miércoles, 27 de julio de 2011

A GOLDEN SUMMER

Verano. Esa época del año que golpea con una serie de hábitos perfectamente reconocibles, algunos de ellos realmente plagados de obscenidad y mal gusto, pero otros que significan una especie de masajes espirituales y alegrías sensoriales. Volver a ver aquella película de Robert Mulligan, escuchar discos de surf, contemplar la belleza desatada de las mujeres... siempre es una época que alegra un poco el alma. Y entre esos signos indicadores del estío, desde hace años los aficionados a este deporte que nos ocupa contemplamos con agrado el de una serie de hombres y mujeres enfundados en uniformes rojos arrasando por las canchas de toda Europa. Nuestras selecciones nacionales de ambos sexos y de distintas categorias afrontan cada verano con la máxima de las ambiciones y llegan al Otoño presentando una recolección de metales de todos los colores que suelen arrojar un balance ciertamente positivo.

De momento el 2011 lleva ese mismo buen camino, dos medallas de oro en categorias de formación hasta ahora son un magnífico bagaje para finales de Julio, ambas en la misma categoría. Primero fueron las chicas de la U20 quienes alcanzaron el premio máximo en el Europeo de Novi Sad ganando con brillantez sus nueve partidos del campeonato con un juego estelar y una serie de valores que hablan de implicación y compromiso con la camiseta y el equipo. Un triunfo fantástico que sirvió para compensar la decepción del Europeo absoluto de Polonia. Para no ser menos y en la misma categoría, los chicos de Orenga cerraron el pasado domingo un torneo impecable en el que no cedieron ni un solo partido y del que ya hemos hablado bastante en este blog, asombrados todavía por las exhibiciones de un todoterreno con muñeca prodigiosa llamado Nikola Mirotic.

Los chicos de la U18, de quienes también hemos hablado aquí, compiten estos días en la polaca ciudad de Wroclaw mostrando hasta el momento un balance de seis victorias en seis partidos, dispuestos a afrontar la recta final de su torneo, esa que marca la diferencia entre un buen campeonato y uno sobresaliente, con las mayores garantías posibles. Y para que la fiesta no decaiga, mañana mismo en Chequia comienza el Europeo U16 masculino en el que nuestra representación también llega con mucho decir. 

Esperemos que la estela de éxitos continue, una estela, una marca de victorias, que demuestra una realidad asombrosa hoy día en nuestro baloncesto e impensable hace años. La realidad de que nuestros chicos de 16, 17 o 18 años, hoy día demuestran una preparación y unos conocimientos tácticos del juego superiores a las tradicionales escuelas imperantes antaño en Europa del Este. El trabajo que se ha hecho a nivel técnico desde categorías inferiores es por lo tanto admirable. 

Seguiremos combatiendo el calor a base de canastas desde la distancia... y buscando algún momento en el que pleno de fuerzas retornemos nuestras entradas más densas y que tan placenteras me resultan de escribir, pero tan caras de conseguir por culpa de los quehaceres diarios. Ora et labora, ya saben.   



Las chicas de Mondelo, primer oro del verano.

domingo, 24 de julio de 2011

LEBRON VS. LEBRON (II)

"En mi principio está mi fin" (T.S. Eliot, "East Coker", "Cuatro cuartetos")


Admito que he sido incapaz de releer mi anterior entrada, sinceramente no me atrevo. Miedo es la palabra. El moverse en estados jekyll&hydeanos para una persona que como es mi caso tiene una afición compulsiva por juntar letras sobre folios en blanco, a menudo conduce a la esquizofrenia de no estar seguro de saber lo que has escrito, lo que estás escribiendo, y peor todavía, lo que escribirás, sobre todo a ciertas horas de la madrugada de un sábado. Por otro lado creo que todo en el ser humano es paradójico, y que el baloncesto, como actividad humana, no escapa a tal naturaleza contradictoria. Es decir, es un juego de equipo en concepto y apariencia simples, y cuanto más se mueva en terrenos de sencillez más eficaz será su ejecución, pero por otro lado es un deporte tan fascinante que permite retorcer pensamientos, ideas, conceptos y análisis hasta el paroxismo. Ese es uno de los objetivos de este blog. El baloncesto me fascina tanto que no puedo reducirlo a una cuestión de un partido y un marcador, por eso trato de exprimir las sensaciones que me puede producir hasta el más mínimo de los detalles, de las jugadas, de los lanzamientos, y de los botes del balón sobre el parquet. Por ello la entrada, o las entradas mejor dicho, sobre mi pensamiento respecto al LeBron James actual del 2011, aunque era algo de lo que me apetecía escribir hace tiempo, encontró un estímulo acelerado en el campeonato que está realizando la selección U20 en Bilbao. Se puede ganar de muchas maneras, y al final lo único que importa es estar en lo alto del cajón en el momento del cierre, pero cuando un equipo ha ganado ocho partidos en diez días, con unos registros asombrosos y una evidente brillantez en el juego sin apenas fisuras y con muy contados momentos de "crisis", está claro que hay algo más. De ahí que siga dándole a Mirotic el mérito que creo que merece su ambición por la victoria. No basta con saberte bueno, por mucha calidad que tengas, una actitud pasiva va a significar que dependas una y exclusivamente de tu calidad, que en algunos casos puede bastar, pero la busqueda de ese "algo más" que está demostrando España en Bilbao es lo que marca la diferencia entre llegar a una final de un modo renqueante y duditativo, o llegar con toda la majestuosidad y brillo con los que nos plantamos esta tarde en la lucha por el oro. 

Dicho todo esto, de nada vale este camino dorado de estos diez dias si no nos echamos el oro al cuello, para que nos vamos a engañar. Todo lo demás es palabrería de un tirador melancólico que pasa el rato tecleando sus obsesiones sobre el mundo de la canasta en vez de dedicarse a otros quehaceres típicos de una tarde de domingo, como desalar moscas en la habitación o hacer ejercicios de papiroflexia con los rollos de papel higiénico.  


La que liaron con la portadita.


Y volvamos al tema LeBron. Ser "el elegido" supone también ser "el señalado". Todo lo que se mueve alrededor de LeBron escapa a la lógica del resto de análisis que se hacen con los otros participantes de este enorme show que es la NBA. Ceremonias rituales antes de los comienzos de partido, apariciones públicas, o bautizarse a si mismo con algún apodo más o menos afortunado, son "tics" habituales en todas las estrellas de la NBA, parte del circo, ingredientes del espectáculo. Sin embargo todo movimiento de LeBron es juzgado con una severidad injusta que no conoce parangón en la historia de esta liga, ni con Chamberlain, ni con Thomas, con nadie aguanta la comparación el "pensamiento único" que lleva a considerar a LeBron no sólo un jugador a odiar, si no una especie de enemigo de la natura del baloncesto, como si los éxitos de James supusiesen una puñalada a un romanticismo que tiene más de mito que de realidad. Simplemente basta comparar los sueldos de la pasada temporada de Dallas y Miami, con un gasto de más de 20 millones de dolares por parte de los tejanos (segundo equipo con mayores sueldos de la liga sólo por detrás de los Lakers) sobre el gasto de la franquicia de Florida, o analizar los movimientos durante diez años por parte de Mark Cuban fichando todo lo que se le ponía a tiro para darse cuenta de que no hay tal lucha entre romanticismo y mercadotecnia, ni entre talento puro y billetera. No obstante, sobre el sesgo sociológico que rodea a la figura de LeBron recomiendo la lectura de los artículos a tal efecto publicados por Gonzalo Vazquez en su blog de la ACB "El punto G", especialmente el cuarto y (hasta el momento) último episodio. Citamos una vez más a Gonzalo Vazquez como referente, por la calidad literaria que siempre acompaña sus textos, y por ser uno de los pocos periodistas y analistas que se rebela contra la imposición del anti-lebronismo que se ha instaurado en la NBA y en la sociedad estadounidense con la misma fuerza con la que Darryl Dawkins rompía tableros a principios de los 80. 

