Uno de los equipos cuya situación más preocupante nos parece
tras las primeras nueve jornadas de la Liga Endesa es el Fuenlabrada. Quieran
que no, después de varios años viviendo en Madrid, uno le acaba cogiendo cariño
a todos los equipos de la zona. Nunca he entendido el odio entre vecinos. Al
contrario, cuanto mejor le vaya al baloncesto madrileño, para mí mucho mejor. Ya
advertimos hace unas semanas que el club del sur de la comunidad iba a
necesitar imperiosamente reforzar el roster. Tanto Porfirio Fisac como Trifón
Poch son conocidos como entrenadores de baloncesto, no como hacedores de
milagros. No hay mayor misterio. El equipo naranja ha vivido días gloriosos en
los últimos tiempos gracias a contar en sus filas con jugadores como Kristaps
Valters, Antonio Bueno, Esteban Batista, Marko Tomas, Saúl Blanco, Bismack
Biyombo o Gustavo Ayón. Y aún así hay que recordar que el ahora defenestrado
Porfirio Fisac fue capaz de meter a los fuenlabreños en Copa del Rey sin
ninguna figura de este tipo.
El primero de esa lista mencionada arriba vuelve a
Fuenlabrada, y lo hace por tercera vez. El hijo del mítico Valdis Valters
recaló en nuestro baloncesto en la temporada 2008-09 convirtiéndose en uno de
los mejores bases de la liga. 13 puntos y 5 asistencias por partido llevaron su
firma, antes de dar el salto al Joventut donde ligeramente bajó sus
prestaciones. Vuelta a Madrid, donde vuelve a recuperar su mejor juego, y de
ahí salto a un grande, el Unicaja, donde alternó grandes actuaciones con otras
más bien discretas. Demasiada irregularidad para un club con las exigencias del
malagueño. Actualmente se encontraba en el equipo alemán de los Artland Dragons,
coincidiendo con otros ex –ACB como Marquez Haynes, Demond Mallet o Petar
Popovic. Creo que su regreso es una buena noticia para la Liga Endesa y para el
Fuenlabrada, aunque creo que no era en la dirección de juego donde más debían
reforzarse, ya que Colom y Sánchez conformaban posiblemente la línea más segura
del equipo. Tripleta de lujo por lo tanto para Poch, al que parece que empiezan
a llegarle refuerzos con los que Fisac no pudo contar.
Cosas de verle las orejas al lobo.
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