lados de la cancha. Las dos imágenes icónicas que nos deja en
estas finales le muestran primero colocando un tapón sobrehumano sobre Ayton a
1.14 del final del cuarto partido evitando una canasta segura que hubiera puesto
la igualdad en el marcador. En la segunda le vemos hundiendo el aro tras el
robo y asistencia de Holiday para sentenciar el quinto encuentro a falta de 13
segundos. Dos acciones descomunales en los dos lados de la cancha para remontar
las series, poner el 3-2 en el global y viajar a Milwaukee con una oportunidad
de cerrar las finales que no dejaron escapar. <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><b> </b></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Cada uno de los 50 puntos anotados por Antetokounmpo en el
sexto partido justifican la desorbitada extensión de contrato firmada desde la
franquicia para con su estrella finalizada la temporada 2020. “Esta es mi casa”,
respondía entonces el griego, demostrando una fidelidad no tan habitual a día
de hoy en una NBA en la que el movimiento de estrellas entre clubes llega a
resultar mareante. A Giannis le han sabido rodear del contexto ideal donde lograr
explotar su atómico poder, apostando igualmente por jugadores capaces de unir
talento con estajanovismo (Holiday y Middleton) o simplemente lo segundo
(Tucker o Connaughton) Y esto es lo que hace este triunfo de Milwaukee tan
especial, revelando un quinteto titular en el que sólo la veterana estrella
Brook Lopez (máximo anotador histórico de la franquicia de Nets, precisamente
una de sus víctimas en post-temporada) presenta en su biografía un pick
realmente alto en el draft (número 10 en 2008) Jrue Holiday, un 17 en 2009 por
unos Philadelphia con los que a pesar de llegar a ser all star sufrió el
interminable proceso de reconstrucción de los 76ers, siendo una de las primeras
víctimas traspasado a New Orleans donde las lesiones y un retiro temporal para
cuidar de su esposa embarazada y diagnosticada con un tumor cerebral le
apartaron del foco. Middleton, ya lo hemos explicado, un segunda ronda cuya
primera temporada la pasó mayormente en la liga de desarrollo, como segunda
ronda fue también un P.J. Tucker al que vimos curtirse sus primeras temporadas
como profesional en ligas europeas (Ucrania, Israel, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Italia, Alemania, Grecia…), y en el medio de
todo el imponente Antetokounmpo, aquel chaval sin papeles cuyo nombre comenzaba
a aparecer en las libretas de los más avezados ojeadores europeos, pero también
norteamericanos, dejando con la miel en los labios al Zaragoza y a la ACB, ya
que el equipo maño había pagado por los derechos continentales del jugador
200000 euros. Milwaukee no se lo pensó y pagó la cláusula de salida (un millón
de dólares) a la NBA para incorporar a aquel espigado jovenzuelo de 18 años
ipso facto. Con esa insultante juventud debutaba en la mejor liga del
baloncesto del mundo, apenas cuatro minutos para anotar su primer punto, un
tiro libre, frente a los New York Knicks. Ocho años han pasado entre aquel
primer punto y los 50 de su histórico sexto partido. Ocho años de grandes
esperanzas por fin cumplidas.</b><o:p></o:p></p><br /><p></p><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj480jlOLVMBdzlRY798D48UOEfZTCOZrGYlhYioPzXRVYmVVIeuMC10FKHh9jATuSb1rFI5vqIY2MYST6Gi3J59fdraFCvc9Je6qmE1B6xegaHUnmKMv6SypWcz7Di4q9d6gUM1FKW7aSX/s964/1626546692_178332_1626547430_sumario_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="964" data-original-width="649" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj480jlOLVMBdzlRY798D48UOEfZTCOZrGYlhYioPzXRVYmVVIeuMC10FKHh9jATuSb1rFI5vqIY2MYST6Gi3J59fdraFCvc9Je6qmE1B6xegaHUnmKMv6SypWcz7Di4q9d6gUM1FKW7aSX/s320/1626546692_178332_1626547430_sumario_normal.jpg" width="215" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un tapón para la historia.</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><br /></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-53113811454865547322021-07-07T09:03:00.005-07:002021-07-07T09:03:38.708-07:00TODOS LOS DÍAS SALE EL SOL<p> </p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVGRMZP9TSSI-k5DvLRodMA2tu_FmE2-zkxkxAoQGsTemstWe7NsyloawKhoEAw6RmVQmmZH5xMjsnW6F_G4orw9cL8NeYh29fJTMDDImQ4qA8P7sn5AEdjSgWK6mXUpNQ39G4YBf0FwJr/s1409/felipereyescampeon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1409" data-original-width="1247" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVGRMZP9TSSI-k5DvLRodMA2tu_FmE2-zkxkxAoQGsTemstWe7NsyloawKhoEAw6RmVQmmZH5xMjsnW6F_G4orw9cL8NeYh29fJTMDDImQ4qA8P7sn5AEdjSgWK6mXUpNQ39G4YBf0FwJr/s320/felipereyescampeon.jpg" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>La actualidad baloncestística sigue a un ritmo
vertiginoso, ítem más en comparación con este blog ya habituado a
actualizaciones esporádicas. Pero no podíamos dejar pasar por alto la retirada
de Felipe Reyes, gran capitán de la nave madridista durante los últimos años,
en la gloriosa era Laso, y tercer gran espada de la generación del 80 junto a
Juan Carlos Navarro y el todavía activo Pau Gasol (quien cumple precisamente
hoy, cuando escribo estas líneas, 6 de Julio, 41 años) <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b> </b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Pese a la comprensible pérdida de foco sufrida con
el paso de los años, viendo menguada su cantidad de minutos en pista con el
Real Madrid, y retirado de la selección española desde 2017 (anunció que
realizó después de un Eurobasket al que ya había renunciado, siendo los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro su última participación con la elástica nacional),
Felipe ha sido un personaje imprescindible para comprender el baloncesto en
nuestro país en el siglo XXI. Como madridista confeso en mi caso, la figura de
Felipe ha sido el estandarte a defender en los momentos más crudos, como
hicimos en nuestra entrada “Blanco perfecto”. Y es que no podemos olvidar la
realidad de que en plena época Messina hubo un sector del madridismo, el más
cruento, ese que confunde pasión con talibanismo, en el que a Felipe se le
quiso jubilar, se le acusó de responsable de todos los males de la sección, de
cáncer del equipo, de jugar por decreto, por ser amigo de los periodistas y de
taponar la progresión de jóvenes como Mirotic (posiblemente aquellos que
lapidasen a Felipe en aquel momento han sido los primeros en llamar “rata” al
hispano-montenegrino en su regreso al baloncesto español con la camiseta del
Barcelona) No era nada nuevo, desgraciadamente en fútbol ha sido norma habitual
el despellejamiento de símbolos y capitanes cuanto más históricos peor, como si
hacer larga carrera en un club como el Real Madrid en vez de alimentar la
leyenda blanca atentase contra ella y la entidad deportiva más laureada de
Europa en fútbol y baloncesto no debiese ser si no una máquina trituradora
donde a los mejores deportistas apenas se les pudiera sacar unos pocos años de
rendimiento, siempre por debajo de la decena. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b> </b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Felipe resistió para comenzar a levantar títulos con
la llegada de Pablo Laso, nada menos que 20 títulos entre ellos dos copas de
Europa. 20 títulos para sumar a los tres anteriores a la llegada del técnico
vitoriano (una liga a las órdenes de Maljkovic y el doblete ACB-ULEB con Joan
Plaza), sin olvidar su Copa del año 2000 junto a su hermano Alfonso (MVP de
aquella edición) en el Estudiantes de Pepu Hernández, quien también acabaría
siendo su primer entrenador en una selección absoluta con la que ha sido
campeón mundial y tres veces europeo (además de otros tres podios continentales
y olímpicos) Uno de los palmareses más deslumbrantes de toda la historia del
baloncesto del continente, pero por encima de los títulos colectivos e
individuales (dos veces MVP de temporada regular ACB y otras tantas de las
finales), de todos los registros destrozados (se retira siendo el jugador con
más partidos disputados nunca en la máxima categoría del baloncesto español y
como máximo reboteador ACB, además de poseer el record de partidos con la
camiseta del Real Madrid), Felipe ha sido uno de esos jugadores que
irremediablemente enganchan, tanto a los aficionados de su propia bancada como
a los rivales. Evidentemente gracias a su estilo de juego, pleno de pundonor y
rozando la épica para un tipo que aunque la ficha le ponga 204 centímetros es
lo que se suele conocer como un “dos metros pelao”. Su desventaja física no ha
resultado óbice para verle fajarse y pelear rebotes a interiores mucho más
altos, muchos más grandes, mucho más fuertes… por otro lado su constante
aprendizaje y mejora en algunos aspectos del juego, especialmente el tiro,
dando ejemplo de que un deportista debe estar sujeto a la constante evolución
si quiere sobrevivir con el paso de los años. Así le hemos visto subir desde
aquellos pobres porcentajes en el tiro libre cercanos al 60% durante los
primeros años de este siglo, hasta esa segunda década en la que se ha movido
con facilidad en un lustroso 80%. De igual modo se ha ido familiarizando con el
lanzamiento triple, cualidad que nunca se le supuso y que le puso bajo sospecha
para el baloncesto moderno en el que la posición de cuatro exige buena mano
para el juego abierto… pero es que en realidad Felipe siempre se ha sentido más
cómodo jugando de cinco, como la gran referencia interior de su equipo,
incrustado en una zona donde postear, pelear, meter codos y lanzarse como un
kamikaze a por cualquier rebote ofensivo. Imposible no engancharte con un tipo
así. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b> </b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Se retira por tanto un jugador único, característico
en la transición entre siglos, haciéndose un nombre para el gran público global
en aquella final junior mundial ante Estados Unidos de 1999 en la que sus cinco
rebotes ofensivos en momentos decisivos ya mostraban la seña de identidad de un
jugador que el año anterior ya había sido campeón sub18 europeo en Varna al
lado de los Navarro, Raúl López, Pau Gasol y un Calderón que pese a ser un año
más joven con justicia se le puede considerar dentro de la misma generación (no
estuvo en el Mundial junior del 99 por lesión) Fue aquel oro del 99 cuando el
nombre de Felipe Reyes se puso en todas las agendas del globo terráqueo, pero
el aficionado ACB ya le había visto debutar un año antes con la camiseta de
Estudiantes, un 4 de Octubre de 1998 jugando nueve minutos ante el Baskonia.