Si la biografía de LeBron James se ha escrito bajo tales miradas de jugador señalado desde que a los 17 años Sports Illustrated le bautizara como "el elegido" (y un año más tarde Nike pusiera toda su maquinaria en marcha para preparar la llegada del nuevo Jordan, jugador con quien ni siquiera comparte posición en la pista), la temporada 2010-11 fue un constante examen y disección de su figura desde que en una libre decisión escogiera irse a Miami una vez cumplido su contrato con Cleveland. La temporada de LeBron fue buena, con la lógica bajada de prestaciones al compartir liderazgo con otro superclase como Wade, se movió en unos muy brillantes números de 26,7 puntos, 7,5  rebotes, 7 asistencias y 1,6 robos por partido, además de lograr sus mejores porcentajes en tiros de campo de su carrera (51%), en realidad muy parejos a sus números en Cleveland. En nuestro país publicaciones como la Gigantes no tuvieron reparos en señalarlo como uno de los grandes triunfadores del curso baloncestístico en temporada regular, y Miami, pese a las lógicas dudas que pudiera plantear un equipo descompensado con el talento demasiado concentrado en unos pocos jugadores, y que comenzaba proyecto nuevo con los necesarios ajustes que requieren su tiempo, se plantaba en play-offs con todas las opciones de ganar el anillo. La post-temporada muestra a unos Heat sólidos, graníticos en defensa, y con LeBron en su buena línea de la temporada. Solventan sus series contra Philadelphia, Boston y Chicago en cinco partidos y se alzan como justos y brillantes campeones de la Conferencia Este (que aunque desde la perspectiva europea no parece tener importancia, en realidad es un título, como bien se encargó de recordarnos Pau Gasol cuando conquistó su primer título del Oeste en su llegada a Los Angeles), incluso en el primer partido de las finales ante Dallas, James es el mejor jugador del partido. Y a partir de ahí... fundido en negro.  


El rito del rey. Lebron James tiene un polvo.


Las finales de la pasada temporada en la NBA ya fueron analizadas en su momento en este blog primeramente de un modo general, y luego diseccionado cada uno de los seis partidos por separado, para el lector que quiera repasar como sucedieron los acontecimientos. Los Heat fueron de más a menos, Carlisle se sacó unos cuantos conejos de la chistera, y Nowitzki se quitó la espina de las finales del 2006 (en las que injustamente le colgaron el mismo cartel que ahora luce LeBron: "loser"), alcanzando una merecida gloria que una vez más se demuestra más accesible cuando un jugador está en la madurez, y esto en la NBA suele ser por encima de los 30 años. Sigo pensando que en la mala actuación de LeBron influyó el exceso de minutaje que le arrebató frescura física y mental en los momentos decisivos (una temporada regular de 82 partidos con 38,8 minutos de media, más unos play-offs rondando los 45 por encuentro, pasan factura por muy superatleta que seas), pero también el jugador de Akron fue víctima de su propia indecisión sobre la dimensión de su juego, de su nulidad a la hora de saber donde sacar ventajas (que sin duda son muchas en un jugador de sus características), y su pasividad a la hora de tener que buscar lo mejor para su equipo. Por eso reitero que ejemplos como los de la selección U20, y concretamente el caso de Mirotic, muestran esa diferencia entre "tener calidad" y "aprovechar la calidad".  



Evidentemente las finales fueron una perfecta excusa para que el jugador más odiado de la NBA volviese a estar en el centro de la diana. Humillación y escarnio para finalizar lo que parecía una brillante temporada, un curso que se tuerce en el momento decisivo y una vertiginosa vuelta a la tortilla por la cual LeBron pasa de ser considerado uno de los triunfadores del año al mayor derrotado en el planeta baloncestístico mundial. El gran perdedor. Y todo ese cambio en tan solo unos días. No hay término medio. No puede haberlo con un jugador como LeBron. Ciértamente yo era reacio a considerar a Miami como los grandes favoritos al anillo al comienzo de la temporada, como si se quería hacer creer desde algunos medios con exceso de precipitación analítica y poca capacidad para detenerse en los detalles y matices que marcan la diferencia entre un "aspirante" y un "favorito". Para empezar, un proyecto ganador no se hace de la noche a la mañana, es un proceso que lleva tiempo, y ese tiempo implica también perder finales. Con LeBron en 26 años, Bosh en 27, y Wade en 29, no parece que existan suficientes razones como para no creer que estos actuales Heat seguirán jugando finales, y posiblemente ganando alguna. Si precipitado era pensar que esta temporada el anillo llevaría grabado el nombre de Miami, igual de precipitado es asegurar que el proyecto ha fracasado, cuando, repetimos, acaba de empezar a andar. No obstante las circunstancias de play-offs si invitaban al optimismo. Con Lakers en la cuneta y trás hacer besar la lona a otras dos escuadras aspirantes al título como Boston y Chicago, parecía evidente apostar por un triunfo Heat una vez llegadas las finales. En mi opinión eran los favoritos, y LeBron ha fracasado en su empeño de conquistar su primer anillo con su nueva camiseta. No se pueden poner paliativos a tal hecho.  


Donde hace daño.


Con otro intento frustrado por parte de "El Rey" de obtener la corona verdadera, no la que te otorgue un alias, surgen los debates y las dudas sobre quien lleva una década cargando con la presión de ser "El elegido". Cuestiones como: ¿es James un bluf?, ¿no tiene calidad?, ¿está sobrevalorado? Sinceramente no creo que merezca ni pararse un segundo a intentar convencer de lo contrario a quien piense así. Simplemente bastaría con echar un vistazo a sus estadísticas en sus ocho temporadas NBA para darse cuenta de que estamos ante un jugador superlativo que está destrozando todos los registros de precocidad en cifras históricas. Cuestionar la calidad de un jugador siete veces All-Star (dos veces MVP), rookie of the year en su debut, y dos veces MVP de temporada regular, entre otros logros, parece hasta un insulto. Al margen de números y distinciones es un jugador casi perfecto, domina todas las facetas del juego. Anota, rebotea, defiende, tapona, asiste, roba (es el alero que más asistencias ha dado en una temporada, superando los registros de Larry Bird, con los 8,6 de su increíble temporada 09-10, y es el único jugador en la historia junto a Jason Kidd que nunca ha bajado de los 100 robos por temporada, por citar dos datos incontestables)... no hay apartado estadístico en el que no sea capaz de sumar, unido todo ello a su impresionante capacidad atlética y su excelente coordinación física. Descartada por tanto la idea de que no sea el jugador estelar que anunciaban, las dudas toman otros derroteros. ¿Es un perdedor?, ¿no tiene caracter?, ¿se arruga en los momentos decisivos?, ¿sólo vale para hacer números individuales pero no hace mejores a sus compañeros ni al equipo?, este argumento podría parecer algo más acertado, pero sólo en parte. Recordemos que James llega a una franquicia que llevaba diez temporadas consecutivas sin pasar una primera ronda de play-offs, y cinco sin siquiera clasificarse, y en cuatro años la convierte en campeona del Este y finalista de la NBA. En su primera temporada en Cleveland los de Ohio suman 18 victorias más respecto a la campaña anterior, y la primera temporada de los Cavs sin "The King" se salda con 42 derrotas más que el anterior curso, luego el impacto en el equipo resulta más que evidente. Sus siete años en la ciudad de los Dead Boys se cifran en cinco participaciones en play-offs, y un campeonato y subcampeonato del Este y un subcampeonato de la NBA. No está nada mal para un equipo que venía del pozo de la liga y el año antes de su llegada había firmado un paupérrimo 20% de victorias. Y su reciente primera temporada en Miami se salda con el campeonato del Este y subcampeonato NBA. Yo diría que mal no les va a los equipos por donde pasa James. En cuanto a su falta de caracter ganador o de tino en los momentos cruciales, tampoco parece demasiado preocupante en un jugador de 26 años. Si tenemos en cuenta que el considerado mejor jugador de todos los tiempos (otro "pensamiento único" que aquí, cuanto menos, discutimos) ganó su primer anillo a los 28, parece que el llegar a conquistar títulos requiere su tiempo para este tipo de jugadores franquicia, y que incluso se diría que el camino de LeBron se mueve dentro de cierta lógica histórica en la liga. 

Entonces, ¿cuál es la razón por la que uno de los jugadores más extraordinariamente dotados de la historia y destinado a marcar época no acabe de subir el peldaño definitivo a la gloria? En mi opinión LeBron tiene un problema, un problema que les parecerá un disparate, y sin duda tendrán razón (pero que se iban a esperar de un tipo cuyo principal hobby actualmente es escribir interminables artículos sobre baloncesto que posiblemente no sean leídos ni por Stevie Wonder) El problema de LeBron es que es demasiado bueno.  

