miércoles, 23 de julio de 2014

AITO MILENARIO (II): BARCELONA, LOS AÑOS DORADOS



Continuamos nuestra serie sobre García Reneses, ahora centrándonos en su época más reconocida y exitosa, la de primer entrenador del FC Barcelona en su sección de baloncesto.   


Una imagen habitual: Nuñez y Aíto celebrando títulos.



Josep Lluis Nuñez, famoso presidente barcelonista durante las décadas de los 80 y 90, nunca había ocultado su interés por hacerse con los servicios de aquel joven entrenador de moda que además en su breve carrera de jugador había defendido los colores blaugranas en el parquet. El madrileño fue el elegido en 1985 para recuperar el cetro del baloncesto nacional para la sección de baloncesto del FC Barcelona e intentar el asalto a la corona continental. El propio Aíto había sido verdugo el anterior curso de los azulgrana tanto en Copa como en Liga, eliminándoles en ambas competiciones al frente del Joventut de Badalona, tal y como hemos narrado en nuestra primera entrada sobre el serial Aíto. Un contrato de 3 años y 45 millones de la época son las cifras que se pusieron encima de la mesa para vincular a García Reneses con el equipo que más se le he identificado a lo largo de los años. Los éxitos no tardaron en llegar, levantando la Recopa de Europa en aquella primera temporada (en realidad revalidando el título conseguido un año antes, con  el ex –capitán Manolo Flores en el banquillo, quien había sustituido al cesado Antoni Serra. Flores sería posteriormente segundo de Aíto) derrotando en la final al Scavolini Pesaro. Aunque ahora puedan parecer éxitos “menores” hay que recordar que aquellos fueron los dos primeros títulos europeos del Barça. Aíto ya contaba con gran parte de su guardia pretoriana (Solozabal, Epi, Sibilio, De La Cruz, Trumbo…) y Mark Smith y Greg Wiltjer eran la pareja de extranjeros (en realidad Wiltjer había sido sustituido en liga por Steve Trumbo, quedando relegado sólo a competición europea) No obstante el dominio doméstico seguía perteneciendo al Real Madrid, quien se alzaba con los títulos de Copa y Liga. Aíto tenía a su disposición a un gran equipo, pero sería a partir de los dos cursos siguientes cuando daría forma a su Barcelona más recordado por los aficionados. En verano de 1986 el técnico blaugrana logra los servicios de dos viejos conocidos suyos, Joaquim Costa y Andrés Jiménez, y en 1987 un jugador que había sido rechazado por el Real Madrid dos años antes, y que llegaba precedido de cierta fama sobre su propensión a lesionarse debido a la precariedad del estado de sus rodillas, lo cual le impidió llegar a ser la estrella NBA que por potencial hubiera debido llegar a ser. Nos referimos, claro está, a Audie Norris, cuyos duelos con Fernando Martín aún son recordados por los aficionados como la estampa más reconocible de nuestro baloncesto de finales de los 80. El Barcelona se convierte entonces en el gran dominador del baloncesto nacional, ganando cuatro ligas y dos copas seguidas. Aíto añade a su palmarés una Korac, en 1987 y con el Limoges como rival en la final a doble partido.        



Aquellos maravillosos años


La rivalidad con el Real Madrid es apasionante. La temporada 1987-88 el equipo dirigido por Aíto gana los cuatro títulos domésticos en juego (Liga, Copa, Supercopa y Copa del Príncipe. En la sufrida retina del aficionado madridista aún pervive la imagen de Nacho Solozabal como habitual ejecutor en aquellos calientes finales de puro baloncesto. Suyo fue el triple que capituló la final de Copa en Valladolid, y aunque no tan recordado, también anotó la canasta clave para llevarse la Copa del Príncipe, además de ajusticiar en los últimos instantes en un partido de play off por el título. El Madrid era un dignísimo contrincante, pero los títulos tenían color azulgrana. 

Ramón Mendoza, presidente del club blanco por aquel entonces, da un poderoso golpe de efecto con la contratación del enemigo público número 1 del baloncesto europeo y bestia negra del madridismo: Drazen Petrovic, el genio de Sibenik, quien sólo estaría una temporada en el Real Madrid pero es recordado a la altura de los grandes iconos madridistas. Los blancos construyen un equipo para ganarlo todo, con el triángulo Petrovic-Biriukov-Fernando Martín como grandes referentes, pero además con jugadores de la talla de Romay, Cargol, Joe Llorente, Antonio Martín, Villalobos y un alero californiano muy alto (2.08, para un alero de la época), pelirrojo, de muñeca prodigiosa, llegado de la NBA y que acabaría siendo historia del baloncesto español hasta el punto de nacionalizarse y vestir nuestra camiseta. Por supuesto hablamos del pistolero Johhny Rogers, uno de tantos americanos que ha vivido una auténtica historia de amor con nuestro país (en todos los sentidos, ya que se casó con una valenciana) Aquel Real Madrid era demoledor, alzándose con la Copa en la edición disputada en A Coruña, con 28 puntos de Petrovic. Inolvidable aquella final de Recopa ante el Snaidero de Caserta, posiblemente la mejor final de un torneo continental de la historia, con 62 puntos del talento croata. Aquel Real Madrid había ganado en todos sus enfrentamientos de la temporada frente al Barcelona de Aíto excepto en el último, que precisamente permitía a los azulgrana partir con cancha a favor en una final liguera a cinco partidos que se presentaba como la madre de todas las batallas. A pesar del factor cancha, había en el ambiente la sensación de que con un devorador de títulos en pista como Drazen Petrovic el Real Madrid podría recuperar el dominio del baloncesto nacional y poner el broche a una temporada histórica. A todo eso se unía el hecho de que Aíto se había opuesto el fichaje del croata por el Barcelona, ya que lo consideraba un jugador difícil de entrenar e integrar en su estilo de baloncesto, sobre todo por su difícil carácter (además de que el fichaje suponía aceptar que se quedase en la Cibona un año más estando firmado, y el entrenador barcelonista no quería que se diese la posibilidad de enfrentarse a él siendo ya jugador azulgrana), y ahora el aficionado culé se encontraba ante la posibilidad de vivir una temporada sin títulos tras dos magníficos cursos anteriores, siendo además derrotados por aquella estrella del Este que soñaron alguna vez con hacer suya.     


Frenazo a Drazen


Aquella temporada volvió a poner de relieve el carácter maquiavélico de Aíto y su capacidad como estratega psicológico. Supo condicionar las finales desde meses antes refiriéndose a la famosa “bula de Petrovic”, con la que acusaba al compulsivo anotador madridista de cometer infracciones de todo tipo durante los partidos con el consentimiento arbitral. Aquellas series finales de 1989 siguen siendo, desgraciadamente, recordadas por el quinto y definitivo partido en el Palau, donde un desafortunado Juanjo Neyro al silbato resultó clave para la victoria barcelonista, dejando al Real Madrid en los instantes finales con tan sólo cuatro jugadores en pista después de sufrir la señalización de 42 faltas personales (por 17 del Barcelona), los cuatro jugadores blancos que acabaron aquella “liga de Petrovic” en la pista fueron Llorente, Villalobos, Pérez y Rivas. Dos de ellos eran juniors. Lolo Sainz, entrenador madridista, por supuesto también fue expulsado. Otra de las imágenes que nos dejó aquella final fue la de Epi, un jugador habitualmente modélico y ejemplar, dando saltitos en la pista parodiando a Petrovic, tal era el grado de frustración al que el croata había sometido al Barcelona durante aquel curso. No es momento ahora de entrar en polémicas, pero claramente fue un título condicionado por la actuación de Neyro en aquel partido. Aquel Barcelona, de hecho (como suele ser norma en los equipos de Aíto), defendía más duro que el Madrid de Saiz, y si algún déficit tenía el Petrovic pre-NBA era precisamente la defensa (en su temporada como madridista siempre se decía que Biriukov tenía que defender el doble, para paliar la blandura de Drazen en ese aspecto del juego) Está claro que Aíto supo llevar las finales a un terreno emocional y psicológico más allá del puro baloncesto. Sea como fuere salvó los muebles aquella temporada, pero es inevitable que la “liga de Petrovic” haya pasado a la historia como la “liga de Neyro”.    

Pero era otro croata quien se convertía en aquellos años en auténtica bestia negra del barcelonismo y apartaba a Aíto del gran título que sigue faltando en su extenso palmarés: la Copa de Europa. Aquella misma temporada 1988-89 el club azulgrana volvía a intentar el asalto a la corona continental en la Final Four de Munich, donde les esperaba un joven equipo yugoslavo llamado Jugoplastika Split que a priori debía ser asequible para los Epi, Jiménez, Norris y compañía. No contaban con aquella impresionante generación de jugadores liderada por un espigado alero de 21 años llamado Toni Kucoc que asombraría a toda Europa con la versatilidad de su juego, siendo con sus 207 centímetros capaz de subir el balón, tirar de tres, jugar al poste, defender a hombres bajos y altos por igual… Kucoc venía a romper definitivamente con el baloncesto conocido y a demostrar que las posiciones de los jugadores cada vez iban a ser menos puras. Baloncesto total. Aquella Jugoplastika apartaría al Barcelona del sueño europeo por tres temporadas consecutivas, primero en las mencionadas semifinales de Munich. Posteriormente al año siguiente en la final de Zaragoza, la casa de Epi que no pudo ver proclamarse a uno de sus hijos más ilustres campeón de Europa de clubes. Y aún habría una tercera ocasión en París, de nuevo en la final y tras apalizar en semifinales al Maccabi Tel Aviv, Kucoc y compañía, pese a no contar ya con su mejor aliado en la pista, Dino Radja ni con Boza Maljkovic en el banquillo, o mejor dicho, con Maljkovic en el banquillo rival.    


Y Kukoc se cruzó en el camino


Y es que en efecto, en 1990 Aíto dejaba su cargo de entrenador para encargarse de los despachos en su nueva labor de general manager. Su sustituto era un Bozidar Maljkovic que había sido bestia negra culé las dos mencionadas temporadas anteriores. Nadie negaba la calidad de Aíto como técnico, pero la obsesión azulgrana por la Copa de Europa hacía que se buscase un nombre, en principio, más capacitado para aquella tarea (un error muy común por parte de los directivos deportivos, buscar el nombre y no el hombre) Parecía un binomio ganador. Boza en los banquillos y Aíto en los despachos. Nada más lejos de la realidad. La lucha de egos, los constantes reproches mutuos, y la falta de adaptación de Maljkovic a la ACB en su primera experiencia fuera del baloncesto por entonces yugoslavo hacen que la etapa del serbio como técnico barcelonista sea considerada un pequeño fracaso (sólo gana la Copa del Rey), y a principios de la 91-92 sea destituido para hacerse cargo del equipo su segundo, Manolo Flores, quedando patente que la enemistad entre Aíto y Boza era ya una realidad irrebatible (también es cierto que la plantilla que tuvo Boza fue sensiblemente inferior a las que manejó Aíto) Flores acabaría aquel año sin títulos para las vitrinas azulgranas, y Reneses, a lo Pat Riley en Miami, decide él personalmente volver a llevar las riendas del equipo desde el banquillo después del verano de aquel olímpico 1992. Joaquim Costa, una de sus prolongaciones en la pista, le acompaña como segundo entrenador, con la particularidad de que Aíto se intercambia la posición a partir de la cuarta jornada liguera para dejar a Costa al frente y evitar así enfrentarse a una prensa con la que no se llevaba, digamos, muy bien. Esta segunda etapa de García Reneses en el banquillo azulgrana se prolonga hasta 1997, y se salda con tres ligas seguidas, entre el 95 y el 97, y la Copa del Rey de la temporada 1993-94. Son los últimos años de Epi y Jiménez, junto a jugadores como Xavi Fernández, Esteller, Galilea, Montero, Dueñas o Ferrán Martínez. La última temporada Aíto logra completar un equipo de auténtico ensueño, con Karnisovas (quien había llegado un año antes), Fettisov y Djordjevic. Pero Europa se sigue resistiendo, y consecutivamente Aíto ve a su equipo caer en las finales de 1996 (Paris) y 1997 (Roma), ambas ante equipos griegos. La primera de ellas es recordada por aquel tapón ilegal de Vrankovic que dio el título al Panathinaikos de Dominique Wilkins. En la segunda poco pudieron hacer ante la excelencia de David Rivers manejando al Olympiakos.      

Manel Comas es el elegido para sustituir a Aíto, quien decide dejar el club azulgrana tras la celebración de su séptimo título liguero para la entidad de Josep Lluis Nuñez. Pese a contar con un año más de contrato, el madrileño presenta su dimisión ante el nivel de crítica creciente sobre su incapacidad para la consecución del cetro europeo (como si fuera cosa fácil) y molesto con el “ruido” que siente generarse a su alrededor. No se siente cómodo. Comas, el “sheriff” de nuestro baloncesto, era un barcelonés de nacimiento que venía de una exitosa etapa con el Baskonia (siendo campeón de Copa del Rey y Recopa de Europa) y contaba con el aval del propio Aíto, quien le había tenido como ayudante en el Cotonificio. García Reneses se toma un año sabático que no hace si no reforzar su posición. “Ya me echarán de menos”, debió de pensar, y así fue, ya que la temporada 97-98 resulta un desastre para el club azulgrana. Comas aguantó hasta Noviembre, cuando presentó su dimisión tras perder el sexto partido liguero y hacerlo además contra el Real Madrid, mientras que Joan Montes termina la temporada sin títulos. Esperaban el retorno de Aíto con los brazos abiertos. 

Es su tercera y última etapa al frente del banquillo del club azulgrana, durará hasta el 2002, y marca las bases de lo que será el Barcelona del futuro, y no sólo el Barcelona si no el baloncesto español, ya que con él comienzan a adquirir protagonismo las dos grandes joyas con las que por entonces contaba la cantera azulgrana: los adolescentes Juan Carlos Navarro y Pau Gasol. En sus últimas tres temporadas como entrenador barcelonista suma cuatro títulos más a su palmarés, repartidos en sendos dobletes: Liga y Korac en la 98-99, Liga y Copa en la 00-01. La temporada del comienzo del siglo XXI es la que marca la explosión de Pau Gasol, MVP de aquella edición de la Copa del Rey y de las finales por el título ACB. Afortunadamente para el Real Madrid y demás aspirantes, el de Sant Boi emprendía de inmediato rumbo a la NBA (criticado por Aíto, quien aseguraba verlo verde para tal competición), porque su dominio en el baloncesto español hubiera sido absolutamente dictatorial. En aquel último curso el entrenador madrileño tuvo que lidiar con el affaire Rony Seikaly, estrella NBA que salió rana. También volvió a intentar el asalto a Euroliga sin éxito, llegando a la Final Four de Salónica del 2000, cayendo en el primer partido frente al Maccabi Tel Aviv, y al año siguiente cayendo en octavos de final frente a la Benetton de Treviso donde militaba por aquel entonces Jorge Garbajosa. La misma Benetton que les dejaba fuera de la Final Four alcanzando la primera plaza de grupo (aquella edición no había cruces previos) por average en 2002. Aíto cerraba la temporada 2001-02 sin títulos pese a tener un equipazo a su disposición, tanto es así que fue destituido para ver como su sustituto, Svetislav Pesic, hace triplete al año siguiente levantando por fin la tan ansiada Copa de Europa para el club azulgrana, con un roster en el que se encontraban varios jugadores de los que había dispuesto Aíto (Jasikevicius, Nacho Rodríguez, Navarro, De La Fuente, Dueñas, Varejao Alzamora, y los jóvenes César Bravo, Van de Hare y Nacho Martín… claro que a Pesic además le trajeron nada menos que a Bodiroga, Fucka y Femerling)     


Puliendo una joya


Aíto abandonó el Barcelona en Junio de 2002, por la puerta de atrás y siendo destituido pese a su manifestación pública de continuar en el cargo. Dejaba atrás 22 años en el club azulgrana. 15 como entrenador, 5 como jugador y 2 como manager. 9 ligas, 4 copas, 2 Korac y 1 recopa deja en las vitrinas culés. Basta para medir su impacto en el club azulgrana el recordar que antes de su llegada el Real Madrid había ganado 24 de las 29 ligas anteriores, y en su segunda temporada como entrenador barcelonista logra romper el dominio blanco para ganar cuatro títulos ACB consecutivos. Aíto cambió el baloncesto azulgrana para siempre, y aunque nunca consiguiese alzar la copa de campeón de Europa, espina clavada que le perseguirá por el resto de su carrera, no creo que haya un solo seguidor del Barcelona que no lo considere como el mejor entrenador de la historia de este club. 


Pero aún queda Aíto para rato. Tras salir del Barcelona era momento de emprender nuevas aventuras y abordar nuevos proyectos. Todo ello en la tercera entrega de nuestro serial dedicado a nuestro milenario entrenador.      



Adios al Palau... pero no al baloncesto.


miércoles, 16 de julio de 2014

CABALLERO LEBRON





"Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse." (Parábola del Hijo Pródigo, Lucas 15:11-32)




LeBron en casa



LeBron James vuelve a casa. Volverá a lucir la camiseta de los caballeros de Cleveland, el club cuyo logo luce un florete, arma blanca y refinada donde las haya con la que los nobles del siglo XVII se batían en duelo para tratar esos asuntos del honor que tanto preocupan a los de alta cuna. “The Decision 2.0” no ha conocido el revuelo mediático de hace cuatro años, cuando el 8 de Julio de 2010 James anunciaba su fichaje por Miami Heat en un show televisado que recaudó seis millones de dólares (que en gran parte fueron donados a obras de caridad, principalmente a The Boys and Girls Clubs of America, una asociación filantrópica que lucha por ayudar a los chavales de las calles estadounidenses a que no caigan en lo peor que pueden ofrecer algunas de esas calles y barrios: drogas, prostitución, o bandas callejeras) Parece que la legión de “haters” de LeBron anda un tanto apaciguada, cuando podrían estar sacando pecho tras la  tercera final perdida por The King (una con Cleveland, dos con Miami, una frente a Dallas, dos contra San Antonio) Aquel Julio de 2010 veía a España proclamarse campeona del mundo de fútbol, mientras que la noticia del retorno de LeBron a Ohio nos ha pillado en vísperas de la justa coronación de la Alemania de Joachim Low como herederos del fútbol preciso, precioso y preciosista que nos consagrara a nosotros hace cuatro años, como si el alero de Akron fuese seguidor de que “la vida es eso que pasa entre mundial y mundial” y midiese sus ciclos vitales alrededor del mayor acontecimiento deportivo del mundo después de unas olimpiadas. 