Por lo tanto hablamos de un jugador que ha llegado a vestirse de corto nada
menos que durante cuatro décadas distintas, dato que sólo Albert Oliver y Rafa
Martínez comparten en España. Dos siglos y cuatro décadas. Eterno Felipe. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b> </b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Pero entre todos los inolvidables momentos e
icónicas imágenes que nos deja la legendaria carrera del cordobés, sigue
reluciendo con mayor fuerza la que le muestra levantando la copa de campeones
de Europa de selecciones de 2011 en Lituania, gesto que correspondería al
capitán, su gran amigo Juan Carlos Navarro que cede el honor a un Felipe que
había perdido de manera repentina a su padre a pocos días antes de comenzar
aquel torneo. Fueron los momentos más duros en la vida del jugador, que lejos
de hundirse en el fango de la tristeza se arropó en el calor de un vestuario
único que cambió parte la letra de la pachanguera canción “Todos los días sale
el sol” para cantarle a su compañero y amigo que todos los días sale el sol,
Felipón. Baloncesto y vida unidos en una figura única. <o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b> </b></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Qué suerte que hayamos sido testigos.</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p><br /></p><p><br /></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-72005338131013848172021-06-08T14:11:00.002-07:002021-06-08T14:11:20.122-07:00UN IDILIO QUE NO CESA<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg07qCC94ruQDlcC63TRRDIklyexYOZjr6oxEE4NT6etJoGg-PwB1gTXzRi_j69SV4bI6zBWLWrItnUGJKC0c5NpmIucEEOtguptzcrC-AwKK3i33LPmgO7JKfFR6hmUJtEO6HxdvcAb_Cm/s940/1322115598_HThumb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="528" data-original-width="940" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg07qCC94ruQDlcC63TRRDIklyexYOZjr6oxEE4NT6etJoGg-PwB1gTXzRi_j69SV4bI6zBWLWrItnUGJKC0c5NpmIucEEOtguptzcrC-AwKK3i33LPmgO7JKfFR6hmUJtEO6HxdvcAb_Cm/s320/1322115598_HThumb.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Eli Ndiaye toma el relevo.</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><b style="font-family: "Times New Roman", serif;">El
Real Madrid U18 vuelve a proclamarse campeón del Adidas Next
Generation Tournament, lo que viene a ser a todos los efectos la
Euroliga Junior. Es su tercer entorchado, empatando con el CSKA
(campeón entre 2004 y 2006 de manera consecutiva) como club con más
títulos de este torneo. Pero con enormes diferencias respecto a los
años del dominio moscovita.</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><b>Para
empezar la competitividad y dificultad del campeonato. En aquellos
primeros años las ediciones las disputaban entre seis y ocho
equipos, muy lejos de los 25 actuales. La constelación de
“prospects” tampoco tiene parangón casi dos décadas después, y
es que los jugadores que acabaron siendo estrellas salidos de los
rosters de aquellos CSKA casi se pueden contar con los dedos de una
mano. El fallido Yaroslav Korolev aparece en 2005. Un jugador que
llegó a ser nada menos que número 12 en el draft de la NBA de aquel
año (un puesto por debajo de Fran Vázquez) pero dos temporadas en
la mejor liga del mundo sin apenas minutos le bastaron para volver a
Europa, donde tampoco llegó a explotar como el jugador que se
esperaba, comenzando un periplo continental entre Rusia, España y
Grecia y retirándose apenas rebasada la treintena siendo el Navarra
en LEB Oro su último club profesional. En 2006 reluce el nombre de
Alexey Shved, jugador mejor pagado en Europa hasta la llegada de
Mirotic y de calidad tan incontestable como dudosa su capacidad de
liderazgo. Lo tenía todo para ser un conquistador de títulos y se
ha quedado en un coleccionista de estadísticas individuales. A su
lado en aquel roster estaba el escolta Dmitry Golovin, quien tuvo una
interesante carrera en Rusia aunque sin llegar a ser referente en
ninguna escuadra. Zavourev (MVP en 2004 y 2005) y Nelyubov (escogido
el mejor en 2006) apenas sonarán al aficionado tangencial ya que
nunca llegaron a salir de Rusia (en el caso de Nelyubov, para ser
rigurosos, también jugó en equipos lituanos y el estonio Taru Rock)
Claro que si hablamos de jugadores que más allá de su calidad
individual y foco mediático para llamar la atención incluso a
franquicias NBA hayan sido referentes posteriormente en el primer
equipo, el nombre más fulgurante debe ser el de Nikita Kurbanov, el
último santo y seña, último exponente de la vieja guardia de un
CSKA con el que ha ganado tres euroligas, y ya uno de los mejores en
la final de su torneo U18 frente a un Siena donde encontrábamos
nombres como el de Luca Vitali o un jovencísimo Luigi Datome (sólo
contaba con 16 años de edad) Como curiosidad, al lado de Kurbanov
jugaba un escolta saltarín obsesionado con Vince Carter llamado Igor
Tkachenko, de quien se dice que ha sido uno de los mejores
“matadores” blancos nunca vistos. Lástima que no desarrollase su
juego más allá de hundir la bola en el aro.</b></span></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><b><br /></b></span></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkqjtLZFoKclNxEtB647g9lqdZLjN0hlIgoVc1QbBpjqsEYcItbm7DshA5fk52_UDtUjVpBAovEjT6OS0T9K9gcdPobKuhhdspFyUKGR3MjxSlevxRf1ZOLxhyqwJHA6oMb3Rj2swAJ4Xi/s650/kurbanov-combo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="325" data-original-width="650" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkqjtLZFoKclNxEtB647g9lqdZLjN0hlIgoVc1QbBpjqsEYcItbm7DshA5fk52_UDtUjVpBAovEjT6OS0T9K9gcdPobKuhhdspFyUKGR3MjxSlevxRf1ZOLxhyqwJHA6oMb3Rj2swAJ4Xi/s320/kurbanov-combo.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Kurbanov, referente del CSKA.</td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></span></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Sin
embargo los tres ANGT (o en puridad, NIJT, ya que en aquel momento el
patrocinador era Nike y la denominación Nike International Junior
Tournament) conquistados por el Real Madrid ofrecen un listado mucho
más ilustre que el de los tres entorchados rusos. Después de
intentos fallidos como los de 2008 y 2009, en el que unos rosters
comandados por Mirotic (según la organización llegó a 84 de
valoración en un partido) caía en la primera fase ante equipos como
el Zalgiris de Motiejunas, el FMP de Dejan Musli o el Lietuvos Rytas
de Valanciunas, y unos años de transición en los que aparecen
nombres del calibre de Dani Díez, Willy Hernángomez, Jonathan
Barreiro o Samba Ndiaye, en 2014 comienzan los éxitos, llegando a la
primera final y cayendo ante el Estrella Roja. Repetían Barreiro y
Samba, pero llegaban jugadores como Cate, De la Rua o Yusta. La cosa
empezaba a pintar bien. </span>
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><b>En
2015, estrenando la era Adidas, los blancos mostraban una plantilla
que ya podemos considerar histórica, comandados por quien apunta a
ser mejor jugador europeo de todos los tiempos. Un Luka Doncic que
pese a ser dos años menos que la mayoría de sus rivales y
compañeros dominaba el torneo a placer y demostraba que aquella
categoría se le quedaba pequeña. Junto a él los ya citados Yusta,
Barreiro, De la Rua, Samba o Cate, demostrando que el esloveno era el
indiscutible factor diferencial respecto al año anterior. La
trayectoria era inmaculada, 9 partidos con 9 victorias y la venganza
ante Estrella Roja en la final.</b></span></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-family: Times New Roman, serif;">En
2016, sin Doncic pero con Radoncic, otra vez el Estrella Roja se
cruzaba en su camino y les cercenaba el camino a la gran final, en la
que el Barcelona de Eric Vila, Aleix Font, Sergi Martínez y Rodions
Kurucs se proclamaba campeón (su único título). En 2017 una
derrota ante el Mega de Belgrado (con Goga Bitadze como jugador
referente) les privaba de llegar a la final. Los serbios perderían
posteriormente ante un París en el que aunque Ivan Fevrier fue
elegido MVP hasta el momento quien mejor carrera parece llevar es
Theo Maledon, enrolado en esos jovencísimos Oklahoma City Thunder
que apuntan a lenta reconstrucción. </span>
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-family: Times New Roman, serif;">2018
vio coronarse a un gran Lietuvos Rytas, invicto en sus ocho partidos
disputados, pero la cantera madridista mostraba su capacidad de
renovación con un roster en el que destacaban los nombres de Usman
Garuba y Mario Nakic, además de Melwin Pantzar, Amar Sylla o Golden
Dike. De hecho el Real Madrid sería el equipo que puso en más
dificultades a los lituanos, perdiendo sólo de cuatro puntos, la
menor diferencia en las ocho victorias de los de Vilnius. Al año
siguiente todos estos jugadores (excepto Pantzar) se resarcirían en
otra escuadra ya mítica en la historia de la cantera madridista,
sumando elementos como Matteo Spagnolo o Boris Tisma. Arrasarían
ganando sus ocho partidos con auténticas palizas a todos sus
rivales, incluyendo el serbio Mega en la final. Mario Nakic sería
coronado justo MVP, aunque Usman Garuba ya dejaba muestras de su
calidad. </span>
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-family: Times New Roman, serif;">En
2020 no se disputó fase final por las razones que todo el mundo
conoce, cortando la progresión de un Real Madrid que caminaba
invicto (cuatro partidos, cuatro victorias) con la misma suficiencia
que el año anterior. Nakic y Garuba daban paso a los Eli Ndiaye,
Juan Núñez, Urban Klavzar, Tristan Vukcevic, Kostadinov y el
hermano menor de Usman Garuba, el alero Sediq. Todos ellos jugadores
que se han desquitado este año, repitiendo el título de 2019 y de
igual manera sin perder un partido, con Ndiaye tomando el relevo de
Nakic como MVP. En total el Real Madrid lleva 21 victorias
consecutivas en este torneo, ya que se despidieron de la edición de
2018 ganando al Mega, y tanto en 2019 y 2021 como en el inconcluso
torneo de 2020 no han conocido la derrota. </span>
</b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><br />
</b></p><p>
</p><p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><b>Pero
hay que reconocer que este año lo han tenido mucho más complicado
gracias a un enorme y competitivo Barcelona. Los azulgrana sólo
mordieron el polvo en la gran final ante el Real Madrid y en la
prórroga. Las sensaciones dejadas por los Caicedo, Bonilla, Nnaji o
Villar es que bien pudieran haberse proclamado campeones en varias de
las ediciones pasadas, de no encontrarse frente a una generación tan
impresionante como la actual madridista. Pese a los comprensibles