Ciertamente, al ser LeBron James el jugador más completo de la historia desde Oscar Robertson (por cierto, jugador este que se retiró sin anillo, aviso para navegantes) y dominar todas las facetas del juego, se podría decir que LeBron son cinco jugadores en uno. En LeBron cohabitan un base, un escolta, un alero, un ala-pivot y un pivot. Esa enorme dimensión totalitaria de su juego, a su vez, lo limita mentalmente y en la toma de decisiones. Cuando en tu mesilla de noche guardas una Magnum 44, un Colt 45, una Luger Parabellum y un cuchillo apache, al abrir el cajón para sacar un arma te pueden entrar ciertas inquietudes sobre la elección. Si sólo guardas un Smith & Wesson, no tendrás dudas sobre con que vas a disparar. En definitiva, LeBron James no acaba de definir su juego, de saber cual es su arma, precisamente porque sus armas son todas. Evidentemente ser demasiado bueno no es ningún problema, "Magic" Johnson era otro ejemplo de 5 en 1 que si encontró el camino de su juego, definiéndose claramente como base. LeBron debería definirse como lo que es realmente y de un modo natural, un alero. A veces da la sensación de que para demostrar a sus detractores todo su enorme repertorio, LeBron se empeña en jugar de base y alejarse del aro, perdiendo su enorme pegada cuando postea. Espero que entiendan ahora porque las últimas exhibiciones de Mirotic me llevan a estas reflexiones sobre LeBron. Escribía en mi anterior entrada que Mirotic es superior al resto de los ala-pivots del Europeo U20, pero esto no basta si no eres capaz de aprovechar esa superioridad. Como comentaba Marcos Prieto (Basket4US, Defensa Ilegal) ayer vía facebook, Mirotic "abusa" de sus rivales en este campeonato.  

En la NBA LeBron es superior al resto de los aleros de la liga, no hay jugador en su puesto con condiciones para pararle si James quiere buscar esa superioridad, ese "abuso" que explotó sobre todo en su penúltima temporada en Cleveland con un baloncesto, efectivamente, abusivo sobre sus defensores y un juego que era plena exhuberancia física, por mucho que haya quien critique tal cosa (¿y cuándo no ha sido el baloncesto un deporte de exhuberancia física?), el resultado fue que los Cavs fueron el mejor equipo en regular season con un balance 66-16, ganando el 80% de los partidos. A partir de ahí se ha ido notando una evolución, que yo más bien llamaría obsesión, por parte del jugador, como intentando convencer a quienes le critican el hecho de ser un hercúleo coloso de que su juego es mucho más que el de un martillo pilón en ataque y una bestia incansable en defensa. LeBron no debería tener miedo de abusar del juego para el que está más dotado y del que puede sacar mayor ventaja. Por eso creo que el mayor enemigo de James es si mismo, sus constantes dudas sobre que tipo de arma sacar del cajón.    


LeBron repartiendo juego. ¿Evolución u obsesión?


Una de las imágenes que más me exasperó en las pasadas finales de la NBA fue esa en la que se contemplaba a una auténtica locomotora como es LeBron jugando a cinco por hora. Aprovecho una vez más para reivindicar el baloncesto de ritmo alto. Este es un deporte en el que el ritmo de transiciones es mucho mayor que en otros juegos de equipo, donde uno de los contendientes puede estar minutos acumulando la posesión de la pelota y estar en juego de ataque, mientras el rival puede vivir comodamente (o sufriendo, depende del rival, claro) instalado en disposición defensiva. En el baloncesto el ataque y la defensa están presentes en todo momento para ambos equipos, y cuan mayor sea la velocidad con la que ejecutes tus acciones de ataque, más dificultoso será para el rival poder armarse en defensa. Hay que desterrar el mito de que los equipos que hacen posesiones largas y exprimen el tiempo de posesión saben jugar mejor en estático. De hecho es habitual ver a los equipos que se empeñan en alargar sus posesiones sin sentido alguno, simplemente por una cuestión táctica de no querer jugar rápido, acabar sus posesiones de manera patética, con un tiro desde ocho metros, o con el loco de turno pidiendo un aclarado para entrar él solo contra el mundo, o peor aún, escuchando el sonido de la bocina que marca el final de la posesión. 

Run run run... ya lo decían los Who. 

sábado, 23 de julio de 2011

LEBRON VS. LEBRON


He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.  

(Jorge Luis Borges, "El remordimiento")


El "tiro al LeBron", deporte de moda en la prensa estadounidense.






Observo maravillado estos días de Julio el devenir de la selección sub-20 en el campeonato de Europa de Bilbao. Independientemente del resultado de la final contra Italia dentro de unas horas, el bagaje es de ocho partidos jugados, en tan sólo diez dias, y ocho victorias. Triunfos plenos de brillantez, que han oscilado entre los paseos militares (Turquía o Austria) y la apelación a la épica cuando peor pintaban las cosas (Ucrania), incluyendo además algún susto (Italia o Letonia) Sea como fuere todos los partidos han tenido el mismo desenlace, un similar desequilibrio en la balanza a favor de nuestro equipo. Un bloque de jugadores que están ofreciendo un baloncesto de altísimo nivel, que han sido capaces de gestionar con brillantez las muy pequeñas y escasas crisis de juego que se les han presentado, y cuyo éxito sólo se puede explicar por medio de la aseveración de que a esta maquinaria tan bien engrasada le han ajustado todos y cada uno de los tornillos desde un cuerpo técnico laborioso e inteligente en la gestión de los recursos humanos que manejan, es decir, unos técnicos que saben sacar provecho a las virtudes de sus jugadores y de su equipo y minimizar los defectos que sin duda existen, pero apenas se ven (y ese es el gran éxito de este equipo) Pero además de eso el camino impecable y el brío victorioso con el que pasea esta selección por el torneo tiene una gran parte de culpa en la propia naturaleza de los jugadores, dotados de un ADN baloncestístico basado en la inteligencia, la lectura del juego, y la capacidad de ver por donde pueden sacar ventajas a sus rivales, unido ello, claro está, a una sana ambición y un orgullo indispensable para todo quien se vista la camiseta del país europeo que más éxitos ha conseguido en el último lustro a nivel mundial. Es decir, no se trata sólo de tener calidad, se trata de como aprovechar esa calidad. 

De este modo observamos que nuestra selección tiene un doble camino andado, por un lado la calidad manifiesta de su núcleo fundamental de jugadores, por otro, la capacidad para saber ver por donde pueden sacar provecho a esa superioridad cualitativa frente a unos rivales que intentarán en todo momento neutralizar nuestro juego a base de defensas duras, ritmo de juego lento, y posesiones largas. Esto se observa más manifiestamente cuanto más importantes son nuestros jugadores, es decir, los Mirotic y Sastre, sobre todo, han sido los líderes no sólo en números y anotación del equipo, si no en esa busqueda de las ventajas sobre sus pares. Si observamos el comienzo del partido hoy contra Rusia, vemos que en ese inicio arrollador en que anotamos 16 puntos en casi 5 minutos, toda esa anotación lleva la firma de estos dos hombres, Sastre y Mirotic. Hasta aquí todo parece lógico y normal, son nuestras dos referencias ofensivas, cierto, pero es en la manera en la que son capaces de llevar ese liderazgo anotador, en su variedad de recursos y en las ventajas y desequilibrios que obtienen en todo momento ante sus defensores donde vemos que no estamos hablando sólo de jugadores de calidad, estamos hablando de jugadores "que saben aprovechar su calidad", y entrecomillo esto porque es el quiz de lo que va a versar la entrada de hoy. Volviendo al partido, 16 puntos casi sin respiro por medio de penetraciones, triples, puertas atrás, y hasta un alley-hoop, todo ello en cinco minutos. Lo de Mirotic son palabras mayores, jugador con atisbos geniales y arrebatos de inspiración nowitzkiana, podría convivir felizmente con su fino juego de alero lejos de la canasta, su buena muñeca, y su capacidad para buscar tiros abiertos. Lejos de eso en este Europeo se está mostrando como un ala-pivot total, capaz de matar por fuera, sí, pero desde luego mucho más que un cuatro abierto, un jugador que sigue las continuaciones, y que espera magnificamente a dos metros de la canasta la posibilidad de alguna puerta atrás y el desequilibrio que causa ante defensores más toscos e incapaces de interpretar la sinfonia de sus movimientos de seda, esos que le van a llevar a ser un jugador de talla mundial porque su repertorio ofensivo se antoja inmenso y exquisito, unido además a una buena disposición defensiva y de lucha por el rebote, aspectos estos que además sin duda irá mejorando a medida que acumule partidos y golpes en sus piernas, pero el talento ofensivo ya lo tiene, y se antoja un caudal demasiado rico como para no pensar que estamos ante un cuatro de maneras casi perfectas en su juego. Lo dije el otro día y lo repito, los Bulls no saben el jugador que se han llevado en el draft. Insisto en ello, en la diferencia entre "tener calidad" y "aprovechar la calidad". No hay un ala-pivot en el torneo mejor que Mirotic, pero si el jugador madridista no tuviese los ingredientes necesarios (principalmente: conciencia de esa calidad, inteligencia para aprovechar su superioridad ante sus pares, y ambición para conseguir la citada superioridad), para aprovechar esa calidad, sería un jugador autolimitado, un proyecto de crack, un eterno potencial, pero nunca un valor seguro.  


El 6 y el 12 de España, Butch Cassidy y Sundance Kid versión selección española U20.


