lunes, 23 de febrero de 2015

EL MADRID MANTIENE LA HEGEMONÍA COPERA




Happy together




Habemus campeón de Copa del Rey 2015. La primera entregada por Felipe VI, la tercera ganada en cuatro años por el Real Madrid de Pablo Laso, y la segunda conseguida de manera consecutiva tras un duelo vibrante que como no podía ser de otro modo no se resolvió hasta los instantes finales, demostrando la igualdad existente entre los dos grandes de nuestro basket y lo impredecible de cualquier enfrentamiento entre ambos colosos. 

De salida Xavi Pascual conseguía maniatar el juego madridista en una primera parte que pese a la igualdad (42-41 para los culés) ofrecía mejores sensaciones blaugranas. Los catalanes no dejaban al equipo de Laso practicar su juego de ritmo alto y contrataque, con una gran defensa en la que destacaba el incansable trabajo de Satoransky y Oleson (sobre todo el checo) sobre los bases blancos. Pascual sacrificaba a uno de los pilares del Barcelona de los últimos años como es Marcelinho Huertas convencido de la importancia del trabajo atrás del joven jugador procedente del Baloncesto Sevilla. Satoransky cumplió ahogando principalmente a un Llull incapaz de llevar el rumbo madridista. A eso había que unirle la incapacidad blanca para cerrar su propio rebote, lo cual no sólo provocaba segundas, terceras y hasta cuartas opciones de ataque blaugranas (clave en un partido en el que el acierto del tiro no era tan alto como el mostrado en los anteriores encuentros coperos), si no que impedía al equipo de Laso salir lanzado al aro contrario. Si no tienes rebote, no tienes contrataque.   


Tomic, imparable, no fue suficiente.


Aun así el Real Madrid lograba irse al descanso metido en el partido gracias a detalles puntuales, el carácter de Nocioni (competitivo pese a los años) y la técnica a Lampe que propiciaban un parcial de 0-7 en la salida del segundo cuarto (de 21-18 a 21-25 para los de Laso) Entonces comenzó el recital de Tomic (25 puntos y 11 rebotes para 40 de valoración) llevando a su equipo a alcanzar diferencias de 7 puntos. A poco de concluir el segundo cuarto el Barcelona mandaba 42-35, momento en el que Rudy se echó el equipo a la espalda para reducir diferencias. Su robo de balón y canasta en el último segundo antes del paso por vestuarios ejemplifica lo que supone este jugador para su equipo y su capacidad estajanovista para aparecer y aportar en todas las facetas del juego. 

El tercer cuarto comenzaba de manera similar a lo vivido en los actos anteriores. Llull, completamente ahogado ante la presión de Satoransky, acababa enviando un balón a las nubes con la posesión agotada. Llamada al orden de Laso y responsabilidad para Sergio Rodríguez. El Chacho cambio el partido, su juego vertical no encontró respuesta en la defensa de un Satoransky que seguía incansable y el canario empezó a atacar el aro rival con facilidad. Pero al Chacho además le gusta buscarse un socio al que regalarle balones bajo el aro. Lo encontró en un Ayon justificando por fin su fichaje como madridista. El mejicano, sin llegar a ser el antídoto a Tomic, si al menos se convirtió en un elemento interior capaz de pelear, molestar y rebañar balones en ataque, además de convertir canastas decisivas tras su conexión con Sergio Rodríguez. El Madrid mejoraba en defensa y el propio Ayon y Nocioni (inmenso atrás), cerraban por fin el rebote ante la ausencia de un Felipe Reyes cargado de faltas personales. Conclusión: el Real Madrid pudo correr. Resultado: 57-64 para los de Laso al acabar el tercer cuarto. 

Al Barcelona sólo le quedaba morir en defensa para tener opciones, con, de nuevo Satoransky y Doellman subiendo la presión. Un parcial de 6-0 de salida frente a un Real Madrid que se cargaba pronto de faltas a pesar de no defender con una intensidad mayor (del apartado arbitral hablaremos más adelante) que su rival metía al Barcelona en el partido. 63-64. Pero el Chacho seguía atinado en la dirección, nuevo estirón madridista con 65-71 que parecía definitivo debido a su buena defensa, hasta que un triple agotando posesión a la desesperada y lejanísimo de Navarro apretaba de nuevo el marcador. Por si fuera poco una incomprensible técnica a Llull a la salida de un bloqueo daba el empate a los culés, con minuto y medio por jugarse y empate a 71-71. El Barcelona no volvería a anotar. Llegados por fin al bonus de los tiros libres, Felipe Reyes le pasa la presión al rival (71-73), Navarro falla en el ataque siguiente y el Chacho se inventa una canasta maravillosa, de las que pasará a la historia del torneo, remontando línea de fondo y poniendo un 71-75 que obligaba a los de Pascual a una jugada desesperada como el triple de Abrines sin éxito. El Chapu Nocioni ponía la guinda a su gran partido asegurando el rebote y los tiros libres sin falta. El Real Madrid de nuevo campeón, justo campeón como también lo hubiera sido el Barcelona de haber sido capaz de gestionar mejor los momentos decisivos del partido.     


