El Chacho se enfrenta a sus ex |
Ya tenemos una nueva edición de la Final Four de
Euroliga, o lo que es lo mismo, el fin de semana más importante del baloncesto
a nivel de clubes, en el que se dará a conocer el MVP de temporada regular de
la máxima competición continental y sobre todo coronará a uno de los cuatro
equipos finalistas como nuevo rey de Europa (o le mantendrá en el trono si el
ganador es Fenerbahce, que dicho sea de paso, en mi opinión es el máximo
favorito) Siguiendo con las noticias euroligueras, hemos conocido estos días
que la próxima final a cuatro será en Vitoria. Buena noticia para el aficionado
español quien no tendrá que desplazarse tantos kilómetros en caso de que alguno
de nuestros equipos llegue a la cita de 2019. Toca por tanto sacar tiempo para
echar un vistazo al apasionante fin de semana que nos espera. Veamos por donde
pueden pasar las opciones da cada equipo.
POR QUE GANARÁ EL CSKA MOSCÚ: Hablamos del equipo
con mayor presupuesto de Europa (se rumorea por encima de los 40 millones de
euros) y del que hombre por hombre parece presentar la mejor plantilla de
Europa. Es el principal favorito para las casas de apuestas. Llega como líder
de la temporada regular y por tanto con el mejor balance en victorias y
derrotas. Ningún equipo conoce esta cita como el ruso. Llega a su decimoquinta
final a cuatro en las últimas 16 temporadas, y en total ha jugado 17, siendo el
equipo con más presencias en una Final Four. Toda la experiencia está a su
favor. Además han hecho una apuesta por la continuidad, ya que hasta nueve
jugadores repiten respecto a 2016, última vez que fueron campeones (y por
supuesto su entrenador, Itoudis) Además de eso Kurbanov estuvo en el título de
2006 y Khryapa y Vorontsevich en el de 2008. En un baloncesto que premia el
ataque, llegan como el equipo más anotador (89.2 de media) Si hablamos de
nombres propios, la dinamita ofensiva se concentra en Sergio Rodríguez, De
Colo, Higgings y Willburn. Othello Hunter y Kyle Hines (elegido mejor defensor
de temporada regular) ponen el músculo, y Nikita Kurbanov es el pegamento como
en su día lo fuera un ahora residual Khryapa (12 finales a cuatro a sus
espaldas) Mago por mago, la llegada del Chacho por Teodosic no sólo no ha
restado un ápice de potencial a la escuadra rusa si no que de cara a esta cita
les hace más peligrosos, dado el historial más fiable del tinerfeño respecto al
ciclotímico jugador serbio en grandes citas. Mal cliente en finales de partido
igualados, ya que ha sido el segundo equipo con mejor porcentaje desde el tiro
libre tanto en liga regular como en play offs. En la pizarra manda Itoudis,
campeón en 2006 y el alumno más aventajado del maestro Obradovic, con quien
ganó los cinco cetros continentales del Panathinaikos durante la estancia del
técnico serbio en Atenas. Al Real Madrid, su rival en semifinales, lo sacó de
la pista en el primer cuarto en Moscú (33-11 de parcial) También ganaron a
Fenerbahce en Turquía y al Zalgiris en feudo moscovita. Llegan sin ninguna baja
significativa (sólo Leo Westermann, quien no pasa de ser octavo o noveno
jugador en la rotación, es baja por lesión) Llegan frescos después de competir
en una liga como la VTB de la que han sido dominadores en fase regular (balance
22-2) y en la que sólo juegan 13 equipos, liga claramente inferior a española y
turca.
POR QUE NO GANARÁ EL CSKA MOSCÚ: Ser el equipo con
más participaciones en la Final Four también lo convierte en el que acumula más
decepciones en dicha cita (especialmente recordada la final ante Olympiacos en
la que dilapidan una renta de 19 puntos faltando 12 minutos para el final del
partido) En términos competitivos y de dureza mental parece inferior a sus tres
rivales. Su defensa exterior ofrece lagunas, ya que ni Sergio Rodríguez ni De
Colo muerden demasiado. En el caso del francés además hay dudas sobre estado de
forma, recién salido de una lesión de abductor, al igual que Kyle Hines, quien
también paró por problemas físicos. Juegan con la presión de ser favoritos. Su
rival en semifinales, el Real Madrid, sabe lo que es ganarles, como sucedió en
la segunda jornada de liga regular, y pese a que en la vuelta todo apuntaba a
paliza tras el parcial de salida (50-24 a dos minutos para el descanso) los
blancos se repusieron tras el descanso y acabaron perdiendo sólo de 6 puntos.