fallos en la final (incluso vimos a un tirador tan fiable como
Klavzar fallar dos tiros libres seguidos en el “clutch time”) lo
cierto es que ambos equipos han regalado un gran torneo y una gran
final a los aficionados. Estupenda noticia para el baloncesto español
que asegura el relevo, pese a los apocalípticos que llevan años
pronosticando el declive de nuestro deporte de la canasta, entre
ellos muchos despistados que rozando la xenofobia braman reclamando
unos equipos filiales repletos de chicos blancos, con pureza de raza
y ocho apellidos castellanos. Pero lo cierto es que tanto en Real
Madrid como Barcelona encontramos argumentos de sobra para
considerarlos actualmente magníficos viveros para la selección
absoluta senior. Cuesta pensar que no vaya a ser así en los casos de
Juan Núñez, Eli Ndiaye, Sediq Garuba, Gael Bonilla, Rafa Villar o
Michael Caicedo. Qué nadie lo dude. El futuro está asegurado. El
presente también.</b></span></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWlWO7esZDMJaeGUkGwuDT18zOlO3zoUNqRb27l6jSxAehLMjlO-nnCvb8Qg1PnQfsbxLrUG4NWynANPyJPo7G2gSJKuPqFEXV9mYqJfkCrKFs4vMIOrDVY05nQo_IgJvyWUKSVMocWDy4/s1000/image+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="1000" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWlWO7esZDMJaeGUkGwuDT18zOlO3zoUNqRb27l6jSxAehLMjlO-nnCvb8Qg1PnQfsbxLrUG4NWynANPyJPo7G2gSJKuPqFEXV9mYqJfkCrKFs4vMIOrDVY05nQo_IgJvyWUKSVMocWDy4/s320/image+%25281%2529.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Núñez a la izquierda, Caicedo a la derecha (entre medias Pablo Tamba y Pablo León) con los U16 campeones de Europa. Nos darán más alegrías.</td></tr></tbody></table><br /></span>
</p><p><br /></p><p><br /></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-25772874930332792972021-06-07T14:26:00.003-07:002021-06-07T14:26:41.752-07:00NARRAR LOS PRODIGIOS<p> </p><p><br /></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3tMEcbED9kFBeZ8Ak35foTKQWrEAvNYf3qL09P8pGVGN8coThj8h-ht2yTIPpt-9AmB2syLPObg74074AeC5RLekM6hh0CfruUrk6tY1ghTOW7u8m1_OphpV2XZpwZExhLQyBWT8HWiyZ/s623/Foto+1-kdvH-U5021277809371fG-624x385%2540Diario+Vasco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="385" data-original-width="623" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3tMEcbED9kFBeZ8Ak35foTKQWrEAvNYf3qL09P8pGVGN8coThj8h-ht2yTIPpt-9AmB2syLPObg74074AeC5RLekM6hh0CfruUrk6tY1ghTOW7u8m1_OphpV2XZpwZExhLQyBWT8HWiyZ/s320/Foto+1-kdvH-U5021277809371fG-624x385%2540Diario+Vasco.jpg" width="320" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: medium;">Para
lo que hemos quedado. Ya casi ni celebramos los aniversarios, pero
digo yo que cumplir una década bien merece una actualización. Y es
que en efecto hace diez años publicábamos la primera entrada de
este blog, de modo que aquí estoy cual Cenicienta antes de que me
den las doce para cumplir con la obligada celebración. </span></span></span>
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><br /><br />
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: medium;">Aquel
7 de Junio de 2011 comenzaba El Tirador Melancólico con esa fuerza
inusitada de los nuevos proyectos. Aquellos primeros años fueron
magníficos y prolíficos en cuanto a cantidad y (modestamente creo)
calidad de los artículos. Eran otros tiempos. El yugo laboral, la
desidia, la perdida de tiempo en debates en redes sociales y
posteriormente la pandemia fueron devastando la continuidad de este
espacio que no logro recuperar salvo momentos esporádicos. </span></span></span>
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><br /><br />
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: medium;">No me
he desenganchado de este deporte, más bien al contrario, disfrutando
de una oferta más suculenta que nunca. Precisamente viendo hoy el
magazine de Movistar + “Basket al día” y su recuerdo al
aniversario del fallecimiento de Drazen Petrovic observé que hoy
hacía diez años del comienzo de este blog. No fue premeditado pero
quiso la casualidad que abriese fuego el mismo día que se cumplían
ya nada menos que 18 años de la desaparición del inolvidable mito
de Sibenik. Tenía tan solo 28 años, de modo que muy posiblemente el
destino y la carretera nos han privado de los que a buen seguro
serían los mejores años de la carrera del astro croata. </span></span></span>
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><br /><br />
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: medium;">Iniciaba
el camino del Tirador Melancólico convencido de que el baloncesto
vivía un momento realmente excitante y que merecía la pena
detenerse a contarlo. Al poco tiempo me di cuenta de que iban a verse
superadas todas las expectativas. La llegada de Laso al Real Madrid
dotó al basket continental de una fiereza ofensiva que recuperó
espectadores para la causa como hacía décadas que no veíamos,
mientras que en la NBA Steve Kerr se entregaba a un Stephen Curry
decidido a reventar cualquier convencionalismo sobre vías de
anotación y capacidad para reventar partidos lejos del aro. Han sido
diez años fantásticos, en los que hemos despedido de las canchas a
Duncan, Nowitzki o Navarro y en los que hemos saludado las llegadas
de los Antetokounmpo, Doncic, Young o Garuba. Mientras tanto no hemos
dejado de admirar la resistencia de los LeBron James, Pau Gasol o
Felipe Reyes como incombustibles elementos de competitividad
impasibles a los cambios de tendencia o modas pasajeras. </span></span></span>
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><br /><br />
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: medium;">En la
misma edición de “Basket al día” de hoy el felizmente
recuperado Álex Abrines (tremenda su actual campaña como gran
exponente nacional hoy día de lo que es un “3&D”) hablaba de
su ex -compañero en la NBA Russell Westbrook y como no comprendía a
los numerosos “haters” que el multidisciplinar base acumula,
reconociendo que por encima de todo su sentimiento hacía ellos era
el de lástima porque considerándose fans del baloncesto son
incapaces de disfrutar de una era, la actual, plagada de prodigios y
a la que el paso del tiempo colocará en el lugar que merece. Es el
mismo sentimiento que me ha acompañado a mí cada vez que he
intentado abrir los ojos a esos aficionados (más bien ex
-aficionados) presos de nostalgia y amargados entre los barrotes de
las rejas del pasado. No puede haber nada más triste que pensar que
ya has visto los mejores años de tu deporte favorito. </span></span></span>
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><br /><br />
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: medium;">Ese
sentimiento figura a la vez como motor y acicate para el humilde
cronista que diez años después sigue pensando que su función es la
misma, y es que alguien tiene que narrar los prodigios. </span></span></span>
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<b><br /><br />
</b></p>
<p style="font-style: normal; orphans: 2; widows: 2;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: medium;"><b>Toca
volver a coger impulso</b></span></span></span></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-51356824317653697692021-04-22T23:39:00.001-07:002021-04-22T23:39:09.790-07:00LA MISERIA DEL ÚNICO BALÓN<p> </p><p><br /></p><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik0GAtLXm5Q0VlLTtAPTP8wT2spzsvr6bosjgBfguvrj_VuVGNza12xaB1pgOjVYTRNgNkLSbTHBLWcHLXkpXRUj7IMiwfUYskuCi7ogrHIMJM4UBo1cCRu2OKNgZyUn5VSPfLk00AW9qv/s990/58f.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="990" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik0GAtLXm5Q0VlLTtAPTP8wT2spzsvr6bosjgBfguvrj_VuVGNza12xaB1pgOjVYTRNgNkLSbTHBLWcHLXkpXRUj7IMiwfUYskuCi7ogrHIMJM4UBo1cCRu2OKNgZyUn5VSPfLk00AW9qv/s320/58f.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En el centro Stankovic (FIBA) y Bertomeu (Euroleague), el cisma controlado.</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b>El fallido (por el momento) intento de la creación
de una nueva liga europea de fútbol al margen de la UEFA ha puesto encima de la
mesa la comparación con el mundo del baloncesto, porque es cierto que si
podíamos encontrar un precedente en este asunto es en el deporte de la canasta
a comienzos de este siglo XXI, cuando un buen número de los clubes europeos con
mayor pedigrí decidieron plantar a la FIBA y la competición continental que
dirimía el cetro europeo bajo los parámetros de la federación internacional de
baloncesto. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b>La comparación, por tanto, no es baladí. Lo
desolador ha sido comprobar una vez más el absoluto desconocimiento por parte
de un sector del periodismo deportivo de todo lo que escape al fútbol, único
deporte para la mayoría de personajes del gremio, o al menos para los más
“famosos”, lo cual a día de hoy es sinónimo de decir los más ruidosos,
fanáticos o vocingleros. Los que ya apenas escriben columnas de opinión o
análisis futbolísticos (el único deporte que siguen) pero han encontrado un
importante acomodo en tertulias radiofónicas y televisivas cuanto menos
moderadas mejor.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b>Obviando el tema Roberto Gómez, un señor que
directamente se dedica a decir lo primero que se le pasa por la cabeza e
inventarse noticias (el pasado lunes en Radio Marca aseguraba que el gobierno
central de Pedro Sánchez apoyaba la Superliga de fútbol para que a los cinco
minutos conociéramos el comunicado oficial de Moncloa mostrando su rechazo), en
la misma tertulia vespertina de Radio Marca dirigida por Vicente Ortega dos de
los participantes (no recuerdo los nombres) competían por ver quien soltaba la
mayor boutade sobre el mundo del baloncesto. Uno de ellos deslizaba el nombre
de la Euroliga, y claro, lejos de ensalzar las virtudes de una competición tan
impresionante como esta (y miren si no la calidad del juego, competitividad y
emoción que nos ha dejado esta presente edición cuyos play offs de cuartos de
final acaban de comenzar) aseguraba que era un fracaso y que literalmente no interesaba
a nadie. Además de tratar a los aficionados de imbéciles asegurando que no
sabían que competición se disputaba en cada partido. Desolador. La apuesta
subió cuando otro de los contertulios puso sobre la mesa el nombre de la NBA,
afirmando que “la NBA siempre ha sido igual, no han conocido otra cosa”. Cuando
realmente la historia de la liga de baloncesto profesional estadounidense es
una historia de constantes cambios, expansiones y negociaciones entre todos los
protagonistas. Poco queda de aquella BAA primeriza, embrión de lo que tres años
