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viernes, 8 de diciembre de 2023

IN-SEASON TOURNAMENT, PRIMERA PÁGINA EN UNA NUEVA HISTORIA

 






No ha quedado mala final para la primera edición del In-Season Tournament, personalmente hubiera preferido un Milwaukee-Lakers por ver un Anteto vs. LeBron que, cosas mías, son posiblemente los dos jugadores actuales a los que tengo más aprecio y simpatía (con LeBron son ya 20 años, claro), curioso que siendo Indiana quizás el estado más devoto de este deporte, algo así como la Lituania de Estados Unidos, su único equipo de baloncesto profesional nunca ha ganado la NBA, aunque fuera la franquicia más laureada de la extinta ABA (ganaron tres ediciones de las nueve disputadas en aquella liga tan loca y peculiar) y si han campeonado en la conferencia Este, en el año 2000, perdiendo las finales por el anillo precisamente ante los Lakers de Shaq y Kobe que comenzaban así su particular trilogía de tres títulos consecutivos antes de que la lucha de egos entre el pívot y el escolta provocase la salida de O'Neal hacia Miami después de perder las finales de 2004 ante Detroit (¡ay, qué tiempos aquellos para la MoTown!), curiosamente el primer título ABA de Indiana Pacers fue ante un equipo angelino, los Stars, que acabarían asentándose años después en Utah. Otra curiosidad sobre Indiana, o más concrétamente su capital, Indianapolis, sede de los Pacers. El único mundial de baloncesto disputado en Estados Unidos fue en esa ciudad, en el año 2002, con aquel triste (para ellos) partido de cuartos de final ante lo que todavía se llamaba Yugoslavia (aunque eran todos serbios, excepto creo el montenegrino Drobjnak) en un Conseco House con más aficionados balcánicos que estadounidenses en las gradas. Ni el misticismo de Indiana consiguió que Estados Unidos pudiera tomarse un serio un torneo internacional de selecciones que no fueran unos Juegos Olimpicos. Sobre estos Indiana, posiblemente sea el equipo más atractivo de ver ahora mismo, los herederos (salvando todas las distancias) del baloncesto de ritimo alto y tiro rápido en cualquier situación buena, sin necesidad de juego interior, más allá de Turner, pero con unas posibilidades en bases y aleros superior a cualquier otro equipo. Por encima de todo Halliburton, claro, un killer capaz de reventar partidos, producir estadísticas, y cargarse a los presuntamente dos mejores equipos del Este, Boston y Milwaukee, pero también un jugador que mejora todo lo que tiene a su lado... podemos tomar el caso de Obi Toppin, otro jugador totalmente distinto al que era en Nueva York cuando se ha puesto al lado de Halliburton... y en sentido inverso, el caso de un Chris Duarte que ni por asomo en Sacramento recuerda al jugador que sorprendió en Indiana. Y por supuesto el otro gran nombre es el de Rick Carlisle, uno de esos ejemplos de "adaptación al medio", ya no es cuestión de recordar una de las carreras más exitosas en los banquillos NBA cuyo punto culminante es el anillo con Dallas en 2011, frustrando el primer asalto al título del Miami de LeBron, Wade y Bosh, es que simplemente podemos recordar su anteior etapa en Indiana, aquel 2004 con el mejor record de la temporada (61-21) cayendo en finales de conferencia ante los Pistons a la postre campeones y aquello era un baloncesto totalmente distinto, granítico, espeso, duro, de músculo atrofiado donde la muñeca de Reggie Miller era como una flor capaz de crecer en medio del cemento... eran los últimos años del hormigón armado, cuyo epílogo sería meses después. Si la matanza de Cielo Drive por parte de la Familia Manson fue el fin del "sueño americano", la trifulca en Noviembre de 2004 en el Palace de Auburn Hills entre Detroit e Indiana, fue el paroxismo de un baloncesto que ya resultaba insoportable y que sólo pueden reivindicar nostálgicos de escaso criterio que (quizás afortunadamente, y allá ellos), dejaron de seguir este bendito deporte. Carlisle fue testigo de primera mano, todavía en el banquillo de Indianapolis. y habiendo comandado dos años antes el de los de Michigan. Eso era Carlisle, aquel Este puro y duro de Riley convertido al lado oscuro primero en Nueva York y posteriormente en Miami. Ni hablar de "showtime". Nada que ver con estos Pacers actuales que lideran la NBA en todas las estadísticas ofensivas, empezando, claro, por puntos por partido, nada menos que 128.4, pero ojo que en una liga tan constricta en este tipo de números, sacarle casi seis puntos a los segundos (los 122.7 de Atlanta) es una burrada. De hecho te tienes que remontar a la diferencia entre Houston en el puesto 25 (110.1 puntos por partido) y Detroit en el 26 (108.8) para encontrar la siguiente mayor difrencia, 1.3 puntos por partido... Indiana lidera sacándole 5.7 puntos por partido al segundo equipo más anotador. Encajan 119.9, claro, el tercer peor equipo encajando puntos, aunque su net rating, la difrencia de ratio entre ataque y defensa, novenos con +3.4. Horribles en el rebote, penúltimos, sólo Washington rebotea menos que ellos. Y con todo sigue siendo el equipo que más apetece ver. Porque además verlos obliga a olvidar a esos números atrás, porque no conceden nada, porque encajan y pierden rebotes pero los luchan. Por eso nadie les ha echado de la pista, excepto Boston en la cuarta jornada, con esa escandalosa derrota por 51 puntos (en un partido en el que no estaba Halliburton, por cierto), el resto de sus ocho derrotas ninguna se ha ido por más de la decena de puntos.