Ayon se hizo fuerte en la segunda parte.


Rara vez hablamos en este blog de la labor arbitral (reto al lector a que busque entradas críticas con esa faceta del juego), y no lo hacemos por la sencilla razón de que creemos que no suele influir en los resultados. Excepto casos muy concretos, de arbitrajes minando al rival desde el minuto 1 (el famoso quinto partido entre Barcelona y Real Madrid arbitrado por Neyro en la “liga de Petrovic”), o por una decisión puntual que puede valer un partido o título (el tapón de Vrankovic a Montero en Euroliga), creemos que en el 90% de los encuentros el arbitraje no decide. Y no lo hace precisamente porque los árbitros buscan establecer mucha igualdad a la hora de pitar, lo cual no quiere decir que sean justos, al contrario, quiere decir que se equivocan, y mucho. La consecuencia es la exasperación de aficionados, entrenadores y jugadores que no entienden la diferencia de criterio. En mi opinión se trata de una cuestión de cálculo mental. Los árbitros calculan llegar al final del partido con un número parejo de faltas por parte de ambos equipos, defiendan como animales o tengan los brazos bajados. 

Habría que saber porque Lampe recibe técnica en el segundo cuarto, pero lo que resulta insólito, y cualquiera que lleve años viendo baloncesto lo sabe, es el 2+1 que le dan a Doellman tras una falta de Nocioni previa a la penetración del americano. Una continuación sólo válida en el baloncesto NBA, nunca jamás en baloncesto FIBA. Nunca se ha visto dar validez a una canasta de ese tipo, y les aseguro que tardarán muchos años en volver a verla en un partido de este tipo. Simplemente el árbitro ayer decidió que “tocaba”. Igualmente merece comentario lo vivido en el último cuarto. Con ambos equipos defendiendo a muerte (no podía ser de otro modo dado lo que había en juego), e incluso los de Pascual realizando una defensa más intensa, era por el contrario el Madrid quien se cargaba de faltas y con más de medio cuarto por jugarse llegaba al bonus, con lo cual cualquier nueva falta blanca significarían tiros para los azulgranas. La puntilla llegó con la “sospechosa” técnica a Llull al irse al suelo a la salida de un bloqueo que servía para poner el empate en el marcador. El Barcelona, pese a su férrea defensa, se mantenía con sólo tres faltas personales en ese cuarto cuando ya habían transcurrido más de ocho minutos. Fue entonces cuando a los árbitros les entraron las prisas y pitaron dos faltas seguidas a los azulgrana para que alcanzasen el bonus, en el que el Madrid había entrado como decimos minutos antes. Aquello sirvió para que Huertas cargara contra los árbitros diciendo que “habían cambiado el criterio en los últimos minutos”. No es que lo cambiaran, simplemente lo equilibraron, porque “tocaba” compensar. Y lo peor de todo es escuchar a la finalización del partido decir que los árbitros estuvieron formidables, porque no influyeron en el resultado. No, no influyeron, pero pitaron lo que les dio la gana y eso a los aficionados nos cuesta entenderlo. No obstante hay un dato demoledor para el madridismo que desee quejarse de maltrato arbitral en esta copa: Al Real Madrid le han señalado 69 faltas en sus tres partidos, por 59 de los rivales. Aún más sangrante resulta el dato de los tiros libres. Los rivales del Real Madrid en los tres partidos coperos han lanzado nada menos que 64 tiros libres… por 31 de los blancos. Es decir, más del doble. Habría que tirar de hemeroteca para encontrar un campeón de Copa que haya tenido este hándicap durante todo el torneo.  