El caso de Sastre me congratula especialmente, ya hemos alabado en este blog sus virtudes de jugador con desparpajo ofensivo, con mucho "Morro" (recordemos que es su segundo apellido), pero de ese tímido jugador que vimos asomar en momentos puntuales la pasada temporada en Cajasol del que sólo podíamos apreciar una buena mecánica de tirador, a este alero que da dos pasos al frente en la selección, media un abismo. El abismo de, una vez más, la conciencia de saber cual es tu nivel, la inteligencia de ver donde puedes sacar ventaja, y la ambición de buscar el aro. Asi Sastre se nos muestra como un alero alto desequilibrante que no sólo hace daño por fuera, si no que no rehusa el cuerpo a cuerpo, el juego dentro de la zona, y suele salir victorioso. Es una estupenda noticia, porque como en el caso de Mirotic, aspectos estojanovistas, grises y laboriosos, siempre los irá puliendo y mejorando, pero ese código genético que muestra y esa conducta que se ha autoimpuesto de "ir a hacer daño", le confirman como una posible versión mejorada de Carlos Jiménez o Carlos Suárez, es decir, será un jugador muy completo, buen complemento y un buen engranaje dentro del equipo, pero además un "asesino" a la hora de afrontar el juego ofensivo. Creo que merece la pena detenerse en el caso de Carlos Suarez hablando de la diferencia entre "tener calidad" y "aprovechar la calidad". En el caso de Suárez nos encontramos a uno de los aleros referentes de la ACB, sólo Mickeal, San Emeterio, Andy Panko, quizás Tariq Kirksay (con muchísima menos calidad ofensiva), y en menor medida un Claver aún por pulir en su indefinición entre tres y cuatro, presentan una calidad semejante a la del alero de Aranjuez. El trabajo de Suárez no admite dudas, defiende, rebotea, se pega con los rivales, no arriesga, juega con cabeza, y busca lo mejor para el equipo... sin embargo, ¿cómo es posible que un jugador de esta calidad, físico y recursos, se pase una temporada entera tirando el doble de veces de tres que de dos?, ¿ese "jugar con cabeza", "buscar lo mejor para el equipo" y "no arriesgar", no será en realidad una autolimitación de un jugador que podría dar mucho más de sí si se lo propusiese?, parece increíble que uno de los mejores aleros con diferencia de la ACB en muchos partidos apenas mire a canasta, y cuando lo hace, es sólo de tres, ¿no podría hacer Suárez muchísimo daño al poste al 80% de los aleros rivales?, ¿y penetrando? Por eso hay que celebrar la aparición de Sastre pensando en que si sea ese alero capaz de dar ese "paso al frente" y, como está mostrando en este torneo, aprovechar las ventajas que le proporciona su calidad sobre el resto de rivales. Todo ello con las lógicas cautelas, ya que hemos visto en varias ocasiones jugadores que con 20 años eran pura sangres ofensivos y que con los años se fueron limitando a si mismos en su juego y dejando de utilizar todo su arsenal (El propio Carlos Suárez). Los jugadores sacrificados y abnegados por el equipo siempre son de agradecer, pero cuidado que a veces ese sacrificio y abnegación no signifique que jugadores de enorme talento adquieran un segundo plano que ni es beneficioso para ellos, ni lo será para su equipo, necesitado de las aportaciones que les puedan proporcionar sus mejores jugadores, además de un peligroso conformismo y autocomplaciencia en su juego unidimensional. En definitiva, es buscar unas limitaciones en tu juego que en los casos de jugadores tan brillantes como de quien estamos hablando resulta realmente sangrante. Me centro en el caso de Suárez ya que como ustedes saben soy madridista y este es el equipo y jugadores que más sigo, pero voy más allá: es tristísimo ver como en muchas ocasiones Suárez desaparece por completo del entramado ofensivo del equipo, cuando es un jugador que sí podría obtener ventajas sobre sus defensores, y las decisiones que se toman son que Llull penetre contra cinco jugadores rivales desafiando todo atisbo de sentido común.  


Viviendo en el triple. Autolimitación y conformismo.


Valga todo esto que estoy diciendo como introducción del tema que quiero realmente tratar, y dado lo denso del asunto, creo que lo haré de una manera fraccionada... viendo a Mirotic ser capaz de aprovechar todo su arsenal ofensivo, el cual es extenso, pienso en un jugador que a medida que va creciendo parece autolimitarse y querer hacer "menos daño" a los rivales, empeñándose en vivir alejado de la zona y querer ser un base cuando es el mejor alero del mundo. Me refiero a un jugador que además daría para innumerables tésis sociológicas y sobre quien parece instalarse un pensamiento único consistente en la defenestración, y peor aún, el odio, hasta el punto de que uno de los más prestigiosos periódicos neoyorquinos le dedique una portada con un titular que ni el Marca o el Sport en sus peores momentos serían capaces de acuñar, haciendo un juego de palabras con su actual equipo y el calificativo "Hijo de puta". Así de crudo. Así de injusto. Así de fanático.  

Ya saben a que jugador me refiero, y partiendo de la lección que está dando la selección U20 en Bilbao sobre como saber aprovechar tu calidad, en una próxima entrega les contaré porque creo que es el mejor jugador del mundo, o al menos el que potencialmente tiene más recursos y virtudes para serlo, y sin embargo parece empeñarse en cada vez limitar más su juego, cuando estamos hablando de un juego que casi no tendría límites, pero que lo único que podemos hacer es imaginarlo e intuirlo debido al empeño de nuestro protagonista en ser un jugador que prácticamente se limita sólo a subir la bola. 

jueves, 21 de julio de 2011

UN POCO DE FRÍOS NÚMEROS

Al fin y al cabo, si los números son tan fríos, nos vendrán bien para combatir el asfixiante calor. 


Hablamos de números, como no, del Europeo U20 de Bilbao, el gran foco de atención baloncestístico europeo en estos momentos.  


En cuanto a equipos, vemos a nuestra selección como la que arroja mejores cifras. Impresionantes diría yo. Somos el equipo con mayor anotación (89,8 de media) y la segunda mejor defensa (62,5 puntos encajados) Precisamente quien presenta mejor defensa es el otro equipo invicto, Francia, que sólo permite encajar 50.7 puntos por partido. Demoledora estadística que nos deja ver que estamos ante un granítico combinado dispuesto a repetir oro europeo en esta categoría.  


A pesar de mis preocupaciones sobre el juego interior, en rebotes ocupamos la tercera posición, con una brillante media de 40,7 rechaces. Dos equipos contra los que ya hemos jugador, Turquía y Ucrania, ocupan las dos primeras posiciones de esta estadística. Curiosamente contra Turquía fue un paseo y contra Ucrania el partido más difícil, luego no podemos sacar demasiadas conclusiones sobre este aspecto.  


Nadie está pudiendo parar a Nikola.




Si somos el equipo que mayor anotación presenta, es lógico pensar que también seamos quienes hacen un baloncesto más fluido, y por tanto la selección que reparte más asistencias. Y así es, lideramos la tabla con 17,8 por partido, seguidos de Lituania con 16,3 (tan buen juego a los lituanos de poco les ha servido, por cierto)  


En definitiva los números nos presentan como la mejor selección hasta el momento, pero son sólo eso, números, y no nos van a dar ninguna ventaja mañana en el marcador cuando comience el partido crucial contra Letonia, si no que los dos equipos llegarán al tip-off con 0-0.  


En lo individual, que siempre es más llamativo, Nikola Mirotic camina majestuoso hacia el MVP, siempre y cuando la selección no se la pegue. Este bien podría ser el mejor quinteto del torneo hasta la fecha:  


Josep Franch (España) 9,8 ptos/ 1,8 rebs/ 5 asists   
Alessandro Gentile (Italia) 17 ptos/ 3,8 rebs/ 2 asists/ 1,2 robos
Evan Fournier (Francia) 17,2 ptos/ 4 rebs/ 1,2 asists/ 2,3 robos
Nikola Mirotic (España) 27,5 ptos/ 9,7 rebs/ 1,5 asists/ 1 robo/ 1,3 tapones
Furkan Aldemir (Turquía) 16,3 ptos/ 15,2 rebs/ 1,5 asists/ 2 tapones  


Este para mí sería el hasta momento quinteto ideal, basándome en los números y en la trayectoria de sus equipos, es decir, que sigan en la lucha por medallas. Una lucha por las medallas que comienza mañana, con Letonia como primer obstáculo en el camino, si ganamos, el vencedor del Rusia-Turquía será nuestro rival en semifinales.  


El turco Aldemir, amo y señor bajo los aros.




