El partidazo que nos regalaron a los aficionados ayer tarde Zalgiris Kaunas y Real Madrid deja varios detalles para el análisis. Aquí nos vamos a centrar en uno, ligado a otras dos acciones similares, las tres relacionadas con el Real Madrid y con los dos entrenadores que ayer se vieron las caras, y que demuestran lo bonito del baloncesto y como no existe una verdad absoluta sobre como ganar y cerrar partidos, por mucho que para los aficionados, ajenos a la responsabilidad de tomar decisiones, nos resulte fácil hablar y criticar, sobre todo una vez que conocemos el resultado final.
La primera de las tres acciones ya la hemos comentado por aquí en alguna ocasión. Hace cinco años, en Marzo de 2008, un Real Madrid entrenado entonces por Joan Plaza recibía en Vistalegre al Maccabi Tel Aviv en un partido clave del Top 16 de Euroliga. Con 3 arriba y prácticamente una última posesión para los hebreos, Plaza no ordenó falta personal para llevar al Maccabi y se lo fió todo a una buena defensa exterior para frenar un triple milagroso que diese una prórroga al Maccabi. Yotam Halperin se sacó de la manga ese milagro y llevo el partido al tiempo extra, donde el equipo israelí se acabó llevando la victoria. El Madrid finalmente fue incapaz de acceder a Cuartos de Final de esa edición en una temporada que la final a cuatro se disputaba en la capital española. Plaza fue señalado como culpable por su decisión, e incluso la revista Gigantes abrió un debate sobre si en jugadas de ese tipo se debía hacer falta personal o no, encuestando a distintos técnicos sobre la conveniencia de la falta (he intentado buscar aquel número para contrastar las opiniones de nuestros entrenadores, pero en mi habitual desorden doméstico no la he encontrado... creo recordar que no había unanimidad, aunque ligeramente la balanza se inclinaba a favor de llevar al rival a los tiros libres... y creo recordar que algún técnico sensato, quizás fuera Aito, decía que dependía del rival, momento, sensaciones, etc) A la semana siguiente el equipo blanco definitivamente se quedaba fuera de la Euroliga perdiendo en Atenas con el Olympiakos y se volvía a incidir en el fallo de Plaza por no ordenar falta en aquella fatídica jugada.
La segunda es muy reciente. En el espectacular partido que abría la presente edición de la Copa del Rey española, en la primera prórroga el Madrid había sido capaz de remontar seis puntos a dos minutos para el final (que en una prórroga es mucho remontar), y una vez que logró ponerse por delante en el marcador, con tres arriba llevó por dos veces al Barcelona a la línea de tiros libres, evitando por todos los medios un triple blaugrana que igualase el partido. En la primera ocasión le costó la eliminación de Felipe Reyes. En la segunda, sería Mirotic quien cometiera la quinta falta. Poco importaba, pues Laso en esta ocasión se lo jugaba todo a no dejar al Barcelona a tiro de tres. En esa falta personal que dejaba a Nikola eliminado, el Barcelona, por medio de Lorbek, tiraba a fallar el segundo lanzamiento tras anotar el primero, surgiendo la figura de Tomic en el rebote para volver a dejar el balón al ala-pivot esloveno del Barcelona quien con uno de sus habituales suaves lanzamientos de media distancia ponía el empate en el marcador. Nos íbamos a otra prórroga, y con ella, la victoria de los de Pascual.
Y más reciente todavía, ayer pudimos ver una jugada similar. Con 84-81 para el Zalgiris y última posesión madridista, Popovic realizó falta personal sobre Sergio Rodríguez con una premura que parecía indicar que aquello estaba ya interiorizado dentro del equipo lituano. Que la norma ahora para Plaza es llevar el rival a los tiros libros cuando está a tiro de tres, y cerrarle la posibilidad de un triple salvador. El Chacho anotó el primero, falló el segundo (y sinceramente, no tengo claro si tiró a fallar), y ahí apareció un inmenso Mirotic capturando el rebote ofensivo y sufriendo una nueva y desesperada falta personal por parte de los lituanos. El hispano-montenegrino no perdonó (anotó 18 de 18 ayer desde esa distancia, record de la Euroliga), y llevó al equipo blanco a una prórroga que finalizó con victoria madridista y deja al equipo de Laso en una magnífica posición para consolidar una de las dos primeras plazas de su grupo para tener factor cancha en Cuartos de Final, mientras que los lituanos quedan muy tocados y con pocas opciones para pasar a la siguiente ronda. Prácticamente deben ganar los cuatro partidos restantes y esperar que sus rivales no sumen victorias.
Paradojas del destino. ¿Es tan claro entonces que Plaza se equivocó en aquel partido contra el Maccabi? ¿O fueron Laso, y ayer de nuevo Plaza, quienes se equivocaron llevando a sus rivales a la línea de tiros libres? ¿Qué "accidente" tiene más posibilidades de producirse, el de un triple lejano y desesperado, o el de un rechace ofensivo en medio del maremagnum que siempre supone la lucha por un rebote en la zona? Afortunadamente, no hay una verdad absoluta, aunque insisto en que a toro pasado a los aficionados nos es muy fácil y señalar a los culpables de las amargas derrotas, como la que ayer le tocó vivir a la afición del Zalgiro Arena.
Plaza y la crueldad de las paradojas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario