El sol saliendo para Felipe. |
“Tempus fugit”, que decían los antiguos. El
inevitable paso del tiempo y los ciclos de la vida finalmente se han instalado
en esa generación baloncestística que parecía eterna. Felipe Reyes, el
gladiador de nuestros tableros, nuestro Espartaco, anunciaba ayer su retirada
de la selección española. La noticia nos coge por sorpresa, ya que no es
habitual comunicar la retirada después de un verano en el que no has
participado con el equipo de la Federación y en pleno comienzo de la temporada
de clubes.
Deja la selección con un palmarés impresionante: campeón
del mundo en 2006 y tres veces medallista olímpico (dos platas y un bronce),
tres veces campeón de Europa, dos platas y un bronce. En total diez medallas
con la selección absoluta, en quince veranos. Sólo en cinco ocasiones no se
subió al podio, y sólo en cuatro no luchó por medallas. A todo esto hay que
sumar, como no, esos dos oros en categorías inferiores, el europeo Sub18 y el
mundial Sub19 que pusieron bajo los focos a esta talentosa generación de
jugadores, y posteriormente el bronce europeo Sub20 ya sin Navarro y Raúl
López, precozmente debutantes en la absoluta. En total 13 medallas vistiendo de
rojo. En una selección que ha sido como una familia, y que de hecho le arropó
en el momento posiblemente más duro de su vida, y es que en plena concentración
para el Eurobasket de 2011 le llegaba la noticia del repentino fallecimiento de
su padre tras un ataque al corazón. Felipe abandonó por unos días a sus
compañeros para estar con los suyos. Lloró a su padre y volvió a vestirse de
rojo para dejarse la piel por cada rebote en el torneo celebrado en Lituania
hasta que se colgó el oro y su capitán y amigo Juan Carlos Navarro le cedió el
privilegio de levantar la copa en otras de las fotos históricas del baloncesto
español. Fue el verano en el que el grito de guerra de nuestros jugadores era
aquello de “¡Todos los días sale el sol, Felipón!”. Algo más que un equipo,
algo más que una selección.
A la sombra de Pau Gasol y Navarro, pero con
justicia siendo el tercer espada de este grupo baloncestístico increíble, Felipe
Reyes continuará haciendo historia a nivel de clubes, en una ACB de la que ya
es máximo reboteador histórico, jugador con más valoración, y tercer jugador con más partidos disputados,
a 34 de Rafa Jofresa. Es decir, si la salud le respeta y Laso lo estima
conveniente, entre liga regular y play offs podría convertirse en el líder
histórico en ese apartado. También seguirá haciendo historia en una Euroliga de
la que es máximo reboteador ofensivo.
Donde ya no seguirá batiendo registros descomunales
es en la selección española, constatando que por mucho que nos empeñemos el
tiempo pasa para todos. La sensación de vacío y orfandad que comenzaba en
Navarro se prolonga en Felipe y sólo Pau Gasol se empeña en luchar contra el
calendario. La orfandad que produce saber que ya no volveremos a ver a Espartaco
partirse la cara por el rebote vestido de rojo.
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