También han visto como Zalgiris y Fenerbahce les ganaba un partido este curso.
La falta de calidad de su liga doméstica en comparación con ligas como la turca
o española hace que lleguen más faltos de competitividad.
POR QUÉ GANARÁ EL FENERBAHCE: Pese a que CSKA llega
como favorito para las casas de apuestas, la mayoría de analistas apuestan por
la fortaleza del equipo de Obradovic. El segundo gran presupuesto de Europa en
manos del mejor entrenador de la historia de la competición. No llegan con el modo
rodillo puesto como en la final a cuatro de Estambul, pero han sabido suplir
las bajas de jugadores como Bogdanovic, Udoh o Antic con las llegadas de Jason
Thompson, Nicolo Melli, Marko Guduric y Brad Wanamaker. Tienen mayor
profundidad de banquillo y más recursos para Zeljko. Han conseguido la primera
plaza de manera matemática en la liga turca, una competición inferior a la ACB,
pero claramente superior a la VTB y liga lituana. Es el equipo que menos
balones ha perdido durante el campeonato de los cuatro pretendientes al título.
¿Nombres propios? Muchos. Mucha coralidad.
Wanamaker-Sloukas-Nunnally-Datome-Veselly son la guardia pretoriana de Zeljko,
todos ellos anotando más de 10 puntos por partido durante la temporada (excepto
el italiano Datome, que se ha quedado en 9.5), mientras que Guduric, Kalinic y
Thompson son los otros tres jugadores más utilizados. Rotación larga en la que
también entra el pívot Duverioglu (mejor porcentaje en tiros de dos del torneo)
y previsiblemente un Ali Muhammed que pese a haber perdido rol en el equipo en
los últimos partidos ha contado cada vez más para Zeljko. Nada menos que 10
jugadores repiten respecto al roster que conquista el título en 2018. Pero el
gran argumento turco está en el banquillo. En una Final Four de plaza neutral
para los cuatro contendientes, Obradovic es quien más puede decir que juega en
“casa”, puesto que en Belgrado comenzó su leyenda. Hablamos de un entrenador
que ha jugado 16 finales a cuatro... y ha ganado nueve títulos. Baste decir que
los otros tres entrenadores de alguna u otra manera han sido discípulos suyos,
como jugadores (Laso y Jasikevicius) o como entrenador asistente (Itoudis) Queda
todo dicho. Le acompañan además dos jugadores serbios como Kalinic y Guduric,
precisamente ex –jugadores del Estrella Roja de Belgrado. Unido a la relativa
cercanía entre Estambul y Belgrado (unas diez horas en coche) hace que
Fenerbahce sea lo más parecido a un equipo “local” en esta cita. Llegan sin
problemas físicos relevantes.
POR QUÉ NO GANARÁ EL FENERBAHCE: La presión de
defender entorchado en un torneo en el que tradicionalmente y con este formato
no es fácil repetir título (en este siglo sólo Maccabi Tel Aviv y Olympiacos
han conseguido ganar dos euroligas de manera consecutiva) Sin Bogdanovic,
Zeljko no tiene una clara prolongación en la pista. Su coralidad ofensiva y
buen orden en ataque necesita de un ritmo más pausado y posesiones más largas
que el resto de sus equipos. Son los que menos anotan de los cuatro equipos
finalistas. Han perdido un partido contra sus tres rivales del fin de semana,
curiosamente los tres jugados en casa.
Zelkjo juega en casa. |
POR QUÉ GANARÁ EL REAL MADRID: Obviando el tema de
la similitud con el Fenerbahce de 2017, que trataremos aparte, lo cierto es que
los de Laso llegan en un gran momento de forma y habiendo recuperado a su gran
estrella, Sergio Llull. Su temporada ACB es sencillamente impecable. Presentan
el mejor balance de los cuatro equipos en enfrentamientos directos, ya que de
los seis partidos sólo perdieron ante CSKA en Moscú y en el Palacio ante
Fenerbahce, habiendo ganado en Estambul a los de Obradovic y a los rusos en
Madrid, mientras que a Zalgiris lo batieron por partida doble. Segundo máximo
anotador de la competición y equipo con más rebote de los cuatro finalistas.