después se conoció como NBA, con sólo once primeros protagonistas. La agencia
libre de jugadores tal y como la conocemos, o el tan manido límite salarial,
son conceptos que no entran en vigor hasta mediados de los años 80. Por no
recordar que durante prácticamente diez temporadas convivieron dos ligas
profesionales como la NBA y la añorada y entrañable ABA, en un sano ejercicio
de libre competencia y mercado. Un escenario que se antoja imposible en el
fútbol, quizás porque haciendo bueno el dicho de “piensa el ladrón…” hay que
dar la razón al contertulio que expresaba la dificultad del aficionado de
seguir dos competiciones a la vez, como si la capacidad neuronal del seguidor
del balompié tuviese tan serias limitaciones.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b>En estos días tormentosos de furibundo debate
alrededor de la idea de la Superliga futbolística hay quien ha esgrimido que no
pueden compararse baloncesto y fútbol. Y es cierto. En realidad el fútbol no
admite parangón con ninguna otra disciplina, ya que no existe otro deporte con
una capacidad tan férrea y cerril para oponerse a cualquier cambio, mejoría o
evolución (no hay más que ver la firme resistencia ante una herramienta tan
útil como el VAR) El fútbol sigue anclado en un incoherente pensamiento
ancestral y atávico que no se corresponde con la realidad ni del deporte ni con
la del propio fútbol, y de ahí su incoherencia. Da la sensación de que si fuera
por algunos aficionados, Di Stefano no hubiera cruzado nunca el charco,
traicionando el fútbol latinoamericano pero ayudando a crecer exponencialmente
el fútbol europeo. Un Di Stefano quien por cierto jugaba en Los Millonarios de
Colombia, club que adoptó aquel nombre después de que la calle, por influencia
de los medios de comunicación, se refiriera a ese club que originalmente había
nacido como Juventud Bogotana con el millonario apelativo por el que acabaría
pasando a la historia, gracias a sus altos contratos, especialmente a los
jugadores extranjeros y especialmente argentinos. Hablamos de mediados de los
40 del pasado siglo, y ya no cabía hablar de romanticismo ni de fútbol de
barrio.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b>Pero no era mi intención hablar de fútbol ni del
debate sobre la Superliga, si no expresar mi malestar una vez más por el
maltrato al baloncesto por parte de la prensa deportiva de este país. Y digo
baloncesto sabiendo bien lo que significa y representa esta palabra,
baloncesto. El segundo deporte de equipo más popular de nuestro país, del que
hemos sido tres veces campeones de Europa y dos del mundo. El deporte que nos
ha dado nada menos que 19 medallas entre Juegos Olímpicos, campeonatos del
mundo y de Europa. Esto sólo refiriendo a la selección absoluta senior. En
femenino sumamos otras 14 medallas con cuatro campeonatos de Europa ganados. Y
si nos pusiéramos a recordar los éxitos de categorías inferiores no tendríamos
folios suficientes. Sé muy bien por tanto que significa el baloncesto y como es
diariamente fagocitado informativamente por el deporte de equipo que más dinero
mueve y genera en el mundo. Sé muy bien también que como aficionado a la
canasta no puedo quejarme en comparación con un aficionado al balonmano o al
waterpolo, o a tantos otros deportes que son prácticamente invisibles e
inexistentes para la prensa deportiva de este país. Porque el fútbol lo devora
todo. El espacio para el resto es anecdótico. Por eso escuchar estos días hablar
de valores, romanticismo o democratización del deporte, cuando en España se
impone una única disciplina deportiva desde los medios de comunicación, resulta
cuanto menos curioso. Cuando quienes esgrimen estos argumentos desde sus
acomodadas tertulias de vocerío y griterío sólo tienen ojos para un único
balón.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-45841383984639363632021-04-16T09:41:00.005-07:002021-04-16T09:42:13.902-07:00JAZZ DE MADRUGADA<p> </p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTKxcgBxHWtGnWTd4GyZWCQJ13dBdNPJmKUhyphenhyphenZofAyekhdztKOgMbyU_qQ7afkEYRHQ8_3HL7qBMq27sgnEpXQjLjDo-l8vjhThRN8IDr2_3-M8qv0ZL8Wc9fC0c1zUm2kgetgzmf63ilX/s746/Kareem28Destacada.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="518" data-original-width="746" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTKxcgBxHWtGnWTd4GyZWCQJ13dBdNPJmKUhyphenhyphenZofAyekhdztKOgMbyU_qQ7afkEYRHQ8_3HL7qBMq27sgnEpXQjLjDo-l8vjhThRN8IDr2_3-M8qv0ZL8Wc9fC0c1zUm2kgetgzmf63ilX/s320/Kareem28Destacada.jpg" width="320" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>Por alguna razón que no alcanzo a entender y pese a
que me congratulo de no padecer habitualmente problemas de insomnio esta semana
me ha costado conciliar el sueño más de lo habitual y conseguir hilar seguidas
las necesarias horas de reposo. Esta última madrugada, una vez acabada la
programación deportiva nocturna de las principales emisoras de radio
nacionales, hice un poco de zapping a través de las ondas consiguiendo un dulce
estado de duermevela, lo que estaba buscando, mecerme en el sueño con la voz de
un locutor dedicado a algún tema que oscilase en un equilibrio entre resultar
instructivo y apasionante como para sacarle algún provecho pero sin demasiado
apasionamiento que no haría sino dificultarme todavía más el sueño. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>Ya sumergido como digo en ese estado de duermevela
una melodía de jazz fue introduciéndose cada vez más en mi cerebro hasta el
punto de hacerla reconocible y despertarme por completo. Era el “Theme for
Kareem” que publicara el trompetista Freddie Hubbard en su álbum “Super Blue”
de 1978. El motivo de pinchar aquella canción no era otro que el de celebrar el
74 cumpleaños de una de las mayores leyendas del deporte de todos los tiempos,
Kareem Abdul-Jabbar. Reconocido amante del jazz por otro lado (conocida es la
historia sobre su colección de discos arrasada en el incendio de su casa de Bel
Air), Kareem llegó a definir la trompeta en una de las piezas de Hubbard, “Suite
Sioux”, como el equivalente musical a uno de aquellos contrataques con los que
sus Lakers honraban el “show time”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>La discusión sobre el mejor jugador de la historia,
complementada en los últimos tiempos con la etiqueta del “GOAT” (greatest of
all time) me resulta del todo punto absurda y cansina, además de sepultada por
una dictadura de pensamiento único que impone a Michael Jordan como el mejor
que ha existido nunca y que existiría jamás, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hasta el punto de que todo el baloncesto
posterior a MJ es otro deporte para quien practica ese integrismo. En todo
caso, y por darle un poco de espacio a las nuevas generaciones, se deja asomar
al debate a Kobe Bryant o LeBron James (nunca Tim Duncan con sus cinco anillos
y 3 MVP de las finales), y los más nostálgicos se atreven con “Magic” Johnson o
Larry Bird. Más atrás de eso no existe nada, como si la NBA comenzase
exclusivamente en aquel verano de 1979 en el que los prodigios de Michigan e
Indiana oficializasen su desembarco en la mejor liga de baloncesto del mundo
(la cual es justo reconocer que ambos astros, “Magic” y Bird, cambiaron para
siempre) Pero antes hubo otros jugadores que, parafraseando la autobiografía
del propio Kareem, dieron “pasos de gigante” (“Giant Steps”, otro guiño al jazz
y a un célebre tema de John Coltrane) para que el baloncesto evolucionase hasta
convertirse en ese deporte que muchos tomamos como religión. Gigantes como
Chamberlain, Russell o Kareem, que nunca entrarán en el fastidioso debate del “GOAT”,
pero sin cuya influencia no podría entenderse la NBA actual.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>El palmarés de Kareem en su intergeneracional
carrera (llegó a jugar en tres décadas diferentes, algo inaudito en su momento y
que con el tiempo igualaría Tim Duncan… o incluso superaría Vince Carter cuyo
nombre figura en partidos NBA de cuatro décadas nada menos) habla por si solo. La
carta de presentación con la que aterrizaba el número 1 del draft de 1969
(también fue escogido en esa posición aquel mismo año en la ABA) ya resultaba
insultante en cuanto a su capacidad dominante. Tres títulos de campeón universitario
en la invencible UCLA de John Wooden con medias de 26.4 puntos y 15.5 rebotes,
realizando un juego tan tiránico sobre sus rivales que la NCAA llegó a prohibir
los mates durante unas diez temporadas, levantando la sospecha de que se
buscaba limitar la superioridad del siete pies de Harlem. El argumento oficial
sin embargo era el de cuidar el físico de los jugadores y reducir el número de
lesiones además de evitar la rotura de tableros (por aquella época eran fijos,
no basculantes) La respuesta de Kareem (todavía Lew Alcindor) fue desarrollar
el lanzamiento que se convertiría en su mayor seña de identidad: el sky hook. Tres
temporadas inolvidables en la universidad angelina, que hubieran sido cuatro de
no existir la regla por aquel entonces que distinguía un equipo de jugadores de
primer año (freshman) y otro llamado “varsity” en el que se englobaban los del
resto de ciclo universitario (entre segundo y cuarto año) Es difícil no pensar
de que de no existir aquella norma Kareem hubiera ganado cuatro títulos de la
primera división de la NCAA, baste recordar que aquel primer curso 1965-66 se
abría con el tradicional partido inaugural entre los dos equipos, de primer año
y los “mayores”. Contra todo pronóstico los freshman vencían a los veteranos
con 31 puntos, 20 rebotes y 7 tapones de Alcindor…y John Wooden frotándose las
manos. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>En la NBA pocas carreras podrían considerarse más
legendarias que la de Jabbar, incluyendo la del intocable Jordan. 20 temporadas
jalonadas con 6 anillos, 6 MVP de temporada, 2 de finales, 19 veces All Star y
10 veces incluido en el Mejor Quinteto de la temporada. Y lo que le confiere
una mitología especial por encima de todos los demás jugadores, ese título
honorífico de mayor anotador histórico de la mejor liga de baloncesto del
mundo. Nadie ha hecho tantos puntos ni anotado tantas canastas en semejante
escenario, e incluso en estos años de desorbitado volumen anotador
preferiblemente sumando de tres en tres sus 38387 puntos siguen resultando una
cima inalcanzable para el resto de los mortales, excepto para un LeBron James
cuya presencia en el Olimpo y carácter mitológico también estás fuera de toda
duda y quien si es capaz de mantenerse sano y a su nivel del pasado curso
durante tres temporadas más, o incluso dos, parece el único capaz de derribar
