E.T. quiere volar alto esta temporada. |
No hace tanto tiempo que los
Philadelphia 76ers parecía una de las franquicias más ejemplares de la NBA, con
un crecimiento progresivo que le había llevado a semifinales de conferencia
hace tan sólo dos temporadas, después de dejar en la cuneta a unos Chicago
Bulls que se presentaban en post-temporada con el mejor balance de la liga
(claro que mucho tuvo que ver la grave lesión de Derrick Rose en el primer
partido de la serie). Se trataba de una plantilla basada en el colectivo, en el
juego coral, sin grandes estrellas, pero con dos veteranos como Andre Igoudala
y Elton Brand guiando a una camada de jóvenes jugadores como Thaddeus Young,
Spencer Hawes, Jrue Holiday o el protagonista de nuestra entrada de hoy y quien
debe ser ya claro líder de los nuevos 76ers: Evan Turner, E.T.
Poco queda de esos últimos
buenos Sixers. El curso pasado el club decidió afrontar un arriesgado y
controvertido cambio de rumbo. En un trade a cuatro bandas Igoudala, hasta aquel
momento santo y seña de la franquicia (ocho temporadas como Sixer), recalaba en
otro proyecto emergente como los Denver Nuggets y la ciudad del amor fraternal
recibía a la eterna promesa del juego interior Andrew Bynum, esa bestia de la
naturaleza a la que las lesiones, los problemas físicos, e incluso una cierta
indolencia, no han permitido explotar con todo su magnífico potencial. La
apuesta no pudo salir peor. Bynum, lesionado toda la campaña, no llegó a
disputar ni un solo minuto con la elástica de Philadelphia, mientras se
embolsaba su salario de casi 17 millones de dólares. El desastre fue tal que el
nuevo presidente ejecutivo del club, Scott O’Neill, ha tenido que pedir excusas públicamente a los seguidores de Philly.
Pero las dudas se ciernen aún
más si cabe sobre la nueva temporada, ya que los 76ers están en las quinielas
de la rumorología sobre un posible “tankeo” (esto es, no competir durante la
temporada buscando una posición baja en la tabla que les otorgue mayores
posibilidades de obtener el número 1 del próximo draft, destinado al próximo
jugador llamado a marcar época, Andrew Wiggins) Bynum ya ha hecho las maletas rumbo
a Cleveland, liberando jugoso espacio salarial, y el base all star Jrue Holiday
ha sido traspasado a New Orleans a cambio del número 6 del último draft,
Nerlens Noel y una elección en el próximo. Ante este panorama poco se puede
esperar de los Sixers en colectivo, pero en lo individual debería ser la
temporada de la explosión definitiva del talento de Evan Turner.
17 millones al garete. |
E.T. es un alero con aroma a
“all around player”, al estilo de los Larry Bird, Scottie Pippen o actualmente
LeBron James (salvando todas las distancias posibles, vaya por delante), es
decir, un jugador con capacidad para jugar en prácticamente cualquier posición
en la cancha y aportar en todas las facetas del juego. Dos metros de estatura,
buena envergadura, piernas rápidas y brazos largos la dan solvencia defensiva,
siendo capaz de emparejarse tanto con bases como aleros rivales. Buen
reboteador (5.3 de media en sus tres años NBA), le falta dar un paso adelante
en ataque para convertirse en la estrella que se preveía cuando en el final de
su etapa NCAA era un insaciable coleccionista de distinciones individuales
(Naismith College Player of the Year, premio John R.Wooden, Oscar Robertson
Trophy, NABC Player of the Year y mejor universitario para Associated Press)
Dejó el college de Ohio State firmando unas medias de 20.4 puntos, 9.2 rebotes
y 6 asistencias por partido en su último año y fue elegido con el número 2 del
draft del 2010 por Philadelphia (buscando apuntalar una reconstrucción que no
acaba de llegar) por detrás de John Wall. Una camada la del 2010 que no termina
de explotar (Wall, Turner, Favors, Cousins, Monroe…) pero con un buen puñado de
jugadores a seguir y que irán incrementando su importancia en la liga al igual
que el propio Turner (una excepción sería Paul George, ya sí consolidado como
estrella indiscutible después de llevar a Indiana a una final de conferencia
donde estuvieron a punto de tumbar a los campeones Miami Heat y de ser All Star
la pasada temporada)
El tercer y último año de Turner
se salda con 13.3 puntos por partido, 6.3
rebotes y 4.3 asistencias. Un salto cualitativo respecto a sus dos primeras
campañas. Todo parece indicar que esta temporada se volverá a superar, y será
la única razón por la que seguir al que apunta a uno de los peores equipos del
inminente nuevo curso en la mejor liga de baloncesto del mundo.
Hora de reverdecer laureles NCAA. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario