Gran jornada ayer para los intereses de los equipos
españoles en una Euroliga que cerraba su Top 16 con las victorias de Barcelona
y Real Madrid para certificar su pase a cuartos de final. Únicamente falló el Laboral
Kutxa en su visita a la difícil cancha del Brose Bamberg (y es que tan sólo CSKA y
Real Madrid han conseguido salir con victoria de ese desplazamiento), aunque lo
cierto es que los de Perasovic no sólo estaban ya clasificados matemáticamente,
sino que además tenían la certeza de ser al menos segundos de grupo y tener
factor cancha a favor. Se jugaban en todo caso la posibilidad de ser primeros
de grupo, lo cual hubiera sucedido de haber arrancado la victoria en terreno
alemán y tras una derrota del CSKA en el ya intrascendente partido que esta tarde
jugarán Olympiacos y los rusos en El Pireo. Eso les hubiera posibilitado
enfrentarse a un rival a priori más asequible que el Panathinaikos como es el
joven y sorprendente Estrella Roja de Belgrado. Con su abultada derrota en Baviera,
muestra de la falta de tensión de los vascos, la primera plaza del conjunto de
Moscú queda matemáticamente asegurada independientemente de su resultado en
Atenas.
Nos interesaba más lo que pudiera suceder en Kaunas
y Madrid, donde primero el Barcelona y posteriormente el actual campeón se
jugaban seguir vivos en la competición. En el caso de Xavi Pascual lo tenía
todo a su favor, e incluso una derrota podía haber posibilitado su pase a
cuartos dependiendo de terceros resultados. No obstante los azulgrana no
fallaron y tras una timorata primera parte despertaron a tiempo de la mano de
un sensacional Pau Ribas quien reaparecía anotando 14 puntos (con cuatro
triples sin fallo) en 16 minutos. Aunque la gran figura blaugrana fue Joey
Dorsey, gran baluarte de los de Pascual con 12 puntos y 13 rebotes
(evidenciando, eso sí, una vez más su gran problema con los tiros libres: 2 de
9 desde la línea de castigo) Victoria que clasificaba matemáticamente a los
culés y les aseguraba la tercera plaza evitando al “coco” Fenerbahce. Los
siempre lamentables especuladores y conspiranoícos que anticipaban una amañada
derrota azulgrana para perjudicar al Real Madrid (aun poniendo en riesgo los
intereses barcelonistas) quedaron una vez más en evidencia. Afortunadamente el
baloncesto va por otro camino.
El resultado de Kaunas daba la posibilidad al Real
Madrid de depender matemáticamente de sí mismo y no esperar lo que sucediera
en Alemania (finalmente la victoria del Brose también le daba tal posibilidad a
los de Laso) o esta tarde en Atenas. Final pura y dura por tanto en el Palacio
entre dos equipos llamados quizás a no pasar tantos apuros en esta competición,
pero es que lo del Grupo B de este Top 16 ha sido algo absolutamente brutal. Y
el Real Madrid no falló, recuperando la magia de un Palacio abarrotado y
llevando en volandas a su equipo a cuartos de final. El primer cuarto fue de
pura fantasía, con Llull y Rudy ametrallando sin piedad y Rice dando la réplica
por los visitantes. Pero sobre todo fue el cuarto de Felipe Reyes. El gran
capitán hizo unos minutos inmaculados, con 11 puntos sin fallo (2 de 2 en
triples, 2 de 2 en tiros de 2, y un tiro libre anotado adicional a un triple en
un 3+1) Sergio Rodríguez cerraría el cuarto con un triplazo en el último
instante para dejar un marcador NBA: 33-28.
Los primeros minutos discurrieron de la misma
manera, tomando un excelso Jaycee Carroll el relevo anotador. Precisamente un
triple anulado al mormón tras “instant replay” por previa falta personal en el
bloqueo enfrió el partido, que a partir de ahí no volvió a ser el mismo,
cuestión que se evidenció en un tercer cuarto en el que se perdió la frescura
en ataque, pero que mostró los posiblemente mejores minutos en defensa del Real
Madrid en esta Euroliga, cerrando el aro a un rival que únicamente anotó 4
puntos en casi 9 minutos, 2 de ellos desde el libre. El Real Madrid comenzaba a
adquirir ventajas por encima de la decena de puntos sin que el Khimki
encontrase respuesta y con Ivanovic guardándose los tiempos muertos (si lo
llega a hacer Laso…) No bajaría la guardia en ningún momento el Real Madrid,
sabiendo esta vez cerrar el partido, lo que ha sido una asignatura pendiente
para los blancos durante todo el Top 16 (como les sucedió la pasada semana en
Vitoria sin ir más lejos) Los de Laso realizaron un partido muy completo frente
a un gran rival que ve frustrado su asalto al máximo cetro continental tras varios
años de dominar la Eurocup y después de comprometerse con uno de los
presupuestos más altos del torneo, evidenciado en el esfuerzo económico que
supuso traerse a Alexey Shved de la NBA para convertirlo en el jugador mejor
pagado de Europa (tres millones de dólares por temporada) y que ha decepcionado
en los momentos claves (1 de 8 en triples anoche), no así Tyrese Rice, quien no
dejó de recordar a aquella bestia negra que se cruzó en la final de Milán para
el Real Madrid cuando vestía la camiseta del Maccabi, y que anotando canastas
de todos los colores dio un ejemplo de cómo echarse un equipo a la espalda
(equipo que, por otro lado, debiera estar concebido para no depender tanto de
un solo jugador) Al Real Madrid le espera el temible Fenerbahce de Obradovic.
Otra plantilla multimillonaria, diseñada para ganar la Euroliga, y que presenta
los mejores números del campeonato. No hay respiro y el próximo martes ya se
disputa el primer punto de una serie que se presenta sin duda alguna
apasionante. No parece favorito el Real Madrid, y haría bien en liberarse de presión
y admitirlo. Traspasar esa pesada mochila de la presión y la exigencia, que
normalmente lastra más que ayuda, al equipo rival. Pero lo importante de verdad
ahora mismo para el equipo de Laso es que están vivos.
Los resultados producidos ayer han querido dejar una
tarde-noche de viernes con cuatro partidos ya absolutamente intrascendentes y
con nada en juego. Algo que debería revisar la organización. Es comprensible
que como competición prácticamente cerrada la Euroliga juegue con sus propias
normas buscando los intereses económicos de los que finalmente se benefician
los clubes, y con ellos los aficionados deseosos de ver el mejor baloncesto (en
la propia NBA hay equipos que acaban la competición días antes que otros
esperando resultados de los que puedan depender su entrada en play offs o no),
por ello no nos vamos a exceder en la polémica de la no unificación de horarios
en la última jornada, pero de alguna manera se debería un buscar un mayor
equilibrio entre la pureza de la competición y el negocio.
La muñeca de Jaycee, clave para el equipo de Laso. |
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