Pablo Laso, garantía de éxito para el Real Madrid |
Prosigue el idilio de la bella ciudad gallega con el
Real Madrid de baloncesto. Cuatro ediciones de Copa del Rey saldadas con cuatro
triunfos madridistas. El equipo de Laso, legendario ya dentro de la historia de
nuestro deporte (nunca se habían conseguido tres copas seguidas con el actual
formato), toma el relevo del equipo de Emiliano, Luyk, Brabender, Cabrera o
Rullán, dirigidos por el mito por excelencia del banquillo blanco, Pedro
Ferrándiz, que en 1972 derrotaba al Joventut en la gran final. Posteriormente en
1989 el Madrid de Petrovic, con el segundo gran mito blanco en cuanto a
técnicos Lolo Sainz (Pablo Laso es ya por derecho propio el tercer gran mito
entre los entrenadores madridistas), vencía al Barcelona de Epi, Jiménez y Aíto
por 85-81 (curiosamente el mismo resultado con el que se impusieron ayer al
Gran Canaria en la última final de este torneo), y en 1993 el equipo de Sabonis
y otro mito en el banquillo, en este caso como jugador como ha sido Clifford
Luyk (quizás lo hubiera llegado a ser como técnico también si hubieran tenido
paciencia con su trabajo, la paciencia, ese bien tan escaso en los últimos
tiempos en la entidad madridista con Florentino Pérez convertido en constante
espada de Damocles para sus entrenadores), se hacía con un nuevo entorchado
venciendo al Joventut en la tercera final coruñesa.
Prosigue también el idilio de Pablo Laso con este
torneo del KO, en sus cinco cursos al frente de la nave blanca ha obtenido
cuatro títulos. Sólo en 2013, en su segundo año como entrenador madridista, no
obtuvo premio al caer en el partido de cuartos de final ante un Barcelona a la
postre campeón y que no había llegado a la final a ocho como cabeza de serie,
de ahí que el sorteo emparejase a los dos colosos de nuestro basket. En total
Laso ha disputado 13 partidos coperos, encuentros a vida o muerte sin segunda
oportunidad, y ha salido airoso en 12 de ellos. Dato demoledor que demuestra lo
infundadas de las críticas (cada vez menos) sobre su trabajo y su incapacidad
para dirigir al equipo en los momentos decisivos. El proyecto de Laso continúa vigente
y sigue siendo ganador para la entidad blanca, pese a llegar a una final a ocho
muy lejos de su mejor momento de forma, sin uno de sus hombres clave, Rudy
Fernández, y con varios jugadores tocados. No ha tenido el equipo blanco el
brillo de otras ocasiones, pero ha sabido sacrificarse en defensa (cargándose
de faltas personales de manera inusual tanto en semifinales como en la final),
luchar por cada rebote como si fuera el último, y jugar con descaro y sin miedo
(pura etiqueta de Laso) los minutos finales de los partidos, escenario donde a
otros equipos les pueden temblar las piernas, no a este grupo de jugadores
entregados a una idea baloncestística reñida con el basket-control y la
especulación (definitivo el tiempo muerto de la final en el que con ocho arriba
Laso pedía a sus jugadores que el crono corriera en defensa, no en ataque… puro
lasismo) Analizaremos con detalle en otra entrada esta nueva obra dentro de la
arquitectura lasista, el personaje lo merece.
El Real Madrid llegaba a la final después de pasar
por encima del sorprendente Fuenlabrada en cuartos de final. Fue el único
partido falto de suspense durante los cuatro días de esta competición. Llull
(11 puntos y 6 asistencias), Ayón (12 puntos y 7 rebotes) y Carroll (18
puntos), demostraban, tal y como muchos analistas apuntábamos, que eran los
tres hombres que llegaban en mejor momento de forma dentro de la escuadra
blanca, el núcleo básico en el que Laso debía confiar para un nuevo éxito
copero. La buena noticia para el aficionado madridista estaba en ver a Felipe
Reyes, pese a su maltrecho hombro, formar como titular (dejando 10 puntos y 7
rebotes) y al otro jugador dudoso, Andrés Nocioni, firmar unos 14 puntos y 5
rebotes que demostraban que el argentino se crece cuando llegan las grandes
citas. El Fuenlabrada se despedía a las primeras de cambio, pero tiene un
mérito enorme su presencia en esta final a ocho, en la que Ivan Paunic con sus
17 puntos y 7 rebotes para 34 de valoración, dejaba los mejores números
individuales del club fuenlabreño en su historia copera. Hablando de
valoración, los 136 de valoración conjunta del Real Madrid en su primer partido
suponían un nuevo record en la competición. Los de Laso despejaban dudas de
golpe, pero en semifinales esperaba el equipo de moda en Europa, el Laboral
Kutxa de Velimir Perasovic.
