Llull volvió a rugir. |
Ayer
era un día marcado en rojo para el madridismo y el baloncesto
español en general. Una importancia subrayada en la presencia de dos
jugadores NBA, los hermanos Hernángomez, uno con pasado madridista y
otro proveniente del vecino rival estudiantil. De modo que Willy
Hernángomez acudió al Palacio de Los Deportes ataviado con la
elástica blanca de Sergio Llull, quien fuera compañero suyo en el
club madridista, mientras que su hermano Juancho dejaba claro su
apoyo al menorquín con una camiseta roja homenaje al base-escolta
internacional que la propia selección española, entre cuyos
jugadores se encuentra el menor de los Hernángomez, realizó en su
momento cuando el aeroplano de Mahón se rompió el ligamento cruzado
anterior de la rodilla derecha. Las pantallas de vídeo del pabellón
madrileño, mientras tanto, ofrecían imágenes en exclusiva de un
reportaje realizado para Real Madrid TV sobre el proceso de
recuperación de Sergio Llull, un documento audiovisual para la
historia, porque Llull es historia del baloncesto español y
madridista, y sus ocho meses y medio recuperándose de una de las
lesiones más graves que puede sufrir un baloncestista forman parte
de esa historia, en este caso en su sentido negativo. Llull,el jugón
de la eterna sonrisa, ha vivido durante estos meses sus momentos más
duros. Pero está de vuelta, y esa era la noticia, tanto o más que
la posibilidad de romper el empate a uno con el que la bronca
eliminatoria de cuartos de final de Euroliga ante Panathinaikos
llegaba al WiZink Center.
No
fue, en líneas generales, un buen partido de Llull (lo extraño
hubiera sido lo contrario), pero si fue un buen retorno. Por la
victoria y por las buenas sensaciones durante los 19 minutos y 31
segundos que estuvo en pista. Llull, que duda cabe, está muy lejos
de su nivel, y la lógica dice que tardará en alcanzarlo, pero dejó
dos minutos y medio mágicos en el último cuarto que parecieron
engañar al tiempo, como si nunca se hubiera ido de las canchas. En
esos dos minutos y medio el balear rompió el partido con una canasta
a tabla altísima, tras penetración (de las pocas veces que le vimos
irse a canasta), y dos triples para un parcial de 8-0 que amenazaba
con sentenciar el choque. 70-63 a 3.28 del final. No fue así.
Calathes y James aparecieron de nuevo desde el triple y el Madrid no
acertó en sus posteriores ataques. Un triple lejano de un genial
Mike James ponía el empate a 70 y hacía comenzar un nuevo partido
con apenas dos minutos por disputarse. Toda la presión ahora recaía
en el bando madridista, quien de haber visto volar el punto del
Palacio quedaría en situación crítica pues los griegos habrían
recuperado el factor cancha e incluso una victoria el viernes en el
cuarto partido no les garantizaría su presencia en otra Final Four.
Dos
minutos en los que sin embargo el Real Madrid, con toda esa presión
de equipo local jugó algunos de los mejores momentos de la serie,
recordando al tercer cuarto del segundo partido, y de nuevo con dos
grandes protagonistas (o dos grandes protagonistas ofensivos,
mientras Laso recurría a los habituales cambios de “balonmano”
según su equipo estuviera en ataque o defensa), los mismos que la
pasada semana en Atenas: Jaycee Carroll y Felipe Reyes. El escolta
mormón anota seis puntos, con una gran penetración lateral a
tablero y un triplazo con tiro libre adicional que posiblemente fue
la canasta del partido. El gran capitán por su parte logró sus cinco puntos desde el tiro libre. Picando piedra una vez más. Enorme. Entre ambos anotaron los últimos once puntos del Real Madrid.
Fueron
los dos mejores jugadores del equipo de Laso. Jaycee se fue a 17
puntos sin fallo en 16 minutos, y 13 de valoración (le penalizaron
sus 4 faltas personales), mientras que Felipe vuelve a agotar
calificativos. Fue el más valorado de su equipo (14), ¡y jugando
sólo 9 minutos! Lo del capitán madridista es un caso digno de
estudio.
Pero
hasta llegar a ese explosivo final de partido, lógicamente, pasaron
muchas cosas. Una salida muy seria del Madrid frente a un
Panathinaikos que sorprendía con Rivers de titular por delante de
Antetokounmpo, ¿reconocía Pascual que Doncic había logrado superar
la defensa del guerrero griego? Eso parece. El rendimiento del
esloveno en estos play offs camina muy parejo al de su equipo.
Claramente de menos a más. Su primera parte en el partido de ayer es
magnífica, culminada con uno de los “highlights” de la temporada
como fue su mate sobre Gabriel tras rebasar a Payne. Una primera
parte en la que Xavi Pascual ya había dejado claro el nivel de
crispación instalado en el entorno del club griego, protestando unos
pasos claros que le costaron una técnica que parecía más bien una
provocación buscando un cambio de tendencia arbitral en la segunda
parte (a los griegos sólo les señalan dos faltas personales en los
primeros siete minutos del último cuarto... hasta que Felipe se pone
a picar piedra)
El
Panathinaikos cumplió con el guión previsto. Todo fiado a Calathes
y James. El gran acierto de la defensa madridista fue negar el pase
al genial base greco-americano, quien tuvo que mirar aro nada menos
que en 19 ocasiones, mientras que no encontraba a los habituales Gist
y Singleton. El Real Madrid, con Laso a la cabeza, está dando un
ejemplo de coralidad y juego en equipo superior al de su rival. En un
partido tan decisivo como el de ayer los números son elocuentes
respecto al uso de las piezas por parte de ambos entrenadores.
Calathes se tiene que ir a 36 minutos, Gist a 28, Singleton casi
26... sorprende los apenas 20 de James mientras que Lojeski,
absolutamente inoperante excepto por un mayor aporte en el rebote que
el americano, se va a 25. De hecho los griegos ganan el rebote (38 a
36) Poco le importa a un Laso que va ganando la serie 2-1 y ayer da otra
lección de dosificación y confianza en todos sus jugadores. El
recuperado Doncic es el más utilizado, casi 28 minutos, pero a
partir de ahí ningún jugador se carga. Taylor (otra vez fundamental
en defensa) 24, Ayón 22, Thompkins 21... el resto por debajo de 20
minutos... en uno de los partidos más importantes de la temporada.
Impresionante. Es curioso como en una serie en la que se presuponía
un exceso de minutaje de Doncic, al final el exprimido va a ser
Calathes, pese a contar durante toda la serie con un “back up” de
tantas garantías como Nikos Pappas, y por supuesto un Mike James que
perfectamente puede ejercer de director de juego.
Y
es que Laso vuelve a contar con una de sus piezas más queridas, el
único jugador de la plantilla junto a Felipe Reyes y Jaycee Carroll
con el que ha compartido sus siete años de entrenador madridista.
Sergio Llull vuelve, de momento en pequeñas dosis. No estamos
todavía ante un Llull en versión “long play”, pero recordando
mi formato musical favorito, o al menos mi favorito para pinchar, el
7”, ayer nos dimos una pequeña alegría en formato reducido. Un
Sergio Llull versión “extended play”.