El basket femenino, una gran familia |
No podemos pasar por alto, hablando del baloncesto
en los Juegos, lo que ha sido el grandísimo hito histórico de la selección
femenina absoluta alcanzando la plata olímpica en una cita en la que de una
tacada accedían a semifinales y final por vez primera en su historia. La
culminación de un trabajo bien hecho ya desde categorías inferiores con una actual
selección intergeneracional, desde los 21 años de la talentosa Leticia Romero, estrella
en la NCAA con la camiseta de Florida State, hasta los casi 37 de la capitana
Laia Palau, quien suma ya nada menos que diez medallas con la selección
absoluta, y sigue siendo una de las mejores jugadores de Euroliga ahora
enrolada en el USK Praga, con quienes consiguió el segundo máximo título
europeo de clubes de su historia. ¿Retirada?, ni hablar. La plata olímpica tiene
aún mayor mérito si cabe al alcanzarse sobreponiéndose a la baja de una de
nuestras grandes estrellas, nuestra mejor jugadora en la actualidad junto a
Alba Torres, una Sancho Lyttle que se fracturaba el dedo de un píe el pasado
Julio y dejaba el roster español cojo en su juego interior. La joven Astou
Ndour ocupaba su plaza demostrando que a sus 21 años sería ya uno de los
puntales de esta selección si la FIBA permitiese al menos dos jugadores
naturalizadas por país para así convivir en el equipo junto a Lyttle (un
problema idéntico al que sucede con Ibaka y Mirotic)
El torneo señala de nuevo a Lucas Mondelo,
entrenador muy querido en este blog, como uno de los grandes nombres del
baloncesto mundial en los banquillos. Es un técnico extraordinario, y su
gestión de los grupos humanos que maneja es espectacular. Ahí queda para la
posteridad el ya mítico tiempo muerto durante la remontada ante Turquía
pidiendo a Ndour que empujase como no ha empujado en su vida, que si había que
hacerle el boca ya se lo harían, y advirtiendo a sus chicas que “os va la
marcha”. Otro éxito de un entrenador de baloncesto que se reconoce admirador
del “Cholo” Simeone pese a declararse culé.
No ha sido nada fácil colgarse esta plata. Tras una
extraordinaria primera fase, sólo cayendo contra Estados Unidos, derrotando a
China y Canadá, ganando a las actuales campeones de Europa (Serbia) y batiendo
el record de diferencia a favor en un partido (de 54 puntos a Senegal), llegó
el agónico partido contra Turquía. Una selección en teoría inferior, a la que
derrotamos en el mundial de hace dos años disputado precisamente en tierras
otomanas después de un partido igualado y resuelto en un magnífico último
cuarto del combinado español, estuvo a punto de dejarnos fuera de la lucha por
las medallas. A menos de cuatro minutos para el final perdíamos de ocho puntos.
Tiramos de pundonor y épica para remontar el 52-60 y Anna Cruz llevaba el
delirio al banquillo español al anotar el 62-60 tras un robo de Alba Torrens.
El siguiente fallo turco parecía darnos el partido, pero en la búsqueda de
agotar la posesión la propia Torrens cometía un fallo impropio de su calidad al
regalar el balón al rival que anotaba por medio de la imparable Sanders (el
destrozo que nos hizo la turco-americana se tradujo en 22 puntos, 10 rebotes, 4
robos y 2 tapones) Empate a 62 con 4 segundos por disputarse. Sin tiempos
muertos. Sin tiempo para pensar. Anna Cruz corrió la pista y a los Sergio Llull
se levantó sobre la bocina para obrar el milagro. 64-62 y a semifinales por
primera vez en la historia. Otra vez Anna Cruz, como el verano pasado también
en cuartos de final con aquel 2+1 ante Montenegro. Ya la conocen como “Crunchelita”,
por su fiabilidad a la hora de anotar canastas ganadoras. Aquel pase a
semifinales en el Eurobasket nos aseguró plaza en un Preolímpico en el que no
tuvimos problemas para obtener el billete a Río. El hito no se detuvo en
semifinales, ya que vencimos de nuevo a Serbia para subir al segundo cajón del
podio, sólo detrás de una incontestable selección estadounidense de otra
galaxia.
Absolutamente espectacular, y una gesta que dado el
nivel actual de nuestro baloncesto femenino y la edad de muchas de nuestras
jugadoras, parece que no va a quedarse aquí. Recuerden que por detrás viene
Ángela Salvadores.
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