No nos referimos a Albert Rivera bañándose en
multitudes, si no a la feliz noticia de que el baloncesto continental ayer se
tiñó del naranja del Valencia, campeón con total justicia de la última edición
de Eurocup, segundo título europeo en importancia detrás, como no, de la
Euroliga, para la que el cuadro taronja en su próxima edición obtiene billete directo con este nuevo trofeo
para sus vitrinas, su cuarto título europeo, tercero bajo la denominación de
Eurocup (anteriormente había ganado una ULEB en el año 2003), quitándose así la
espina de la final de 2017 en la que perdieron ante el Unicaja de Joan
Plaza.
Una espina que sigue clavada en un técnico de la
trayectoria de Aíto García Reneses desde el año 2008, cuando levanta su último
trofeo continental con aquel inolvidable Joventut de Ricky Rubio y Rudy
Fernández. Aíto sigue siendo un técnico enorme y en esta misma edición de la
Eurocup ha sido designado mejor entrenador de la competición. Berlín tiene la
suerte de seguir disfrutando del magisterio de un entrenador que fue capaz de
llevar anteriormente al Gran Canaria a la final de Eurocup y de Copa del Rey.
Con el Alba ha disputado ya cuatro finales… saliendo derrotado en todas. En la
pasada temporada, su primer curso en el banquillo berlinés, el Bayern Munich le
dejó sin Copa ni liga. No obstante su trabajo se vio reconocido con el premio a
mejor entrenador de la competición alemana. Esta curso de momento ha caído en
la final de Copa ante el Brose Bamberg, además de esta derrota en final de
Eurocup ante un Valencia que ha sido muy superior en los dos partidos de la
Fonteta y que también tuvo opciones en un grandísimo partido en el Mercedes
Benz Arena, sin duda el mejor partido de la serie final a tres.
Para Ponsarnau, técnico taronja, es su primer gran
éxito a nivel de clubes, después de demostrar su solvencia en proyectos más
modestos como Manresa o de poner su granito de arena en los últimos éxitos de
la selección española como ayudante de Scariolo (también ha sido plata europea
con los sub20 en 2014 a cargo de los hermanos Hernángomez, Paulí, o Brizuela
entre otros) Lo cierto es que no está siendo una temporada especialmente
brillante para el cuadro valencianista, moviéndose en una discreta sexta
posición en la tabla de la ACB. Posición que ocupa ahora mismo y con la que
llegó al corte de la primera vuelta para disputar la Copa. No ser cabeza de
serie le hizo emparejarse con el Barcelona, a la postre campeón del torneo. Su
balance liguero actual no es para echar cohetes, 16-10, pero sin embargo en la
Eurocup han encontrado su mejor versión. En la primera fase sólo perdieron dos
partidos, ambos a domicilio (contra Zenit y Villeurbane) Se pasearon en el Top
16 donde fueron invictos (aunque con victorias muy sufridas como la de Belgrado
ante Estrella Roja o Málaga frente a Unicaja), destrozaron al Rytas Vilnius en
cuartos de final, supieron sufrir ante Unics Kazan en semifinales, y finalmente
alcanzaron la gloria en la seria final al mejor de tres partidos. Will Thomas
ha sido elegido con justicia MVP de las finales (17.3 puntos con un brutal 70%
en tiros de campo, 4.3 rebotes y 2.7 asistencias tienen la culpa), pero lo
cierto es que en la fiesta de anoche en La Fonteta muchos jugadores se sumaron
a la fiesta. Dubljevic imperial, Thomas ajusticiando desde el triple (5 de 7),
Diot en la dirección (7 asistencias) y por supuesto el liderazgo espiritual de
un jugador que ya es leyenda como Fernando San Emeterio. Es el primer título
europeo para el único jugador en activo que ha sido capaz de ganar la liga ACB
con dos equipos distintos… pero es que además con el mérito añadido de que
ninguno de esos equipos es Real Madrid o Barcelona.
Fantástica noticia para nuestro baloncesto por
tanto, que sigue teniendo miras europeas en la Final Four de la Basketball
Champions League con la participación del MoraBanc Andorra y por supuesto con
nuestros tres supervivientes en Euroleague: Real Madrid, Barcelona y
Baskonia.