Los hermanos Hernángomez representan el relevo generacional ya instalado en la selección. |
Nuestro análisis del grupo C del Eurobasket ha de
comenzar, como no, con un análisis de España, vigente campeona y principal (que
no única) favorita al título. Las bajas de Rudy, Reyes, Mirotic, Claver, Ribas
y Llull obligan a la prudencia, y han obligado a Scariolo a configurar un
roster bastante novedoso respecto a otras convocatorias. Sólo cuatro jugadores
repiten respecto a 2015, y seis respecto a los Juegos de Río. Demasiados
cambios en una selección que había hecho de la continuidad uno de sus grandes
valores. Las circunstancias mandan y vuelven a poner sobre la mesa las virtudes
tácticas de Scariolo como entrenador. Lo más interesante, una vez finalizada la
gira de presentación, es la utilización de dos bases en pista, con mucha
libertad en el tiro para Sergio Rodríguez, el uso de Juancho Hernángomez como
“tres”, y de nuevo la apuesta por los dos Gasol juntos en pista, desplazando a
Pau al “cuatro”, su posición habitual en la NBA pero más difícil de ver en
FIBA. Con todo esto uno de los quintetos más utilizados por el entrenador
italiano puede ser el de Ricky-Chacho-Juancho-Pau-Marc, es decir, dos bases y
tres jugadores altos al mismo tiempo. Más allá de eso hay que confiar en que
Alex Abrines confirme las buenas sensaciones dejadas ante Lituania y que Willy
se consolide como primer recambio interior. Navarro gana en importancia ante
las bajas como único escolta puro y tendrá más minutos de los que en principio
iba a tener asignados. San Emeterio parece haber perdido la chispa con la que
acabó la temporada, pero su oficio le hace ser tenido en cuenta por Scariolo, y
con su compañero de equipo Sastre se jugará ser el noveno hombre del equipo,
mientras que Vives y Oriola apuntan a ser los menos utilizados. No es la selección
descollante de otras ocasiones. No hay una profundidad de banquillo tan fiable
como otros años, pero teniendo en cuenta las bajas del resto de selecciones
llevamos equipo para al menos aspirar a medalla. Es la España de siempre, la de
Pau y Navarro, pero es una España nueva que demuestra que la renovación es
posible y no supone trauma alguno. Los relevos van llegando de manera natural,
sin forzar cambios de ciclos ni retiradas de jugadores históricos (dejen de
atizar a Navarro, por favor)
Estadísticamente, los Gasol han llevado el peso de
la anotación en la gira de preparación. Pau ha hecho 12.4 puntos y Marc 10.7
por partido. También han dominado los rebotes, 6.4 para Marc y 6.1 su hermano
mayor. Las asistencias, lógicamente, han sido de los bases. Ricky ha sido el
más destacado con 4.2 y el Chacho le secunda con 3.2. Rubio también ha liderado
los robos de balón, con 1.2 recuperaciones por partido, mientras que Marc Gasol
ha sido el mejor taponador con 0.7 “chapas” por encuentro. El siempre interesante
apartado del +/- lo tenemos incompleto, ya que no hemos encontrado el dato del
España-Venezuela de Madrid, pero por lo que hemos recopilado de los otros seis
partidos Ricky ha sido el jugador con impacto más positivo en pista acumulando
un total de +48 con él en pista. Curiosamente, en el lado negativo, el jugador
que menos ha sumado es Sergio Rodríguez (de hecho es el único jugador con saldo
negativo), -7 cuando ha estado en la cancha.
Los números de la Ruta Ñ |
¿Y qué hay de nuestros rivales? Comenzamos contra
Montenegro, una selección con varios jugadores conocidos por nuestra afición. Tyrese
Rice ha decepcionado en su curso barcelonista, y actualmente se encuentra resolviendo
su futuro después de conocer que Sito Alonso no cuenta él. Su estilo de juego
siempre ha sido un arma de doble filo, debido a su necesidad de acaparar tanto
balón y tantos tiros. En su último encuentro amistoso, frente a Turquía, se le
vio totalmente crispado y enfadado con árbitros, compañeros, rivales y hasta
encarándose con su entrenador, el legendario Bogdan Tanjevic. Veremos cómo
responde cuando comience el campeonato en una selección en la que ha de surtir
balones a los talentosos interiores montenegrinos. A Dubjlevic ya le conocemos
de sobra, viene de ser MVP de las finales de Liga Endesa y se encuentra en el
mejor momento de su carrera. Otro viejo conocido es Marko Todorovic, talento
puro quien al igual que Dubjlevic puede hacer mucho daño al poste, aunque sin
el tiro exterior del valencianista. Pero la gran estrella de nuestro rival no
viene de Liga Endesa si no de la NBA. Nikola Vucevic es un portento físico que
mientras su selección esté viva será uno de los pívots con mejores números del
torneo. Una de las revelaciones puede estar en el puesto de alero, con un Dino
Radoncic quien a sus 18 años y pese a no haber tenido un papel testimonial en
ACB hasta la fecha goza de la total confianza de Tanjevic. Por contras, las
posiciones eminentemente exteriores de base y escolta parecen las más débiles
del combinado de la antigua Yugoslavia, tema Rice al margen. Selección de
calidad media que al menos debería pasar la fase de grupos sin excesivos
apuros.