un muro tan infranqueable.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>Pero incluso más allá de los impresionantes números,
la figura de Kareem resulta absolutamente imprescindible para comprender la
actual NBA y su influencia en la sociedad. Cuando un personaje tan infame como
Donald Trump llegó a calificar la liga como una “organización política” está
claro que se han seguidos los pasos correctos. El activismo social o la lucha
contra el racismo no es una cuestión política, si no humana y valga la
redundancia, social. Sólo se intenta contaminar desde un prisma político cuando
los enemigos de tales principios se ven sin argumentos y por tanto llevan a ese
terreno una batalla en la que sin embargo todos los seres humanos deberíamos
estar en el mismo bando. Kareem, junto a otros pioneros (Oscar Robertson, Bill
Russell…) fue una de las primeras estrellas en demostrar una enorme conciencia
social que perdura hasta nuestros días (actualmente está en plena campaña de
concienciación promoviendo la vacunación contra la covid-19) Su sensibilidad en
el tema del racismo le llevó a renunciar a los Juegos Olímpicos de 1968 en
protesta por la violencia racial cuyo climax supuso el asesinato de Martin
Luther King en la primavera de aquel olímpico 68. Hay que recordar que Kareem
es hijo del asfalto de Harlem, cuyas calles sufrieron una inusitada ola de
racismo y violencia en las décadas de los 40 y 50, especialmente significativo
el caso de las revueltas de 1943 en las que seis afroamericanos perdieron la
vida. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>La biografía de Kareem Abdul-Jabbar arroja un
irresistible trazado entre lo social y lo intelectual, melómano, escritor,
novelista (celebradas son sus novelas basadas en Mycroft Holmes, el hermano del
más celebre detective de todos los tiempos)… todo eso complementando a un
enorme deportista quien también fue pionero en lo que ahora se conoce como
empoderamiento de los jugadores, cuando en 1974 forzó su salida de Milwaukee,
donde había sido campeón tres años antes, para volver a Los Angeles donde tan
feliz había sido bajo la tutela de John Wooden en sus años universitarios,
alegando que culturalmente no se sentía afín a la ciudad del estado de
Wisconsin, pero desvelando algo tan simple como que no era feliz en Milwaukee.
Como si ser una estrella de la NBA con una generosa cuenta corriente (sin
llegar a los sueldos actuales) bastase para obviar lo más importante, la propia
felicidad. <o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><b> </b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>Con el recuerdo de la en todos los sentidos
gigantesca figura de Kareem y bajo los compases del “hard bop” de Freddie
Hubbard finalmente concilié el sueño con un objetivo fijado para el día
siguiente: escribir esta entrada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></b><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-81978057928567566782021-02-15T07:11:00.001-08:002021-02-15T07:11:19.120-08:00ESPLENDOR AZULGRANA, ENFERMERÍA BLANCA<p><b> </b></p><p><b> </b></p><p><b> </b></p><p><b></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxVvUFPpY1r6lSWsvyNDfNsuyZclwcRuYLXkbgEWjV25ehid8y_zeAPYAYGltB_AZPYQsF7WdSyNoEGX3V0ZfATKofaWiMcr4ji9-VWTJht2uOCdf1yi4LaJaMbRCO-ADQbydtbuptTB5l/s660/copa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="389" data-original-width="660" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxVvUFPpY1r6lSWsvyNDfNsuyZclwcRuYLXkbgEWjV25ehid8y_zeAPYAYGltB_AZPYQsF7WdSyNoEGX3V0ZfATKofaWiMcr4ji9-VWTJht2uOCdf1yi4LaJaMbRCO-ADQbydtbuptTB5l/s320/copa.jpg" width="320" /></a></b></div><b><br /> </b><p></p><p><b> </b></p><p><!--[if gte mso 9]><xml>
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</p><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El Barcelona recupera el cetro copero. Su tercer
título en las útimas cuatro temporadas, pero a diferencia de los triunfos de
2018 y 2019 lo hace con una autoridad incontestable, al margen de polémicas
arbitrales (al menos en la final, ya que en su partido de cuartos ante Unicaja
los de Katsikaris reclamaron que la canasta de Abromaitis que lleva el partido
a la prórroga debería ir acompañada de un tiro libre adicional por falta de
Davies sobre el forward de Connecticut) y dejando la sensación de que desde el
club azulgrana por fin han dado con la tecla de un proyecto ganador. El mismo
proyecto ganador y multimillonario de la temporada pasada pero liderado ahora por
un entrenador que si tiene una ascendencia sobre sus jugadores superior a la de
Pesic. Un Jasikevicius que ingresa en el selecto club de baloncestistas que han
sido campeones de Copa tanto en la pista de corto como dirigiendo desde el
banquillo. Se une así a los Lolo Sainz, Clifford Luyk, Velimir Perasovic y
Pablo Laso (eso sí, Laso puede presumir de ser el único que lo ha hecho siendo
MVP del torneo como jugador)<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Laso ha vuelto a sufrir la maldición del anfitrión. Las
alarmas se encendieron cuando hace una semana la victoria ante el Estudiantes dejaba
tocados a Jeff Taylor y Garuba. El sueco finalmente se confirmó como baja,
mientras que el madrileño si fue parte de la convocatoria pero con evidentes
problemas físicos (no disputó el primer partido ante Valencia), no obstante su
enorme derroche y sacrificio defensivo en la final (nada menos que un +15 con
él en pista en los 14 minutos que disputó) le hizo recibir los elogios de Laso
en rueda de prensa tras perder la final. De hecho la mejor noticia para el
equipo madridista en esta Copa hay que encontrarla en la buena respuesta de su
núcleo joven (Alocen-Abalde-Garuba) ante un torneo de este calibre, aunque para
llegar a la final Laso se encomendó en unos soberbios Deck y Thompkins
acompañados de un Causeur recordando al de la Final Four de 2018. La baja a
última hora de Rudy Fernández para la final aquejado de una lesión lumbar ya no
dejaba lugar a dudas: la maldición del anfitrión existe… y Laso se quedaba sin
sus dos mejores defensores exteriores, el sueco y el mallorquín.</span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No hubo final en una Copa que no ha arrojado ninguna
sorpresa. En cada uno de los siete partidos disputados el equipo favorito acabó
llevándose la victoria. En todo caso si sorprendieron el desarrollo de los
mismos, con un Valencia muy desdibujado ante el Madrid pese a llegar enrachado,
un Unicaja mostrando la mejor versión de la temporada ante Barcelona (con
Brizuela dejando una de las actuaciones individuales de la competición con 33
puntos en una serie de 12 de 17 tiros de campo… aunque sus 9 pérdidas de balón
fueron castigadas por el rival) o un Baskonia empequeñecido ante el posterior
campeón en semifinales. </span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Primer título por tanto de la era Jasikevicius, y
primer título de Mirotic como blaugrana. Todos los focos estaban puestos en el
ex –madridista como un aspirante a MVP que finalmente ha recaído en un excelso
Cory Higgings (quien hay que recordar no disputó la Supercopa, primer título de
la temporada y que se llevó el Real Madrid) El estadounidense refrendó el
fantástico momento de forma al que llegaba a este torneo (12 partidos
consecutivos en Euroliga sin bajar de los 12 puntos) dejando unas medias de 19
puntos por partido y valoración media de 17,7.</span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></b></p><b>
</b><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Si la Copa de 2012, primer título de la era Laso,
significó un cambio de tendencia invirtiendo el dominio del Barcelona de Xavi
Pascual a favor del baloncesto madridista, la victoria azulgrana de 2021 apunta
a revertir aquel cambio. Aunque en honor a la verdad hay que reconocer una
sustancial diferencia. En aquel 2012 el Barcelona era el favorito y el Madrid
rompió los pronósticos. Nueve años después se ha cumplido la lógica. Un
arrollador Barcelona con estrellas en el mejor momento de su carrera dejando
sin opciones a un Real Madrid roto y fatigado al que sólo le queda mirar hacia
delante, recuperar jugadores y competir por los dos títulos que quedan en
juego. En la filosofía Laso no existe la opción de rendirse y no competir,
aunque sea en las circunstancias más adversas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b></p><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></p>
<p> </p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-55410569949151469652020-11-23T09:08:00.001-08:002020-11-23T09:08:35.784-08:00MARC CIERRA EL CÍRCULO<div class="separator" style="clear: both;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMdSHkVE4FZvXeemkxu158o1t6pmG_kpQZxBWltiw2irFr36cB1hzzrM2wadheW2kXvhFe4r44rxd5SmmTDpFgzKAm0syLufHzWMAAfUB6yBumZ1i2ACMObYfYCjJO6Vl5QJ0lhEG-E5iJ/s1400/pau-gasol-rumor-nba-los-angeles-lakers-marc-gasol.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMdSHkVE4FZvXeemkxu158o1t6pmG_kpQZxBWltiw2irFr36cB1hzzrM2wadheW2kXvhFe4r44rxd5SmmTDpFgzKAm0syLufHzWMAAfUB6yBumZ1i2ACMObYfYCjJO6Vl5QJ0lhEG-E5iJ/s1400/pau-gasol-rumor-nba-los-angeles-lakers-marc-gasol.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="933" data-original-width="1400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMdSHkVE4FZvXeemkxu158o1t6pmG_kpQZxBWltiw2irFr36cB1hzzrM2wadheW2kXvhFe4r44rxd5SmmTDpFgzKAm0syLufHzWMAAfUB6yBumZ1i2ACMObYfYCjJO6Vl5QJ0lhEG-E5iJ/s320/pau-gasol-rumor-nba-los-angeles-lakers-marc-gasol.jpg" width="320" /></a>
</div>
<b><div><b><br /></b></div>
Se disiparon las dudas sobre el futuro de Marc Gasol, uno de los agentes
libres más deseados del mercado y quien al igual que Serge Ibaka recala en la
ciudad de Los Angeles, sólo que mientras el hispano-congoleño lo hace en el
mejor momento de su carrera volviendo a unir sus fuerzas con Kawhi Leonard,
compañero tanto de Ibaka como de Marc en Toronto hace dos temporadas en la que
alcanzaron el anillo. Lo volverán a intentar los Clippers poniendo sobre la
mesa 19 millones de dólares por dos temporadas (la segunda ejercida a través
de “player option” que debe ejecutar el propio jugador) para el ala-pívot de
Brazzaville.</b><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div>
<b>
El caso de Marc Gasol es distinto. A sus casi 36 años parecen haber pasado sus
mejores días al menos en cuanto a rendimiento individual. Aspecto este que el
mediano de los Gasol ya ha dejado claro que no es lo que más le importa. Marc
buscaba su posible último contrato en la NBA en un equipo ganador donde volver
a competir por el anillo, y que mejor escenario que los actuales campeones.
