El Domingo de Resurrección ACB deja un nombre propio
por encima del resto. Una actuación individual descomunal de esas que nuestro
baloncesto necesita de vez en cuando para, al adquirir viso de extraordinario,
arañar algunos segundos más en los medios de comunicación audiovisuales o y
algunas líneas añadidas en prensa.
Sylven Landesberg dinamitaba la mañana del domingo
destrozando sin piedad el aro del Barcelona hasta alcanzar 48 puntos. Una cifra
descomunal, pero más todavía lo es su valoración, 52. Y es que a su exultante
capacidad anotadora sumó unos nada desdeñables 5 rebotes y 3 asistencias, pero
sobre todo hay que destacar su extraordinario porcentaje de tiro, que apenas le
hizo restar en la citada valoración. 15 de 26 en tiros de campo, 10 de 11 en
libres, pero sobre todo un escalofriante 8 de 11 en triples. Se queda a sólo
seis puntos del record absoluto individual de anotación ACB, los 54 de Juan
Antonio San Epifanio en 1984 ante el Joventut de Badalona, pero recordemos que
el bueno de Epi necesitó 50 minutos para llegar a esa cifra (fue un partido con
prórroga y era un baloncesto, digan lo que digan los nostálgicos, menos
exigente y en el que los entrenadores no se planteaban las constantes
rotaciones y dosificaciones necesarias actualmente) Landesberg llega a esta marca
con 35 minutos en pista, y muy posiblemente hubiera batido el record del alero
blaugrana de haber necesitado el partido tiempo extra.
Landesberg lideró a un Estudiantes que recordó
aquellos tiempos en los que justicia era llamado el “matagigantes” del
baloncesto español. La temporada de los colegiales no está siendo para tirar
cohetes, pero está más cerca de considerarse un buen curso que uno malo, a
diferencia de años pasados (ahora mismo están más cerca de los play offs por el
título, 3 victorias, que del descenso, sobre el que llevan cuatro partidos
ganados de ventaja), y sobre todo su mejor imagen la están dando ante los
grandes. Compitieron muy bien contra Baskonia y Real Madrid, ganaron al
Valencia en el único partido disputado ante los taronja, y al Barcelona han
sido capaces de tumbarles en los dos encuentros ligueros. Siempre con el alero judío
destacando en la anotación. Salva Maldonado ya anunció a principios de
temporada que su jugador sería la revelación de la ACB. Confianza absoluta en
un producto del baloncesto neoyorquino que no consiguió destacar nunca en el
Maccabi Tel Aviv (en la Final Four de Milán, aquella en la que los de David
Blatt alzan el trofeo tras la final ante Real Madrid no disputa ni un minuto)
pero en un Estudiantes huérfano de anotación exterior tras la salida de Edwin
Jackson es referente absoluto.
Por lo demás, la liga ACB sigue demostrando un
dominio abrumador del Real Madrid, muy meritorio teniendo en cuenta la exigente
temporada de los blancos debido a una Euroliga de la que ha sido el mejor
representante nacional en temporada regular, y sobre todo a los interminables
problemas físicos a los que se ha tenido que enfrentar Laso en todas las
posiciones. Ahora es Campazzo quien deja coja la rotación en la dirección (por
no hablar de lo que están sufriendo en el juego interior, Tavares último
damnificado) pero en un equipo tan coral y solidario como este Real Madrid
siempre aparece alguien para echarse el equipo a la espalda. Ayer fue Causser,
cerrando el partido en Málaga con una gran penetración que servía de guinda a
sus 21 puntos casi sin fallo (sólo falló un triple y un tiro libre), superando
así la resistencia de un gran Unicaja liderado por un excelso Nedovic (quien
firmó 25 tantos) Grandísimo duelo que, ojo a este dato, sería ahora mismo
enfrentamiento de cuartos de final, ya que Unicaja no pasa en este momento de
la octava posición (el extraordinario momento del Andorra, con siete victorias
en sus últimos ocho partidos, y la resistencia de un Fuenlabrada empeñado en
seguir siendo la revelación de la temporada se lo ponen muy difícil a los de
Plaza para escalar a posiciones superiores)
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