El Facu, nueva enseña de Laso |
La noche del pasado miércoles el Real Madrid de
Zinedine Zidane sobrevivía en el Santiago Bernabéu al pujante Paris
Saint-Germain, para acabar arrollando a los franceses en los últimos 15 minutos
de juego y trayendo a la memoria la proverbial épica madridista cuyo cenit
suele asomar en la competición precisamente más grande: la Copa de Europa.
24 horas después en otro escenario y en otro
deporte, la otra gran sección deportiva del club blanco seguía haciendo
historia, una historia representada en la increíble y absoluta fiabilidad de un
hombre, Pablo Laso, con el torneo de Copa del baloncesto español. Esa final a
ocho admirada e imitada en toda Europa y parte del resto del mundo. Son ya nada
menos que 18 partidos de Copa del Rey con Laso en el banquillo y el balance de
victorias y derrotas es absolutamente abrumador: 17-1.
La capacidad de supervivencia del Madrid de Laso en
la Copa parece propia de un guion de Hollywood. Remontadas, épica, polémicas… un
Real Madrid que obliga a los rivales a dar su mejor versión y se ve obligado a
responder. Así sucedió anoche frente al Unicaja. El equipo de Joan Plaza
llegaba a la Copa con el recuerdo de su reciente victoria el pasado Enero en
Euroliga ante los de Laso, cortando la impresionante racha de 13 victorias
consecutivas, iniciada precisamente cuando, un invierno más, las críticas por
parte de la afición más destructiva comenzaban a enturbiar la habitual buena
comunión entre el Madrid actual y sus seguidores. Aquel partido del Martín
Carpena había dejado una exhibición defensiva durante todo el encuentro por
parte de los locales, y una explosión anotadora exterior en los compases
finales iniciada por un triple afortunado (a tabla) de Wacynski sobre la bocina
capitulando el tercer cuarto. Parecía claro que las opciones malagueñas pasaban
por tanto por volver a dejar gripada a la maquinaria ofensiva blanca, pero
lejos de eso, el partido de ayer mostró a ambos equipos entregados a un
vendaval ofensivo sin contemplaciones traducido en un 26-25 al final del primer
partido. Proyección de centenar de puntos para ambas escuadras en un partido de
Copa. No es lo normal.
Unicaja realizó un partido sobresaliente, al menos durante
los primeros 38 minutos del mismo, hasta que un triple de Trey Thompkins puso
por delante al Real Madrid (82-81 a 1.48 del final) Era la primera ventaja
madridista desde el ecuador del tercer cuarto. Pero los de Laso, puro instinto
de supervivencia, en realidad no se habían ido nunca del partido. Cinco puntos
consecutivos de Rudy Fernández salvaron un momento crítico para poner el empate
a 77. El mallorquín sigue siendo un líder, aunque sea desde un segundo plano.
Nadie debe olvidar que hablamos de un tres veces MVP de la Copa. A Unicaja
finalmente le entró vértigo, el miedo a asaltar el poder establecido al que se
refería un Plaza cabal al acabar el partido ante los micrófonos de la
televisión. Todo ello pese a la exhibición exterior de Adam Wacynski y sus
cinco triples sin fallo y al enorme partido de ese jugadorazo llamado Carlos
Suárez. Y es que el Madrid, pese a la ausencia del jugador más determinante en
los minutos finales, el actual rey del “clutch time” en Europa (nos referimos, claro
está, a Sergio Llull), se sigue moviendo como pez en el agua en el filo de la
navaja, sin miedo al vacío y sin necesidad de red. Son las siete vidas en siete
copas de un Pablo Laso que vuelve a encontrar prolongación en la cancha en el
puesto que dominó como nadie en el baloncesto español de los años 90 cuando
vestía de corto. Y es que dos temporadas después de la marcha del jugador que
mejor entiende el estilo de Laso (Sergio Rodríguez), Facundo Campazzo deja cada
vez más detalles de su evidente “chachificación”, amén de un descaro que
también le emparenta con Llull. Sostuvo a su equipo en los momentos más
delicados y certificó la victoria desde el tiro libre tras robarle la cartera a
un Nedovic que había dado aire a su equipo con un triple dos posesiones antes.
El base argentino finalizó con 18 puntos, 7 asistencias, 3 rebotes y 2
recuperaciones, para alcanzar un 33 de valoración. De momento la mejor
actuación individual del torneo.
Las opciones de Pablo Laso de seguir reventando la
historia siguen intactas. Espera el Iberostar Tenerife, semifinalista gracias
al metódico trabajo de un Fotsis Katsikaris que sigue triunfando en todo
banquillo ACB al que llega. Los insulares demostraron porque son una de las
mejores defensas de la liga, desactivando el baloncesto de un Valencia que
llegó a perder hasta 18 balones en el encuentro, excesivamente lastrado por sus
lesiones en el puesto de base (sólo pudo viajar a Las Palmas el joven Sergi
García, todavía aquejado de recientes problemas físicos)
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