Cuatro años al calor de Miami, donde ha ganado dos anillos de campeón y cuatro títulos de la Conferencia Este. No es mal bagaje, aunque con The Chosen One todo parece poco, sobre todo teniendo en cuenta el arrojo con el que el alero prometió ganar “no uno ni dos ni tres ni cuatro ni cinco ni seis ni siete…” anillos en su presentación como Heat, anunciado una dictadura en la mejor liga del mundo junto a sus amigos Dwayne Wade y Crish Bosh. Contrasta todo aquello con sus declaraciones actuales una vez decidido a retornar al Cleveland en el que jugó su primera final por el título (en 2007 ante San Antonio Spurs): “No prometo anillos porque ahora sé lo duro que es lograrlo”. Un LeBron más maduro, más humilde, más humano. Como si quisiera despojarse de la regía condición de monarca de la canasta que le lleva acompañando desde prácticamente la adolescencia para rebajar su rango al de simplemente caballero, que para eso se enfunda de nuevo la zamarra Cavalier. La carrera de James es asombrosamente brillante, pero para quien estaba destinado a marcar la época más triunfal y dominante desde Jordan ha sido una dura pelea el luchar por todos los títulos posibles y haber ganado “sólo” dos. Cleveland puede ser un buen destino para seguir engordando su palmarés. A pesar de las exageradas muestras de desazón y el linchamiento al “traidor” LeBron (escenas que estos días ahora vemos en Florida) traducido en quema de camisetas, pancartas insultantes, y hasta en el ridículo de Dan Gilbert, presidente de los Cavs, profetizando que LeBron nunca ganaría un campeonato tras su salida de Cleveland y colgando en la web del equipo una infame carta en la que insultaba públicamente a James (carta que ha estado disponible en la página oficial del club hasta hace pocas fechas, en las que apresuradamente la han retirado, como si no hubiera pasado nada, como si nunca hubiera existido odio ni resentimiento hacia el hijo más ilustre de Akron, ciudad de la que también son originarios los vanguardistas nuevaoleros Devo, la cantante Chrissie Hynde, o el también estrella de la NBA Stephen Curry, y que se encuentra a apenas 40 minutos de Cleveland en coche), a pesar de todo el desafecto expresado por la comunidad Cavalier hacía el posiblemente mejor jugador que haya vestido su camiseta lo cierto es que desde un punto de vista frívolo el periplo de James en Florida no ha sido un mal negocio para ambas partes. El jugador ha ganado dos títulos de campeón NBA (y cuatro del Este, insistimos en esto porque aunque en Europa no recibe apenas importancia, en Estados Unidos ser campeón de Conferencia es un título oficial que tiene su correspondiente trofeo para poblar las vidrieras de los clubes y ser conmemorado en los banners que cuelgan de los techos de los pabellones), además de sus reconocimientos oficiales como MVP tanto de las finales como de temporada regular (años 2012 y 2013, y en el caso de MVP de la temporada añadidos a sus dos conseguidos en Cleveland en 2009 y 2010) La franquicia de Ohio, por otro lado, al verse sumida en el pozo de la clasificación ha podido obtener buenas posiciones para los últimos drafts (consiguiendo tres primeras elecciones en 4 años con una suerte que ni Carlos Fabra con la Lotería Nacional), adquiriendo así jugadores como Kyrie Irving y Tristan Thompson en 2011 (números 1 y 4 del draft respectivamente), Dion Waiters en 2012 (número 4), Anthony Bennett en 2013 (número 1 del draft de ese año), y el canadiense Andrew Wiggins este mismo año, también con el número 1. Si bien es cierto que lo de Bennett pudiera apuntar a gatillazo (dentro de un draft que no pasará a la historia), Cleveland ha ido forjando un grupo joven y talentoso que con la llegada de LeBron se convierte de inmediato en uno de los grandes favoritos para el título. Buen material humano para un David Blatt que a quien en su primera aventura NBA parece haberle tocado la lotería, ya que la sola presencia de Irving y LeBron le garantiza ganar un buen puñado de partidos, claro que por otro lado añade presión a un técnico que quizás no buscase recibir tantos focos ni manejar tantas expectativas como las que provoca el tener en su plantilla al mejor jugador del planeta y el baloncestista más diferencial del momento.   


42 millones de dólares por dos temporadas es el nuevo contrato de King James en Cleveland, club que recibe a uno de sus socios en los dos anillos conquistados en Miami: Mike Miller.  Una pieza más para un puzzle de David Blatt que apunta a ganador, con la veteranía de Miller y Varejao, el insultante talento de Irving, la progresión de Waiters, Thompson, o Dellavedova (quien puede ser para Blatt lo que Patrick Mills para Gregg Popovich), la confianza en un Bennett trabajando bien en la liga de verano, y por supuesto el retorno del rey pródigo, un rey que ahora sabe cual es el camino para llegar a la cima. Volver a ser un caballero y ser el primero en el campo de batalla.  

Pronósticos al margen, sigue siendo absolutamente fascinante la capacidad de la NBA para mudar su escenario de la noche a la mañana y convertirse en una liga absolutamente imprevisible. Nadie en su sano juicio hace tan sólo un mes se hubiera atrevido a pronosticar que íbamos a hablar de los Cavaliers como el gran favorito y el equipo a seguir. Y es que la NBA da espectáculo hasta en verano.  



¿Y ahora qué hacemos?

martes, 15 de julio de 2014

CITA EN CHICAGO


El frontcourt que viene.


