viernes, 16 de febrero de 2018

LAS SIETE VIDAS DE PABLO LASO




El Facu, nueva enseña de Laso







La noche del pasado miércoles el Real Madrid de Zinedine Zidane sobrevivía en el Santiago Bernabéu al pujante Paris Saint-Germain, para acabar arrollando a los franceses en los últimos 15 minutos de juego y trayendo a la memoria la proverbial épica madridista cuyo cenit suele asomar en la competición precisamente más grande: la Copa de Europa. 


24 horas después en otro escenario y en otro deporte, la otra gran sección deportiva del club blanco seguía haciendo historia, una historia representada en la increíble y absoluta fiabilidad de un hombre, Pablo Laso, con el torneo de Copa del baloncesto español. Esa final a ocho admirada e imitada en toda Europa y parte del resto del mundo. Son ya nada menos que 18 partidos de Copa del Rey con Laso en el banquillo y el balance de victorias y derrotas es absolutamente abrumador: 17-1. 


La capacidad de supervivencia del Madrid de Laso en la Copa parece propia de un guion de Hollywood. Remontadas, épica, polémicas… un Real Madrid que obliga a los rivales a dar su mejor versión y se ve obligado a responder. Así sucedió anoche frente al Unicaja. El equipo de Joan Plaza llegaba a la Copa con el recuerdo de su reciente victoria el pasado Enero en Euroliga ante los de Laso, cortando la impresionante racha de 13 victorias consecutivas, iniciada precisamente cuando, un invierno más, las críticas por parte de la afición más destructiva comenzaban a enturbiar la habitual buena comunión entre el Madrid actual y sus seguidores. Aquel partido del Martín Carpena había dejado una exhibición defensiva durante todo el encuentro por parte de los locales, y una explosión anotadora exterior en los compases finales iniciada por un triple afortunado (a tabla) de Wacynski sobre la bocina capitulando el tercer cuarto. Parecía claro que las opciones malagueñas pasaban por tanto por volver a dejar gripada a la maquinaria ofensiva blanca, pero lejos de eso, el partido de ayer mostró a ambos equipos entregados a un vendaval ofensivo sin contemplaciones traducido en un 26-25 al final del primer partido. Proyección de centenar de puntos para ambas escuadras en un partido de Copa. No es lo normal.  


Unicaja realizó un partido sobresaliente, al menos durante los primeros 38 minutos del mismo, hasta que un triple de Trey Thompkins puso por delante al Real Madrid (82-81 a 1.48 del final) Era la primera ventaja madridista desde el ecuador del tercer cuarto. Pero los de Laso, puro instinto de supervivencia, en realidad no se habían ido nunca del partido. Cinco puntos consecutivos de Rudy Fernández salvaron un momento crítico para poner el empate a 77. El mallorquín sigue siendo un líder, aunque sea desde un segundo plano. Nadie debe olvidar que hablamos de un tres veces MVP de la Copa. A Unicaja finalmente le entró vértigo, el miedo a asaltar el poder establecido al que se refería un Plaza cabal al acabar el partido ante los micrófonos de la televisión. Todo ello pese a la exhibición exterior de Adam Wacynski y sus cinco triples sin fallo y al enorme partido de ese jugadorazo llamado Carlos Suárez. Y es que el Madrid, pese a la ausencia del jugador más determinante en los minutos finales, el actual rey del “clutch time” en Europa (nos referimos, claro está, a Sergio Llull), se sigue moviendo como pez en el agua en el filo de la navaja, sin miedo al vacío y sin necesidad de red. Son las siete vidas en siete copas de un Pablo Laso que vuelve a encontrar prolongación en la cancha en el puesto que dominó como nadie en el baloncesto español de los años 90 cuando vestía de corto. Y es que dos temporadas después de la marcha del jugador que mejor entiende el estilo de Laso (Sergio Rodríguez), Facundo Campazzo deja cada vez más detalles de su evidente “chachificación”, amén de un descaro que también le emparenta con Llull. Sostuvo a su equipo en los momentos más delicados y certificó la victoria desde el tiro libre tras robarle la cartera a un Nedovic que había dado aire a su equipo con un triple dos posesiones antes. El base argentino finalizó con 18 puntos, 7 asistencias, 3 rebotes y 2 recuperaciones, para alcanzar un 33 de valoración. De momento la mejor actuación individual del torneo. 


Las opciones de Pablo Laso de seguir reventando la historia siguen intactas. Espera el Iberostar Tenerife, semifinalista gracias al metódico trabajo de un Fotsis Katsikaris que sigue triunfando en todo banquillo ACB al que llega. Los insulares demostraron porque son una de las mejores defensas de la liga, desactivando el baloncesto de un Valencia que llegó a perder hasta 18 balones en el encuentro, excesivamente lastrado por sus lesiones en el puesto de base (sólo pudo viajar a Las Palmas el joven Sergi García, todavía aquejado de recientes problemas físicos)  


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