Pero bien pudo darse otra sorpresa en el encuentro
de cuartos ante el pseudo-anfitrión Río Natura Monbus (club afincado en
Santiago de Compostela) y el cuadro baskonista, pese al inicio arrollador de
los de Perasovic (12-24 en el primer cuarto) La buena defensa gallega en el
segundo acto, y su acierto en ataque en el tercero, les hizo llegar al último parcial
incluso por delante en el marcador (60-58) En un final igualado la estrella “local”,
Wacynski, quien lleva 27 tiros libres sin fallo en Liga Endesa, erró desde el
4,60 un lanzamiento a falta de 3 segundos que hubiera supuesto el empate.
Impresionante la lucha del Obradoiro, que finalmente no tuvo resultado. El
hombre del partido sin duda fue Adam Hanga (gran temporada la suya), con sus 6
triples de 7 intentos, y Bourousis con 13 puntos y 8 rebotes iba dejando su
candidatura para el MVP.
Una semifinal entre Real Madrid y Baskonia siempre
es partido de alto voltaje, siendo dos equipos con habituales cuentas
pendientes, y este curso con el añadido del morbo Bourousis. Los de Laso hicieron
minutos de gran baloncesto en ambos lados de la pista, con Willy Hernángomez
minimizando el efecto Bourousis, como posteriormente haría Lima, y Sergio
Rodríguez dirigiendo a un gran nivel. Pero precisamente el Chacho sufrió la
calidad de un Darius Adams y su juego de puro street-ball, martilleando el aro
rival a base de triples, alguno tras crossover dejando en evidencia la defensa
del base madridista. Los de Perasovic, gracias a la inspiración del de
Illinois, se iban al descanso 4 arriba (44-40) El propio Adams con un nuevo
triple daba la máxima diferencia para los baskonistas, que se iban de siete. El
Madrid no perdía la cara al partido, pero siempre por debajo en el marcador,
con diferencias entre 4 y 6 puntos, y viendo como sus jugadores se cargaban de
faltas personales. Los blancos capeaban el temporal e incluso Sergio Rodríguez
les ponía por delante, pero un contrataque del siempre peligroso Hanga ponía el
61-60 con un punto a favor de los de Perasovic para comenzar el último acto.
Las espadas por todo lo alto. Hanga y Bourousis estiraban el marcador al
comienzo del cuarto periodo (65-60) Maciulis (gran torneo el suyo) respondía
con un triple y 5 puntos seguidos de un inspirado Chacho volvían a poner por
delante al Madrid con un parcial de 0-8. Eran buenos momentos para los de Laso,
más seguros en el intercambio de canastas, llegando a ponerse 6 arriba (69-75)
Y apareció de nuevo Bourousis, con dos triples seguidos que empataban el
partido, el primero señalando al banquillo blanco y el segundo sacando la
lengua al más puro estilo Petrovic. Más leña al fuego. Carroll se sacaba un
2+1, Adams volvía a castigar desde el triple. Se llegaba al último minuto, a
los maravillosos últimos 75 segundos de Sergio Llull. Primero una penetración
para poner el 78-80. A Adams se le acababa la pólvora y fallaba su lanzamiento
triple, rebote para Felipe. Ataque estático para el Madrid que culminaba Llull
con otra penetración a tablero marca de la casa, donde Bourousis no podía
llegar. 78-82. Causeur estrechaba el marcador desde el tiro libre, 80-82. Con
poco más de 30 segundos por disputarse el balón volvía a estar en manos del
menorquín. La ortodoxia pediría agotar posesión lo máximo posible, pero Llull
es un genial heterodoxo que no entiende de dogmas baloncestísticos. Su juego es
pura intuición y si hay que saltar al vacío no le cabe la menor duda en
hacerlo. Tiro lateral en carrera para
poner el 80-84 prácticamente definitivo a 27 segundos para el final. Adams
volvía a fallar un triple ya a la desesperada y el propio Llull cerraba el pase
a la final desde el tiro libre. 8 puntos en 75 segundos. Una locura. El Madrid
a la final después de lo que había sido ya una final anticipada, ya que del
duelo contra el Baskonia saldría el equipo que iba a ser más favorito que nunca
en una final reciente de este torneo, gracias a la sorprendente resolución del
otro lado del cuadro.