Y recordemos también que el debut de la U18 en Polonia ha sido realmente brillante con una victoria por 24 puntos ante Chequia.  



miércoles, 20 de julio de 2011

YOUNGER GENERATION

A pesar de que toda nuestra atención baloncestística la está concitando el Europeo U20 de Bilbao, con una participación española que hasta el momento se salda con seis victorias en el mismo número de partidos y que nos lleva a un cruce de cuartos contra Letonia, nos apetece poner un ojo en el torneo continental U18 que mañana comienza en la polaca ciudad de Wroclaw (la ciudad que vio jugar por última vez al genio Drazen Petrovic, por cierto), ya que la selección española dirigida por Luis Guil bien merece unas líneas y un poco de atención, aunque me temo que el torneo no será televisado en nuestro país. 

Nuestro combinado vuelve a mostrar una vez más, como viene pasando en nuestras últimas generaciones, un talento brutal concentrado en las líneas exteriores, concretamente en los aleros. Como jugador más reconocible para el aficionado está el estudiantil Jaime Fernandez, que ya ha jugado ACB y Eurocopa con el club madrileño, y que en este campeonato acude en la que parece su posición natural, la de escolta, pese a apenas superar el 1,80. Fernandez parece el líder natural de este grupo, un escolta habilidoso que compensa su déficit físico con toneladas de talento y que asoma, manteniendo todas las cautelas posibles y lógicas, como el sucesor de Navarro. A su lado otros brillantes jugadores como la nueva perla verdinegra, Albert Homs, quien también ha debutado en ACB. Homs apunta a jugador total, viniendo desde la posición de base, su envergadura y físico, actualmente rozando los dos metros, le llevan a ser un 1-2-3 de esos que pueden marcar época en el baloncesto europeo, ya saben, ese tipo de jugador a lo Bodiroga, Papaloukas o Diamantidis. Baloncestistas capaces de dominar las tres posiciones exteriores y darle al equipo lo que necesite en cada momento, sea dirección, defensa o anotacion. En definitiva, una auténtica joya para nuestro baloncesto. Otro chaval a quien hay que seguir de cerca es el madridista Dani Diez, alero alto de físico exhuberante para su edad y buena capacidad tanto anotadora como reboteadora. En la dirección los galones parece que serán para Josep Pérez, base para el futuro del Barcelona, y seguiremos las evoluciones de un Jorge Sanz quien ya ha "arañado" algún minuto en el primer equipo del Real Madrid. En el juego interior me temo que volveré a incidir sobre algo que ya he comentado en este blog. Y es la sensación que tengo de que en los puestos de hombres altos, o más bien de pivots puros, el futuro no se presenta tan brillante en comparación con la calidad que se asoma en nuestras próximas generaciones de jugadores exteriores, donde el relevo de calidad lo tenemos asegurado. Aún así en este grupo encontramos un nombre ilusionante para el futuro en Guillermo Hernángomez, un habitual de las selecciones inferiores y cuyo nombre lleva tiempo dando que hablar.  




Jaime Fernandez, la referencia.

Esperemos que en esta ocasión Guil supere los resultados de sus anteriores aventuras como seleccionador nacional (quinto con los U18 en 2007 y cuarto con los U16 en 2010) y encuentre el camino a las medallas con una selección plagada de talento, pero en la que por otro lado el exceso de polivalencia hace que algunas posiciones no estén del todo definidas y no sepamos realmente que rol y papel van a desempeñar algunos jugadores. Esperemos también encontrar buenos focos informativos sobre un torneo en el que la mayoría de las miradas se posarán sobre el nuevo genio croata, Dario Saric, pero en el que también habrá que fijarse en otros nombres que en unos años estarán dominando Europa (el francés Invernizzi, el serbio Miljenovic, etc)    




El hombre a seguir. Dario Saric con la camiseta de Drazen, su ídolo y paisano, en los Nets.


Debutamos mañana a las 13,30 contra la República Checa, otro país que en los últimos años no para de sacar talentos.

Por cierto, bonita canción de Loovin' Spoonful la que da título a nuestra entrada de hoy. 



martes, 19 de julio de 2011

INVICTUS

Hay un viejo tópico deportivo que dice que de las derrotas siempre se aprende. Ciertamente, una vez que el resultado ha sido negativo y no hay vuelta de hoja, mejor mirarlo por el lado bueno y extraer todas las consecuencias positivas y de aprendizaje que puedas. 

Ayer nuestra selección U20, esa que estamos siguiendo con tanto interés, no salió derrotada de su choque frente a Ucrania, aún con un partido en lo global bastante desacertado, una reacción final plagada de coraje y claridad de ideas (que no se tuvieron durante la mayor parte del partido) mantiene a los muchachos de Orenga como el único equipo invicto del torneo junto a Francia. No obstante y a pesar del resultado conviene mirar el partido de ayer contra Ucrania como una de esas derrotas, sin serlo, de las que hay que pararse a analizar lo sucedido y comprender que existen puntos débiles, y que cuando quedan al descubierto somos vulnerables y el trayecto hacia la final del próximo domingo, ese choque en el que todos deseamos estar, dista mucho de ser un paseo militar o ese camino de rosas que podríamos suponer tras la brillante primera fase. Incluso en esos tres triunfales primeros partidos ya advertimos que se advertían algunos defectos en nuestra selección, apenas perceptibles para el aficionado resultadista que viendo las diferencias finales en el marcador no se haya parado a fijarse en esos pequeños detalles que son los que finalmente pueden marcar la delgada línea entre el cielo y el infierno deportivos. 



Mirotic ejecutando a Ucrania a lo Nowitzki, fade away a la pata coja incluido.



El aspecto negativo más reconocible por nuestro equipo es sin duda alguna el de los tiros libres. Seguimos fallando cual escopeta de feria en esta faceta, y ante la previsible dureza defensiva con la que se van a emplear los rivales cuando llegue la lucha por los metales, deberíamos asegurar un mayor éxito en nuestras visitas a la línea de 4,60. Me sigue preocupando también nuestra endeblez interior, las posiciones de los hombres altos están demostrando ser nuestra línea menos cualitativa, y ayer sólo logramos anotar con cierta claridad cerca del aro cuando unos pivots ucranianos superiores se cargaron de personales o quedaron eliminados. Una claridad en la anotación interior que por cierto llegó por medio de un forward como Mirotic (vaya partido el suyo, sin duda ayer debieron ser muy felices en los despachos de cierta franquicia NBA de Illinois), y no de un center, en unos minutos finales en los que encuentra esa combinación del éxito del pick&roll con un Josep Franch que si bien realizó un horrible encuentro, hay que admitir que en los últimos minutos transmitió buenas sensaciones de co-liderazgo junto a Nikola y demostró ser un jugador con la cabeza lo suficientemente fría como para comprender cual debía ser el juego en los momentos decisivos. Muchas veces es más importante un jugador que aún en el peor de sus partidos es capaz de mantener el criterio en su juego, que aquel que mete 40 puntos en los tres primeros cuartos y a la hora de la verdad se arruga y su muñeca se encoje.   

Un Mirotic, ayer demasiado solo, observa de espaldas las evoluciones de su compañero Franch.


Pero no obstante lo más preocupante para nuestra selección es lo que ya hemos mencionado en otras ocasiones. La dificultad que nos supone este juego cuando no conseguimos imponer nuestro ritmo alto y nuestra velocidad de crucero, y nos vemos obligados a jugar largos ataques estáticos de cinco contra cinco. En definitiva, cuando el rival no nos deja correr. 

Por lo tanto el partido de ayer hay que verlo como una magnífica piedra de toque sobre nuestras posibilidades reales y un buen ejercicio que sirva de análisis de nuestras virtudes y defectos. Potenciar las primeras y minimizar los efectos de los segundos debe ser la tarea a realizar en los próximos días por Orenga y sus colaboradores. 

A veces una derrota puede venir bien para aprender, pero mejor todavía una victoria que igualmente te permita ese aprendizaje. Ayer fue el caso.    

lunes, 18 de julio de 2011

EL RODILLO CAUTELOSO

La primera fase del Europeo Sub20 realizada por el combinado español en Bilbao no merece otro calificativo que el de sobresaliente, incluso superando las expectativas creadas, las cuales ya de por sí eran muy altas. Tres victorias inapelables en las que sólo Grecia fue capaz de ofrecer algún pequeño atisbo de resistencia. Turquía y Austria fueron simulacros de rivales, equipos empequeñecidos por un vendaval de juego veloz y furioso con una enorme capacidad para, desde una asfixiante defensa, abrir el campo y martillear el aro rival una y otra vez a base de un ritmo rápido y posesiones cortas, de esas que no dejan al contrario ni pararse un segundo a intentar colocarse en defensa y sólo pueden resoplar ante lo que se les viene encima (contra Austria hubo momentos de un “run&gun” tan enloquecido que al lado de aquello el mismísimo Mike D’Antoni parecería Messina).

