Dusko. Volvió y ganó. |
Mereció la pena el esfuerzo. “Volver es ganar”, rezaba un hashtag a modo de eslogan escogido por la ACB, y en efecto, haber vuelto a traernos el baloncesto a los aficionados al deporte de la canasta en estas circunstancias tan excepcionales ha sido un auténtico regalo que nos ha dejado una fase final en la que ha habido prácticamente de todo: emoción, sorpresas, y un Baskonia campeón que ha hecho buena la etiqueta de “tapado” que algunos le habíamos colocado.
Los de Ivanovic aprovecharon el larguísimo parón
pandémico para recuperar efectivos, especialmente en la posición de base, en la
que más han sufrido durante toda la temporada (característica que comparten con
su rival en la finalísima, el Barcelona de Pesic) Granger, Vildoza y Henry han
sufrido distintos problemas físicos a lo largo de la temporada que han mermado
al conjunto baskonista en la dirección, pero en esta fase final de Valencia
Ivanovic ha podido contar con su tripleta de bases (más el joven letón Kurucs) al completo y de ha hecho ha
resultado ser decisiva (Vildoza ha sido designado MVP de la final… además de
anotar la canasta definitiva en una gran “puerta atrás” magníficamente vista por
su asistente Polonara) No se puede ni se debe poner ni un pero al triunfo
baskonista. Quizás su juego no ha sido el más brillante ni han ofrecido el
mejor baloncesto, pero la fe en sus posibilidades ha sido innegable. Partían
del grupo A, a priori el más duro, y después de abrir su participación con una
victoria relativamente cómoda ante un Bilbao que sólo aguantó durante el primer
cuarto, comenzó su particular Vía Crucis pero que lejos de acabar en
crucifixión llevó a Ivanovic directamente a su resurrección personal y la de un
equipo vitoriano que no celebraba un título en 10 años, desde que en Junio de
2010 consiguieran la liga también ante el Barcelona y con el propio Ivanovic en
el banquillo después del ya histórico 2+1 de San Emeterio a cinco décimas del
final del tercer partido para certificar una incontestable victoria por 3-0 en
aquellas finales.
Y es que en la segunda jornada Tenerife atisbó la
remontada en el último cuarto (se llegó a poner cinco abajo a cinco minutos
del final), mientras que en la tercera, en el choque que les enfrentaba a un
Barcelona favorito para liderar grupo (y llevarse el título) dejaban ya alguna
pista sobre sus posibilidades, mostrando una cara muy competitiva y de hecho
siendo superiores en una estadística que sería clave en la final. Y es que pese
a la derrota los de Ivanovic superaron en el rebote a los de Pesic, 37 a 31,
capturando nada menos que 11 rebotes ofensivos en el tablero rival. Estuvieron
en el partido hasta el acto final, llegando incluso a entrar en el último
cuarto por delante, pero un parcial de 14-2 les apartó de prácticamente
cualquier posibilidad de ser primeros de grupo y les dejaba sin margen de error
en el siguiente partido. El encuentro que sería clave y que dirimiría al equipo
que acompañaría al Barcelona como segundo de este grupo A, Unicaja o Baskonia.
Y en efecto podemos decir que fue el partido clave,
el momento que marcaría el devenir del equipo baskonista. A falta de un minuto los de Ivanovic
estaba cinco abajo pero Unicaja sería incapaz de cerrar el partido fallando
hasta tres de los últimos cuatro tiros libres del tiempo reglamentario (dos
Ejim y uno Mekel) Polonora (qué fundamental ha sido para Ivanovic el italiano)
anotaba a falta de cuatro segundos la canasta que llevaba el partido a la
prórroga, ya que Alberto Díaz se haría un lío en la exigua posesión de 4
segundos posterior. Polonara de nuevo se vestiría de héroe con el tiro libre
decisivo para sellar una victoria que se le escapaba a Unicaja después de dos
triples errados y lanzados precipitadamente por Bouteille. El resultado dejaba
el grupo A visto para sentencia, con Barcelona y Baskonia como primer y segundo
clasificado respectivamente. El partido ante Joventut serviría a Ivanovic para
dar descanso a jugadores clave como Shields (apenas jugó tres minutos) o
Shengelia, quien siquiera llegó a ponerse de corto.