 

Sobre Lakers, bueno, está LeBron, y ya sólo eso me hace tifar por ellos. Son 21 años así. Independientemente del hype de su llegada, sólo comparable que yo pueda recordar al de Wembanyama, a mí un tío me gana cuando, valga la redundancia, literalmente me gana. Los primeros play offs de LeBron en 2006 ya eran un aviso, nos lleva a siete partidos a aquellos Pistons que nos sabíamos de memoria (Billups- RIP Hamilton-Prince-Rasheed-Big Ben) Al año siguiente nos pasa por encima. Con 2-2 en el quinto partido nos mete 48 puntos, y a mí sólo me queda rendirme ante el Rey. Es cuando juega sus primeras finales, en las que San Antonio les barren, pero nos deja esa foto con Tim Duncan abrazándole y diciéndole algo así como “tranquilo, te vas a hartar de jugar finales”. Y así ha sido durante más de dos décadas aguantando un “haterismo” incomprensible. Nunca he visto un jugador de una calidad semejante que ante cualquier nueva hazaña alguien la pusiera en duda, hablase de Jordan, de la escasa calidad de las defensas, o cualquier argumento de trampas al solitario que quien quiera pueda hacerse para negar la realidad palmaria de que cada día que LeBron James pisa una cancha de baloncesto asistimos a historia de este deporte. ¿Qué sentido tiene ponerse en ese bando negacionista?, ¿qué más tiene qué hacer este señor para ganarse algo parecido a un respeto unánime, a un consenso cuándo su juego y carrera no ofrece dudas para cualquiera que tenga ojos y cerebro?

 

Y bueno, finalmente llegan a la final los dos equipos que se clasificaron como primeros para la ronda final de este novedoso torneo, y ambos con matices diferentes. Lo de Indiana ha sido consecuencia de su juego, jugando como lo están haciendo ese, primero 3-0 que les clasificaba matemáticamente como primer equipo del Este en hacerlo, y luego 4-0 para hacerlo como primero de grupo con factor cancha, no debería sorprender. Consecuencia de un juego y de un proyecto ya consolidado (ahí están los pocos minutos de su rookie estrella, Jarace Walker… pero es que los años en los que fogueaban a los jóvenes ya pasaron, y ahora que se suba quien pueda, como supo subirse Mathurin una temporada pasada en la que hasta las últimas jornadas tuvieron opciones de play-inn, y así es como crecen los jugadores, no acostumbrándoles a perder por 30 puntos en base a insoportables reconstrucciones y “process” que tanto estamos sufriendo desde hace años los seguidores de Detroit), mientras que Lakers, con idéntica trayectoria (primer equipo del Oeste en ponerse 3-0 y asegurar pase a cuartos, y posteriormente cerrar invictos), han sabido seleccionar esos partidos en el calendario, alternando esas cuatro victorias con derrotas por paliza ante Philadelphia u Oklahoma City. Hoja de ruta de un equipo veterano que sabe dosificarse y reservarse para las grandes citas, porque desde luego no tienen el futuro de Indiana.

