miércoles, 1 de julio de 2020

IVANOVIC REINA ENTRE LA PANDEMIA








Dusko. Volvió y ganó.








Mereció la pena el esfuerzo. “Volver es ganar”, rezaba un hashtag a modo de eslogan escogido por la ACB, y en efecto, haber vuelto a traernos el baloncesto a los aficionados al deporte de la canasta en estas circunstancias tan excepcionales ha sido un auténtico regalo que nos ha dejado una fase final en la que ha habido prácticamente de todo: emoción, sorpresas, y un Baskonia campeón que ha hecho buena la etiqueta de “tapado” que algunos le habíamos colocado.  




Los de Ivanovic aprovecharon el larguísimo parón pandémico para recuperar efectivos, especialmente en la posición de base, en la que más han sufrido durante toda la temporada (característica que comparten con su rival en la finalísima, el Barcelona de Pesic) Granger, Vildoza y Henry han sufrido distintos problemas físicos a lo largo de la temporada que han mermado al conjunto baskonista en la dirección, pero en esta fase final de Valencia Ivanovic ha podido contar con su tripleta de bases (más el joven letón Kurucs) al completo y de ha hecho ha resultado ser decisiva (Vildoza ha sido designado MVP de la final… además de anotar la canasta definitiva en una gran “puerta atrás” magníficamente vista por su asistente Polonara) No se puede ni se debe poner ni un pero al triunfo baskonista. Quizás su juego no ha sido el más brillante ni han ofrecido el mejor baloncesto, pero la fe en sus posibilidades ha sido innegable. Partían del grupo A, a priori el más duro, y después de abrir su participación con una victoria relativamente cómoda ante un Bilbao que sólo aguantó durante el primer cuarto, comenzó su particular Vía Crucis pero que lejos de acabar en crucifixión llevó a Ivanovic directamente a su resurrección personal y la de un equipo vitoriano que no celebraba un título en 10 años, desde que en Junio de 2010 consiguieran la liga también ante el Barcelona y con el propio Ivanovic en el banquillo después del ya histórico 2+1 de San Emeterio a cinco décimas del final del tercer partido para certificar una incontestable victoria por 3-0 en aquellas finales. 




Y es que en la segunda jornada Tenerife atisbó la remontada en el último cuarto (se llegó a poner cinco abajo a cinco minutos del final), mientras que en la tercera, en el choque que les enfrentaba a un Barcelona favorito para liderar grupo (y llevarse el título) dejaban ya alguna pista sobre sus posibilidades, mostrando una cara muy competitiva y de hecho siendo superiores en una estadística que sería clave en la final. Y es que pese a la derrota los de Ivanovic superaron en el rebote a los de Pesic, 37 a 31, capturando nada menos que 11 rebotes ofensivos en el tablero rival. Estuvieron en el partido hasta el acto final, llegando incluso a entrar en el último cuarto por delante, pero un parcial de 14-2 les apartó de prácticamente cualquier posibilidad de ser primeros de grupo y les dejaba sin margen de error en el siguiente partido. El encuentro que sería clave y que dirimiría al equipo que acompañaría al Barcelona como segundo de este grupo A, Unicaja o Baskonia. 




Y en efecto podemos decir que fue el partido clave, el momento que marcaría el devenir del equipo baskonista. A falta de un minuto los de Ivanovic estaba cinco abajo pero Unicaja sería incapaz de cerrar el partido fallando hasta tres de los últimos cuatro tiros libres del tiempo reglamentario (dos Ejim y uno Mekel) Polonora (qué fundamental ha sido para Ivanovic el italiano) anotaba a falta de cuatro segundos la canasta que llevaba el partido a la prórroga, ya que Alberto Díaz se haría un lío en la exigua posesión de 4 segundos posterior. Polonara de nuevo se vestiría de héroe con el tiro libre decisivo para sellar una victoria que se le escapaba a Unicaja después de dos triples errados y lanzados precipitadamente por Bouteille. El resultado dejaba el grupo A visto para sentencia, con Barcelona y Baskonia como primer y segundo clasificado respectivamente. El partido ante Joventut serviría a Ivanovic para dar descanso a jugadores clave como Shields (apenas jugó tres minutos) o Shengelia, quien siquiera llegó a ponerse de corto.