La semifinal ante Valencia fue otro ejemplo de capacidad
de sufrimiento baskonista, remontando los nueve puntos con los que afrontaron
el descanso y sabiendo aguantar el último arreón taronja. De hecho Jordan Loyd
tuvo en sus manos el tiro que pudo dar el pase a la final para los anfitriones.
Era nada menos que el lanzamiento triple número 41 para los de Casimiro quienes
echaron en falta al voluntarioso Alberto Abalde, aquejado de una lesión
abdominal y padecieron además la lesión de Labeyrie durante el partido. Finalizaba
así la andadura de un Valencia que había liderado el grupo B cayendo solo ante
un Real Madrid que no obstante no conseguía clasificarse para semifinales
después de sus derrotas ante Burgos (auténtica revelación de esta fase final) y
sobre todo ante un Andorra que le sacó los colores (91-75) Es la primera vez
que Laso no llega a una finales ACB dirigiendo al Real Madrid. Desde su primera temporada en el banquillo
madridista, 2011-12, hemos visto desfilar a equipos como Barcelona, Baskonia o
Valencia, pero siempre con el mismo rival enfrente, el Madrid de Laso que ha
sido capaz de solventar cualquier dificultad que ha ido surgiendo a su paso
curso tras curso… lesiones, marchas de estrellas a la NBA… nada parecía frenar
el proyecto Laso… hasta la llegada del coronavirus. Y es que el equipo más desconocido
a la vuelta del cese de actividad de casi cuatro meses ha sido con diferencia
el Real Madrid. Como suele ser habitual no han tardado en aparecer los
ventajistas de turno que parecen olvidar la magnífica trayectoria durante todo
el curso del equipo blanco, campeón de Supercopa, arrasando en Copa, y con
exhibiciones en Euroliga que le llevaban a mantener un balance de 22-6 en
segunda posición antes del parón pandémico.
"¡Colega!, ¿dónde está mi equipo?" |
El Barcelona de Pesic cobraba por tanto mayor vitola
de favorito todavía con su gran rival en la cuneta. El sorprendente San Pablo
Burgos ofreció la justa resistencia pero la tormenta ofensiva desatada por el
mejor Heurtel (14 puntos y 11 asistencias) ponía a los de Pesic en la gran
final. Y en la ya citada final las acciones de Heurtel en el segundo cuarto y
los problemas interiores de un Baskonia que se cargaba de faltas en sus hombres
altos parecía anticipar que el título de Liga Endesa viajaría a la Ciudad
Condal, cuando bordeando el descanso los de Pesic se ponían ocho arriba.
Shields estaba desaparecido y Shengelia no acababa de aparecer, pero el
consabido “carácter Baskonia” hizo acto de presencia en la segunda parte, y a
pesar de verse superados en el rebote (39 a 37), la capacidad para segundas
opciones (capturaron hasta 13 rechaces en aro blaugrana) permitió a los de
Ivanovic seguir vivos hasta el final del partido con la ya histórica canasta de
Vildoza. Posteriormente un difícil triple lateral de Higgins (¿de verdad no tenía
nada mejor Pesic en la pizarra?) daba en el aro y certificaba el retorno de
Baskonia a lo más alto del baloncesto nacional, sembrando de dudas el
multimillonario proyecto barcelonista del pasado verano y su caza de estrellas
rematado con el bombazo del fichaje de Mirotic, MVP de la temporada regular
pero que despide su regreso al baloncesto europeo sin sumar ningún título
colectivo a su palmarés, y con una gris actuación en el partido decisivo de la
temporada (-1 de valoración después de fallar sus cinco intentos triples,
capturando tan sólo un rebote, sumando un -10 su equipo con él en pista y
eliminado por faltas personales a cinco minutos del final)
Pero por encima de todo quedémonos con que en efecto
mereció la pena el esfuerzo. Hemos vuelto y por ello todos hemos ganado.
Después de vivir una pandemia que ya marca de manera irremediable a toda una
generación y se convierte en el hecho histórico más desgraciado a nivel mundial
desde la II Guerra Mundial, volver a vivir el baloncesto ACB en directo (sólo
Alemania e Israel se han atrevido a dar este paso) ha sido un auténtico chute
de positivismo para los aficionados al deporte. Sólo queda desear que la
temporada que viene sea como hubiéramos deseado fuera esta.
Mirotic señalado. |