Aíto, el magisterio que no cesa. |
Y es que ni los analistas más excéntricos y
atrevidos hubieran podido apostar por un Gran Canaria finalista de esta edición
copera. Ni siquiera parecía factible que fuesen capaces de superar a un
Valencia con marca 19-1 en Liga Endesa, y que había ganado de 25 puntos en el
único partido que había enfrentado a ambos equipos esta temporada hasta la
fecha. Fue un partido de alternativas y parciales (los de Aíto llegaron a hacer
un 0-21) y que parecía encarrilado para los de Pedro Martínez con el 67-57 que
mostraba el luminoso a 9 minutos para el final. Los amarillos dieron un paso
adelante en defensa provocando fallos y pérdidas del rival, para con otro
parcial de 0-8 volver a meterse en el partido. Con toda la tensión de un final
igualado, Xavi Rabaseda emergió como héroe improvisado. Un triple suyo ponía 5
arriba a los canarios a falta de dos minutos para el final, además de otra
canasta de 2 en un 2+1 en el que erró el tiro libre. 5 puntos, lucha en el
rebote y defensa en los momentos claves del partido le convirtieron en el
factor decisivo para Aíto. Finalmente la frialdad en los tiros libres de Pangos
y Oliver dieron el pase al Gran Canaria a semifinales por segunda vez en su
historia. Era la segunda gran sorpresa del torneo.
Y es que anteriormente el Barcelona de Xavi Pascual,
otro de los grandes favoritos a alzar la Copa, quedaba eliminado a las primeras
de cambio frente a un gran Bilbao Basket. En ningún momento los azulgrana se
sintieron cómodos ni pudieron dominar el partido ante un rival que encontró
primero en Hervelle y posteriormente en Ruoff sus dos grandes armas ofensivas,
mientras el equipo se dejaba la piel en defensa. A eso hay que sumarle el
trabajo de un Alex Mumbrú líder ejemplar y clave con un rebote en ataque y el
último robo de balón del partido. Tomic confirma su deprimente estado de forma
y sus fallos en los tiros libres, especialmente uno que hubiera empatado el
partido a falta de 3 segundos, fueron una losa para los de Pascual. Un Pascual
cuyo ya largo y exitoso proyecto, en el que lo ha ganado absolutamente todo con
este equipo, puede tambalearse definitivamente esta temporada si su escuadra no
endereza el rumbo. El botín de la Supercopa empequeñece tras este descalabro, y
más teniendo en cuenta la sequía en títulos de la pasada temporada.
De modo que nos encontramos con una semifinal
improvisada entre Bilbao y Gran Canaria. Cualquiera de los dos equipos haría
historia con el pase a la final. Aíto, de nuevo ante un ex –alumno aventajado (Sito
Alonso en este caso) Veteranos cargados de toneladas de ilusión frente a frente
(Hervelle, Mumbrú, Raúl López, Oliver, Savané…) Un partido a priori muy bonito,
sobre todo por lo incierto del pronóstico. Los de Sito realmente hicieron un
partido soberbio durante dos cuartos y medio y llegaron a dominar al rival por
19 puntos de diferencia. Parecía visto para sentencia, pero el Gran Canaria se
confirmaba como el particular Olympiacos de esta edición copera y labraba una gran
remontada paso a paso, sin parciales demoledores pero limando poco a poco la diferencia
trabajando en defensa, con Baez hiperactivo, y sobre todo con un Albert Oliver
inconmensurable echándose el equipo a la espalda y anotando canastas de todos
los colores, desde el exterior o incluso al poste bajo. Con la mentalidad
ganadora de quien viene desde detrás, finalmente el equipo de Aíto consumó la
remontada con un sobrio Kevin Pangos, desaparecido durante todo el choque pero
decisivo en los minutos finales. Histórico García Reneses, accediendo a su
decimosegunda final de Copa, con cuatro equipos distintos, siendo sin duda ésta
con el Gran Canaria la más meritoria en su larga carrera.
