Anuncio oficial del fichaje de Calderón por los Warriors |
Y un par de horas después, el de su despido |
Que la vida está llena de casualidades, carambolas, albures
y azares bien lo sabe cualquier aficionado al tango o a la música pop. Pero desde la madrugada
del pasado martes también lo conoce de primera mano el bueno de Jose
Calderón.
Se llevaban apenas dos minutos disputados en el Verizon
Center de Washington cuando el pívot polaco Marcin Gortat desplazaba al
georgiano de Golden State Warriors, Zaza Pachulia, arrojándolo al suelo e
impactando en su caída en las piernas del alero Kevin Durant, la gran estrella
del conjunto californiano junto a Stephen Curry. “Durantula” tuvo que abandonar
la cancha y ya no volvió al partido. Aquella jugada fortuíta iba a marcar el
futuro inmediato de nuestro base internacional José Manuel Calderón, quien
desde Los Ángeles esperaba oficializar su fichaje por la franquicia actual
subcampeona y ganadora del título hace dos temporadas. Los pronósticos
anunciaban malas noticias para el máximo anotador y reboteador de los Warriors,
quien podría hasta perderse el resto de la temporada (finalmente se espera que
esté para play offs), con lo cual el despacho de Oakland activó la alerta en
busca de una pieza que paliase la baja de una de sus grandes figuras. La
decisión estaba tomada, la plaza libre que quedaba en el roster de San
Francisco iría destinada a un alero, concretamente Matt Barnes, y no un base.
Después de 12 temporadas en la mejor liga del mundo,
con unas medias de 9.7 puntos y 6.3 asistencias por partido, el de Villanueva
de La Serena se encontraba por fin ante una oportunidad real de conseguir un
anillo. Cierto es que lo haría con un rol de participación muy escaso, siempre
por detrás de Stephen Curry y Shaun Livingstone, pero quien sabe si ocupando la
posición de tercer base, circunstancia para la que está sobradamente capacitado
para disputarle a Ian Clark. Por otro lado la excelencia en el tiro de Calderón
(41.1% en triples en su carrera NBA) a buen seguro le convertiría en un jugador
muy aprovechable dentro del esquema de Steve Kerr, con tanta predilección por
el juego abierto y el tiro exterior. Pero todo eso, no obstante, no dejaba de
ser secundario, ya que con 35 años y en lo que parece desgraciadamente la recta
final de su carrera (o al menos al más alto nivel), ver al extremeño con
opciones de ganar un anillo suponía un auténtico premio a la trayectoria de uno
de los mejores jugadores españoles de la historia.
Pese a todo Calderón puede decir que ha sido jugador
de los Golden State Warriors 2016-17 durante al menos un par de horas, y es que
los californianos han cumplido la palabra dada al jugador respecto a su
fichaje, y a las doce de la noche de la pasada madrugada hora española
anunciaban su contratación… para a las dos horas anunciar su despido. Es un
gesto que honra a la franquicia de Oakland ya que así el jugador se asegura
recibir el sueldo del contrato (400000 dólares, el mínimo para un veterano) y
al ser mandado a “waivers” dentro del mismo día 1 de Marzo (horario USA) puede
firmar por cualquier otro equipo de cara a los próximos play offs (suena
Atlanta Hawks)
Una de tantas rocambolescas historias que nos deja
la mejor liga de baloncesto del mundo, pero que en esta ocasión indirectamente
ha afectado a un jugador muy querido por todos nosotros. Era la gran ocasión
para poner el broche de oro a la brillante carrera NBA de un deportista que en
distintas oportunidades ha visto como las lesiones le han impedido ampliar un
ya de por si espléndido palmarés, sobre todo con la selección española, lo que
no podía imaginar el bueno de Calde era que la lesión de un astro como Kevin
Durant iba a representar para él una ocasión perdida de luchar por ser campeón
de la NBA.
Y es que el destino, como cantaban 091, guarda
cartas en la manga.
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