Capacidad de superación ante la adversidad. Excelente gestión de Laso. Doncic,
la estrella joven europea más rutilante que ha conocido Euroliga en este siglo,
busca dejar su huella definitiva en el baloncesto continental antes de
emprender su presunta aventura NBA. Veteranía en jugadores como Felipe, Rudy y
Carroll (campeones en 2015 y que siguen teniendo hambre) y continuidad con
Llull, Campazzo y Ayón, quienes junto a los tres anteriormente citados también
levantaron la copa hace tres temporadas. No son los principales favoritos,
deberían aprovechar la falta de presión.
POR QUÉ NO GANARÁ EL REAL MADRID: ¿Hemos dicho
presión?, por mucho que los analistas se empeñen en dar mayor favoritismo (y
por tanto, presión) a Fenerbahce y CSKA, el Real Madrid vive instalado en un
constante nivel de altísima exigencia que a veces juega en su contra. Dureza y
minutos en las piernas tras una potente ACB, en una plantilla con una media de
edad alta. Llull, tras nueve meses sin jugar, no está a su mejor nivel posible.
Campazzo regresa tras pasar por el quirófano para tratarse la rodilla y hay
dudas sobre su estado. El primer cuarto de Moscú en el recuerdo, y con él la
falta de intensidad en las salidas de partidos importantes del equipo (igual
que le sucedió en la final copera o en el primer partido de play offs de
Euroliga)
POR QUÉ GANARÁ EL ZALGIRIS KAUNAS: Nada que perder,
todo que ganar. Que el segundo presupuesto más bajo de la competición haya
llegado a la final a cuatro es el milagro de la temporada. Impresionante dureza
mental y trabajo psicológico de Jasikevicius. No pisaban este escenario desde
Munich 1999, cuando tampoco llegaban como favoritos, pero liderados en la pista
por un base estadounidense, Tyus Edney, acabaron levantando el título. Kevin Pangos
(aunque en realidad nacido canadiense y nacionalizado esloveno, gracias a que
sus abuelos lo eran) aspira a tomar el relevo. Interesante mezcla de
experiencia y veteranía. Veteranos como Jankunas o Beno Udrih disputan, por
fin, una Final Four y lo hacen con hambre (¿recuerdan el caso Andres Nocioni?),
hambre que también demuestra el ambicioso Jasikevicius, ganador de cuatro
títulos como jugador. Como buenos lituanos, excelsos en el tiro, liderando el
porcentaje de tiro de tres de Euroliga con un 42.41%, aunque siendo el equipo
que menos lanza desde el arco de los finalistas. Pangos, Milaknis y Ulanovas anotan
por encima del 45%. Tremenda explosión de Brandon Davies, quien pasa de 8.5 de
valoración en liga regular a 19.8 en la serie ante Olympiacos, y ya en los dos
últimos partidos de regular ante CSKA y Olympiacos avisa promediando 17.5
puntos y 5.5 rebotes por partido. El jugador del momento en Kaunas. Saben lo
que es ganar a Fenerbahce y CSKA.
POR QUÉ NO GANARÁ EL ZALGIRIS KAUNAS: Si su gran
baza es la fortaleza mental, se enfrenta a otro equipo que tampoco es manco en
ese aspecto. Excesiva dependencia del bloque titular (Pangos-Micic-Ulanovas-Davies-Jankunas)
Falta de experiencia en Final Four, primera máxima cita para todos los
jugadores del roster. Es el equipo que más balones pierde de toda la Euroliga. Llegan
con el peor balance de resultados en duelos directos con sus tres rivales, 2-4.
Saras, otro alumno de la escuela Obradovic |
APÉNDICE: EL REAL MADRID Y EL ESPEJO
FENERBAHCE.
No nos resistimos a hacer un aparte para tratar este
tema que sin duda gustará a los amantes de las curiosidades, supersticiones, y
datos cabalísticos (aunque como madridistas, admitimos que nos da miedo sacar
esto a la luz por posible gafe) Y es que hasta llegar a la final a cuatro el
Fenerbahce de 2017 y el Real Madrid de 2018 presentan una serie de paralelismos
asombrosos. Empezando, lógicamente, por la plaga de lesiones que han tenido que
afrontar ambos clubes, especialmente en sus grandes estrellas. Obradovic no
pudo contar con su gran referencia, Bogdan Bogdanovic, durante prácticamente la
mitad de la temporada regular, mientras que Pablo Laso no ha visto a Sergio
Llull de corto hasta el tercer partido de los cuartos de final continentales. Kostas
Sloukas también fue sensible baja para Zeljko durante varias jornadas, encarando
la recta final de la temporada regular, cuando se jugaban un pase a cuartos de
final que no tuvieron asegurado hasta prácticamente el final de dicha regular
season. El calvario del Real Madrid no hace falta recordarlo. Además de Llull,
Kuzmic se lesiona ante CSKA y dice adiós al curso (aunque es suplido con
acierto con la llegada de Tavares), mientras que Randolph, Thompkins, Ayón,
Taylor, Doncic y Campazzo han sido baja de varias semanas durante distintos
momentos de la temporada.
Pero las similitudes de verdad, las que entran
dentro del terreno de lo curioso, comienzan con la visita del Real Madrid esta
temporada al Buesa Arena, en la séptima jornada de temporada regular,
recibiendo una dolorosa paliza de nada menos que 30 puntos de diferencia
(105-75) Era el 14-11-2017. Enseguida se me vino a la cabeza la visita del
equipo de Obradovic justo un año antes al mismo escenario (en concreto el
11-11-2016), cuando los posteriormente campeones de Europa caían por nada menos
que 34 puntos de diferencia en Vitoria.
El transitar de los otomanos durante el curso
regular fue tan tortuoso como el de los de Laso, pese al rutilante comienzo de
ambas escuadras. Y es que en esto también coinciden, ya que ambos equipos
ganaron sus cuatro primeros partidos en la competición, pero… ¡además perdieron
los tres siguientes!, idéntico balance de 4-3 en las siete primeras jornadas y
con idéntica tendencia: 4-0 y 0-3. Para seguir con los asombrosos paralelismos,
propios de un programa de Iker Jiménez, esas tres derrotas son a manos de casi
los mismos protagonistas: Baskonia y Maccabi en ambos casos, y Unics Kazan en
el caso turco, mientras que los de Laso caen ante el Khimki, otro equipo ruso
que precisamente ocupa la plaza del este año ausente Unics Kazan. Por si fuera
poco, el partido ante los ex –soviéticos ambos equipos lo juegan en casa,
cayendo en sus visitas a Tel Aviv y Vitoria.
Después de esas siete primeras jornadas idénticas,
las tendencias del Fenerbahce de 2017 y el Real Madrid de 2018 comienzan a
diferenciarse, para converger en un mismo balance y posición al final de la
primera vuelta: 9-6 y sexto puesto en la tabla. Asombroso.
En la segunda vuelta hay una ligera diferencia, ya
que mientras los turcos el año pasado vuelven a hacer un balance de 9-6 el Real
Madrid de este curso les supera, con brillante 10-5, pero el puesto final es el
mismo, quinta posición, y el rival también: el Panathinaikos de Xavi Pascual.
El desenlace ya es de sobra conocido, y en ambas ocasiones los griegos, pese a
tener factor cancha, quedan eliminados en cuartos de final (aunque el
Fenerbahce no cede ni un partido, barriéndoles por 0-3 y demostrando el
fortísimo momento en el que llegaban a la Final Four)
De modo que ya tenemos a ambos equipos en la final a
cuatro, y ambos, para continuar con su historia de similitudes, destinados a
enfrentarse al campeón de la fase regular, Real Madrid el pasado año y CSKA la
presente temporada. Y ambos además llegan con el mismo balance en derrotas y
victorias frente a sus rivales de Final Four, ya que como antes hemos comentado
los de Laso acuden a Belgrado habiendo ganado los dos partidos a Zalgiris, y
uno a CSKA y otro a Fenerbahce, mientras que los de Obradovic lo hacían con
doble victoria ante CSKA y una ante Real Madrid y Olympiacos.
Impresionante cantidad de paralelismos por tanto por
parte del Real Madrid con el equipo que acabó siendo campeón en 2017. Queda ver
si el desenlace final es igual de idéntico, lo cual sería una estupenda noticia
para todo el baloncesto español.
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