Pau Gasol y Nikola Mirotic se citan para vestir la camiseta roja de los Bulls de Chicago la próxima temporada. En el caso del ala-pívot de Sant Boi es su tercer destino NBA, y quizás su último gran contrato en la mejor liga de baloncesto del mundo. Parece ser que finalmente no se ha conseguido la opción “sign and trade” por lo que llega en calidad de agente libre con un contrato multianual en el que el primer curso se estima que cobre unos 6.5 millones de dólares que se irán incrementando en las siguientes temporadas. Chicago debe trabajar ahora para buscar destino a Carlos Boozer y liberar los casi 17 millones de dólares que tiene en su ficha (segundo jugador mejor pagado de los toros tras Derrick Rose), posiblemente amnistiándolo y convirtiéndolo en agente libre, dejando hueco a Pau para que forme frontcourt titular con el actual Mejor Defensor de la NBA, el francés Joakim Noah. Puede ser una de las mejores parejas de interiores del Este, conferencia donde por primera vez veremos a Pau, de quien ya se vende su nueva camiseta con el 00 en la espalda en vez de su habitual 16. 

El mayor de los Gasol será un estupendo instructor para los primeros días de Nikola Mirotic en una NBA a la que por fin ha decidido dar el salto. Desde que Chicago Bulls se hicieran con sus derechos tras el draft de 2011 era cuestión de tiempo que este día llegase, y ni siquiera la amargura de haber vuelto a caer en la final de Euroliga ha hecho demorar su decisión en busca de volver a intentar el asalto al cetro continental. Más bien al contrario, es evidente que la recta final de la temporada de Mirotic en el Real Madrid ha sido una constante cuesta abajo y su relación con Pablo Laso ha sufrido un notable deterioro desde la final de Milán. Un Pablo Laso que finalmente continuará al frente del banquillo madridista pero en una situación crítica, cuestionado, sin apoyos, y defenestrado por su hipócrita presidente que no dudará en abrazarlo y bañarse en champán a su lado si el vitoriano vuelve a levantar algún título. Ya hablaremos sobre este asunto, pero es público y notorio que Florentino quería cargarse a Laso, que hubo contactos con Katsikaris, y que sólo la norma ACB que impide a un seleccionador nacional ser a la vez técnico de Liga Endesa ha frenado la llegada del griego, ya que al ser Katsikaris actual seleccionador del combinado heleno de cara al próximo Mundial no podrían presentarlo hasta prácticamente finales de Septiembre, pero que a nadie extrañe que la cabeza de Laso ruede en cualquier momento. 

Volvamos a los Bulls. Parece evidente que Niko deberá evolucionar su juego hacia la posición de alero, donde no encontraría tanta oposición en el actual roster de los Bulls como en el juego interior. El veterano Mike Dunleavy y los jóvenes Greg Smith y Tony Snell serán sus rivales por el puesto (ojo a éste último, que en la Liga de Verano está cuajando actuaciones muy notables, 50 puntos acumulados en sus dos últimos partidos) Tampoco olvidemos al número 11 del último draft, el alero Doug McDermott, en quien tienen depositadas muchas esperanzas los aficionados de Chicago.     

Confiando en un Mirotic titular, la primera unidad de los Bulls podría ser Rose-Butler-Mirotic-Pau-Noah (no suena nada mal), con Hinrich-Dunleavy-Snell/McDermott-Randolph-Gibson como batallón reserva. No es para ser considerados favoritos al anillo, pero sin duda deberíamos volver a Pau luchando por el título en post-temporada tras dos aciagos años angelinos. Claro que todo dependerá en gran medida, una vez más en Chicago, de cómo responda el físico de su gran estrella Derrick Rose.  

jueves, 10 de julio de 2014

UNA DE BREVES, UNA DE BRAVAS


Tornike Shengeila, uno de los nuevos nombres para el próximo curso ACB.


Hola amigos. Aquí estamos, trabajando en el verano, como cantaban Los Coyotes. Así de generosos somos con el esfuerzo colectivo para con este país de nuestras entretelas. No hay mucho sobre lo que hablar, a la espera de que la selección absoluta se ponga en acción. Miramos de reojo a nuestras jóvenes promesas (jugándose Europeo U20 masculino y Europeo U20 femenino estos días) y echamos un vistazo a la prensa y webs especializadas para ver que se cuecen en los despachos de los equipos ACB. Sobre el infame trato que está recibiendo Pablo Laso (por no hablar de Hugo López y Jota Cuspinera, ayudantes del técnico vitoriano, no renovados después de recibir un miserable burofax) preferimos mordernos la lengua, pero como aficionado madridista hacía tiempo que no sentía un cabreo y una indignación tan grande respecto a este club y su manera de maltratar el baloncesto. Vayamos con algunas noticias interesantes y ya confirmadas: 

-Ya es oficial el acuerdo entre Barcelona y Justin Doellman. Tal y como se rumoreaba el MVP de la pasada liga regular será nuevo jugador de un campeón de liga que también anda interesado en Tomas Satoransky, una vez que se ha confirmado que no seguirán ni Sada ni Pullen. El Barça de Pascual prepara un equipazo para seguir mandando en la ACB y conquistar Euroliga. 

-Rafa Martínez renueva dos años con Valencia, al igual que Romain Sato. Por cierto el club ha llegado a un acuerdo con el veterano pívot Kresimir Loncar para incorporarlo a su plantilla.

