Campazzo, el hombre del partido. |
Dice el dicho que quien da
primero da dos veces. Ojala fuera cierto pensarán los madridistas,
pero la realidad es que el próximo lunes cuando a las nueve de la
noche el árbitro lance de nuevo el balón al aire de nada habrán
servido los 20 puntos de diferencia con los que los de Laso
aplastaron a su rival en el primer partido de las finales. El
Barcelona de Pesic sigue teniendo una bala para romper el factor
cancha en las finales, pero para ello deberán dar una cara bien
distinta a la ofrecida en el arranque de la serie. Todo lo contrario
que el Real Madrid, que de golpe y plumazo disipa muchas dudas sobre
el estatus de Pesic de “bestia negra” del Madrid de Laso. Y es
que desde la llegada del veterano técnico serbio al banquillo culé
el balance entre Pesic y Laso es (era, hasta anoche) de 6-2 a favor
del de Novi Sad, en concreto 4-1 durante el presente curso. De modo
que aunque el resultado tiene tanto valor como haber ganado de un
punto, y de hecho y con toda lógica es preferible ganar dos partidos
en unas finales por un punto que ganar uno de 20 pero perder el
siguiente, el equipo de Laso demuestra que no hay “bestia negra”
que valga y dan un golpe encima de la mesa prolongando su actual gran
estado de forma.
Tampoco llegaban los de
Pesic en mal momento a estas finales, aunque con todos los respetos
no es la misma exigencia a la que te obliga el Zaragoza que todo un
campeón de la Eurocup como el Valencia. Pero ambas escuadras habían
solventado las semifinales por la vía rápida, sin haber perdido
todavía un partido en todos los playoffs y con algunos nombres
propios (Campazzo, Causeur, Randolph, Ayon, Heurtel, Singleton,
Claver...) brillando y realizando grandes actuaciones individuales.
Uno de estos nombres propios, Anthony Randolph, fue el encargado de
abrir el marcador con un triple desde la esquina acompañado de falta
personal que convirtió en un punto más desde el tiro libre. Tomaría
el relevo un sublime Campazzo con cinco puntos consecutivos. 9-0 en
un suspiro. El Barcelona tardaría casi cuatro minutos en anotar, por
medio de Pau Ribas, pero en un par de minutos logró cuatro canastas
que unido al desacierto exterior del Madrid (sólo anota Campazzo en
una penetración) ajustaba el marcador en 11-8. Los de Pesic debían
endurecer el partido, y la hiperactividad de Hanga en ambos lados de
la pista, llegando a encararse con Ayon en un ataque barcelonista, no
tardó en hacer acto de presencia. Pero el Madrid no perdió el mando
del partido. Llull, con 2 triples seguidos, demostraba que llega a
las finales superando su mal momento de los últimos meses y los
blancos cerraban el primer cuarto con un 22-17 y una evidente
sensación de superioridad.
No podría tener mejor
arranque el equipo de Laso en el segundo acto. Una canasta de
Randolph y una recuperación de Rudy sobre Kuric finalizaba con un
triple precisamente del mallorquín. Los blancos se iban de diez con
un 5-0 en 64 segundos. Eran grandes momentos para Rudy, que aun
ampliaría la ventaja a once con otro triple. Mediando este segundo
cuarto las diferencias se movían en torno a la quincena de puntos, y
aunque una pequeña reacción barcelonista les ponía a once, un
nuevo triple de Campazzo ponía el 44-30 a 1.20 del descanso. Otra
canasta de tres del argentino, a la pata coja y al filo de la
posesión pondría un definitivo 47-32 en la primera parte, después
de que Pangos desperdiciara el último ataque barcelonista agotando
la posesión y finalmente perdiendo la bola. Quince puntos de
diferencia en unos 20 minutos sin más color que el blanco.