Pocos apostaban por el equipo insular en la
finalísima ante un Real Madrid que tiene tomada la medida a esta competición,
pero la ilusión canaria nos regaló una gran final no resuelta hasta los minutos
finales. Los de Laso fueron superiores y justos vencedores, pero el Gran
Canaria tuvo sus opciones e incluso se vio por delante en el marcador durante
varias fases del tercer cuarto. El 48-45 mediado el citado tercer acto, tras
triple de Oliver, fue la última vez que se vieron por delante, con un Oliver
reviviendo el espíritu de aquel Chichi Creus que le diese Copa y Liga al
Manresa bordeando los 40 años de edad. Bueno, Oliver “sólo” tiene 37, y viéndole
jugar da la sensación de que está en el mejor momento de su carrera. Hasta en
eso ha sido sorprendente esta Copa, un torneo que habitualmente sirve de
espaldarazo para nuestros jóvenes talentos, pero que en esta ocasión ha servido
de reivindicación de veteranía, con jugadores como Oliver o Mumbrú liderando
las gestas de sus equipos, o incluso de un técnico como Aíto que tras décadas
de magisterio baloncestístico aún tiene cuerda para seguir haciendo historia y
llevar al Gran Canaria a la primera final copera de su historia (recordemos que
la pasada temporada los llevó a la primera final europea, de Eurocup,
concretamente) Donde si pudimos ver las estrellas del mañana fue en la
Minicopa, ganada, para redondear la faena, también por el Real Madrid y de
manera incontestable, de principio a fin y apalizando al Joventut en la final
por nada menos que 102-50. El pívot Usman Garuba ha sido elegido MVP con sus
estratosféricas medias de 11.5 puntos, 22.8 rebotes, 3.7 asistencias y 4
recuperaciones por partido, para una valoración media de 35. También es pívot
el MVP de la Copa, un Gustavo Ayón que con este galardón individual calla las
bocas de aquellos quienes, de nuevo de manera infundada, acusan a Laso de no
sacar provecho de sus jugadores interiores, y parece ser que añoran a gigantes
como Ante Tomic. Viendo la trayectoria del Madrid de Laso sin el croata, y el
palmarés de Ante con Pascual, hay que estar muy obnubilados por el fanatismo
para no darse cuenta de que el Madrid acertó no renovando a Tomic. Pero como
digo, ya analizaremos en profundidad el trabajo (y éxito, van de la mano) de
Laso en otra entrada. Un Laso que no para de llenar de títulos las vitrinas
blancas dejando en evidencia lo ridículo de los argumentos de sus cada vez
menos numerosos detractores.
El éxito de Ayón. A Laso también le gustan los pívots. |
EL QUINTETO DE LA COPA:
ALBERT OLIVER (GRAN CANARIA): 13 pts, 2 rebs y 3.6
asists por partido. 14 valo.
SERGIO LLUL (REAL MADRID): 9.3 pts, 3 rebs, 5 asists
y 1.3 robs p.p. 13.6 valor.
JONAS MACIULIS (REAL MADRID): 11.3 puntos y 3.6
rebotes p.p. 12.3 valoración.
EULIS BAEZ (GRAN CANARIA): 8.3 puntos y 6 rebotes
por partido. 10.6 valoración.
G. AYÓN (REAL MADRID): 13.6 pts, 6.3 rebs, 2 asists
y 1.7 robs p.p. 20.3 valoración.
ENTRENADOR:
PABLO LASO (REAL MADRID)
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