Los números en este caso son terriblemente esclarecedores sobre las diferencias entre el nivel de juego de nuestra selección y sus adversarios hasta la fecha. Tres victorias con un marcador global de 304-165, es decir, los tres choques arrojan un marcador medio de 101.3-55. Terrorífico. Una diferencia media de más de 45 puntos. Y eso que presentamos un paupérrimo y muy preocupante 57 de 88 en tiros libres, aspecto muy a mejorar. Es como si esa urgencia en el juego, esa combinación de nervio y velocidad, no conociese pausa ni en el momento del tiro libre, ese momento del juego que se basa sobre todo en la concentración y el temple de las emociones.

Nikola Mirotic, la productividad sin límites.


La mayoría de grandes entrenadores suelen tener un gran nivel de exigencia durante los 40 minutos del juego, exigencia que intentan trasladar a sus jugadores. Es habitual oírles hablar de que nunca hay que bajar los brazos ni disminuir el nivel del trabajo, ni ganando por 50 puntos, ni perdiendo por 40, ya que todo lo que trabajes, aunque sea en el minuto 39 de un partido totalmente decidido, de alguna manera te va a valer para el futuro. Ese tipo de ideología estajanovista siempre ha tenido un buen predicamento en el baloncesto español, alcanzando su cenit en el mundial del 2006 donde Pepu Hernandez consigue formar un bloque capaz de jugar cada partido como si fuera el último, como si no hubiera uno siguiente. Yo sinceramente no creo que en verdades absolutas ni un único camino en el deporte, por lo que también pienso que es bueno que los equipos sepan de vez en cuando cambiar el chip según el partido, y una correcta dosificación física y psicológica hace que las escuadras lleguen en mejores condiciones a los momentos decisivos de los campeonatos, pero lo que está claro es que a nuestro baloncesto nos va ese tipo de entrega y derroche en la cancha sea cual sea el partido y el marcador. 

Lo mejor de esta primera fase, independientemente de los brillantes resultados, es la seguridad de haber encontrado nuestro juego en ese ritmo alto del que tanto hablamos, en algo tan sencillo y tan viejo como defender y correr, y que destroza todas las teorías tácticas de los apóstoles de los banquillos y estrategas del basket-control que tanto daño han hecho al baloncesto desde el punto de vista de la estética del espectáculo. También hay buenas dosis de garra y coraje en esta selección para compensar algún déficit de centímetros de nuestros pivots. Evidentemente la cosa pinta bien, muy bien, pero no dejemos de mirar de reojo a esa Francia que es puro hormigón armado (42,6 puntos de media recibidos en la primera fase hablan a las claras de que es el equipo más duro e incomodo del torneo) 

Francia se confirma como el rival a batir.


En lo individual, y como era de esperar, Franch y Mirotic han tomado las riendas del liderazgo del equipo. El base verdinegro es el líder en asistencias del torneo, y el ala-pivot madridista el máximo anotador del campeonato (25 puntos por partido en… ¡24,3 minutos de juego!, con un escalofriante acierto de casi un 80% en canastas de dos puntos) Se confirman así como nuestro dueto clave, uno como director y otro como ejecutor. Los 6,7 rebotes por choque que acompañan las estadísticas del cestista nacido en Montenegro, le dan hasta el momento el papel del mejor jugador del torneo. También hay que destacar la labor de Joan Sastre. Me encanta este jugador, es puro talento, anotador desinhibido, tirador sin complejos, haciendo honor a su segundo apellido, Morro. El mallorquín ya ha sido un habitual de las rotaciones de Joan Plaza esta temporada en el Cajasol, y con la marcha de Bullock, bien haría bien el buen técnico catalán en apostar definitivamente por este diamante en bruto y darle galones en pista para que se las juegue con ese desparpajo que le vemos en la selección. Un Sastre que si tiene el día inspirado le hace un traje a cualquier rival.  

Joan Sastre, el Morro de la selección.


Pero si hay algo que me está gustando de la selección es lo bien que se están conduciendo por el torneo en el terreno de las emociones y las euforias. Orenga llegó a Bilbao con una prudencia muy admirable desde el primer momento, prudencia que sigue transmitiendo al grupo y al entorno. Somos un rodillo, sí, pero un rodillo cauteloso. Hasta para dar una buena paliza en la vida hay que saber hacerlo con cierta discreción. 

Por lo demás, al margen de nuestra selección, confirmar la fortaleza de la mencionada Francia, y ver con cierta sorpresa que Serbia o Lituania ya estén fuera de la lucha por el torneo, y junto a Austria y Croacia permanecen en la capital guipuzcoana simplemente para luchar por la decimotercera posición. Decepcionante papel para equipos que en cualquier categoría siempre suelen estar en la lucha por las medallas.  

Lituania, la gran decepción.

LAS CHICAS QUE VIENEN

Una pequeña entrada para festejar el brillantísimo triunfo de la selección femenina sub-20 en el Europeo de Novi Sad. Un oro que en cierta manera compensa la decepción del Europeo absoluto de Polonia. Un campeonato impecable el que han protagonizado las chicas de Lucas Mondelo. Nueve partidos, nueve victorias, pasando por encima de prácticamente todos los rivales, algunos de ellos incapaces siquiera de llegar a los 40 puntos. Una estupenda generación liderada por Queralt Casas, MVP del torneo, que asegura una continuidad de éxitos en nuestro baloncesto femenino.  

A la tarde espero tener un rato para comentar la primera fase de los sub-20 en Bilbao, y el comienzo de la segunda. Recuerden que tenemos una cita a las 20,45 en Teledeporte contra Ucrania.      


Las chicas de oro.

viernes, 15 de julio de 2011

APLASTAMIENTO

La primera jornada del Europeo Sub20 de Bilbao nos deja una brillante victoria española por KO absoluto. Un rodillo blanco sobre un decepcionante equipo turco. Un triunfo por aplastamiento que confirma a España como una de las favoritas del torneo. 

Nunca me han gustado los análisis categóricos en una primera jornada de un campeonato más o menos largo. Una excesiva euforia puede ser perjudicial para un grupo de chavales que ya soportan la presión de jugar en casa y de quienes se espera lo máximo. Presión que se notó ayer en detalles estadísticos como ese pésimo 16 de 27 en tiros libres, una nimiedad en un partido que se gana por 49 puntos, pero una losa que te puede dejar fuera de una lucha por las medallas cuando lleguen los momentos a cara o cruz. Ciertamente un partido extraño el de ayer, con un marcador tan contundente que parece de record, de guardar en las hemerotecas, un apabullante 90-41. Un marcador tan sorprendente como lo es el hecho de que un partido que se resuelve por una diferencia tan abrumadora, sin embargo en la lucha por los rebotes observamos un… ¡34-33!, es decir, igualdad absoluta en una de las facetas más importantes del juego, pero una diferencia de casi 50 puntos en el marcador final. Extraño… y sintomático de que el rebote puede ser nuestro pequeño caballo de batalla. Lo importante es la demostración de calidad de este grupo y la constatación de cual debe ser nuestro estilo de juego y el ritmo que debemos imponer. Ese que tan buenos resultados ha dado siempre al baloncesto español, el de la velocidad, y el de la negación del baloncesto especulativo. 

Al ritmo de Franch


En otro orden de cosas la primera jornada nos deja una exhibición de músculo defensivo a cargo de una Francia que debe seguir siendo la gran favorita. No será el equipo más vistoso, pero dejar en poco más de 30 puntos a una buena selección como Croacia habla a las claras de la fortaleza atrás de los galos, lo cual siempre significa un punto a favor a la hora de dejar rivales en el camino y ser la última escuadra que permanece en pie. Su combinación de talento y de físico, de calidad y de hormigón, les sigue señalando como el rival a batir. 

En el aspecto individual el gran triunfador de la jornada es el lituano Saulius Kulvietis quien ha firmado unos impresionantes 32 puntos y 10 rebotes para alcanzar los 37 de valoración en la victoria de su equipo frente a Italia.   

Kulvietis, el mejor en la jornada de ayer, junto al fenómeno Valanciunas. En esta le toca remar solo.


En definitiva un buen comienzo el de este Europeo de Bilbao, un estupendo banquete con el que deleitarnos los amantes del baloncesto en estos días veraniegos en los que siguen sucediendo las noticias. Algunas negativas, como el intento frustrado de fichaje de Antonie Diot por Fuenlabrada, algo que dábamos como hecho. Pero otras muy positivas, como la que conocemos hoy de la confirmación de Ibaka como jugador seleccionable. Enorme plus de calidad para el combinado que dirige Scariolo, y dudas que comienzan a disiparse sobre la configuración final del roster para Lituania, cuestión esta sobre la que dedicamos una entrada de nuestro blog. 

Voy a estar algunos días ausente, pero espero volver para aquí de cara a la segunda fase del European U20, cuando comiencen los cruces. 