 

Lo dicho, no ha quedado mala final para la primera edición del enésimo nuevo invento de la mejor liga del mundo.


jueves, 6 de octubre de 2016

NBA IS COMING: CENTRAL DIVISION




Comenzamos nuestro habitual repaso a la nueva temporada de la mejor liga del baloncesto del mundo. A pesar de que somos unos fanáticos del verano, pocos días nos resultan más felices que el del comienzo del calendario oficial NBA, en este caso fechado para el martes 25 de Octubre, madrugada del miércoles 26 en España, con el tip off que tendrá lugar en la cancha del vigente campeón, unos Cleveland Cavaliers con los que comenzamos nuestro repaso por divisiones comenzando por tanto con la Central Division. 


CLEVELAND CAVALIERS: Después de tres anillos de campeón y siete finales disputadas, LeBron James quiere más, pero es consciente de que con lo que tiene no le llega para imponerse a los Warriors de Curry, Durant, Thompson o Green. Sonó con fuerza Ricky Rubio para reforzar la dirección de juego Cavalier, lo que les hubiera dado un salto de calidad cuantitativo, aunque la llegada de Toney Douglas (tras la retirada de Mo Williams) frena los rumores sobre la posibilidad del genio de El Masnou de enrolarse con los actuales campeones. Ya nadie se atreve a hablar de “big three” después de la decepción que ha supuesto la aportación de un frágil Kevin Love en las pasadas finales (las de hace dos años se las perdió por otra de sus sempiternas lesiones), y seguimos pellizcándonos con el hecho de que entre LeBron, Irving y un voluntarioso Tristan Thompson fueran capaces de remontar un 3-1 en las finales al equipo con mejor balance en liga regular de la historia, los Warriors del 73-9. Y es que el resto del roster Cavalier parece cualquier cosa menos el de un campeón NBA, con veteranísimos como Chris Andersen, Richard Jefferson o el citado Williams, jugadores cumplidores como Channing Frye o Mike Dunleavy, o tipos tan volubles como Iman Shumpert o J.R.Smith. No deberían tener problemas para seguir siendo una potencia en el Este, pero pensar en un “back-to-back” repitiendo anillo sólo puede pasar porque LeBron e Irving se vuelvan a vestir de superhéroes.





Irving & LeBron, demasiado solos.



CHICAGO BULLS: Afrontan definitivamente un nuevo proyecto ya sin Derrick Rose, uno de esos jugadores a los que las lesiones no le han dejado llegar a ser el baloncestista dominador que se intuía. Tampoco estará Pau Gasol, con lo que el liderazgo de Jimmy Butler, si no lo era ya, pasa a ser absoluto. Mirotic puede convertirse en el segundo espada, con permiso de Dwyane Wade, quien llega para renovar el “backcourt” junto al hiperactivo Rajon Rondo. Otra cara nueva se verá en el puesto de cinco, con Robin Lopez llegando para ocupar el puesto de Joakim Noah. En el banquillo el seguro sigue siendo Taj Gibson, y si los jóvenes McDermott y Snell progresan en relación a su calidad, deberían recuperar su sitio en play offs después de una temporada para olvidar. El rookie Denzel Valentine, escolta de gran facilidad anotadora proveniente de Michigan State, la apuesta de futuro.


