A Navarro no le tembló el pulso. |
España sigue viva después de conseguir su primera
victoria de los Juegos frente a una Nigeria de fe inquebrantable. Primer objetivo
cumplido. Un triunfo que precisamente dado su tinte agónico permite sacar
muchas más conclusiones que las que
hubiera procurado una victoria plácida, escenario que manejaban algunos
aficionados posiblemente desconocedores del baloncesto africano (quizás incluso
desconocedores de otro baloncesto que no sea el nuestro), y quienes muy
posiblemente ni siquiera vieron el buen partido de los nigerianos dos días ante
una Lituania a la que llegaron a dominar durante dos cuartos y medio y de la
que nunca se descolgaron en el marcador, llegando incluso a anotar 26 puntos en
el último y decisivo cuarto.
Sinceramente, creo que fue un buen partido de
baloncesto, de ritmo alto, intenso, y predominio del ataque sobre la defensa.
Un buen espectáculo para el espectador imparcial… pero un sufrimiento para el
aficionado español que llegó a frotarse los ojos viendo como a 3 minutos del
final el séptimo triple de un colosal Chamberlain Oguchi (24 puntos) ponía a
los de Will Voigt a un solo punto en el marcador. El ex –jugador del Gran
Canaria no volvería a anotar, siquiera ni a lanzar, ni apenas recibir el balón,
gracias al buen marcaje al que le sometió un centrado Sergio Llull en esos
minutos finales. Personalmente ha sido el partido que quería. Una victoria
balsámica, cómoda y contundente hubiera hecho sacar conclusiones precipitadas y
erróneas. La selección sigue dando muestras de que la maquinaria no está
totalmente engrasada. Toca ir de tapados, como en otras ocasiones en las que
tan bien nos ha ido. Recordemos que en el Eurobasket 2009 después de perder el
partido inaugural contra Serbia, una selección al menos tan inferior como el
actual campeón africano, Reino Unido, nos puso contra las cuerdas y dominó el
marcador durante gran parte del encuentro. Una derrota hubiera supuesto la
eliminación (era una liguilla de cuatro equipos) Ganamos aquel partido de manera
muy agónica y finalmente aquel verano nos subimos por primera vez en nuestra
historia a lo más alto del cajón en un podio europeo. Que seguir vivos
signifique sufrir nos puede dar ese plus de tensión competitiva que
necesitamos.
Otra conclusión positiva es el partido de los dos
jugadores más señalados y discutidos del actual roster nacional (frente al
sempiterno objeto de las chanzas Víctor Claver… digo yo que quienes se ríen de
la carrera profesional de Claver deben contemplarse sus manos llenas de anillos
de la NBA o en la estantería de su casa tendrán multitud de galardones de MVP
del basket FIBA… ya sabemos que es más bien al contrario, y es que precisamente
quien menos ha jugado al baloncesto en su vida quien con más ligereza desprecia
lo que supone llegar a cotas como ser internacional, ser drafteado en la NBA, o
jugar una Final Four de Euroliga… algo tan cruento como ver a aquellos que no
se habían subido nunca a una bicicleta reírse de un campeón del mundo como
Abraham Olano) Nos referimos a Juan Carlos Navarro y Ricky Rubio. Fueron claves
en el triunfo, y su rendimiento en un partido como el de anoche debe valorarse
en el contexto de desatascar un encuentro tan complicado como el que disputamos.
Una gran actuación de ambos jugadores en un paseo militar no nos haría extraer
las mismas conclusiones. Buena noticia. Sobre todo en el caso de Ricky,
desaparecido y gris, hundido mentalmente en los dos primeros partidos, y que
ayer no le perdió la cara al choque en ningún momento. Intenso atrás, valiente
adelante, y sumando un tremendo +29 para el equipo con él en cancha. Navarro
por su parte sacó la manita a pasear en los instantes más calientes del
partido. 8 puntos de sus 11 totales los facturó en el último cuarto. Otros
jugadores menos “sospechosos” fueron igualmente fundamentales para que hayamos
sumado nuestra primera victoria. Pau Gasol, una vez más, en esta ocasión más
dosificado, cerró el partido con 4 puntos en los 2 últimos minutos, abriendo
una ya inalcanzable brecha de 7 puntos (85-92) a 30 segundos del final, y
anotando en esta ocasión unos tiros libres decisivos en una jugada anterior.