Sobre el resto de la Copa, hay que reconocer que el Barcelona ha hecho un buen torneo, eliminando a dos duros rivales como Valencia y Unicaja. En el primer caso mostrando cierta solvencia, pese a no descolgar a su rival en ningún momento manteniendo el liderazgo en el electrónico constantemente. El mayor peligro para los de Pascual llegó en el último minuto cuando tras una perdida incomprensible de Huertas (errático todo el torneo) el Valencia dispuso hasta de dos lanzamientos triples para ponerse a un punto y haber deparado un final a cara o cruz, que visto lo visto durante el transcurso del partido, no parecía posible dada la superioridad blaugrana. Más trabajo costó derrotar a un gran Unicaja tan certero en el triple que llegó a igualar el record de lanzamientos de 3 puntos en el torneo en un partido (14… que minutos más tarde pulverizaría el Madrid al anotar 16 frente al Joventut) Los de Plaza mantuvieron trazas de finalistas durante gran parte del choque, mandando en el marcador hasta mediado el último cuarto (62-68 a falta de seis minutos) Un parcial de 7-0 liderado por Hezonja y Lampe puso por delante a los de Pascual, y los de Plaza, por debajo en el marcador por primera vez en muchos minutos, fueron presa del vértigo a las alturas, el miedo a ganar, y no pudieron con la presión, precipitándose en los ataques finales y permitiendo una victoria blaugrana más cómoda de lo que nadie hubiera pensando minutos antes. 

El subcampeonato culé también ofrece aspectos positivos en el crecimiento de sus jóvenes valores. Abrines, cada vez con más galones, y Hezonja, ya por derecho propio convertido en uno de los hombres fuertes de Pascual. Satoransky es otro de los jugadores que sale favorecido, por no hablar de Tomic, cuyo torneo ha sido excelso.  

El camino del Madrid hacia la final fue, a priori, más cómodo, pero igualmente trabajado. Un buen Cai Zaragoza plantó cara hasta el descanso gracias al trabajo de sus hombres interiores, especialmente Henk Norel, pero un parcial de 15-0 tras el paso por los vestuarios con Rudy Fernández dirigiendo las operaciones encarriló el pase a semifinales de los blancos, donde se encontrarían con un Joventut igualmente peleón hasta el segundo cuarto. Como si se tratase de repetir el mismo guión, los de Laso mostraron su mejor cara tras el descanso, con un parcial de 3-23 que dejaba sin opciones a los verdinegros y les hacía caer por una diferencia que no merecían después de lo demostrado. El 16 de 25 del Madrid en semifinales, una locura y record absoluto del torneo. 

También hay que comentar como el Gran Canaria volvió a sucumbir a la maldición del anfitrión, quedando eliminado a las primeras de cambio ante un sobrio Fiatc Joventut, y la fortaleza exhibida por el Unicaja en su primer partido ante el Bilbao Basket. 

Respecto a la Minicopa, buena ocasión para calibrar futuras estrellas de nuestro baloncesto, el Real Madrid también se llevó el trofeo final con una exuberante demostración de un chaval inglés de 13 años llamado Kareem Queeley, quien en la final contra Unicaja dejó una tarjeta de presentación de las de hacer época: 36 puntos, 13 rebotes, 3 tapones, 2 asistencias y 43 de valoración.   

La conclusión que nos deja esta Copa es una vez más la de la supremacía de Real Madrid y Barcelona sobre el resto de las plantillas, y la constatación de que el proyecto Laso, por muchas zancadillas que siga encontrando, sigue siendo válido y ganando títulos para la entidad blanca. Que le dejen seguir trabajando.      



Kareem Queeley, nueva joya del basket europeo con 13 añitos.




EL QUINTETO DE LA COPA: 


SERGIO RODRIGUEZ (REAL MADRID) 12 pts, 2.3 rebs y 4.6 asists p.p. 14.6 valoración.
JAYSON GRANGER (UNICAJA) 15 pts, 3.5 rebs 7 5.5 asists p.p. 18.5 valoración.
RUDY FERNÁNDEZ (REAL MADRID) 14.6 pts, 5 rebs, 4.6 asists y 2.3 robs p.p. 22 val.
MINDAUNGAS KUZMINSKAS (UNICAJA) 14 pts y 5.5 rebs por partido. 18 valoración.
ANTE TOMIC (BARCELONA) 16.3 pts, 9.3 rebs, 1.3 asists y 1.3 taps p.p. 26.6 valoración.


ENTRENADOR: 



PABLO LASO (REAL MADRID)  

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