DETROIT PISTONS: Tercer año para Van Gundy, el hombre que devolvió a la franquicia de Michigan a la tierra prometida de los play offs con un juego calcado al de los Orlando Magic a los que llevó al subcampeonato de la NBA, cambiando a un (al menos antaño) super-pívot como Howard por otro como como André Drummond. Todo seguirá girando en torno al jugador neoyorquino, de quien se espera una mejora en los tiros libres que de otra dimensión tanto a su juego como a su equipo. Jackson seguirá siendo el director, Caldwell-Pope creciendo desde el perímetro, y Marcus Morris, Tobias Harris y Stanley Johnson aportando en las alas. Éste último, en su segundo curso, debe dar un salto de calidad. Jon Leuer y Borjan Marjanovic llegan para dar relevos de calidad en la zona en un equipo que seguirá jugando con cuatro hombres abiertos y un gran cinco. No deberían tener demasiadas dificultades para seguir entre los ocho mejores del Este, pero tampoco parecen aspirar a mucho más allá.  


INDIANA PACERS: El equipo que pudo reinar (aquellos Pacers que jugaron dos finales de conferencia ante los Miami de LeBron y parecían tener todo el futuro por delante) sigue buscando rememorar aquellos éxitos de la mano de Frank Vogel (ascendido a entrenador jefe tras la destitución de Jim O’Brien en Abril de 2011), con un Paul George que ha olvidado definitivamente su gravísima lesión de tibia y peroné hace dos años. El cambio más significativo es en el puesto de base, con la llegada de Jeff Teague por George Hill. La incorporación de Thaddeus Young es un acierto (debilidad personal), y si Al Jefferson llega sano, al lado de los Stuckey, Ellis o C.J. Miles, deberían mantenerse en play offs. 


MILWAUKEE BUCKS: Parten de nuevo como uno de los equipos más atractivos del campeonato, gracias a su ingente talento juvenil, pero después de la decepción del pasado curso andamos con pies de plomo sobre sus posibilidades reales. Carter-Williams, Antetokounmpo, Jabari Parker, Miles Plumlee, Greg Monroe… llegan Dellavedova para poner la dureza y Jason Terry para aportar la experiencia. Michael Beasley, quien fuera número 2 del draft de 2008 sólo por detrás de Derrick Rose (y por delante de jugadores como Russell Westbrook o Kevin Love) busca su enésima oportunidad de redención. Nombre por nombre me parece de las mejores plantillas del Este, pero un equipo ganador tarda en madurarse. 




Antetokounmpo sigue volando en Milwaukee.




NUESTRO PRONÓSTICO: 

CLEVELAND: Campeones de división y conferencia. Subcampeones de la NBA.
CHICAGO: Segunda ronda de play offs.
DETROIT: Primera ronda de play offs.
INDIANA: Primera ronda de play offs.
MILWAUKEE: Fuera de play offs. 



jueves, 23 de octubre de 2014

WINTER IS COMING: CENTRAL DIVISION


Tras protagonizar los más sonados movimientos del mercado NBA este pasado verano por parte de la franquicia de Cleveland, la división central parece la más fuerte de la conferencia, albergando a los dos equipos en teoría llamados a jugar las finales del Este, los propios Cavaliers y los Bulls de Chicago.    

Efectivamente todos los focos de atención estarán puestos en la franquicia de Ohio, obligados a soportar la presión de ser los grandes favoritos al título. Ya hemos escrito sobre el nuevo proyecto cavalier en este blog (aunque después de escribir aquello conocimos por Antoni Daimiel que los contactos con Kevin Love ya se estaban produciendo antes incluso de la llegada de LeBron) Irving-Waiters-LeBron-Love-Varejao conforman el quinteto titular más fuerte de toda la liga, apoyados por la veteranía de Shawn Marion y Mike Miller o la juventud de Tristan Thompson. Todo lo que no sea ser, ya no campeones de división, si no de conferencia, será considerado un fracaso.     


