jueves, 16 de febrero de 2017

EL MELÓN DE BARTZOKAS




¿Qué he hecho yo para merecer esto?



Hay una expresión horticultural muy conocida para referirse al equipo o deportista que llega a una determinada competición siendo incógnita, incapaz el analista de turno de discernir si se trata de un favorito al título o de casi una comparsa, el del “melón por abrir”. No es exactamente el caso del Barcelona de Georgios Bartzokas, quien ya abrió su nuevo melón hace meses, pero sigue sin encontrar donde está el trozo bueno. No ayudan las circunstancias, desde luego, y es que ni en la peor de sus pesadillas el griego podría imaginar una temporada tan negra físicamente para su plantilla. Baste decir que únicamente Ante Tomic, Marcus Eriksson y Alexandar Vezenkov, de la plantilla inicial azulgrana para este curso, no han sufrido alguna lesión durante la campaña, llevándose la peor parte Pau Ribas y Shane Lawal con sus bajas de larga duración. La última calamidad ha recaído en Juan Carlos Navarro, precisamente un jugador con molestias crónicas (la ya famosa fascitis plantar), pero que llegaba a este torneo quizás en el mejor momento de sus dos últimas temporadas, hasta que una inoportuna apendicitis ha venido a dejarle en el dique seco. Una mala noticia para el barcelonismo, pero también para todo amante del baloncesto, ya que hablamos de una leyenda que iba a disputar nada menos que su vigésima edición de la Copa del Rey. Desde los despachos azulgranas han tratado de enderezar el rumbo sobre la marcha, con las llegadas de Faverani, Diagné y Alex Renfroe, pero el base con pasaporte bosnio no ha tardado en visitar la enfermería del club barcelonés, por lo que han echado mano de otro fichaje de última hora, Xavier Munford. Parches para una máquina que en ningún momento ha podido funcionar a pleno rendimiento, condición que en cierta manera puede hacer más peligrosos a los azulgranas, llegando como tapados a una cita en la que con Xavi Pascual eran especialistas en competirla hasta el final independientemente del nivel que estuviesen demostrando hasta ese momento. Un espíritu competitivo evidenciado más que nunca en la edición de 2013, curiosamente también disputada en Vitoria, cuando el equipo liderado por Pete Mickeal (MVP de aquel torneo) hizo morder el polvo al Real Madrid de Laso (único partido perdido por el vitoriano como entrenador madridista en Copa) en un monumental encuentro resuelto tras dos prórrogas. Después de aquello dos exhibiciones ante Caja Laboral (actual Baskonia) y Valencia les consagraron como campeones. Nadie lo hubiera podido imaginar con un equipo que llegaba cuarto clasificado en la liga con un pobre balance de 12-8, 7 derrotas más que el Real Madrid. Eran otros tiempos y en el banquillo mandaba un hombre de la casa que sabía gestionar perfectamente las crisis de su equipo, un Xavi Pascual quien a pesar de las críticas siempre llevaba algún título a las vitrinas blaugranas. Críticas que se acrecentaron cuando la llegada de Pablo Laso al banquillo del eterno rival dejó al descubierto que con otros estilo de juego, más generoso con el espectáculo, los títulos podían llegar. Finalmente el exiguo bagaje de una Supercopa en dos temporadas significó la salida de Pascual y el comienzo del nuevo y hasta el momento accidentado proyecto de Bartzokas. Por tanto el griego se encuentra realmente manejando un equipo que es incógnita, ya que parece difícil ver a los azulgrana ganar tres partidos exigentes seguidos, y más con las últimas lesiones de Navarro, Doellman y Oleson (estos dos últimos duda hasta el comienzo del torneo), pero nadie debe dudar de la capacidad competitiva y el espíritu ganador de los culés, y que precisamente están ante su gran oportunidad de reivindicarse. De mirarse a los ojos en el vestuario y conjurarse para ganar tres partidos consecutivos que salvarían su temporada. Su primera piedra de toque no es fácil, ya que el siempre irregular Unicaja parece haber alcanzado justo ahora su mejor momento de forma. Joan Plaza ha conseguido ser respetado en una plaza exigente como la de Málaga, que asume ya que sus días de pelear por títulos ya han pasado. No obstante los malagueños necesitan una alegría en un torneo que no se les da nada bien en los últimos años y en el que particularmente Plaza no ha encontrado tino (ha dirigido doce partidos entre sus temporadas en Madrid, Sevilla y Málaga, y sólo ha salido vencedor en cinco de ellos) Dicho de manera más clara, el Unicaja siempre decepciona cuando llega la Copa. Veremos si este curso son capaces de doblegar a un rival con muchas ausencias gracias a la mejor versión de jugadores como Kyle Fogg, Carlos Suárez, Dejan Musli, Dani Díez, el emergente Alberto Díaz, o sobre todo un Nemanja Nedovic de dulce (16.4 puntos y 5 asistencias por partido en sus últimos cinco choques ACB), argumentos todos estos que por sí solos hablan de un equipo que podría incluso levantar el título sin que ello debiera suponer una gran sorpresa. Al Barcelona ya le ganaron en el Carpena, 95-89, y sin Nedovic, pero con un monumental Kyle Fogg, autor de 29 puntos en aquel partido. 




Pero antes de este partido Valencia y Herbalife Gran Canaria ya habrán dirimido su duelo de cuartos de final. Como curiosidad, es el único enfrentamiento de esta Copa en el que ambos contendientes ya se han enfrentado en sus dos partidos ligueros, y en ambos mandó el Valencia. El partido más cerebral, el duelo de entrenadores, el de dos tipos de baloncesto similares buscando minimizar sus propios errores. Posiblemente sea el partido con menos puntos de toda la Copa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario