Cuando a eso de la una de esta madrugada el balón se
ponga en el aire en los pabellones del United Center de Chicago y el Phillips
Arena de Atlanta, dará comienzo una nueva temporada de la mejor liga de
baloncesto del mundo y uno de los mayores espectáculos deportivos del globo
(pese a que los talibanes del basket FIBA sigan diciendo que son sólo negros
saltando y demás barbaridades producto de la ignorancia, ellos se lo
pierden)
Para este curso no hemos podido realizar nuestro
habitual análisis por división, y no hemos tenido mucho tiempo de seguir la
pre-temporada, no obstante queremos dedicar esta entrada al comienzo de la
nueva liga y dar nuestra visión, subjetiva, sobre lo que esperamos y sobre
donde queremos poner especialmente el foco. Una NBA que por cierto se abre de
luto, con la reciente pérdida de Flip Saunders, actual entrenador y jefe de
operaciones de Minnesota. Descanse en paz.
Como sabrán los más acérrimos seguidores del blog,
nos declaramos seguidores de los Detroit Pistons (equipo donde por cierto hizo
un gran trabajo el malogrado Saunders como “coach”), de modo que una vez más la
franquicia de la MoTown será objeto de nuestros desvelos, esperando que por fin
vuelva a ser el equipo competitivo que habitualmente ha sido. Las últimas
temporadas prometían esperanzadoras, pero los resultados no llegaban. Stan Van
Gundy arriesgó deshaciéndose de uno de los jugadores más completos de la NBA
como Josh Smith a cambio de nada, en vista de que no encajaba en su sistema y
no lograba hacerlo rendir en la posición de alero puro (el front-court estaba
reservado para Drummond y Monroe) La salida del forward provocó una
extraordinaria racha de resultados positivos que ponían a los Pistons en la
senda de los play-offs… hasta que se rompió un Brandon Jennings que estaba
haciendo el mejor baloncesto de su carrera. De cómo vuelva, allá por navidades,
de su lesión del talón de Aquiles dependerán muchas de las opciones de unos
Pistons en manos de Reggie Jackson, una especie de Russell Westbrook de gama
baja capaz de hacer numerazos individuales pero sin la capacidad de mover al
equipo del talentoso Jennings. Para este curso SVG ha subido la apuesta,
prescindiendo de Greg Monroe, camino de Milwaukee, dejando a Drummond como
único interior y jugando con cuatro abiertos, intentando repetir su éxito con
los Orlando Magic campeones del Este en 2009, con Howard como referente
interior y un falsísimo cuatro como Rashard Lewis. De modo que eso es lo que se
espera esta temporada en Auburn Hills, mucha dinamita exterior con
Caldwell-Pope, Jackson, Meeks… cuatros abiertos como Marcus Morris e Ilyasova,
la incógnita Danny Granger, y la ilusión encarnada en el alero rookie Stanley
Johnson, uno de los favoritos por sus propios compañeros para ser Rookie of The
Year. Van Gundy ya no tiene excusas después de que le hayan dejado configurar
la plantilla a su gusto. Es cierto que el nivel del Este ha crecido (aun siendo
inferior al Oeste), pero es hora de que la MoTown vuelva a post-temporada.
El bueno de Flip, dirigiendo a la MoTown. |
El otro equipo que espero seguir de manera compulsiva
y ver sus 82 partidos de temporada para este curso es Minnesota Timberwolves.
La razón es clara: Ricky Rubio. Sigue siendo a día de hoy mi jugador favorito y
quien realiza un baloncesto más excitante. Con dos escuderos jovencísimos como
Andrew Wiggins y Karl-Anthony Towns, los play offs parecen una quimera para
estos Wolves. El objetivo debe ser hacer una temporada digna, olvidar el “tanking”
del curso anterior, ofrecer un buen baloncesto, y que sobre el triángulo Ricky-Wiggins-Towns
(25, 20 y 19 años respectivamente) se asiente una base de futuro a la que
ayudarán Dieng, Muhammad y Lavine (25, 22 y 20 años) Paciencia con los lobos, y
desear de corazón que por fin las desgracias dejen de cebarse con esta
franquicia, en forma de constantes lesiones o tragedias muchísimo peores e
irreversibles, como ha sido la muerte de Flip Saunders, o los trastornos
convulsivos de la esposa de Rick Adelman que obligaron al brillante y veterano
técnico a dejar los banquillos. Parece que pesa una maldición sobre la
franquicia de Minneapolis que esperemos toque a su fin.
