martes, 22 de febrero de 2022

LAS OTRAS HISTORIAS DE LA COPA

 


Sito Alonso, la gran historia de la Copa



Pese a que la rivalidad entre Barcelona y Real Madrid volvió a acaparar la gran atención mediática en la final a ocho de Granada, toca reconocer el trabajo y la participación de los otros seis equipos comparecientes, cuyo juicio puede ir desde la decepción de un Valencia, caído a las primeras de cambio cuando llegaba a esta cita como la gran alternativa al poder, hasta la épica de un UCAM Murcia, precisamente verdugo de los taronja y que sólo por detrás del campeón Barcelona puede ser considerado como el gran triunfador del fin de semana.

 

Y es que los de Sito Alonso escribieron posiblemente la página más emotiva del torneo eliminando a un Valencia que partía como favorito una vez que Joan Peñarroya disponía desde hace días, por fin, de su plantilla al completo. En el cuadro universitario sin embargo las dudas eran evidentes, comenzando por el banquillo ya que tanto Sito como su segundo Oscar Lata se encontraban confinados en sus casas por covid en la víspera del torneo. Finalmente Alonso si pudo acudir a la cita, no así su asistente quien precisamente fue de la primera persona de la que el técnico murcianista se acordó en la celebración ante las cámaras de Movistar. Los pimentoneros sufrieron pese a su primorosa primera parte en la que anotaron nada menos que 52 puntos por 33 de su rival. Un parcial de… ¡21-0! volteaba el marcador tras el paso por vestuarios y encaminaba el partido a un final épico con Isaiah Taylor teniendo que dejar la cancha acalambrado después de poner el 80-81 en el marcador a menos de dos minutos para el final, al igual que Jordan Davis, quien tampoco pudo acabar el partido. Un triple de Prepelic pasaba toda la presión al UCAM, resulta con otra contestación desde el perímetro de Webb (sensacional torneo el suyo), Van Rossom falló en la réplica taronja y McFadden acabaría sentenciando desde el tiro libre en el que resultó el mejor partido de cuartos de final.

 

El esfuerzo de un UCAM que llegaba a Granada con un brote covid en su plantilla, sin haber podido entrenar con el roster al completo, y con jugadores como Taylor o Davis exhaustos y medio muertos en el banquillo, aventuraba a pensar que los de Sito Alonso no serían rival para un Barcelona que llegaba a semifinales pletórico tras pasar por encima del Manresa con un incontestable 107-70. Pese a un primer cuarto en el que los de Pedro Martínez llegaron a mandar por 10 puntos la exuberancia ofensiva de los de Jasikevicius pronto hizo trizas el sueño manresano. Las posibles señales de debilidad o cansancio por el esfuerzo del día anterior en el cuadro murciano se mostraron de salida, con un 32-16 en el primer parcial que parecía dejarnos sin semifinal. Pero los de Sito sacaron fuerzas de vaya usted a saber dónde para meterse en el partido en el segundo cuarto e incluso llegar a abrir una pequeña brecha de cinco tantos a favor finalizando el tercero (67-72) hasta que el MVP Mirotic sofocó la rebelión murciana con seis puntos seguidos. Un descomunal último cuarto de Kuric, con 11 puntos, devolvió a la realidad a un UCAM que, insistimos, tras el Barcelona es el equipo que finaliza la Copa con mejor nota.

 

Con buen sabor de boca también puede despedirse el Lenovo Tenerife. Pese a apenas tener opciones en semifinales ante un Real Madrid que realizó uno de sus partidos más completos de la temporada tanto en defensa como en ataque (brutal 14 de 26 en triples), superó el test de cuartos ante un Joventut que llegaba como cabeza de serie. Es su segunda semifinal consecutiva. No pasan de ese tope, pero no es poca cosa. Buena imagen también la de un Breogán que puso en muchos apuros al Real Madrid y sólo sucumbió por seis puntos. Valencia, como ya hemos explicado, supone la gran decepción, un poco de la mano de un Joventut que si bien no llegaba a la cita copera con tan altas expectativas como los de Peñarroya si se esperaba un mejor baloncesto verdinegro por lo visto durante el curso. No obstante hay que reconocer su gran segunda parte ante el Tenerife, tirando de casta (personificada especialmente en Joel Parra) para paliar su horrible carta de tiro especialmente desde la larga distancia (infame 4 de 27 en triples)

 

No podemos olvidarnos tampoco de la Minicopa Endesa que vuelve a coronar al Real Madrid. Es su octavo título, todos conseguidos en las últimas nueve ediciones. En esta ocasión el jugador invitado Felipe Quiñones, puertorriqueño de nacimiento, ha sido MVP pese a la descomunal final del congoleño Babel Lipasi (32 puntos y 31 rebotes, para 57 de valoración) Ambos jugadores lógicamente han integrado parte del mejor quinteto de la Minicopa, junto a Javier Viguer del Valencia, Ricardo Castilla del Betis y Diego Niebla del Joventut.


Quiñones y Lipasi, el gran duelo de la Minicopa.


 

Por nuestra parte nos despedimos con el que consideramos ha sido el mejor quinteto del fin de semana copero. 

 

ISAIAH TAYLOR (UCAM MURCIA): 18,5 pts, 3 rebs y 5 asists. 17 valoración.

 THAD MCFADDEN (UCAM MURCIA): 19 pts, 1,5 rebs y 2 asists. 16 valoración.