LeBron y sus nuevos compinches


Chicago tratará de consumar ese fracaso cavalier con su esperada gran baza: el retorno de Derrick Rose. Un jugador llamado a marcar la época de la NBA actual junto a LeBron y Durant, hasta que las malditas roturas de ligamentos hicieron acto de aparición. A su lado se encontrará con jugadores como nuestro Pau Gasol, en el que puede ser su último gran contrato NBA y su último tren para luchar por su tercer anillo. Pau, junto a un Noah cada vez más maduro y completo (excelente en defensa y visión de juego) y un Taj Gibson relegado a la suplencia, pero que será importante, forman un juego interior realmente temible, sin olvidar, como no, a un Nikola Mirotic en su debut NBA en el que contará con minutos. Tampoco es manca su línea exterior, con el citado Rose, los veteranos Hinrich y Dunleavy, un Jimmy Butler que sigue creciendo, y un alero blanco rookie del que se espera mucho como Doug McDermott, bendecido por el mismísimo Larry Bird. Deben estar en la pelea. 

Hablando de Larry Bird, nos gustaría ver a Indiana como esa alternativa al poder que se intuía hace un par de temporadas, pero la grave lesión de Paul George, que le deja “out of season”, les hace no entrar en las quinielas, máxime si tenemos en cuenta la decepción de los pasados play offs envueltos en un ambiente enrarecido y líos de faldas entre sus estrellas, y el paso atrás dado por jugadores como Roy Hibbert, quien apuntaba a pívot dominador pero no ha sido capaz de confirmar tal condición, o la marcha de otro de sus puntales como era Lance Stephenson. Llegan C.J.Miles, Rodney Stuckey y el ex –ACB Damjan Rudez. Poca cosa para hacer olvidar a los ausentes. Aún así deberían ser competitivos si son capaces de mantener el “sello Vogel”, esto es, gran intensidad defensiva y el bloque por encima de las individualidades.   

Detroit y Milwaukee parten en principio muy atrás en los pronósticos, sin embargo nos parecen equipos muy atractivos y que merece seguirles la pista. En el caso de la franquicia de la MoTown, además de ser nuestro equipo favorito, como sabrán nuestros más fieles lectores, creemos que vuelve a tener una plantilla ilusionante (aunque tardaremos en volver a vivir un ciclo maravilloso como el que marcaron hace una década los Billups, Hamilton, Prince, Wallace y compañía), de hecho ya lo pensábamos la pasada temporada, antes de ver como el proyecto del debutante en los banquillos Maurice Cheeks se iba al traste. Ahora se confía en un clásico como Stan Van Gundy. El sosías de Ron Jeremy tiene a su disposición una plantilla muy completa, con dos de los mejores pívots jóvenes de la competición (Drummond y Monroe), un todoterreno como Josh Smith y un base fantástico como Brandon Jennings. Además han buscado dinamita exterior con Jodie Meeks (baja por dos meses) y el veterano Caron Butler. Se espera que Kentavious Caldwell-Pope de un paso al frente. Con todo esto SVG debería llevarnos a los sufridos aficionados de la ciudad del motor a la tierra prometida de los play offs.    


In Stan we trust


En el caso de los Bucks de Milwaukee, lo lógico es que les veamos en las zonas bajas de la tabla. Pero aún así hay que echarles un ojo para ver crecer a sus jóvenes promesas. Hablamos de Jabari Parker, número 2 del pasado draft, quien ya está destacando en pre-temporada y tendrá galones desde el primer momento, y ese portento de la naturaleza llamado Giannis Antetokounmpo, quien con sus 2,11 de estatura puede jugar en prácticamente cualquier posición (seguramente lo veamos de escolta, para dejar a Parker la posición de alero) Larry Sanders seguirá siendo el muro defensivo, y Brandon Knight a demostrar que aún tiene margen de progresión. Los mandos se los otorgan a Jason Kidd, en su segunda aventura como entrenador tras dejar más sombras que luces en Brooklyn. Aquí no tendrá que soportar tanta presión. Los play offs ni se los plantean, aunque deberían mejorar el infame 15-67 de la pasada temporada.    

Sin duda, la división más fuerte de la conferencia Este.


NUESTRO PRONÓSTICO: 

CLEVELAND: Campeón del Este y campeón NBA
CHICAGO:      Finalista conferencia
INDIANA:        Fuera de play offs.
DETROIT:       Primera ronda de play offs.

MILWAUKEE: Fuera de play offs.