lunes, 3 de septiembre de 2012

UN DORADO ANIVERSARIO

Héroes



Hoy se cumplen seis años del logro y consecución de una de las mayores gestas de nuestro deporte, y quizás la mayor hazaña de nuestro baloncesto. Es difícil "medir" la calidad de un éxito, ¿es más valioso el oro mundial al que vamos a hacer referencia en esta entrada, o cualquiera de nuestras tres platas olímpicas? (y tal que lo escribo hasta me cuesta creerlo y soy más consciente aún de lo que significa... tres platas olímpicas en un deporte en el que el dominio históricamente ha estado muy marcado por Estados Unidos principalmente y en menor medida por las selecciones del Este de Europa), lo que es cierto es que aquel 3 de Septiembre de 2006 en Saitama (Japón), nuestra selección nacional absoluta de baloncesto se subía por vez primera en su historia a lo más alto del podio de una gran competición internacional (recordemos que hasta entonces ni siquiera habíamos sido campeones de Europa, cosa que hemos conseguido a posteriori y dos veces de manera consecutiva), no había escalón más alto para nosotros ni gloria mayor. En un baile al que habían acudido invitados como los Estados Unidos de Dwyane Wade, Elton Brand, Chris Paul, LeBron James, Chris Bosh, Carmelo Anthony, Dwight Howard y Joe Johnson; la Argentina campeona olímpica con la llamada "generación dorada" (Scola, Ginobili, Oberto, Herrmann, Nocioni, Delfino, Prigioni) en el momento más algido de sus carreras como grupo;, la Grecia de Papaloukas, Spanoulis, Fotsis, Diamantidis o Schortsianitis; una Serbia aún con Montenegro ya venida a menos, pero aún así con Milicic, Rakocevic o Kosta Perovic; la Turquía de Ilyasova, Erdogan y Kutluay; la Italia de Belinelli, Basile y Marconato; la Lituania de Macijauskas, Songaila, Kleiza y los gemelos Lavrinovic; la Eslovenia de Lakovic, Nachbar y Nesterovic; el Brasil de Barbosa, Splitter y Varejao; la Francia de Boris Diaw y Mickael Pietrus; o la Alemania de Nowitzki... es decir, todas las grandes potencias baloncestísticas del globo a excepción de Rusia, y con sus mejores jugadores y estrellas poblandos los rosters excepto alguna notoria ausencia (Jasikevicius o Parker), por encima de todas ellas y en lo más alto de un total de 24 selecciones, por primera vez el rojo de la selección española se situaba donde más lejos no se podía llegar. 

Aquello supuso el comienzo de los años más brillantes que hemos conocido jamás en nuestro baloncesto y la mayor regularidad de éxitos y triunfos que hayamos tenido nunca en un deporte de equipo. Al oro de Saitama lo siguieron nada menos que dos platas olímpicas, dos oros europeos y una plata también continental. Hay quien sitúa el oro mundial como el comienzo triunfal de nuestra mejor generación de jugadores de todos los tiempos (aunque ya se veía venir, con la plata europea del 2003, contando ya en nuestras filas con Pau Gasol, Felipe Reyes, Navarro, Calderón, Jiménez y Garbajosa, el buen papel en los JJOO de Atenas, donde tras una primera fase inmaculada nos eliminó Estados Unidos en su mejor partido del torneo, o el Europeo de 2005, donde pese a no contar con Pau Gasol sólo un estratosférico Dirk Nowitzki nos dejó fuera de la final... del partido por el bronce mejor ni acordarse ya que no salimos ni a competir y Francia nos pasó por encima desde el minuto uno), o quien prefiere mirar más atrás y acordarse de como los "juniors de oro" comenzaron a sembrar un camino por el que pronto brotarían las victorias, con sus dos campeonatos consecutivos, europeo y mundial, saldados con el oro. 