NIKOLA MIROTIC (BARCELONA): 16 pts, 5 rebs y 1,6 asists. 60,86% TC 23,3 val.

BRANDON DAVIES (BARCELONA): 12 pts y 3,3 rebotes. 12,33 valoración.

EDY TAVARES (REAL MADRID): 10,3 pts, 6 rebts y 2,6 tapones. 13,66 valor.

 


lunes, 21 de febrero de 2022

EL CAMPEÓN DEL ENIGMA IRRESOLUBLE




La Copa de Granada vuelve a coronar campeón al Barcelona de Jasikevicius. Es la cuarta en los últimos cinco años, la segunda con el técnico lituano en su segundo curso con los blaugrana. Ya no pueden caber dudas, Saras ha invertido la tendencia dominante del Real Madrid del mismo modo que Laso lo hizo en su día con la del Barcelona de Xavi Pascual.

 

Laso, al igual que en su día Pascual, se encuentra frente a un enigma irresoluble, quizás no tanto por indescifrable como por incapacidad de recursos. La artillería ofensiva del Barcelona sigue siendo capaz de derribar cualquier muro defensivo y cualquier triquiñuela táctica que proponga el vitoriano. Y la desplegada en esta última final de fase final de Copa del Rey ha sido sencillamente magistral, tanto que los de Jasikevicius sólo fueron capaces de anotar cinco puntos, con una sola canasta en juego durante todo el primer cuarto. Laso volvió a demostrar su valentía, heterodoxia y falta de prejuicios, renunciando al base puro con su nueva navaja suiza Abalde dirigiendo las operaciones, acompañado de Deck y Taylor como estranguladores de la circulación exterior blaugrana, Yabusele voluntarioso sobre Mirotic y Poirier cerrando cualquier intento de canasta cercana al aro, además de salir continuamente a las ayudas exteriores. Un sobresfuerzo defensivo brutal que tuvo la recompensa del 19-5 con el que los de Laso cerraban el primer acto.

 

La duda, lógica por otra parte, estaba en el peaje físico con 30 minutos por delante frente a un equipo que había anotado nada menos que 210 puntos en los dos partidos anteriores frente a Baxi Manresa y UCAM Murcia y que en cualquier momento podría despertar en ataque. Y aunque ese despertar no fue inmediato, el 10-13 parcial del segundo cuarto favorable al Barcelona demostraba que seguían en el partido. Ejercicio de supervivencia. Para el Madrid tampoco era mal plan, habían conseguido un suculento botín en los diez primeros minutos y si eran capaz de mantener el partido en esos guarismos de escaso bagaje ofensivo podían permitirse perder los tres cuartos siguientes por diferencias entre los tres y cinco puntos.

 

Pero el Barcelona salió con la lección aprendida tras el paso por los vestuarios y fue capaz de poner una marcha más a la que un Madrid de nuevo musculoso pero de ritmo pesado no fue capaz de llegar. Siete puntos blaugranas en dos minutos y medio, y además permitiéndose fallar dos tiros. La velocidad había cambiado y el golpe de timón blaugrana era evidente. Es curioso recordar como hace años era precisamente Xavi Pascual el que planteaba partidos espesos ante el Madrid de Laso y el vitoriano proponía ese cambio de ritmo que el Barcelona no podía seguir. El 17-23 favorable a los de Saras dejaba claro que el partido había cambiado y aunque los blancos seguían cinco arriba parecía que se empezaba a jugar a lo que más convenía al vigente campeón, que comparecía con una media de 105 puntos a favor en los dos partidos de cuartos y semifinales.

 

Laso al menos había conseguido mantener con vida a su equipo, había evitado el rodillo azulgrana de los anteriores duelos entre los dos grandes de nuestro baloncesto, y gracias a eso pudimos disfrutar de una final de Copa con la emoción que el acontecimiento merece. Con el necesario factor x y héroe inesperado que suele aparecer en este tipo de citas, encarnado en este caso en un joven lituano protegido por un Jasikevicius que ya fuera mentor suyo en Kaunas. Y es que Rokas Jokubaitis dinamitó el partido con nueve puntos consecutivos, un triple y dos “dos más uno” consecutivos cuando el sol más calentaba. No faltó el momento Llull, con cuatro puntos seguidos para empatar el partido a 59 cuando más peligraba el marcador para los de Laso. Sería los última producción ofensiva de los blancos, resultando especialmente dolorosa la bandeja fallada en penetración de un Deck hundido al finalizar el encuentro. Hubiera supuesto un empate a 61 que bien podía haber cambiado el resultado final certificado desde la línea de tiros libres por Mirotic y Davis. Un detalle, el de los tiros libres, que volvió a resultar significativo, no sólo por la diferencia de lanzamientos de uno y otro equipo (13 el Madrid por 24 el Barcelona) si no por el acierto frente al aro. Y es que el 7 de 13 firmado por los blancos muestra hasta qué punto llegaron a acariciar la Copa y un mayor acierto en momentos puntuales pudo hacerles levantar el trofeo. Durante los 40 minutos de la final desapareció cualquier posible atisbo de psicosis infligida por el Barcelona en las tres derrotas anteriores. Queda por dilucidar, y el tiempo lo dirá, si el resultado final vuelve a ser otro martillazo psicológico en el no hace tanto gran dominador del baloncesto ACB o los de Laso son capaces de ver el vaso medio lleno.