Descansó durante gran parte del último cuarto, pero una vez en pista volvió a ser
(y así debe ser) el referente de nuestro equipo. La citada defensa de Llull
sobre la metralleta Oguchi fue igualmente clave para el triunfo. También Felipe
Reyes, comandando las labores reboteadoras, aspecto en el que fuimos claramente
superiores a los nigerianos, y el hiperactivo Rudy Fernández, siempre presente
en defensa y ayuda en el rebote, se soltó también en ataque con 3 triples de 7
intentos. Recuperando tiro exterior. Pau, Felipe, Llull y Rudy, como decimos,
no son “dudosos”. Tampoco Mirotic, ayer en segundo plano y aportando desde el
banquillo, o Sergio Rodríguez, quien ante el buen partido de Ricky ayer disputó
menos minutos que frente a Croacia o Brasil. Pero ya sabemos que suma. También
comienza a sumar Willy, aprovechando ayer bien los minutos de Scariolo y quien
pese a un fallo flagrante a medio metro del aro a 4 minutos del final con 4
arriba, acabó con una serie magnífica de 5 de 6 en tiros de campo (únicamente
el citado fallo estropeó lo que hubiera sido una gran actuación) En definitiva,
jugadores que van sumando. Sobre los que no estuvieron tan acertados,
preferimos no decir nada, por la sencilla razón de que ya hay multitud de blogs
o foros donde se dedican exclusivamente a centrarse en lo malo y obviar lo
bueno. Ya saben que aquí lo hacemos al revés.
No queremos pasar por alto, aunque sólo sea en unas
líneas, el nivel de “cuñadismo” baloncestístico al que estamos asistiendo un
verano más. Un pequeño (y masoquista) vistazo a las redes sociales durante el
partido de ayer me permitió asistir al bochorno de ver a quienes dos días antes
solicitaban más minutos para Calderón, pedir su deportación del país; a quienes
pedían más rotación a Scariolo, cagarse en las muelas del italiano porque con
tanto cambio se nos iban las diferencias; a quienes pedían más dosificación y
descanso para Pau, llevarse las manos a la cabeza viéndole tantos minutos en el
banquillo; a quienes acusaban a Navarro de estar ahí sólo por nombre, pedir más
tiros para el capitán de nuestra selección… un espectáculo. Sí, ya lo sé, la
culpa es mía por perder el tiempo leyendo a quienes desahogan su frustración,
incomprensiblemente, en los deportistas que más felices les han hecho. De modo
que a otra cosa (advierto, eso sí, que una vez más he de recuperar el viejo
grito de guerra de este blog de todos los veranos: “¡esto no es la play
station!”)
España sigue viva. El juego ofrece dudas. El
espíritu de lucha desde luego no. Ver a Ricky, Rudy, Llull o Felipe tirarse al
suelo a por cada balón y pelear cada rebote con sangre debería convencer al
aficionado que dude de la actitud de este roster. Queda recuperar sensaciones físicas
y saber dosificarse de cara a las dos finales que restan. El cansancio físico y
su implicación psicológica. ¿Hubiera fallado Pau los dos tiros libres decisivos
contra Brasil de no haber estado 32 minutos en cancha peleándose con animales
como Nené Hilario, Augusto Lima o Cristiano Felicio?
¿Quien dijo falta de actitud? |
Ver el vaso medio vacío o medio lleno. Lo cierto es
que no sólo sabemos que estos jugadores están acostumbrados a jugar sin red,
sin margen de error, es que incluso da la sensación de que mejoran las
prestaciones cuando se da esa circunstancia. Les va la marcha. Espera Lituania,
único equipo invicto después de tumbar anoche a una gran Argentina en la que Scola,
Nocioni y Ginobili siguen marcando el paso. Tanto el pívot como el forward del
Real Madrid están jugando por encima de los 30 minutos (31 Nocioni, camino de
los 37 años, 30.3 Scola, con 36… y nosotros nos quejamos de que no tenemos
rotación) Ojo al próximo Brasil-Argentina porque pueden saltar chispas, máxime
tras un nuevo tropiezo de los anfitriones ante una espléndida Croacia. Los de
Aza Petrovic, también con una rotación limitada (ayer sólo ocho jugadores),
están haciendo, en nuestra opinión, el mejor baloncesto del torneo después de
Australia. Todo pasa por Saric y Bogdanovic (34.6 y 34.4 minutos por partido
respectivamente) Ya que estamos con la estadística de los minutos, recordemos
que ningún jugador español llega a los 30 por partido. Llull, con 29.5, es el
más utilizado, seguido de Pau con 29.1. Scariolo si está rotando, diga lo que
diga el “cuñadismo”.
A mediados de Agosto comienza a notarse el decrecer
de los días. La melancolía de los últimos bañistas volviendo de la playa,
exprimiendo hasta el último rayo de sol, luchando contra el ocaso. Ese ocaso
que todavía no queremos ver en nuestra mejor generación de baloncestistas de la
historia. De momento ayer, a la hora señalada en el día señalado, los jugadores
más señalados por el dedo del sector más ingrato de la afición, nos han sacado
de un apuro. Todavía queda algún rayo de sol en esta playa.
Dario Saric, el jugador con más minutos de los Juegos. |
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