Llull, buscando recuperar su mejor versión. |
Quiso insinuar reacción
el Barcelona tras el descanso, abriendo el marcador con un triple de
Singleton, uno de los interiores con mejor mano de la ACB (se ha
movido esta temporada en un tremendo 50% desde el triple) A
diferencia de los dos cuartos anteriores, ahora el Barcelona era el
primero en anotar. Pero la diferencia seguía siendo importante. Un
intercambio de canastas hasta el primer tiempo del cuarto dejaba el
marcador en 54-41. La reacción auzlgrana no llegaba y Tavares hundía
la bola ante Singleton para poner una máxima diferencia de 16,
60-44. Los triples de Pangos y Oriola hicieron que los de Pesic no se
fuesen definitivamente del partido. Se cerraba el tercer cuarto con
63-52. Pese a que el Barcelona no lograba bajar de esa barrera
psicológica que se sitúa en la decena de puntos, una diferencia de
once con todo un cuarto por delante significaba que aun había
partido (sobre todo con el recuerdo de que en la última final de
Copa del Rey los blancos mandaban 60-46 al comienzo del último
cuarto)
Pero esta vez no hubo
remontada azulgrana y el Madrid siguió con su seriedad defensiva y
eficacia en ataque. Pese a que Kuric, por fin, bajaba la diferencia
por debajo de los diez puntos (63-54), el nunca bien valorado Taylor
(11 puntos con un solo fallo en el tiro libre) sofocaba la rebelión
visitante con un triple desde la esquina. El propio Taylor anotaría
de nuevo y un triple de Causeur (otra vez rentabilidad absoluta, 9
puntos en 15 minutos) estiraba la diferencia a una nueva máxima,
71-54, a poco más de 7 minutos. El bravo jugador bretón encendía
las gradas del WiZink con una preciosa canasta a la media vuelta ante
Kuric desde el 6.75. Tras el tiempo muerto azulgrana el propio
Causeur castigaría el fallo barcelonista en una contra que valía
2+1 para poner 20 arriba a los de Laso. Quedaban 6.46 y el Barcelona
intuía la posibilidad de sacar bandera blanca y rendirse. Su
compatriota Heurtel no estaba por la labor. Cinco puntos seguidos
para el mejor jugador azulgrana de la temporada ponían al campeón
de Copa a 15. Apareció Hanga y con cuatro puntos más puso el 74-63
a 4.34. Llull, ya lo hemos comentado, ha experimentado una
esperanzadora mejoría respecto a meses pasados, pero ante sus dos
últimos fallos en el tiro Laso no espero más para volver a darle el
mando del partido a Campazzo. El de la Córdoba argentina dejó claro
que no hay jugador más en forma (con permiso de Heurtel, ayer de
nuevo máximo anotador azulgrana con 14 puntos pese a las buenas
defensas madridistas, especialmente de Taylor) en la ACB ahora mismo.
Cuatro puntos desde el tiro libre, peleándose por dentro y por fuera
(primero recibe de Taylor debajo de canasta tras atravesar la zona
frenado por Pangos en falta, luego le saca personal a un Tomic mal en
su ayuda exterior) vuelven a estirar la diferencia, para que Taylor,
el otro hombre clave en el gran partido madridista de ayer ponga el
81-65 con un triple. Sentenciado. Quedaban menos de dos minutos que
fueron un paseo en el que sólo Claver, desde el tiro libre, anotó
por el Barcelona, mientras que el “Tortuga” Gabriel Deck cerraba
el marcador desde el triple. Rotundo 87-67.
Laso habló en posterior
rueda de prensa de “demostrar credenciales”. El 6-2 previo entre
Pesic y el vitoriano, y el 4-1 de la temporada actual hecho añicos.
El Real Madrid hacía uno de los mejores partidos de la temporada en
nada menos que unas finales ACB. No hemos tenido esta temporada tanto
tiempo como otros cursos para hablar de este Real Madrid de Pablo
Laso, que sigue siendo una de nuestras grandes debilidades, pero es
digno de admiración como ha planificado una durísima y larguísima
temporada para llegar a estas alturas de campaña en este momento de
forma. Ya exhibían un buen estado en la Final Four de Vitoria, pese
a que no pudieran con un grandísimo CSKA, pero su final de temporada
regular y comienzo de playoffs, especialmente semifinales ante
Valencia dejaban claro que la planificación es irreprochable. Por
otro lado no creemos que el Barcelona esté tan por debajo como
indican los 20 puntos finales del partido de ayer. Desde luego si
ambos equipos mantienen el nivel visto en el G1 no vamos a tener
finales. El Madrid fue superior en todo y desde el minuto 1. Siempre
estuvo por delante en el marcador y fue superior en todos los
aspectos, excepto en el rebote (41 a 31 para los de Pesic, enorme
Claver con 12), pero con los brutales 42% en triples y 58% en tiros
de dos exhibidos por los de Laso poco importa. El Real Madrid fue
superior además en prácticamente todos los duelos individuales,
especialmente en los que se esperaban más significativos. La pareja
Campazzo-Llull fue muy superior a Pangos-Heurtel, Tavares minimizó a
Tomic, Rudy y Causeur se comieron a Ribas y Kuric, incluso el
infravalorado Taylor hace un partido superior al de Hanga, quien
recordemos ha sido uno de los, otro más, fichajes estrellas del
Barcelona en los últimos años... sólo en los “forwards”
abiertos, con Oriola, Singleton y Claver, frente a un Randolph
discreto y un Thompkins inoperante (único jugador que valora en
negativo para Laso) parecieron superiores los visitantes ayer. En las
pizarras Laso también superó a Pesic. Aprendió de errores pasados
y en ningún momento permitió una reacción azulgrana. En los
constantes cambios defensivos, entre zona y individual, los blancos
siempre superiores, con el habitual “diamante” de Laso con Taylor
como punta de lanza neutralizando la dirección de juego azulgrana, y
(no tan) pequeños detalles como la buena defensa inicial de
Campazzo, en individual ante Pangos, dando una lección de como
superar los bloqueos directos de todo un pívot de 2,18 como Ante
Tomic.
El Madrid pone el 1-0 en
las finales. Lo hubieran puesto tanto ganando de 20 como de 1. No
vale de nada ganar de 20 si el Barcelona rompe el factor cancha en el
G2. Será otra historia. Pero ya nadie va a recordarle a Laso su 6-2
ante Pesic. El Madrid da primero, no da dos veces. Simplemente ha
dado muy fuerte.
Laso, compañero del Metal, no hay "bestia negra" que valga. |
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