El sábado espera Chequía, uno de los países que ha
experimentado un mayor crecimiento en este deporte gracias a una muy talentosa
generación de jugadores comandada por Satoransky, Vesely y Balvin. El problema
es que de este trío estelar sólo acude al Europeo el base de los Washington
Wizards. A eso hay que sumar la ausencia de otros jugadores no tan estelares
pero si de buen nivel como Jelinek, Pumprla o Schilb, con lo cual tenemos a una
República Checa de circunstancias y que muy difícilmente podrá repetir la
meritoria séptima posición de hace dos años. Su objetivo real debe ser pasar la
primera fase, liderados por un Satoransky que tendrá en el jugador del Manresa
Patrick Auda su mejor aliado. Disfrutaremos también de los que pueden ser los
últimos coletazos a nivel internacional de un superclase como ha sido Jiri
Welsch, santo y seña del basket checo hasta la irrupción de los Vesely,
Satoransky y compañía.
Rumania es muy posiblemente la peor selección del
torneo. Verla ya no sólo ganar, siquiera tener posibilidades de hacerlo, parece
una utopía. Sus únicos jugadores con cierto nivel para un torneo de este tipo
son Vlad Moldoveanu, un trotamundos con formación NCAA y el bisoño (20 años)
Emanuel Cate, canterano del Real Madrid y esperanza de futuro del basket rumano
tras su reciente MVP y oro en el último Europeo U20 B disputado este verano.
Croacia es la única selección con posibilidades
reales de disputarnos el liderato del grupo. Aza Petrovic ha conseguido dotar
de cierta fiabilidad competitiva a una selección joven que no acaba de
explotar. Su calidad es extraordinaria y son claros aspirantes, pero… ¿cuántas
veces hemos dicho esto de Croacia en los últimos años? No obstante su quinto
puesto en los pasados Juegos Olímpicos (y a punto estuvieron de dejar en la
cuneta a Serbia en cuartos) nos pone sobre aviso de sus posibilidades. En la
cita olímpica no contaron con Ante Tomic, quien había renunciado a la selección
ya en el Pre-Olímpico, creando una brecha entre el jugador y el actual
seleccionador que ha demostrado que no sólo pueden sobrevivir sin la gran torre
croata, es que de hecho funcionan mejor sin él. Duele más la ausencia de
Hezonja, clave el verano pasado. Los galones recaen por tanto en Dario Saric y
Bojan Bogdanovic, pareja de garantías. Sin Tomic, y a la espera de la explosión
de Dragan Bender, entre Buva, Planinic y Zoric forman una tripleta que sabe
complementarse muy bien. Todos aportan. Veteranía por fuera, con Ukic en la
dirección y Simon y Popovic como ejes temperamentales. Vuelve otro clásico como
Marko Tomas, castigado durante los últimos veranos por las lesiones. Equipo muy
completo sin apenas fisuras en ninguna de sus posiciones. Teniendo en cuenta
que España suele ir de menos a más en estos torneos y siempre tenemos algún
tropiezo en las primeras fases, no sería extraño que acabasen primeros de
grupo.
Finalizamos contra Hungría, selección que disputará
su primer Eurobasket del siglo XXI. Y es que el país centroeuropeo, pese a ser
una potencia a mediados del pasado siglo, no ha tenido gran tradición cestista
en las últimas décadas. Intentan levantar el vuelo gracias a la nueva
generación liderada por Adam Hanga, bien secundado por el exterior de fácil
anotación David Vojvoda y el ACB de formación NCAA Rosco Allen. Junto a ellos aleros
como Varadi, Perl y Benke, todos ellos del 95, avivan la esperanza del presente
y futuro húngaro, un baloncesto que adolece de grandes pívots (ningún jugador
llega a los 2.10) y de buenos directores de juego (sólo el veterano Wittman es
base puro), pero que encuentra en las alas sus mejores armas, suficientes como
para soñar con superar la fase de grupos, lo cual sería ya un éxito para ellos.
Han hecho una preparación larguísima (12 partidos) con resultados bastante
pobres, incluyendo una abultada derrota con su principal rival por la cuarta
plaza, Chequía, por más de 30 puntos (sintomático, por mucho que no estuviera
Hanga)
PRONÓSTICOS: España y Croacia se jugarán la primera
plaza, posiblemente en su duelo directo. Los comienzos de torneo a los que nos
tiene acostumbrados nuestra selección abren la posibilidad de la primera plaza
croata. Montenegro lo tiene todo a favor para ser tercera, y Chequía, pese a
las bajas, apostamos que impondrá su experiencia para ser cuartos. Hungría
quinta y Rumania lógico colista.
Saric y Bogdanovic, amenazas para España |
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