Estos son los dos equipos que más van a centrar mi
atención esta temporada, pero no quiero olvidarme de un buen puñado de
franquicias a las que hay que seguir muy atentamente: Chicago Bulls, con Pau y
un Mirotic que aún debe progresar más y que una vez más dependiendo del estado
de Rose pueden ser candidatos reales al anillo, con permiso, claro, de los
Cavaliers de LeBron James, favoritos en las apuestas y que también se han
acostumbrado a lidiar sobremanera con las lesiones. Veremos si Kevin Love
aparca por fin su particular gafe. Ahora la alarma está sobre Kyrie Irving, aun
recuperándose de su lesión de rodilla y sin fecha de regreso a las canchas. Pero
por supuesto, equipo a seguir sobre todo por disfrutar de una leyenda en activo
como LeBron James. También hay curiosidad por saber si Atlanta es capaz de
repetir la brillante temporada del pasado curso. Leo a muchos analistas
vaticinar que los llamados “Spurs del Este” no serán capaces de mantener la
excelencia, pese a mantener su bloque de la campaña anterior, con la excepción
de DeMarre Carroll. A Washington también hay que verlos, por saber hasta dónde
puede llegar John Wall. Y luego están los equipos jóvenes. En ese sentido
ninguno parece tan excitante como Milwaukee. Posiblemente la apuesta más clara
por el baloncesto aposicional, lo que parecería una herejía para los puristas
(esos pasados que hablan de que hay que jugar con un pívot puro que ponga la
tienda de campaña en la zona, de que hay que jugar en estático, etc, etc), pero
que es el baloncesto del futuro y ya del presente. Con un quinteto plagado de
altura, talento y exuberancia física como puede ser el que formen
Carter-Williams, Antetokounmpo (un saludo a Siro López), Parker (hubiera sido
ROY el pasado curso de no lesionarse), Middleton y Monroe, y un banquillo con
nombres como Greivis Vászquez, O.J.Mayo, Jerryd Bayless, Shawne Williams, Chris
Copeland, John Henson o Miles Plumlee,
ciertamente hablamos de un equipazo cuyos únicos hándicaps pueden ser la juventud,
el adaptar tanta pieza “bizarra”, y el estado de Jabari Parker, aún sin fecha
de retorno tras su grave lesión y diez meses de inactividad. Pero hay que ver a
este equipo. Otro grupo bisoño a seguir es Boston, sin ninguna estrella que
reluzca especialmente, pero con un gran entrenador como el joven Brad Stevens
(39 años), que ha moldeado un equipo generoso y coral donde destacan los intensos
exteriores Smart, Bradley y Thomas. Incluso hay que echarle un ojo a
Philadelphia, el equipo de los jóvenes nuevos pívots (Noel y Embiid, 21 años, y
Okafor, 19, todos ellos apuestas muy altas de los últimos drafts), veremos como
logran repartir los roles, aunque de momento habrá que seguir esperando para
ver al lesionado Embiid (¿el nuevo Greg Oden?)
No hay que perderse a Milwaukee |
No podemos olvidarnos de New York, deseando, al
igual que con Ricky, que Calderón tenga por fin una temporada tranquila y sin
problemas físicos. ¿Emergerá por fin el proyecto de Phil Jackson en la Gran
Manzana? Hay que echar un ojo a Hezonja en Orlando también, y poco más. De
Charlotte me interesa ver a su gigantesco rookie Frank Kaminsky. Igualmente en
Miami al alero Justice Winslow (compitiendo con Stanley Johnson por ver quién
es el mejor de su promoción en su puesto) De Toronto, Indiana y Brooklyn caerá
algún partido, cuando jueguen contra rivales que me interesen.
En el Oeste, como no puede ser de otro modo los
focos han de estar sobre Golden State Warriors. Poca gente cree en el “back to
back” de los actuales campeones, pero que nadie dude que ganarán muchos
partidos en regular season y por supuesto su baloncesto será de los más
atractivos de ver. Tampoco nos perdamos a los eternos Spurs, reforzados con
Aldridge y David West. A Clippers y Houston hay que verlos como posibles “contenders”
al anillo. Igualmente Memphis y Oklahoma City, con el añadido de disfrutar de
las evoluciones de nuestros Marc Gasol y Serge Ibaka, el primero líder indiscutible
de su franquicia. Habrá que echarles un ojo a los defenestrados Lakers, y donde
el base rookie D’Angelo Russell tiene buena pinta, pero tratándose hoy día de
un equipo tan extraño no sería de extrañar que hasta viésemos a Marcelinho
Huertas tener minutos (pese a tener por delante a Russell y a otro base de
excelente nivel como Louis Williams) Hay que ver si crecen los Pelicans, con ese
auténtico fenómeno llamado Anhony Davis. Y poco más me atrae del Oeste (bueno,
hay que ver a Rondo en Sacramento) Es cierto que sigue siendo la conferencia
con más nivel, pero creo que esta temporada el Este es más atractivo y puede
ser más impredecible.