Para ello ha tenido que rebajar considerablemente su sueldo que en Toronto
rondaba los 25 millones de dólares mientras que en la franquicia angelina se
habla de que percibirá el salario mínimo de veteranos, los 2,6 millones de
dólares que cobraba Dwight Howard, cuya marcha a Philadelphia junto al
traspaso de Javale McGee a Cleveland deja a Marc como la gran referencia
angelina en el puesto de cinco, confiando en que de salida Frank Vogel juegue
con Davis como cuatro. Aunque la combinación interior con más minutos en los
momentos decisivos posiblemente sea la de La Ceja junto a Montrezl Harrell,
quien viene de ser elegido como Mejor Sexto Hombre de la NBA la pasada
temporada. Lo que está claro es que a estas alturas de su carrera Marc lo
único que busca es ganar su segundo anillo e igualar así el palmarés de su
hermano Pau, quien precisamente obtuviera ambos en el nuevo club de su
consaguíneo, como escudero de Kobe Bryant. El apellido Gasol vuelve a sonar
con fuerza en Los Angeles, siendo además la única pareja de hermanos que han
jugado para la laureada franquicia oro y púrpura.</b> </div><div><br /></div><div><br /></div><div><b>Supone además para Marc cerrar el círculo de su trayectoria NBA, vistiendo por
fin la camiseta del club que le escogió en la segunda ronda del draft de 2007
y cuyos derechos cedió a Memphis meses después en el traspaso que llevaría a
su hermano Pau a Lakers y resultaría histórico para el baloncesto español con
los dos títulos conquistados por el mayor de la saga Gasol. Nadie podía
imaginar que aquello que parecía letra pequeña de aquel histórico trade
significaría una magnífica carrera de Marc en los Grizzlies, un posterior
anillo de campeón con Toronto Raptors, y por fin, 13 hace años después, el
desembarco en la franquicia que por primera vez pronunció el nombre de Marc
Gasol en la mejor liga de baloncesto del mundo. Curiosos giros del destino.</b>
</div>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-63087578337382100532020-10-02T09:34:00.004-07:002020-10-02T15:37:59.519-07:00ES SÓLO UN PUNTO <p><b> </b></p><p><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdKauZ9MPsHkCsdJXHvFMOeSNbC8B2w092ec3PkBpSaBr0qC46BDvA83UdDAQx4wDyFatl1VRC-Ohvzy37qaYn0BNk9fbR8gBRO_O4mzphR6w3RNUfg0_IJAR09Xj8v9U-RIkLUwENa60T/s720/Goran-Dragic-Bam-Adebayo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdKauZ9MPsHkCsdJXHvFMOeSNbC8B2w092ec3PkBpSaBr0qC46BDvA83UdDAQx4wDyFatl1VRC-Ohvzy37qaYn0BNk9fbR8gBRO_O4mzphR6w3RNUfg0_IJAR09Xj8v9U-RIkLUwENa60T/s320/Goran-Dragic-Bam-Adebayo.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Spoelstra se queda sin balas.<br /></td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: medium;">Si usted no es seguidor de la NBA y no conoce por
tanto el calendario de las actuales series finales, bien puede haber pensado
leyendo las noticias, foros, o redes sociales entre ayer y hoy que Los Angeles
Lakers son los nuevos campeones de la mejor liga de baloncesto del mundo…
cuando en realidad sólo han ganado el primer partido de unas series al mejor de
siete. Pero cuesta recordar unas finales en las que el primer partido sea capaz
de definir tan claramente a un favorito. Los dos casos recientes que se me
vienen a la mente ambos tienen como protagonistas precisamente a LeBron James
pero siendo víctima y no verdugo, como cuando en 2007 accedió a sus primeras
finales para ser barrido por la dinastía de San Antonio Spurs o las finales de
2018 en las que sus Cleveland, ya sin Irving, no tuvieron opciones ante unos
Warriors que apuntaban a la mayor dictadura del siglo XXI si Durant no hubiera
marchado a Brooklyn (precisamente junto a Irving) Aunque es cierto que en aquel
primer partido del 18 los Cavaliers tuvieron opciones de llevarse el partido,
dejando la célebre jugada de J.R.Smith renunciando a un último tiro antes de la
prórroga que podía haber dado la victoria a los de Ohio. Nada que ver con lo
visto en Orlando, donde la trituradora Laker comenzó a funcionar mediado el
primer cuarto llegando a alcanzar diferencias hasta de 32 puntos. <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="font-size: medium;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: medium;">“Es sólo un partido. Sólo un punto. Todavía tenemos
que ganar tres más para ganar el anillo”, no cuesta imaginar a Frank Vogel y
LeBron James, como las voces autorizadas del vestuario uno en su papel de
entrenador y el otro en el de líder del proyecto, insistiendo en la necesidad
de rebajar la euforia que sin duda se ha instalado en el roster angelino viendo
la facilidad con la que se llevaron un primer partido que deja tocado a Miami
en el resultado y en la enfermería, con Dragic, Butler y Adebayo tocados.
Posiblemente sus tres jugadores más importantes. <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="font-size: medium;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: medium;">“Es sólo un partido. Sólo un punto. Todavía no hemos
perdido las finales y en dos noches tenemos la ocasión de igualar las series”
Spoelstra habrá tirado de la lógica de la ilógica del deporte, de que todo es
posible y que ningún resultado debe darse por antemano. Sabe lo que es ganar el
título, lo ha hecho dos veces, y puede recordar como en 2012, su primer anillo,
comenzaron perdiendo las finales contra Oklahoma City para acabar remontando y
ganando esas series por un inapelable 4-1. Claro que la situación era bien
distinta y a su disposición contaba con el “big three” de LeBron, Wade y Bosh
en buena forma, sano y capaz de jugar unos 40 minutos por partido a pleno
rendimiento. Todo parece pasar ahora mismo por el estado físico de esos tres
puntales que son Dragic, Butler y Adebayo con los que poder plantar con
garantías a estos desorbitados Lakers, apabullantes en todo, físico, tamaño,
músculos, kilos y centímetros. <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="font-size: medium;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: medium;">En ese sentido estos Lakers rompen en cierta manera
con la tendencia de los últimos campeones más partidarios del “small ball”,
especialmente los Golden State Warrios, pero también los propios Miami de 2012
y 2013, los Spurs de Popovich cuyos mejores minutos en las finales eran con
cuatro jugadores abiertos y sólo Duncan dentro, los Cavaliers de 2016, que
hacían lo propio sólo con Tristan Thompson en la zona (Kevin Love muy limitado
en minutos), jugadores con más perfil de cuatro que de cinco. Sólo Toronto la
pasada temporada con Marc Gasol apostó por un cinco puro en la zona durante
muchos minutos, aunque tengo en mi recuerdo particular que sus mejores minutos
fueron con la pareka Siakam-Ibaka, de nuevo dos perfiles más móviles y
abiertos. Pero también puede ser una vía por la que Miami pueda encontrar su
mejor juego, como se vio en los primeros minutos del G1. <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="font-size: medium;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: medium;">Y es que la puesta en escena de los de Spoelstra
desde luego invitaba al optimismo, castigando el formato alto de Lakers con una
circulación de balón y unas transiciones rápidas encontrando tiros cómodos,
especialmente desde las esquinas, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>propiciando un parcial de 23-10 de salida que
hizo parar el partido a Vogel. Pese a la supuesta superioridad interior que
pudiera plantear el quinteto alto angelino, provocando el marcaje de Crowder
sobre Davis, en ese parcial los puntos de Lakers llegaron desde el exterior
(dos triples, LeBron y Davis, y una canasta de Caldwell-Pope desde unos seis
metros), La Ceja sólo pudo anotar una canasta en la zona después de un reverso
ante Crowder. Y en el resto de asignaciones, especialmente los exteriores (Dragic
sobre Pope, Robinson sobre Green) los Heat parecían superiores. Hasta que entró
Rondo… y es que Vogel aprovechó su tiempo muerto para hacer un doble cambio,
uno natural y habitual en el guión del técnico angelino (Kuzma por LeBron) pero
otro evidentemente táctico, renunciando al cinco grande (Howard) y jugando sólo
con Davis como interior. Curiosamente La Ceja hizo mayores estragos con el
marcaje de Adebayo que ante el de Crowder, y la dirección de Rondo nos hizo
recordar de nuevo que estamos ante posiblemente uno de los mejores jugadores de
play offs de los últimos tiempos. La entrada del campeón con Boston en 2008 se
produjo a cinco minutos del final del primer acto, con su equipo 13 abajo y
sólo 10 puntos anotados. Finalizaron ganando el cuarto, 28-31, cerrando con un