La semifinal ante Valencia fue otro ejemplo de capacidad de sufrimiento baskonista, remontando los nueve puntos con los que afrontaron el descanso y sabiendo aguantar el último arreón taronja. De hecho Jordan Loyd tuvo en sus manos el tiro que pudo dar el pase a la final para los anfitriones. Era nada menos que el lanzamiento triple número 41 para los de Casimiro quienes echaron en falta al voluntarioso Alberto Abalde, aquejado de una lesión abdominal y padecieron además la lesión de Labeyrie durante el partido. Finalizaba así la andadura de un Valencia que había liderado el grupo B cayendo solo ante un Real Madrid que no obstante no conseguía clasificarse para semifinales después de sus derrotas ante Burgos (auténtica revelación de esta fase final) y sobre todo ante un Andorra que le sacó los colores (91-75) Es la primera vez que Laso no llega a una finales ACB dirigiendo al Real Madrid. Desde su primera temporada en el banquillo madridista, 2011-12, hemos visto desfilar a equipos como Barcelona, Baskonia o Valencia, pero siempre con el mismo rival enfrente, el Madrid de Laso que ha sido capaz de solventar cualquier dificultad que ha ido surgiendo a su paso curso tras curso… lesiones, marchas de estrellas a la NBA… nada parecía frenar el proyecto Laso… hasta la llegada del coronavirus. Y es que el equipo más desconocido a la vuelta del cese de actividad de casi cuatro meses ha sido con diferencia el Real Madrid. Como suele ser habitual no han tardado en aparecer los ventajistas de turno que parecen olvidar la magnífica trayectoria durante todo el curso del equipo blanco, campeón de Supercopa, arrasando en Copa, y con exhibiciones en Euroliga que le llevaban a mantener un balance de 22-6 en segunda posición antes del parón pandémico.



"¡Colega!, ¿dónde está mi equipo?"





El Barcelona de Pesic cobraba por tanto mayor vitola de favorito todavía con su gran rival en la cuneta. El sorprendente San Pablo Burgos ofreció la justa resistencia pero la tormenta ofensiva desatada por el mejor Heurtel (14 puntos y 11 asistencias) ponía a los de Pesic en la gran final. Y en la ya citada final las acciones de Heurtel en el segundo cuarto y los problemas interiores de un Baskonia que se cargaba de faltas en sus hombres altos parecía anticipar que el título de Liga Endesa viajaría a la Ciudad Condal, cuando bordeando el descanso los de Pesic se ponían ocho arriba. Shields estaba desaparecido y Shengelia no acababa de aparecer, pero el consabido “carácter Baskonia” hizo acto de presencia en la segunda parte, y a pesar de verse superados en el rebote (39 a 37), la capacidad para segundas opciones (capturaron hasta 13 rechaces en aro blaugrana) permitió a los de Ivanovic seguir vivos hasta el final del partido con la ya histórica canasta de Vildoza. Posteriormente un difícil triple lateral de Higgins (¿de verdad no tenía nada mejor Pesic en la pizarra?) daba en el aro y certificaba el retorno de Baskonia a lo más alto del baloncesto nacional, sembrando de dudas el multimillonario proyecto barcelonista del pasado verano y su caza de estrellas rematado con el bombazo del fichaje de Mirotic, MVP de la temporada regular pero que despide su regreso al baloncesto europeo sin sumar ningún título colectivo a su palmarés, y con una gris actuación en el partido decisivo de la temporada (-1 de valoración después de fallar sus cinco intentos triples, capturando tan sólo un rebote, sumando un -10 su equipo con él en pista y eliminado por faltas personales a cinco minutos del final) 




Pero por encima de todo quedémonos con que en efecto mereció la pena el esfuerzo. Hemos vuelto y por ello todos hemos ganado. Después de vivir una pandemia que ya marca de manera irremediable a toda una generación y se convierte en el hecho histórico más desgraciado a nivel mundial desde la II Guerra Mundial, volver a vivir el baloncesto ACB en directo (sólo Alemania e Israel se han atrevido a dar este paso) ha sido un auténtico chute de positivismo para los aficionados al deporte. Sólo queda desear que la temporada que viene sea como hubiéramos deseado fuera esta. 






Mirotic señalado.








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