Sea como fuere, lo que está claro es que el Mundial de Japón supuso un punto de inflexión en nuestro deporte a nivel absoluto. Nos habíamos convertido en los mejores sobre la Tierra en el segundo deporte de equipo más popular del mundo. Más allá del brillante resultado final, aquella selección advertía unas señas de identidad que enseguida se revelaron como modélicas y ejemplares para cualquier colectivo que buscase el éxito de manera conjunta. La unidad del grupo, la generosidad reciproca entre jugadores, la ausencia de egos... todo ello modelado por un Pepu Hernández que se convirtió al instante en una especie de "personaje del año" (recordarán que a raíz de aquello fue habitual su requerimiento por parte de grandes empresas como conferenciante sobre como gestionar grupos de trabajo), sobre todo una vez se conoció el fallecimiento de su padre la víspera de la final frente a Grecia y como interiorizó y se guardó todo su dolor y no dejó que nadie conociera la noticia hasta después del partido. Pepu parecía el técnico ideal para aquel combinado. A la manera de su Estudiantes que dos temporadas antes había llevado a un todopoderoso Barcelona a una final ACB de cinco partidos (y personalmente, uno de los equipos del que mejor recuerdo tengo de toda aquella década por su encomiable espíritu de lucha y sacrificio), el entrenador madrileño buscó para la selección como valor principal la unidad del grupo, sin demasiados enredos tácticos, que muchas veces no hacen sino complicar este juego, la España de Pepu se basaba en los básicos conceptos de defensa-rebote-contrataque (y su fiel zona 2-3). Morir atrás para disfrutar y jugar con libertad en ataque. En su cargo de seleccionador también tuvo que tomar alguna decisión controvertida, personalizada en la elección de Marc Gasol para el roster definitivo que se llevaría a Japón. Nadie en su sano juício se atrevería a discutir hoy día al mediano de los Gasol, consolidado ya como uno de los mejores cincos del mundo, pero hace seis años la situación era muy distinta para Marc. Jugador residual para su entrenador en el Barcelona, Dusko Ivanovic, aquella temporada apenas había promediado 3 puntos y 3 rebotes por partido en los poco más de 20 partidos que había saltado a la cancha. El de Sant Boi acabó cumpliendo con creces en aquel Mundial (fue nuestro séptimo anotador, quinto reboteador, y el mejor en porcentaje de tiros de campo), y a partir de ahí su salto al Girona, donde fue uno de los pivots más dominantes de la ACB, para finalmente convertirse en el All Star NBA que es hoy día. Pero hay que recordar que Pepu fue valiente apostando por él en 2006 y que afortunadamente el baloncesto todavía no tenía demasiado ruído mediático alrededor que pudiese hacer mella en la propia confianza que Hernández tenía en sus decisiones. 
¿Adivinan porque le llaman "La Tanqueta"?

España conquistó el mundial y acabó de manera invicta sin conocer la derrota, nueve partidos saldados con nueve victorias. Lugar para la épica y el sufrimiento (aquel triple de Nocioni que no entró en semifinales, la delgada línea que separa el cielo del infierno), y una final para la historia con Pau Gasol lesionado y dejando a Grecia en el record negativo en una final mundial con tan sólo 47 puntos anotados. 
Aquel inmaculado mundial se inscribió dentro de nuestra extraordinaria racha de 28 partidos consecutivos sin conocer la derrota, y por supuesto, no fue flor de un día. Una flor que debemos seguir regando y alimentando entre todos, porque no siempre estaremos en lo más alto del podio. 

¡Feliz aniversario, campeones!
El hombre de moda... hasta que pasó de moda.

Estos fueron los doce elegidos para la gloria: 
4 PAU GASOL
5 RUDY FERNANDEZ
6 CARLOS CABEZAS
7 JUAN CARLOS NAVARRO
8 JOSÉ MANUEL CALDERÓN
9 FELIPE REYES
10 CARLOS JIMÉNEZ
11 SERGIO RODRIGUEZ
12 BERNI RODRIGUEZ
13 MARC GASOL
14 ALEX MUMBRÚ
15 JORGE GARBAJOSA

CUERPO TÉCNICO:   PEPU HERNÁNDEZ, RAFA VECINA Y JOTA CUSPINERA.  

6 comentarios:

  1. Como ya te comenté en alguna ocasión durante algunos años me descolgué un tanto del baloncesto. A este grupo de jugones les conocí en el europeo del 2003 de la mano de un amigo que no callaba con la "generación de oro". Después de la travesía del desierto de los 90 era bastante escéptico al respecto, pero me animé a ver aquel europeo, con agradables sensaciones que se quedaron en baño de agua fría en el 2004 y 2005...quién me mandaría ilusionarme. Con todo ello en el 2006 me despreocupé del basket pero quiso el destino que estando en un bar de Oviedo con un amiguete pusieran en la tele las Semifinales del mundial "España - Argentina" ...¿coño, España en semis !! (pa que veas mi desconexión absoluta con la cancha)...terminé pegando saltos con gente que no conocía de nada tras el tiro fallido de Nocioni ...la final no me la perdí. ¿Campeones del mundo? algo me he perdido durante estos años...y mi colega mientras, el que me había insistido en ver el europeo del 2003 decía aquello de "te lo dije"

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  2. Jajajaja, bueno, pues me alegro de que tuvieras un feliz reenganche... yo recuerdo que la final la vi con el mítico Sabino Stanley Road, y la cosa acabó de manera bastante perjudicada para ambos por las calles de Madrid celebrando el título...

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  3. Hombre Stanley Road, paisanos mios ...

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  4. Buenos amigos... y buenas fiestas me he corrido con ellos.

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  5. No tengo el gusto, si que les he visto actuar y he coincidido con alguno de ellos en lugares, nada más. Mira, por ejemplo este octubre actúan en el October in Rain de Oviedo, la crisis me dejará sin ir, hay que seleccionar actividades y salidas y este año creo que voy a optar por el ocio diurno, después de un verano con canto del cisne noctámbulo. No doy pa más ;-)

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  6. Lamentablemente sé de lo que me hablas... no hace mucho no me perdía un sarao, y ahora...

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