Finalizaba la sección de
deportes del telediario de RTVE ayer noche con una breve, escueta y dura
noticia de última hora que sacudía a todos los amantes de nuestro deporte
favorito. José Luís Abós perdía la batalla contra el cáncer. El maldito cáncer
que sigue siendo la enfermedad más cruel, dañina y dolorosa para el ser humano
y a la que todavía no hemos logrado plantar cara pese a todos los avances
médicos e investigaciones científicas.
El 4 de Agosto de este mismo
año Abós comunicaba que dejaba el banquillo zaragocista, que con tan buena mano
había dirigido, delegando en su segundo, el también maño y ex –jugador Joaquín
Ruiz Lorente. La decisión se esperaba que fuera temporal. La lucha comenzaba.
Desgraciadamente apenas ha tenido opciones. Poco más de dos meses después
perdemos a este magnífico entrenador quien con justicia se había ganado una
posición respetable dentro de nuestros banquillos. Era de los mejores, y la
rabia nos posee cuando sabemos que aún tenía mucho por enseñar. No es justo.
Con 53 años y en su mejor momento profesional.
Dicen que no se es profeta en
su tierra, pero Abós logró desmentir el dicho. Vinculado desde el comienzo de
su carrera al baloncesto de su tierra, en categorías inferiores del Baloncesto
Zaragoza y en la federación de su comunidad, fue ayudante de Mario Pesquera y
Alfred Julbe para emprender posteriormente (y entre medias) el habitual
peregrinaje por los banquillos españoles a los que se suelen ver sometidos
nuestros técnicos hasta que milagrosamente consiguen encontrar estabilidad en
alguna plaza y poder madurar algún proyecto. Badajoz, Bilbao, Lugo, Inca y
Girona fueron sus destinos, e incluso una experiencia en el baloncesto
universitario estadounidense como segundo de Dave Odom en un “college” del
prestigio de Wake Forest en la temporada 1999-00. También lo vimos trabajar en
la FEB llevando a la sub22 a la plata en el Europeo de Turquía, con jugadores
como Roberto Dueñas, Rodrigo de La Fuente o Nacho Rodilla (perdimos la final
contra la Lituania de Jasikevicius) Etapas de aprendizaje para llegar a su
último ciclo en el nuevo Cai Zaragoza y llevarlo a lo más alto, devolviendo a
la elite baloncestística a una ciudad antaño histórica en nuestro deporte de la
canasta.
En la temporada 2009-10
vuelve a su Zaragoza natal para hacer campeón de la LEB Oro al Cai y subirlo a
la ACB. En su primera temporada en la máxima competición de nuestro baloncesto
apenas pasan apuros, finalizando en décima posición con un magnífico balance para
un recién ascendido, 16-18. Idéntica posición y balance al curso siguiente,
aunque el descenso administrativo del Lucentum Alicante les hace finalizar
novenos. Dos temporadas para consolidarse en ACB, pero nada comparado con lo
que estaba por llegar. En la 2012-13 se meten en Copa del Rey y en los play
offs por el título dan la campanada eliminando al Valencia pese a contar con el
factor cancha en contra. En liga regular había finalizado en una extraordinaria
quinta posición con balance 21-13, lo que les valía además para convertirse en
equipo de Eurocup por primera vez en su historia. La pasada temporada, la
última con Abós al frente, se repiten los éxitos. Se vuelven a meter en Copa y
dan la sorpresa eliminando al Unicaja Málaga, que oficiaba como anfitrión del
evento, y vuelven a la lucha por el título, finalizando octavos en liga regular
(18-16) y cayendo en primera ronda ante el Real Madrid. Aquellos fueron los
últimos partidos de Abós al frente de la nave maña.
Deja un vacío enorme en el
baloncesto de su ciudad, y se va con la satisfacción de haber sido profeta en
su tierra, eso que dicen que no se consigue. Leyenda del basket maño y español
ya por siempre. Sirvan estas líneas como pequeño homenaje a su figura, y van
dedicadas sobre todo a sus familiares y amigos. Al fin y al cabo nosotros
perdemos a un gran entrenador, ellos pierden a un ser querido.
Hasta siempre coach.
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