martes, 24 de abril de 2012

OKLAHOMA, LA CIUDAD DEL TRUENO




Ciertamente comienzo a escribir este texto que servirá para otra actualización de El Tirador Melancólico sin tener ni repajolera idea de cómo desarrollaré esta entrada. Tampoco es una novedad para mí, en realidad sigo disfrutando de la escritura como un divertimento, un juego, una improvisación, o sea que allá vamos. Lo único que sé es que voy a tratar de hilvanar una historia en la que se den la mano dos de mis grandes aficiones, diría más bien, obsesiones. El baloncesto, en concreto la NBA. Por otro lado los comics, en concreto los de superhéroes, y más en concreto los comics Marvel. Es un buen momento para ello ya que esta semana, el viernes 27 concretamente, tendrá lugar el estreno mundial de la esperada última superproducción basada en los populares superhéroes de la editorial norteamericana, me refiero, como no, a Los Vengadores (“Earth’s mightiest heroes”, como reza su slogan), un trabajo que nos llega firmado por nada menos que Joss Whedon, nombre clave para entender la sci-fi contemporánea y personaje de culto para muchos aficionados al genero entre los que me incluyo. Whedon es sobre todo conocido por ser el padre de la saga de “Buffy cazavampiros”, una estupenda serie que mezclaba terror, fantasía, humor y adolescencia en un delicioso cocktail que supuso uno de los mayores soplos de aire fresco para la ficción televisiva de finales de los años 90, aunque personalmente creo que donde Whedon da el auténtico “do de pecho” como creador es el spin-off de la serie de título “Angel”, que como su propio nombre indica se centra en personaje de tal nombre interpretado por David Boreanaz. “Angel” es, sencillamente, una gozada catódica, muy superior en mi opinión incluso a “Buffy”. Algunos guiones son realmente espléndidos y me retrotraen a felices épocas televisivas donde la imaginación y el buen hacer de los guionistas imperaba y era norma, llegando alguno incluso al nivel de la insuperable serie británica “Los Vengadores” (la fabulosa saga protagoniza por el flemático Patrick Macnee, nada que ver con Los Vengadores animados de los que hemos empezado hablando), sirva de ejemplo el episodio titulado “Smile time” de la quinta temporada. Un capítulo que comienza con un inocente niño al que su madre deja visionando un programa infantil de televisión protagonizado por unos simpáticos muñecos de trapo al estilo de los célebres “muppets” del gran Jim Henson. Extrañamente, uno de esos muñecos comienza a hablar al niño y le atrae hasta la pantalla… cuando la madre vuelve en busca de su chiquitín descubre horrorizada, a la par que el asombrado espectador, al pequeño yaciendo petrificado en el suelo con un risueño y tieso rictus en la cara. Ahí lo dejo para el lector que quiera recuperar este capitulo maestro y ver en que acaba la magnífica historia, pero créanme que ese episodio es una de las mejores piezas televisivas contemporáneas y una magnífico ejemplo de la fértil imaginación de Whedon. Como digo, es en “Angel” donde el autor logra crear su universo más fascinante, con una galería de secundarios absolutamente entrañable, como el pacífico demonio Lorne, una especie de crooner bon vivant de los infiernos, o el gamberro vampiro punk Spike, al que ya conocíamos de “Buffy”, todo ello siempre partiendo de las particulares vicisitudes de Angel, el vampiro con alma, quien comienza la serie como un atormentado, taciturno y melancólico detective dándole al programa un tono inequívocamente “noire”, para, según avanzan las temporadas, convertirse en un impresionante relato épico y apocalíptico sobre las eternas luchas entre el Bien y el Mal. 

¡Demonios!, si lo sé no vengo a este bar.


De modo que hay muchas ganas de ver a estos Vengadores firmados por Whedon, después de su fallido debut en la gran pantalla con “Serenity”, y quien ha estado intentando dirigir algún gran proyecto Marvel desde que lo rechazaron para tomar las riendas de “X-Men” debido a su falta de bagaje en pantalla grande. A pesar de ello ha logrado abrirse hueco poco a poco en el mundo de las grandes producciones cinematográficas sci-fi, colaborando con Kenneth Branagh en el “Thor” del pasado año sin ir más lejos. Por ello el bueno de Whedon afronta este estreno como una auténtica prueba de fuego que esperemos le confirme como cineasta apto para este tipo de productos, y vuelva a colocar su nombre en lo alto de la ciencia ficción mundial por delante de nombres más conocidos como J.J. Abrams, ejemplo de autor “tramposo” y claramente más romo en lo imaginativo que nuestro querido Joss.      

Puestos en situación, imagino que el desconcertado lector se preguntará que rayos tiene que ver todo esto con el mundo de la canasta (mejor que se pregunte tal cosa que no a que huelen las nubes, sinceramente), pues bien, como todo aficionado sabrá, quizás el equipo más de moda hoy día en la NBA son los Oklahoma City Thunder, y aquí es donde vamos a intentar darle una vuelta de tuerca al asunto para relacionarlo con los comics Marvel y la titánica serie de Los Vengadores. 

