Si uno se
imagina una camada de baloncestistas en la que lleguen a convivir nombres como
los de Tony Parker, Nico Batum, Boris Diaw o Joakim Noah, parecería claro que
estaríamos hablando de un equipo con las más altas posibilidades, y capaz de
dominar este deporte al menos al nivel continental. Sin embargo no sucede así
con esta selección francesa que ve como su mejor generación histórica de
jugadores una y otra vez se quedan a las puertas de la gloria, o incluso las
más de las veces se llevan sonoros y decepcionantes batacazos. De modo que la
reciente y brillante plata europea del pasado año en Lituania se antoja
demasiado poco para una selección que parecía encontrar el equilibrio entre los
veteranos Parker, Diaw y Florent Pietrus y las nuevas emergentes figuras del
baloncesto galo. Su trayectoria olímpica tampoco es para echar demasiados
cohetes, dos platas muy espaciadas en el tiempo, 1948, y Sydney 2000, donde
destacaban nombres como los de Rigaudeau, Bilba, Bonato, Risacher o Weiss. Tras
aquella gloria olímpica vino una bajada a los infiernos (no se clasificaron
para los Juegos de 2004 ni 2008) de la que se tratan de recuperar ahora con la
lustrosa y exuberante generación actual plagada de nombres NBA, a los que
Vincent Collet intenta hacer funcionar como un equipo, a la espera de que la
bomba de jugadores que tiene entre sus manos definitivamente estalle en una
explosión de efectos retardados.
Por tanto
es una de las selecciones más fáciles de descifrar de todo el torneo. A Francia
la conocemos bien, con sus numerosas virtudes, pero también con sus enormes
carencias a la hora de interpretar el juego en ataque estático. Excesiva
dependencia anotadora de Parker, y sólo De Colo y Diaw parecen jugadores con la
suficiente inteligencia para saber sacar ventajas en determinados momentos
independientemente de su calidad. Calidad que le sobran a jugadores como Gelabale
o sobre todo Batum, pero cuyo juego es bastante previsible. La idea es tratar
de darle continuidad al éxito de Lituania, de modo que la joven estrella Evan
Fournier, quien posiblemente tuviera ya sitio en el roster, tendrá que esperar.
Más extraña resulta la ausencia de Antonie Diot, quien se perdió el pasado
Eurobasket por culpa de una lesión y en quien ahora no parece confiar Collet,
cuando precisamente la mayor carencia de Francia se observa en la dirección del
juego estático. De cualquier modo, potencial tienen para luchar por las
medallas, pero al mismo nivel que Rusia, Brasil o Argentina o incluso Lituania.
Se moverán en ese delicado alambre en el que el mínimo tropiezo te deja sin
opciones, pero las semifinales como aspiración debe ser un objetivo real. Uno
de sus puntos fuertes será la rotación y el banquillo, junto a Estados Unidos y
España parece el equipo más profundo en ese sentido, y será habitual verles
usando 10-11 jugadores por partido.
Amigos y residentes en San Antonio |
BASES: Parker
siempre ha sido mejor anotador que director, Bokolo no es un gran lector del
juego y practica un estilo monocorde, y De Colo seguimos sin saber si es un
base o un escolta. En definitiva, su dirección del juego es deficitaria, no así
la posición de base en sí, ya que Parker es directamente uno de los mejores del
mundo en determinados aspectos, sobre todo en penetración y encarando el aro,
donde es un auténtico rayo.
ALEROS: Física
y química. El físico lo pondrán los portentosos Gelabale y Batum, y la química
el todoterreno Diaw, jugador de magnífica cabeza y posiblemente el
baloncestista que mejor sabe ver el juego de toda Francia. El actual jugador de
los Spurs alternará posiciones en la cancha como en él suele ser habitual, no
brillará en números, pero será decisivo. El gran problema de sus alas, como de
toda la selección, su falta de brillantez en el tiro exterior con el
consiguiente sufrimiento ante defensas zonales.
PIVOTS: La
ausencia de Joakim Noah supone un duro revés para Collet, que se ve privado de
su gran referencia interior a ambos lados de la cancha. No parece una posición
demasiado endeble si pensamos que cuentan con hombres como el reciente campeón
NBA Ronny Turiaf (aunque jugase tres minutos en todas las series finales), que
vuelve al combinado galo tras dos ausencias consecutivas los últimas veranos, Florent
Pietrus, Ali Traoré, y sobre todo un Kevin Seraphin que ante la ausencia del
pívot de los Bulls debe dar un paso adelante con la camiseta de su país. Un
juego interior muy físico, fuerte atrás, duro en el rebote, pero escaso de
talento ofensivo. Un buen ejemplo de lo que es realmente esta selección, mucho
músculo, pero justitos de juego.
Turiaf, meditando sobre el sentido de la vida... o pensando en la cena. |
PLANTILLA:
Nº
|
Jugador
|
POS
|
ALT
|
AÑO
|
Equipo
|
5
|
Nicolas Batum
|
Alero
|
201
|
1988
|
Portland Trail Blazers
(NBA)
|
6
|
Fabien Causeur
|
Escolta
|
193
|
1987
|
Caja Laboral (Liga
Endesa)
|
7
|
Yakhouba Diawara
|
Alero
|
200
|
1982
|
Cimberio Varese (Lega)
|
9
|
Tony Parker
|
Base
|
188
|
1982
|
San Antonio Spurs
(NBA)
|
10
|
Yannick Bokolo
|
Base
|
188
|
1985
|
BCM Gravelines
(Francia)
|
11
|
Florent Pietrus
|
Alero
|
202
|
1981
|
Valencia Basket (Liga
Endesa)
|
12
|
Nando De Colo
|
Escolta
|
195
|
1987
|
San Antonio Spurs (NBA)
|
13
|
Boris Diaw
|
Ala-pívot
|
203
|
1982
|
San Antonio Spurs
(NBA)
|
14
|
Ronny Turiaf
|
Pívot
|
206
|
1983
|
Miami Heat (NBA)
|
15
|
Mickael Gelabale
|
Escolta
|
200
|
1983
|
Khimki (Rusia)
|
8
|
Kevin Seraphin
|
Pívot
|
206
|
1989
|
Washington Wizards
(NBA)
|
4
|
Ali Traoré
|
Ala-pívot
|
205
|
1985
|
Lokomotiv Kuban
(Rusia)
|
Posible
quinteto titular: Segunda unidad:
Parker
Bokolo
Batum
De Colo
Gelabale
Diawara
Diaw
Pietrus
Seraphin Turiaf
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