-Albert Ventura hace lo propio con su club, el Joventut. 

-Y otro que suma dos más, Zoran Dragic seguirá siendo uno de los pilares del Unicaja de Joan Plaza. A su lado tendrá como nuevo refuerzo a Stefan Markovic, a quien ya conocemos en España tras su paso por Valencia.

-El joven y prometedor base Pepe Pozas, que tanto nos gustó en el tramo final de la temporada del Valladolid, pone rumbo a Santiago de Compostela. Gran fichaje de los gallegos.

-No es noticia ACB, pero si protagonizada por un ex –ACB. Nando de Colo, refuerzo para un CSKA que como siempre será aspirante a ganarlo todo, sin Messina pero con Dimitris Itoudis (la pasada temporada en el Banvit turco) 

-El Baskonia se refuerza con el joven forward georgiano Tornike Shengeila, de 23 años, quien viene de probar fortuna sin demasiado éxito en la NBA jugando para Brooklyn y Chicago. 

-Sito Alonso sigue en Euskadi, pero cambia el banquillo de San Sebastián por el de Bilbao. 


Estas son algunas de las noticias más destacas en nuestro baloncesto. Luego están los incesantes rumores, muchos serán realidad en breve, otros habrán caído en el olvido.    


lunes, 7 de julio de 2014

EL CLÁSICO DE TODOS LOS VERANOS





Cuesta escribir esto intentando no caer en el chauvinismo o el orgullo patrio que a veces resulta tan mal entendido, y con el cuidado de quien se siente un poco gafe y cuando saca la cabeza para celebrar nuestros éxitos piensa que pronto vendrán mal dadas (lo cual no deja de ser ley de vida, ciclos ganadores y perdedores) 

Pero lo cierto es que llega el verano y con el uno de los asuntos clásicos del estío para bien en nuestro deporte: la habitual recolección de medallas en distintas categorías por parte de las selecciones nacionales de nuestro baloncesto. La primera no se ha hecho esperar, y es nada menos que una plata mundial que sabe a oro, como todas las platas que se obtienen cayendo contra la mayor potencia baloncestística como es Estados Unidos, y después de una lección magistral de coraje, pundonor y buen juego que a punto estuvo de dar la victoria y cerrar con una grandísima sorpresa el Mundial Sub17 celebrado en la República Checa. Para comprender la magnitud de la hazaña, basta con echar un vistazo a la trayectoria estadounidense durante este campeonato: en primera ronda habían pasado por encima de China (69-41), Francia (88-40) y Mali (78-22), en octavos hicieron lo propio con Méjico (91-35), en cuartos sin piedad de Canadá (86-45) y en semifinales Hungría apenas les inquietó (91-63) Seis victorias por una media de 40 puntos por partido. Sólo Hungría “osó” pasar de 60 puntos frente a su defensa, mientras que el resto de equipos no fue más allá de los 45 que hizo Canadá. Un rodillo del que nadie podía dudar que sus jugadoras se colgarían el oro al final del torneo, la pregunta era, ¿cuánta resistencia sería capaz de ofrecer la correosa España dirigida por el joven y carismático Víctor Lapeña?, y la respuesta fue dada anoche a todos los amantes de este deporte en la retransmisión de Teledeporte, donde nos frotábamos los ojos ante la exhibición de una Ángela Salvadores, MVP del torneo sin discusión (19.9 puntos, 7.4 rebotes y 3.6 asistencias por partido, una “all around player” total, una versión blanca, adolescente y femenina de LeBron James) que ayer dejó una exhibición para la historia con sus 40 puntos, una gesta capaz de recordar la de aquel Ricky Rubio de la final del Europeo de Linares. Decir que “el futuro es suyo” es quedarse corto. Ya tiene el presente. 

Es impresionante la capacidad de crecimiento que ha tenido el baloncesto femenino en este siglo XXI. Después de despedir a la generación que nos llevó a la elite, liderada por Amaya Valdemoro, los últimos torneos de formación han demostrado que nuestras chicas van a seguir peleando por medallas allá donde vayan. Justo es reconocer el trabajo de la FEB en este sentido, y el de los técnicos, aspecto donde también encontramos en los últimos años nombres de entrenadores que apuntan al optimismo, a los que hemos visto dar auténticas lecciones en los banquillos de basket femenino, caso de Lucas Mondelo, o ahora el zaragozano Víctor Lapeña.   