En lo individual, tenemos que disfrutar de lo que
pueden ser los últimos partidos de auténticas leyendas, algunos de los mejores
jugadores de todos los tiempos, caso de Kobe Bryant o Tim Duncan. En menor
medida, sin un brillo tan brutal, pero igualmente seguro “hall of fame” en el
futuro, que se nos emborrache el ojo viendo los “fade aways” a la pata coja de
Dirk Nowitzki. Su retirada no es inminente, pero está claro que su presencia en
la cancha ya empieza a sonar a “último baile”. Disfrutémoslo.
Sobre posibles jugadores revelación, creo que es la
apuesta más difícil de determinar. Veo que se habla muchísimo del francés Rudy
Gobert, con una consideración realmente alta en los fantasys (incluso en una
liga de las que tres en las que que juego ha salido en primera ronda con el
número 9) Me parece una exageración. Es cierto que tiene un potencial enorme,
es espectacular, plástico, con un timing de salto brutal y es uno de los
grandes protectores del aro de la liga, además de su capacidad para jugar por
encima de la canasta, algo siempre muy difícil de defender si es capaz de
conectar con un gran base, pero no es un jugador con el rango ofensivo ni el IQ
baloncestístico de los Marc Gasol, Greg Monroe o Al Horford, y si hablamos de
bestias pardas, está por debajo de los Cousins, Drummond, o incluso de Howard y
Jefferson en sus mejores versiones. Sinceramente creo que el jugador revelación
será consecuencia de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado,
aprovechando lesiones e inconvenientes que sucedan en un determinado equipo
(como pasó con Hassan Whiteside en Miami o Jeremy Lin en New York), de modo que
no me atrevo a dar ningún nombre.
Sobre el MVP, tengo claro que si New Orleans ganase
un gran número de partidos Anthony Davis sería el gran favorito. Creo que a día
de hoy es el mejor jugador en lo puramente estadístico. Pero como (y así ha de
ser), se valora además de los números individuales la trayectoria del equipo,
Stephen Curry, James Harden y LeBron James son los grandes favoritos, sin
olvidar a Kevin Durant. No obstante en el caso del alero de los Cavs hay que
valorar las especulaciones que apuntan a una posible dosificación durante la
temporada regular, limitando su participación en pista a no más de 30 minutos
por partido, con lo que sus opciones a ser mejor jugador de la temporada se
verían ligeramente mermadas (aunque 30 minutos de LeBron siguen dando para
mucho)
¿Y los rookies? Habrá que ver cómo sale la camada de
este año, en la que no podemos incluir a Julius Randle, ya que al lesionarse en
su primer partido de la temporada pasada, tras disputar tan sólo 13 minutos, ya
se le considera profesional, por lo tanto no debutante. Es la norma, injusta,
pero la norma al fin y al cabo. La mayoría de las miradas se centrarán en el
número 1 del draft, Karl-Anthony Towns, como posible relevo de su compañero de
equipo Andrew Wiggins para ser Rookie of The Year. Tiene muchas cosas a favor.
Un equipo sin presión, apenas competencia en su puesto (Dieng como “back up” y
la broma pesada de Pekovic cuando se recupere), y un magnífico base asistente a
su lado como Ricky Rubio. Otro pívot, como Okafor, muy de vieja escuela,
también apunta entre los candidatos. Veremos que tal resulta su sociedad con Nerlens
Noel. En los aleros los ya citados Johnson en Detroit y Winslow en Miami (éste
tiene por delante a Luol Deng) parten como los mejor colocados, sin olvidar a
Hezonja. En los bases hay que recordar que Russell es el actual número 2 del
draft, por lo que las expectativas son realmente altas, pero tiene la
competencia de Williams, e incluso Clarkson y, como no, Kobe Bryant, quienes
pueden alternar las funciones de base y escolta (veremos si Huertas rasca algo)
Aquí sí que me voy a mojar y mi apuesta personal como ROY para 2016 es el base
de Denver Nuggets, Emmanuel Mudiay. Es una apuesta arriesgada, ya que se trata
de un jugador que saltó del instituto a la liga china, sin pasar por la NCAA, y
tras tan sólo una temporada en el extranjero intenta la aventura NBA (Jennings
hizo algo parecido, pero en Europa, en un baloncesto de mayor nivel, y aun así
pagó su adaptación al baloncesto profesional estadounidense) La razón por la
que apostamos por él es porque, aparte de tratarse de un jugador espectacular y
potente con un buen uno contra uno, su “mando en plaza” va a ser total, con la
marcha de Ty Lawson y en un equipo en donde ningún jugador ostenta un gran
rango de estrella (a excepción de Kenneth Faried, quien dejó enormes dudas la
pasada temporada) Eso sí, ojo que le respeten las lesiones, ya que en China
sólo pudo jugar 12 partidos por ese motivo.
Que comience el espectáculo.
Emmanuel Mudiay, espectáculo asegurado en Denver. |
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