triple desde la esquina de Caruso servido por Davis después de una magnífica
circulación de balón angelina. A partir de ahí los Lakers no cederían el mando
del partido, excepto tras un pequeño arreón de Herro que devolvió una momentánea
ventaja de dos puntos a Miami con dos triples seguidos, 43-41, pero los de
Spoelstra se quedarían anclados en ese punto 43 y un parcial de 0-11 ponía en
franquía la victoria angelina. Si los 17 puntos de diferencia (48-65) con los
que se llegó al descanso ya parecían una losa difícil de levantar (y eso que no
subió al marcador la que hubiera sido la canasta de la noche, un mate de LeBron
en contrataque tras recoger un rechace de Kuzma), la confirmación de que Dragic
no volvería al partido (y veremos si a las finales) convertía el partido en
misión imposible para Miami, que a partir de ahí sufriría una carnicería sólo
mitigada en un último cuarto de maquillaje que al menos sirvió para que el “desaparecido”
Kendrick Nunn recuperara la confianza perdida. Quien fuera uno de los jugadores
revelación de la temporada (segundo en las votaciones por el Rookie Of The
Year) ha tenido un final de temporada convulso, dando positivo por coronavirus
y abandonando hace dos meses la burbuja de Orlando por motivos personales. De
sus 29.3 minutos por partido en liga regular a los 12.4 de play offs. Como el
día y la noche. Su recuperación parece la única buena noticia a la que pueda
aferrarse Miami en una noche aciaga que trasciende más allá del resultado con
los ya conocidos problemas físicos que hacen que Dragic (desgarro en la fascia
plantar) y Adebayo (hombro) sean seria duda hasta el último momento del G2. El
caso de Butler no parece tan grave ya que se da por hecha su presencia a pesar
de su esguince en el tobillo. Pero qué duda cabe no lo hará al 100%, y de hecho
su carácter guerrero nos inclina a pensar que no se dejará nada fuera de la pista,
arriesgándose a agravar una lesión que le puede dejar definitivamente ausente
de las series. Los fantasmas de las lesiones de Durant y Klay Thompson en las
pasadas finales ente Golden State y Toronto sobrevuelan el vestuario de los
Heat.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="font-size: medium;"> </span></b></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="font-size: medium;"><b>Sea como fuere la realidad es que el marcador de las
series refleja solamente un 1-0, nadie debería dar nada por descontado todavía
en ninguna franquicia ni en ningún sentido, ni en el de la euforia angelina ni
en el de la tragedia floridense.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></b><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3815337209963217166.post-48098554178739444792020-09-30T15:09:00.002-07:002020-09-30T15:09:28.034-07:00LAS VIDAS CRUZADAS DE RILEY Y LEBRON<p><b> </b></p><p><b><br /></b></p><p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNYCYrPAM3YYUdsXP9JbxOh5ug2ksyT6KINwGW14fMqxuA_fzy0HH0uy0KjT-tCsrmwINkuVhBUWyq3w3JPjIv4HNzgS4_IpZR3LQ4h-emdL7BoX8mKOHamqcLWFbwFSJkXs9EUcg56f5S/s900/lebron-james-pat-riley-talk.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="520" data-original-width="900" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNYCYrPAM3YYUdsXP9JbxOh5ug2ksyT6KINwGW14fMqxuA_fzy0HH0uy0KjT-tCsrmwINkuVhBUWyq3w3JPjIv4HNzgS4_IpZR3LQ4h-emdL7BoX8mKOHamqcLWFbwFSJkXs9EUcg56f5S/s320/lebron-james-pat-riley-talk.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dos hombres, un destino... y muchos anillos.<br /></td></tr></tbody></table><br /><b><br /></b></p><p><b><br /></b></p><p></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Con
las finales NBA a punto de comenzar parece obligado pararse a echar
un vistazo a lo que nos puede ofrecer esta final inédita en los más
de 70 años de historia de la mejor liga de baloncesto del mundo.
Esta naturaleza inédita en gran parte hay que achacarla, claro, a la
relativa juventud de Miami Heat como franquicia, ya que son sólo 32
sus años de historia, los cuales evidentemente palidecen ante los 73
años de los Lakers, los 13 primeros en Minneapolis y desde 1960
establecidos ya en la ciudad californiana de Los Angeles, sumando en
total 16 títulos de campeones de liga, 32 de conferencia y 34 de
división. </span>
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><br />
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">En
proporción a su corta vida la historia de Miami Heat también puede
considerarse exitosa. Tras unos primeros años de modesto transitar,
sería precisamente la llegada de una leyenda angelina como Pat Riley
en 1995 lo que cambiaría el destino de la franquicia de Florida. Ya
bien como presidente o a pie de pista como entrenador, en estos 25
años Riley ha llevado a los Miami a ser una de las potencias del
Este, habitual en play offs, ganador de tres anillos, y que ya va a
disputar sus sextas finales por el título (lo cual quiere decir que
han sido tantas otras veces campeones de su conferencia), siendo en
este curso, qué duda cabe, cuando mayor mérito hay que otorgarles.
Sin megaestrellas (comienzan la temporada con un solo all star, Jimmy
Butler, llegado el verano de 2019 tras un “sign&trade” con
Philadelphia en el que también estuvieron implicados Los Angeles
Clippers y Portland, dejando marchar los Heat a jugadores esenciales
otros cursos como Josh Richardson o Hassan Whiteside), la
reconstrucción de Miami está siendo tan espectacular que les coloca
de repente ante la oportunidad de luchar por su cuarto anillo, algo
por lo que nadie hubiera apostado a comienzo de una temporada en la
que su trayectoria ha sido ejemplar finalizando quintos en el Este,
ligeramente por encima de unas expectativas que les situaban luchando
por las últimas plazas de play offs. Baste este dato para atestiguar
la regularidad de Miami durante toda la campaña: su mayor racha de
victorias consecutivas fue de cinco… pero la de derrotas de tres.
Fiabilidad absoluta. Si hablamos de post-temporada, en los play offs
de Orlando ha sido sin ninguna duda el equipo de moda, plantándose
en las finales con un espectacular balance de 12 victorias por tres
derrotas. Únicamente los jóvenes Boston Celtics fueron capaces de
arrancar dos triunfos frente a los de Spoelstra, después de que
arrasaran a Indiana (4-0) y Milwaukee (4-1, sólo cayendo tras
prórroga) Hay que recordar que hablamos de un equipo que finalizó
quinto en su conferencia y que ha batido a tres rivales cuyo balance
en liga regular había sido superior, especialmente los Milwaukee del
MVP Antetokounmpo, quienes por segundo año consecutivo alcanzaron el
mejor registro en temporada para volver a defraudar en el momento
decisivo. </span>
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><br />
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">En
una NBA en la que parece que sólo hay dos tipos de equipos, los
aspirantes al anillo y los que están en reconstrucción, el caso de
Miami es admirable. Sin haberse planteado nunca la censurable
práctica del “tanking”, han ido conjuntando un roster con
jóvenes talentos que han llegado a la liga sin demasiado foco
previo. Adebayo fue elegido en el número 14 del draft de 2017. Tyler
Herro el 13 en 2019. En 2018 no pudieron elegir como parte del
“trade” con Phoenix en 2015 para conseguir a Goran Dragic. Duncan
Robinson, letal y sorprendente tirador, o Kendrick Nunn, ni siquiera
fueron drafteados. Para arropar este joven núcleo que, insistimos,
no ofrecía tan altas expectativas, Riley y Spoelstra han mixturado
de manera muy sabia el roster con la veteranía de jugadores como
Andre Igoudala, llegado en un trade invernal que entre otros
movimientos sacrificaba a otro joven valor de Miami como era Justise
Winslow. Igoudala, MVP de las finales de 2015 y ganador de tres
anillos con Golden State ha vivido en un segundo plano atribuible a
sus 36 años, pero a medida que han ido sucediéndose las rondas de
play offs su calidad como “factor x” parece ir ganando peso,
hasta llegar a sus 15 puntos y 4 de 4 en triples en el sexto partido
ante Boston que daba el pase a las finales. Aunque si hay un jugador
en Miami que claramente ha dado un paso al frente respecto a la
temporada regular es claramente Goran Dragic. De sus 16.2 puntos y
5.1 asistencias en 28.2 minutos por partido de liga regular, en play
offs ha subido su anotación hasta 20.9 puntos (más 4.7 asistencias)
en 34.6 minutos por encuentro. Spoelstra no ha dudado en dar más
galones y presencia en pista a otro de los veteranos, en detrimento
del joven Kendrick Nunn que tan buenas sensaciones había dejado en
liga regular. Y por supuesto, no hay que olvidarse de Jimmy Butler.
