Como si fuera una versión moderna y baloncestística de
Los Picapiedra, Pedro y Pablo vuelven a ser los protagonistas de las grandes
finales de Liga Endesa por segundo año consecutivo. En el caso del entrenador
baskonista accede a su segunda final seguida con el mérito de no hacerlo ni en
Madrid ni en Barcelona. Es la tercera final de un técnico absolutamente
consagrado cuyo primer play off final por el título fue dirigiendo al Joventut (en
1990 y ante Barcelona, a la postre campeón) Mucho mérito por tanto el de este
ilustre de los banquillos ACB.
Y qué decir de Pablo Laso. El vitoriano continúa
engrandeciendo su leyenda. Es nada menos que su séptima final liguera
consecutiva. Nunca ha fallado en la cita final por el título desde que se
sienta en el banquillo madridista, hito que nos hace viajar en el tiempo hasta
el Madrid de finales de los 70 y primeros 80 de Lolo Sainz para encontrar una
trayectoria similar. Hablamos por tanto de algo no visto en la casa blanca
desde hace más de 35 años. Que el Real Madrid vive una nueva edad dorada de la
mano de Laso no es ya una opinión sino más bien un hecho contrastado.
No puede haber mejor guinda para la temporada que un
duelo al mejor de cinco partidos entre estos dos equipos, los mejores de la
ACB, primer y segundo clasificado, y los dos únicos españoles que jugaron
eliminatorias por el título europeo, cayendo Baskonia ante el Fenerbahce de
Obradovic y Real Madrid resultando brillante campeón. Por si fuera poco, los
dos mejores jugadores de la temporada, con una valoración media de 19.3 cada
uno por partido, militan en estos dos equipos. Nos referimos a Luka Doncic (¿sus
últimos partidos en España?) por parte madridista y Tornike Shengelia por el
lado baskonista.
A disfrutar.
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