¡Vengadores, reuníos!


Resulta que allá por el año 2007, los guionistas de uno de los miembros fundadores de Los Vengadores, Thor, precisamente el Dios del Trueno, tuvieron la feliz idea de localizar el mítico reino de Asgard, donde habitan los dioses nórdicos, nada menos que sobrevolando la ciudad de Oklahoma, coincidiendo con el retorno del personaje a una colección con cabecera propia, después de la Civil War Marvel protagonizada por el supergrupo heroico. Ciertamente, no sé hasta que punto los responsables de la antigua franquicia de los Supersonics de Seattle se inspiraron en los comics Marvel a la hora de dar el nombre al nuevo equipo trasladado a Oklahoma, ni siquiera sé si son lectores de la editorial, pero lo cierto es que todo ello ha logrado dar como resultado una feliz coincidencia en la que se entremezclan baloncesto, mitología nórdica, y comics de super-héroes. De hecho cuando en la temporada 2010-11, la NBA, en otro fantástico golpe mediático de esos que la sitúan como una de las mejores competiciones deportivas y ligas profesionales del globo, se alió con Marvel para que ilustrasen todas y  cada una de las franquicias de la liga, los autores de la editorial tuvieron claro como iban a tratar al club de Oklahoma. Un majestuoso Kevin Durant surcando el aire en actitud y pose claramente “jordanescas” sujetando una incendiara pelota en su mano izquierda camino posiblemente de destrozar nuevamente el aro rival, ante la atenta mirada del Dios del Trueno quien parece haber depositado sus poderes y fuerza en este joven mortal de 23 años que sigue destrozando registros y apunta a establecer un próximo y duradero dominio en la mejor liga del mundo. No obstante resulta curioso establecer una conexión entre los Thunder y la mitología nórdica, tratándose de uno de los equipos NBA que más confía sus posibilidades en el auténtico “black power” representado en sus cuatro principales estrellas, el demoledor Durant, el eléctrico Westbrook, el estilista Harden, y como no, nuestro particular coloso de ébano Serge Ibaka. Sí podríamos encontrar sin embargo un buen trasunto de Thor en un jugador de la franquicia durante su época supersónica en Seattle. Seguro que muchos imaginan que estoy hablando de Tom Chambers, aquel corajudo forward rubio y blanco peinado con un horrible “mullet” a lo Bruce Foxton, quien incluso acabó jugando en el Maccabi Tel Aviv (y aquí los buenos aficionados blaugranas seguro que recordarán su tremendo 0 de 14 que firmó en cierto partido contra el Barcelona) 

Pelazo Chambers


En donde si pueden encontrarse puntos de conexión entre la NBA y el universo Marvel es, que duda cabe, es en el hecho de que hablamos de dos escenarios donde habitan los héroes. Esos héroes que han alimentado nuestros deseos desde niños. Unos, reales y palpables… los otros… los otros, déjeme decirle, amigo lector, que los otros son todavía más reales que los de la NBA, porque nada hay más real y más vivo que aquello que sigue golpeando con fuerza nuestras emociones y que sigue viviendo al calor del poder de nuestra mente y de nuestra imaginación. Esos son los héroes que no morirán nunca y que jamás se irán de nuestro lado, porque siempre habrá en algún recóndito lugar del globo terráqueo algún niño que sienta ese estremecimiento primerizo y auténtico, incomparable a nada, que muchos sentimos la primera vez que vivimos ese insondable momento en el que por primera vez nos asomamos a las páginas de un comic super-heroico y/o fantástico. 

Sólo me queda una duda, si la final de la NBA es como muchos vaticinan la lógica entre Oklahoma y Miami, y Kevin Durant ya ha sido bautizado como el legítimo Thor, Dios del Trueno, dentro del universo NBA… ¿podremos considerar entonces a “King James” como una especie de Loki, ese hermano adoptivo gamberro y bromista, Dios del Fraude y del Engaño, empeñado en hacer la vida imposible al bueno de Thor?, ¿será “Durantula” el bueno de esta historia, el Héroe que en buena lid deba poseer el preciado martillo Mjölnir (en este caso el anillo del ganador de la NBA), y LeBron el Villano quien a base de trucos, magia y malas artes intente arrebatárselo?, la respuesta a esta fascinante historia, quizás, en unas semanas. Mientras tanto no despeguen su vista de las pantallas del televisor ni de las páginas de los comics. 

Que el trueno siga rugiendo.    

La batalla que viene.

2 comentarios:

  1. ¿y si los Thunder vuelven a Seattle? tiene toda la pinta no?

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  2. No exactamente, se habla de una vuelta de la NBA a Seattle, pero siendo otra franquicia... incluso hay rumores de que Sacramento se traslade allá...

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