Este Mundial femenino será recordado también por la jugosa anécdota de la jugada sucedida en el Eslovaquia-Méjico de la primera fase, cuando una jugadora europea anotaba en su propia canasta tras un fallo en tiro libre de la rival. No quedaba ahí la cosa puesto que acto seguido, Méjico, sin caer en el error de las eslovacas, efectuaba saque de fondo para atacar su propio aro hasta que los árbitros se dieron cuenta del disparate que estaba sucediendo y pararon el partido. La acción apareció en todos los medios, deportivos o no, y desgraciadamente se quedó en eso, en lo anecdótico, y apenas se habló de lo deportivo, a pesar de la buena andadura de España (invicta hasta la final) en el torneo. El baloncesto femenino sigue siendo el gran olvidado de nuestras canastas pese a darnos grandísimos momentos como el de anoche, en el que a este humilde Tirador se le pusieron los pelos como escarpias viendo el coraje derrochado por nuestras jugadores. Que continúe la cosecha.  

martes, 1 de julio de 2014

ABRINES PIDE PASO




Orenga ya tiene su lista de jugadores para el Mundial 2014 del que somos anfitriones. Lo esperado. No hay sorpresas (más allá de un Alex Abrines que pide paso en la elite de nuestro basket llevándose por delante a Fernando San Emeterio), y si continuidad con el grupo que más alegrías ha dado al baloncesto español. Veremos si es el canto del cisne para algunos veteranos como Navarro, Pau y Felipe, o aguantan hasta las Olimpiadas de Brasil. Esperemos desquitarnos de la amargura del mundial balompédico, en un campeonato en el que Estados Unidos partirá como gran favorito, y en el que una plata, de nuevo, sabría a oro. Fundamental como siempre el estado físico y de forma en el que lleguen los jugadores a la cita. En ese sentido por ejemplo es preocupante como ha acabado la temporada Sergio Rodríguez, pero muy esperanzador como lo ha hecho Navarro. De todos modos queda mucho para un torneo que se desarrollará principalmente en el mes de Septiembre. 

Aunque en España sabemos de todo, y cada español lleva dentro un seleccionador nacional, no parece que la lista merezca demasiado debate, salvo algún nombre en concreto (quizás Víctor Claver, por su escasa revelancia en su equipo, pero hay que recordar que el pasado verano respondió bastante bien en el Europeo), luego ya vienen las fobias y manías de cada cual, pero claro, eso no tiene remedio (hay alguno que no llevaría ni a Pau Gasol) De hecho pueden ustedes asomarse a cualquier medio de comunicación y ver algunos de los comentarios de los lectores. Quedan casi dos meses para el tip off del Mundial y ya estamos sacando los fusiles. En algunas cosas este país no tiene remedio, parece increíble que hayamos tenido la cantidad de impresionantes éxitos deportivos en nuestro pasado reciente con un clima tan venenoso y cainita alrededor. 

Vamos con el baloncesto, que es lo que importa. Poca tripleta de bases mejor que la de Calderón, Ricky Rubio y el Chacho podríamos elegir. Dos NBA consolidados y el actual MVP de Euroliga en temporada regular. Además tres bases que se complementan y aportan cosas distintas. Con el regreso de Navarro a la selección tras su ausencia en el Europeo, Calderón no tendrá tantas responsabilidades de tiro, pero aún así será letal desde el triple. Ricky nos dará visión de juego y defensa, y Sergio Rodríguez juego vertical y servirá de revulsivo en partidos atascados. 

En las alas, seguimos sin encontrar un “alero alto” que haga olvidar al gran Carlos Jiménez, por lo que la filosofía del “small ball” seguirá perfilando el juego español. El genio Navarro encontrará apoyo anotador en un Llull cada vez más confiado en su juego, su tiro, y su impresionante capacidad para penetrar y romper la zona. Rudy volverá a ser el estajanovista del grupo, aportando en todos los aspectos del juego, sobre todo sacrificándose en defensa. Abrines es la gran novedad, a punto de cumplir 21 años y después de haber liderado a los Sub18 a la conquista del oro europeo en Polonia en 2011 (fue MVP del torneo), obtiene la recompensa a su lenta pero segura progresión en nuestro baloncesto. Aunque en play offs ha bajado su rendimiento, en liga regular firmó un magnífico 46% (50 de 109) con la camiseta azulgrana. Otra escopeta nacional. 

Y por último el juego interior. Tres de los mejores jugadores de la NBA en la actualidad, así de claro, como son los hermanos Gasol y Serge Ibaka. Junto a ellos un tipo que se deja la piel en la cancha como Felipe Reyes, y un Víctor Claver al que veremos si se apuesta por él como 3, o como parece más probable, de 4. Con la vuelta de los NBA al combinado nacional verá reducido su rol de manera considerable respecto al último Europeo, pero aprovechará cada segundo que le den. 

En mi opinión, cualquier seguidor mínimanente serio y con buen criterio, coincidiría en esta lista con Orenga en al menos 10 jugadores. Son los que tienen que estar. 

Como invitados y apuesta de futuro, Dani Díez (quien bien pudiera ser ese alero alto del que hablamos dentro de poco) y Willy Hernángomez (gran temporada con el maestro Aíto en Sevilla) y un Pau Ribas que bien podría estar en la absoluta después de su magnífica temporada en lo individual y colectivo. El jugador del Valencia es un claro ejemplo de lo que supone haber coincidido en el mismo contexto espacio-temporal con baloncestistas como Navarro o Rudy Fernández. Está caro ser internacional absoluto en esta selección.