Feliz y melancólico fin de semana.  

jueves, 14 de julio de 2011

JÓVENES BUSCADORES DE ORO

Sé lo que están pensando. En este blog no aprendemos. Si hace unas semanas nos mostrábamos ilusionados y expectantes ante el comienzo del Eurobasket femenino, alabando el juego y virtudes de nuestra selección española que llegaba a Polonia como una de las aspirantes al oro, para unos días después llevarnos un palo tremendo con una dolorosa eliminación que nos llevó a hacer la dolorosa confesión de nuestra naturaleza gafe, ceniza y cenicienta, hoy ponemos nuestros ojos en Bilbao y en el Europeo sub20 que comienza esta tarde con un debut español ante una correosa Turquía. 

Franch, el timón.


Es cierto que, una vez más en el baloncesto español, partimos como unos de los grandes favoritos a subirnos a lo más alto del cajón.Un equipo liderado por consagrados jugadores ACB como Josep Franch o Nikola Mirotic, unido al hecho de ser anfitriones, nos otorga esa presión del oro como objetivo. Una presión, un favoritismo, que nunca me ha gustado nada y del que creo que siempre hay que huir en la medida de lo posible, y máxime en una cita en la que realmente hay un buen ramillete de plantillas importantes, e incluso sea Francia quien deba colgarse ese cartel de favorito.

La piña "bleu", grandes favoritos.


Al lado del base verdinegro Franch y del ala-pivot madridista Mirotic como referencias más reconocibles, encontramos una selección con nombres que sonarán al aficionado, algunos ya con apariciones ACB como el base Simeón en el Valencia, o el tirador Sastre en el Cajasol. Alberto Jodar es otro de los baluartes del equipo, un jugador del que llevamos años oyendo hablar como futura estrella de nuestro baloncesto y no acaba de llegar a la élite (dos años de continuas lesiones imagino que tienen mucho que ver) Hablando de lesiones, una de nuestras referencias en el juego interior (ese que me plantea más dudas) es Nacho Llovet, el pivot del Joventut (que ha disputado ya 10 partidos con el equipo ACB) sale recientemente de una y veremos cual es su estado físico. Pero el juego interior me plantea dudas no sólo por la recuperación de Llovet (quien juega de cinco siendo lo que se dice un "dos metros pelaos"), la ausencia de centímetros en nuestro roster ante plantillas con auténticas torres me parece un déficit excesivo que nos puede hacer mucho daño. Evidentemente vamos a necesitar correr mucho y llevar los partidos a un planteamiento rápido y abierto en el que no se impongan las defensas ni los ataques estáticos largos, donde más se nota la importancia de los hombres grandes.

De la muñeca de Mirotic dependen muchas de nuestras opciones.


Para empezar nos enfrentamos a una Turquía que cuenta con una torre de 2,12 (la misma altura que el español Arteaga a quien Orenga ha dejado fuera en el último corte, para mí equivocádamente), o 2,14 según la fuente que se consulte, Sertac Sanli, jugador del Galatasaray. Del Galatasary también es el ala-pivot de 2,07 Furkan Aldemir, futura primera ronda del draft y estrella de su selección junto al escolta del Fenerbahce Can Mutaf. Tremendo lo de las nuevas generaciones de pivots turcos, por cierto, y debemos congratularnos de cara a nuestras aspiraciones de la no presencia del bestial Enes Kanter, un jugador llamado a marcar época. Aún así Turquía debe ser de las selecciones más difíciles del torneo, apuntando el buen momento que vive el baloncesto otomano. 

Otra de las grandes favoritas, como ya hemos dicho, puede ser Francia, selección que llega con dos torres gemelas por encima de los 2,10, como son Lauvergne y Gobert. Sinceramente no tenemos argumentos para poder parar ese tipo de juego, para poder contrarrestar los problemas que te puede plantear un juego interior con dos jugadores de tal envergadura. Espero equivocarme, pero creo que la falta de centímetros merman demasiado nuestras posibilidades, y además apuntan a un problema histórico de nuestro baloncesto, que ha sido solventado puntualmente por apariciones esporádicas que de hecho se convertían en auténticos puntales en la selección nacional a falta de una competencia que si encontramos en bases y aleros, posiciones donde los seleccionadores nunca han tenido problemas a la hora de escoger talentos para nuestros combinados. Si echamos un vistazo a los que pueden ser los jugadores referentes de nuestro baloncesto en el futuro, teniendo en cuenta aún los años que les quedan a Rudy Fernandez, Llull, Suarez o Claver, y por supuesto a Ricky, vemos a los Franch, Sastre, Rabaseda, Daniel Díez, Jaime Fernandez... bases y aleros con enorme proyección. En hombres altos, los últimos jugadores ACB con juventud y margen de crecimiento han sido del estilo Pablo Aguilar o Mirotic, es decir, cuatros abiertos, prácticamente aleros, pero no pivots capaces de pegarse por dentro con cualquier rival (cosa que lleva haciendo muchos años Felipe Reyes a pesar de su handicap de centímetros, por cierto) El caso de Rabaseda es paradigmático, de ser uno de los cuatros más brillantes de su generación, a reconvertirse casi en escolta para poder "sobrevivir" en el baloncesto de elite. Preocupante el panorama de hombres altos en nuestro baloncesto futuro, aunque es cierto que a Marc Gasol aún le queda mucha carrera, y la nacionalización de Ibaka, aunque sea un cuatro, nos daría un plus de agresividad y mordiente bajo aros que vamos a echar mucho de menos cuando cuelguen la camiseta los Pau, Felipe o Fran Vazquez (si bien la historia de este último con la selección es más de desencuentros que otra cosa) 

Evan Fournier, maneras de estrella.


Pero volvamos al torneo que hoy comienza en Bilbao, una magnífica ocasión de disfrutar de un baloncesto de calidad y de una serie de jugadores que dominarán Europa a corto o medio plazo. A pesar de las lustrosas ausencias (el citado turco Kanter, el baskonista Musli, la torre germana Neumann, y por supuesto, el MVP del último Mundial U19, Jonas Valanciunas, son los principales nombres que se me vienen a la cabeza), hay varios focos de atención a los que el buen aficionado debería estar atento. Evidentemente el duo Franch-Mirotic en nuestra selección. La también citada conexión turca entre tirador (Mutaf) y pivot (Aldemir), el ala-pivot griego Chrysikopoulos (puede ser nuestra pesadilla en el segundo partido), las mencionadas torres galas (Lauvergne, 2,10 y Gobert, 2,13) capaces de jugar juntos y coincidir en cancha muchos minutos, dándole una dimensión y potencial interior a su equipo por encima del resto de selecciones, unido ello a su brillantes exteriores Westermann y Fournier, lo cual hace que para la mayoría de analistas sea Francia la gran favorita al oro. Y otro nombre a tener en cuenta y una apuesta personal, como no podía ser de otro modo en el blog del tirador melancólico. Me refiero al escolta italiano Alessandro Gentile, prototipo del cañonero italiano de toda la vida que conocemos desde Antonello Riva, e hijo nada menos que de Ferdinando Gentile, genial base-escolta transalpino, jugador muy completo, y al que muchos recordarán porque participó en aquella locura baloncestística y orgía anotadora que fue la mítica final de la Recopa del 89 entre el Real Madrid y el Snaidero Caserta. En aquel partido inolvidable de los 62 puntos de Petrovic frente a los 44 de la mano santa de Oscar Schmidt, la muñeca de Gentile también se hizo notar con 32 puntos. Vaya dos escuadras aquellas, Petrovic, Biriukov, Rogers, Fernando Martín, Gentile, Oscar, Esposito, Glouchkov... ¡qué grandes recuerdos para tiradores nostálgicos! 

Alessandro Gentile, raza blanca tirador.


El hijo menor de Nando Gentile (su hermano Stefano es también baloncestista profesional) es ya una de las estrellas de la Lega y seguro que será uno de los grandes killers de la competición, una de nuestras esperanzas para la pervivencia de la raza del tirador.

Me gustaría hacer hincapié también en un dato, la mayoría de los jugadores que vamos a ver en Bilbao son jugadores nacidos en el 91 y el 92. En España tenemos un jugador nacido en Octubre del 90, sólo unos meses antes que muchos de los que serán estrellas en este torneo y en el baloncesto europeo más inminente. Ese jugador lleva ya 6 años en la elite y entre otras cosas ya ha sido plata olímpica o campeón de Europa absoluto. Me refiero por supuesto a Ricky Rubio. Digo esto porque a veces creo que perdemos la perspectiva sobre quien es realmente Ricky y cuales han sido sus pasos, y justo es recordarlo porque siempre queda algún ciego que no quiere ver (los menos, afortunadamente) Precisamente fue el Europeo U18 de Madrid en el 2007 la última ocasión que nuestro país celebró una competición de este tipo con una selección en la que ya brillaba Ricky y nos llevamos la decepción de un quinto puesto en un torneo en el que triunfó la Serbia del genial Milan Macvan (también fue el torneo del vergonzoso amaño del Lituania-Serbia que nos dejó fuera de la lucha por las medallas). Esperemos que en esta ocasión estos jóvenes buscadores de oro encuentren el camino que lleva al preciado metal.   