Quien fuera estrella emergente en los Chicago Bulls de Tom Thibodeau
nunca acabó de encontrar su ecosistema propicio y su fama de jugador
conflictivo le ha ido acompañando por cualquier vestuario en el que
cayese. Sin ir más lejos mientras Thibodeau sigue alabando su ética
de trabajo y profesionalidad en los entrenamientos, Butler no ha
dudado en atacar a su ex –técnico por su decepcionante trabajo en
Minnesotta, donde llegaron a coincidir. Uno de los grandes méritos
de Riley y Spoelstra es sin duda haber logrado centrar a Butler para
remar en la misma dirección que sus compañeros sin sus habituales
malos gestos o feos detalles hacia los mismos. Es Butler por otro
lado un jugador que siendo estelar no juega para la estadística
individual, ideal para un equipo ganador, pero una bomba de relojería
cuando la victoria no llega. En resumidas cuentas Miami es un ejemplo
de que lo importante no es ser un buen equipo NBA, sino una buena
franquicia NBA, bien dirigida desde la base y con un respeto ganado
que hace que cualquier jugador sepa que es un destino donde puede
sentirse cómodo, más allá de las bondades del clima del estado de
Florida o sus benevolencias en exenciones fiscales. </span>
</span></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></span></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm0zh2Gmv4mJDUJdRSX3Kw3rKRVPKNxdw-s9XX6sU-DylTKLBiEOE6irTrQhnROMicip38PTD_wGb8L7DEVg169z7N3TBUq5jMnJN1eDxt0701JigvmzX2HnkAlvEsn5fH2d3b_yt5qn57/s800/hi-res-81016585e2b4f710bb1d389e398478f1_crop_north.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="800" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm0zh2Gmv4mJDUJdRSX3Kw3rKRVPKNxdw-s9XX6sU-DylTKLBiEOE6irTrQhnROMicip38PTD_wGb8L7DEVg169z7N3TBUq5jMnJN1eDxt0701JigvmzX2HnkAlvEsn5fH2d3b_yt5qn57/s320/hi-res-81016585e2b4f710bb1d389e398478f1_crop_north.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Dragón aún tiene fuego.</td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></span></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">En
el Oeste vuelven a mandar Los Angeles Lakers. Una década han tardado
en volver a ser campeones de su conferencia, desde un 2010 en el que
en su roster sobresalían nuestro Pau Gasol y por supuesto el llorado
Kobe Bryant, cuyo mito y recuerdo parece sobrevolar toda la
trayectoria angelina en estos play offs, con el climax del triple
ganador de Anthony Davis en el G2 en las finales del Oeste y su
invocación al escolta que conquistase nada menos que cinco títulos
con la elástica púrpura y oro de los Lakers. A diferencia de Miami,
la franquicia californiana comenzaba la temporada como uno de los
claros candidatos al anillo. La insistencia de LeBron James con
Anthony Davis ha dado sus frutos y ha dado la razón al titán de
Akron. “La Ceja” era la pieza que le faltaba al puzzle que en los
últimos dos años han ido conjuntando entre el dimitido “Magic”
Johnson y Rob Pelinka en los despachos, y claro, el propio LeBron
cuya capacidad de decisión en cualquier franquicia por la que pase
sigue siendo patente. No es para menos si tenemos en cuenta que sus
primeras finales con el equipo californiano son ya las décimas de su
carrera. Sólo Bill Russell y Sam Jones, miembros de los imbatibles
Celtics de los 60, y otro mito angelino como Kareem Abdul-Jabbar, han
jugado más rondas por el título que “King” James. LeBron es
garantía en la lucha por el título y cualquier franquicia NBA lo
sabe.</span></span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><br />
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Estos
Lakers son un equipo de presente, de “aquí y ahora”,
especialmente en el caso de LeBron, camino de los 36 años y sabedor
de que cada vez le quedan menos oportunidades para engordar su
palmarés con más anillos (pese a que sus números sigan siendo
exuberantes y pocas veces vistos en jugadores de su edad… 26.7
puntos, 10.3 rebotes y 8.9 asistencias está firmando en play offs)
Davis, a sus 27, afronta sus primeras finales en su primera temporada
fuera de Nueva Orleans, franquicia a la que no pudo llevar a la lucha
por el anillo. Howard, quien cumplirá 35 en Diciembre, quiere
quitarse la espina de las finales de 2009 perdidas precisamente ante
su actual equipo, con el que ya intentará el asalto al título en
2013 en aquel proyecto fallido que reunió nombres tan ilustres como
los de Kobe Bryant, Pau Gasol, Steve Nash y el propio Howard… San
Antonio les barrió en primera ronda. Rondo, con 34, busca
convertirse en el segundo jugador en toda la historia en ganar el
anillo con los dos franquicias históricas y eternos rivales, Celtics
y Lakers, después de Clyde Lovellette en 1962, pero además sería
el primero en hacerlo desde que el equipo de los lagos se instaló en
Los Angeles, ya que Lovellette ganó el anillo con Minneapolis.
Menuda pedazo cita con la historia tiene el talentoso base de
Kentucky. Danny Green (33 años) busca su tercer título con tres
franquicias distintas. Sería también el tercero de Javale McGee
(32), los dos anteriores con Golden State. El volátil J.R.Smith (35
recientemente cumplidos) también sabe lo que es ganar el anillo, lo
hizo en 2016 precisamente al lado de LeBron en 2016. Desde luego si
de algo no andan escasos estos Lakers es de veteranía y experiencia.
</span>
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><br />
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: medium;"><b>Al
menos Miami puede compensarlo desde el banquillo con Spoelstra,
ganador de dos anillos y participante en cuatro finales, y por
supuesto con Riley, quien comenzara la década de los 80 alcanzando
el título como asistente de Paul Westhead en Los Angeles para
posteriormente ganar cuatro anillos más al frente de Lakers una vez
capitulado Westhead, entre otras cosas por sus desavenencias con
“Magic” Johnson. En Miami no sólo ha ejercido magisterio desde
el despacho, si no que en 2006 era el entrenador principal en el
primer título de la historia de los de Florida tras decidir que el
equipazo que había montado en el despacho (Wade, Shaquille, Payton,
Mourning, Antoine Walker, Jason Williams...) no podía esperar y
cargarse a Stan Van Gundy en un movimiento encubierto como renuncia
del bigotudo técnico californiano. Por supuesto tampoco podemos
olvidarnos que antes de convertirse en uno de los mejores
entrenadores de la historia, Riley ganó el anillo como jugador en
1972 en los Lakers de West y Chamberlain, ante unos Knicks en los que
por cierto jugaba otro futuro mito de los banquillos como Phil
Jackson. Pese a que Spoelstra cuenta con la total confianza de Riley,
cuesta pensar que el neoyorquino sea capaz de resistir la tentación
de no asesorar a su pupilo. Riley y Spoelstra, “matrimonio” bien
avenido.</b></span></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><br />
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Por
si fuera poco el favoritismo angelino, los dos únicos
enfrentamientos de temporada regular entre ambas escuadras fueron
saldadas con sendas victorias de los de Frank Vogel meridiánamente
claras. Sobre todo la primera, a principios de Noviembre de 2019 con
la temporada echando a andar y los de púrpura y oro arrasando por
80-95 en el Staples de Los Angeles con LeBron y Davis dejando las
cosas claras combinándose para hacer 51 puntos, 12 rebotes y 13
asistencias entre ambas estrellas. Mucho más disputado fue el choque
del American Airlines Arena de Miami el 13 de Diciembre que acabaría
suponiendo la primera derrota en casa de la temporada de los de
Spoelstra por un ajustado 113-110, ajustado gracias sobre todo a un
formidable segundo cuarto de los locales, pero lo cierto es que a
partir del tercero los de Vogel dominaron el partido y desde el 68-65
tras triple de Davis a los pocos minutos de dicho acto los angelinos
nunca cedieron la ventaja en el marcador. La exhibición de los dos
astros fue todavía superior, con 61 puntos combinados, 19 rebotes y
13 asistencias (12 de LeBron), aunque quizás el dato más
sorprendente de ese partido fueran los 4 de 9 en triples de Davis,
algunos de ellos realmente decisivos y anotados en momentos claves,
demostrando la enorme mejoría en el lanzamiento exterior
desarrollada por “La Ceja” en esta campaña (de hecho la primera
en su carrera en la que anota más de un triple por partido) No
obstante hay un dato para el optimismo en Florida recordando ese
partido, y es que estuvo encuadrado dentro de la racha de nueve
encuentros que no pudo disputar Dragic por lesión en la ingle. </span>
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><br />
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: medium;"><b>Hay
motivos de sobra por tanto para disfrutar de unas finales NBA que ya
cuentan con el primer aliciente de ser inéditas y de que por vez
primera se enfrentan dos franquicias que la temporada pasada no
llegaron a play offs. Miami puede convertirse en el campeón que
parte de una posición más baja de play offs desde los Houston
Rockets de 1995. Los Lakers pueden igualar a Boston como franquicia
con más campeonatos conquistados en la historia. No tenemos otro
capítulo de la eterna rivalidad Celtics-Lakers, pero tenemos a Riley
contra los Lakers y a LeBron contra Miami, por lo que de morbo
también estamos servidos. Dos de las más grandes leyendas vivas de
la NBA, quienes unieron sus caminos durante cuatro temporadas (dos
anillos y cuatro finales) ahora enfrentados ante dos de sus
franquicias más queridas y a las que contribuyeron a hacer históricas.</b></span></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><br />
</span></b></p>
<p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Preparen
las cafeteras. </span>
</span></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></span></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></span></b></p><p style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-size: medium;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRC7Zizb1dUberYxggRrQ-gNKn3JMjQrFFsU6m_ZcN_0k9zdoUQ2PYODiuU9GvoHP4KRznL4Cih8T2GZ9VQv-ciA2PaKv-8CaHF_Zl2s9FjvnYMX8eEZcLB6vGk5LEzSSAn6BuJ_Pp7xuk/s512/unnamed+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="341" data-original-width="512" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRC7Zizb1dUberYxggRrQ-gNKn3JMjQrFFsU6m_ZcN_0k9zdoUQ2PYODiuU9GvoHP4KRznL4Cih8T2GZ9VQv-ciA2PaKv-8CaHF_Zl2s9FjvnYMX8eEZcLB6vGk5LEzSSAn6BuJ_Pp7xuk/s320/unnamed+%25282%2529.jpg" width="320" /></a></span></b></div><b><span style="font-size: medium;"><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOY0hzqa1oH36GL1CMS7T_-g2sKxG9ccZebfBIsr_RZ_ixdLe2DLFG9nZUe0I7d81VBf9lEmrSwwN5DEIqZB8XVLHas0CM98nMk1ZMGQkpsfiewknKVqbw-swadkWXllqVIk9nLEMR0VRf/s480/805_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="480" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOY0hzqa1oH36GL1CMS7T_-g2sKxG9ccZebfBIsr_RZ_ixdLe2DLFG9nZUe0I7d81VBf9lEmrSwwN5DEIqZB8XVLHas0CM98nMk1ZMGQkpsfiewknKVqbw-swadkWXllqVIk9nLEMR0VRf/s320/805_n.jpg" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rajon Rondo ante la historia.<br /></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></span></b><p></p><span style="font-size: medium;"><br /></span><p></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><br /></p>Pepe Kubrickhttp://www.blogger.com/profile/16245860303951517184noreply@blogger.com0