La participación española, que comienza hoy a las 20,45 frente a Turquía, pueden seguirla por Teledeporte.  

martes, 12 de julio de 2011

SENZA CONSCIENZA

“Lo poco que sé, se lo debo a mi ignorancia” (Platón)

A nadie puede pillar por sorpresa que evidentemente una de las figuras baloncestísticas que más nos apasiona en este blog es la del tirador. Por cuanto tiene de loco, genial e inconsciente. Si hablamos de pura inconsciencia en el lanzamiento (pero de una gran entrega y sacrificio para el equipo y una cabeza perfectamente amueblada en el resto de las facetas del juego), pocos jugadores representan más ese tipo de baloncesto que más que un deporte parece un estado de ánimo que el protagonista de nuestra entrada, a quien esta temporada decimos adiós en nuestra liga después de seis años de triunfos con el jersey azulgrana, y que se va, ahí es nada, siendo el extranjero que más partidos ha disputado para ese club. Nos referimos al creador del ya celebre “tiro ignorante”, Gianluca Basile, “il bello Baso”. El tirador de mandarinas. El despiadado pistolero de sonrisa seductora.  

Sonrisa de seductor para un alma de killer.




Las finales de la ACB de la temporada 2008/09 se presentaban apasionantes por muchos motivos. Dos grandes plantillas, Baskonia (en su última aparición ACB como TAU) y Barcelona, en un duelo con cierto morbo, con un Ivanovic decidido a consumar la venganza de su salida del club azulgrana un año antes y que ya había comenzado en Supercopa y Copa del Rey, frente a un Pascual que disputaba su primera temporada completa como primer entrenador, y al que le habían puesto en sus manos una plantilla de auténtico lujo y el mayor presupuesto de la ACB. Los vitorianos tenían el siempre apetecible factor cancha a su favor, que les correspondía justamente como mejor equipo de la fase regular. Llegaban a la final con dos títulos esa temporada en sus alforjas, las citadas Supercopa y Copa del Rey, ganando en ambas ocasiones al Barcelona en final y semifinal respectivamente, pero por contra, Pascual y sus hombres habían cercenado el paso de los vascos a la Final Four de la Euroliga tras una vibrante eliminatoria a cinco encuentros. El TAU había sido mejor a lo largo del año, pero el Barcelona parecía encontrar su mejor versión según la temporada se acercaba a su fin.   

Ni Carmichael, ni Trumbo, ni Norris... "Baso" es el extranjero que más veces ha vestido la "maglia" azulgrana.




Con estas premisas se abría un primer partido de las finales en cancha alavesa realmente igualado, disputado, y con momentos de buen baloncesto, esos que dignifican nuestra liga y justifican que se considere la mejor liga del mundo fuera de la NBA. En el último minuto el luminoso reflejaba un empate a 79 totalmente incierto sobre el devenir del primer punto. El TAU golpeaba primero con una falta personal recibida por Rakocevic, quien a pesar de fallar el segundo lanzamiento de tiro libre, colocaba una mínima ventaja para su equipo, traspasando toda la presión para el Barcelona en una última posesión en la que estaba obligado a anotar. La jugada, como no, la iniciaba un Navarro en sus habituales funciones de líder clarividente cuando la presión aprieta. Su intento de penetración concluye en un balón atrás a Andersen, quien llevaba un magnífico partido (21 puntos) que se levanta en buena posición desde la línea de 6,25. No era una mala opción, pero el tiro fue errado. Tras el palmeo e intento en vano de control por parte de varios jugadores el balón acaba llegando a manos de un Basile que hasta el momento sólo había mirado el aro en una ocasión y para fallar, su casillero anotador por tanto estaba a cero. El marcador advertía que quedaban dos segundos para la conclusión del encuentro. El italiano no tuvo que pensar mucho, si es que llegó a pensar algo. Simplemente el balón cayó en sus manos, se levantó, lanzó… y anotó, enmudeciendo el Buesa Arena sobre el que parecía planear de nuevo la sombra del triple de Herreros como paradigma de trabajo echado por tierra en finales insólitos de la ACB. Punto de break para un Barça que rompía el factor cancha a las primeras de cambio ganando un partido a la postre decisivo, puesto que el equipo vitoriano ganó el segundo envite para perder sus dos partidos como visitante en un Palau donde el Barcelona fue muy superior, y Basile se mostró especialmente inspirado con 19 y 17 puntos respectivamente.  

"Il bello" con su trofeo más ilusionante: la Euroliga.


Aquel triple genial de “Baso” entraría por derecho propio en la historia de canastas míticas de la ACB, y pronto se empezaría a hablar de eso que el propio jugador definía como “tiro ignorante”. Lanzamientos que desafían a la lógica, ejecutados desde el poder del corazón y la fuerza del alma. Pura inconsciencia, un salto al vacío. “Senza conscienza”, en palabras e idioma del propio jugador. Luego nos enteramos de que tan peculiar personaje ya llevaba años refiriéndose de tal manera a este tipo de acciones que sólo se pueden entender desde cierto atisbo de locura deportiva, concretamente desde una remontada ante el Cantú en el 2003 cuando jugaba en Bolonia.   

Héroe en Bolonia.




La carrera de Basile está llena de momentos de este estilo, de jugadas de este calibre. Triples imposibles para decidir partidos, como el anotado con los boloñeses ante el Efes Pilsen para meterse en la Final Four de Euroliga, o el que anota en semifinales olímpicas del 2004 ante Lituania para sentenciar el pase a la final. Era su séptimo triple, por cierto, para una tarjeta de 31 puntos frente a una grandiosa Lituania en la que formaban jugadores como Jasikevicius, Macijauskas o Stombergas, en una de las mejores semifinales olímpicas de la historia reciente. Otras inolvidables exhibiciones ofensivas labradas sobre todo a base de canastas de tres puntos, como aquel amistoso ante los Estados Unidos de Iverson, Wade, Carmelo, LeBron y Duncan, o el partido de play-offs de Euroliga con 34 puntos frente al Maccabi Tel Aviv también merecen recordarse como "highlights" de la larga carrera del brioso escolta italiano. Ahora bien, es cierto que el paso de Basile por ACB no puede ser recordado como el de un anotador regular o el de un tirador compulsivo (estamos hablando además de un equipo cuya principal referencia ofensiva siempre la ocupa Navarro, excepto, como es lógico, en su año NBA), si no el de un abnegado jugador de equipo que siempre dio al plantel lo que necesitaba en el momento y pedía el partido. A veces rachas anotadoras cuando no se encontraba el camino de la canasta y había que recurrir a la locura para romper guiones maniatados, pero las más de las veces sacrificio en defensa y ese trabajo oscuro que a priori no se ve pero siempre es apreciado por cualquier entrenador y acaba calando hondo en el buen aficionado. Por eso a sus 36 años Gianluca sigue siendo un jugador con cosas que ofrecer y con mucho baloncesto por delante. Su marcha de la ACB es una baja más en un Barcelona que, por unas u otras razones, va a cambiar prácticamente media plantilla respecto a la temporada pasada, algo un poco chocante en un equipo que ha ganado tres títulos a lo largo del curso. En estos momentos está sin equipo, pero hay informaciones que apuntan a su regreso al Reggio Emilia en el que debutó profesionalmente en el pallacanestro italiano. Allí estamos seguros de que seguirá anotando sus triples ignorantes, asfixiando a los rivales con su defensa incansable, y, porque no decirlo, arrancar pasionales suspiros a las muchachas que visiten los pabellones, ya que "Baso" siempre ha sido uno de los jugadores con mayor predicamento entre las féminas y además los años parecen sentarle de maravilla. Ha sido un honor tener en nuestra liga a este jugador tan especial, aunque más de una vez sus triples me hayan hundido en la miseria cuando eran contra la camiseta blanca, pero el propio Basile seguro que me dará la razón cuando digo que lo cortés no quita lo valiente. Es más, un mundo en el que se pierdan la elegancia y las formas y no se admiren ni se sepan reconocer ciertos ideales y valores estéticos, será un mundo en el que no merecerá la pena vivir.  

Todo un ídolo en Italia.


Para algunas escuelas filosóficas, la ignorancia y la inconsciencia están íntimamente relacionadas con la felicidad, ya que el desconocimiento de la cruda realidad impide la certeza del sufrimiento y la empatía con el dolor. No hay más que echar un vistazo alrededor para darse cuenta de esta gran verdad: nadie vive más feliz que un ignorante o un loco.    

¿Leyendo "El tirador melancólico"?