Not in my house!!! |
Se confirmaron los rumores que comenzaron a circular con
fuerza la noche del pasado lunes transformándose en una fantástica realidad para
nuestro baloncesto. Marc Gasol obtiene el galardón de DPY. Es decir, es
considerado el mejor jugador defensivo de la temporada. Casi nada. Un premio
que en las últimas ediciones casi siempre ha sido obtenido por jugadores
interiores (Tyson Chandler, Dwight Howard, Kevin Garnett, Marcus Camby, Ben
Wallace…) y que viene a reconocer la magnífica temporada de nuestro pívot
internacional, y su labor defensiva en el equipo del Oeste que mejores números
atrás ha dejado durante este curso. La noticia como decimos es una nota muy
positiva para nuestro baloncesto en una temporada NBA que quizás no ha parecido
tan brillante como otras en cuanto a la participación de los nuestros, pero que
acaba dejándonos finalmente grandes datos para el optimismo. Personalmente creo
que es el reconocimiento individual más importante que ha logrado jugador
español alguno en la NBA, por encima incluso del ROY con el que su hermano Pau
fue nombrado mejor novato de la temporada en 2002, y me sorprende la poca
importancia que le estamos dando por el momento en nuestros medios. Baste decir
que es el primer europeo en obtener tal galardón.
Hemos aludido en ocasiones desde este blog a la trayectoria
de Pau Gasol como ejemplar profesional al que nadie ha regalado nada y ha
tenido que trabajar muy duro para convencer al mundo del baloncesto de que
aquel espigado y flaquísimo chaval de Sant Boi con natural predisposición a
jugar por fuera más que a partirse la cara en la zona a pesar de sus
centímetros, tenía un enorme potencial para llegar a ser uno de los mejores
jugadores del mundo. Lo mismo podemos decir de su hermano Marc, cuya carrera ha
sido un ejemplo constante de superación y progresión. Recordemos un poco los
comienzos del mediano de los Gasol.
Tras haber sido estrella de instituto en el Laussane
Collegiate School de Memphis (donde también acabaría llegando su hermano menor
Adriá) aprovechando, como no, la presencia de Pau en la ciudad de Graceland,
Marc regresó a España para intentar hacerse un nombre en un país que ya
empezaba a ser potencia mundial en este deporte. La imagen de aquel Marc Gasol
de comienzos del siglo XXI no despertaba demasiado optimismo entre el
aficionado, y el pívot comenzaba a recibir sintomáticos apodos en referencia a
su voluminosa figura tales como “la tanqueta” o el menos favorecido
“zampabollos”. Creo recordar que Moncho Monsalve (habitual formador de jóvenes
talentos interiores) llegó a afirmar que vio a Marc en 147 kilos. En el
Barcelona de Pesic y posteriormente de Ivanovic se le registraron 137, llegó a
bajar hasta los 121. El peso, o más bien el sobrepeso, era un problema que
amenazaba con lastrar la carrera del jugador hacia el estrellato. En verano de
2006 se produce un episodio crucial de cara a la evolución personal del jugador
y su capacidad para generarse a si mismo confianza, así como un cambio en la
visión general que el aficionado medio tenía de él. Pepu Hernández preparaba un
grupo de jugadores de cara al Mundial de Japón con las máximas aspiraciones
para al menos subirse al podio. Fran Vázquez, jugador mejor pagado de la ACB
por aquel entonces gracias a su contrato con el millonario Akasvayu Girona
parecía uno de nuestros más sólidos puntales de cara a la cita nipona, pero una
inoportuna lesión trastocó los planes iniciales del seleccionador, quien ya
contaba con el pívot gallego en la concentración. Había que reaccionar rápido y
buscar a un cuarto jugador interior que acompañase a Pau Gasol, Felipe Reyes y
Jorge Garbajosa para un evento que finalmente jamás olvidaríamos. Tres fueron
los candidatos: Jordi Trias, compañero de Marc en el Barcelona y quien el curso
siguiente sería proclamado MVP de la fase final de la Copa del Rey, Eduardo
Hernández-Sonseca, por entonces prometedor jugador de rotación en el Real
Madrid, y Marc Gasol, quien había jugado esa temporada poco más de 20 partidos
con la elástica azulgrana promediando apenas unos pírricos 3 puntos y 3 rebotes
por partido. En todas las quinielas el hermano de Pau partía como el último
candidato a la plaza vacante. Pero Marc se ganó a Pepu a base de trabajo duro.
El entrenador madrileño fue justo con el jugador, y también valiente, pues no
fueron pocas las voces críticas que cuestionaron que un jugador tan residual en
su club obtuviera billete para la cita mundialista, acusando la decisión de
enchufe por parte de Pau (me gustaría saber donde se esconden esas voces ahora
mismo, la historia de siempre, echando mierda sobre nuestro baloncesto y siendo
incapaces de reconocer los méritos de los nuestros) Pepu no se equivocó, Marc
cumplió con su papel de especialista defensivo apuntalando el juego interior y
asegurando rebotes y efectividad de cara al aro con los pocos lanzamientos de
los que dispuso (finalizó con un sobresaliente 17 de 22 en tiros de campo en el
total del torneo) Su mejor partido lo realizó contra Japón, con 12 puntos y 7
rebotes en 16 minutos, y en la fiesta inolvidable que supuso la final contra
Grecia, con su hermano lesionado, dispuso de 17 minutos en pista para firmar 2
puntos y 7 rechaces. Tenía 21 años y se colgaba un oro de campeón del mundo al
cuello, y lo más importante, cerraba bocas, muchas bocas.
La Tanqueta en el insti. Nunca olvidó los donuts. |
A partir de ahí el resto es historia, y muy brillante, tan
brillante como el oro que se trajo de Japón. Dos temporadas en el Akasvayu
Girona, la primera buena, la segunda sublime (refrendada con el MVP de la fase
regular en ACB) De su estancia en el club gerundense, aparte de la confirmación
como uno de los grandes pívots FIBA por aquel entonces, se lleva un título de
Euro Cup en 2007 y un subcampeonato de ULEB en 2008 (perdieron la final por 25
puntos frente a aquel impresionante Joventut de Ricky Rubio y Rudy Fernández) Terminada
la temporada 2007-2008 no había dudas sobre Marc, era ya uno de los grandes
nombres del baloncesto europeo y era cuestión de tiempo que diera el salto a la
NBA. Cargado de confianza, decidió no esperar más. Los Angeles Lakers le habían
drafteado en segunda ronda en 2007, pero sus derechos fueron a parar a Memphis
dentro del traspaso que dio con su hermano mayor en el Staples Center, dentro
de un “trade” que se llegó a calificar como “robo histórico” a favor de la
franquicia de Jerry Buss. Una vez más Marc contra el prejuicio y la injusticia.
El tiempo ha demostrado que aquel movimiento no sólo no fue ningún robo si no
que incluso fortaleció el futuro, actual presente, de la joven franquicia de
Memphis que con Marc Gasol en sus filas no ha dejado de crecer, siendo ya unos
habituales de play offs, y regalando grandes momentos al aficionado como la
eliminación de los San Antonio Spurs hace dos campañas.
Este es Marc Gasol. Un tipo que no ha dejado de progresar y
de crecer. Paradigma del nuevo modelo imperante de pívot basado sobre todo en
un extraordinario IQ baloncestístico lo cual le hace poseer una visión de juego
antaño reducida a unos pocos escogidos dentro de la posición de “cinco” (con
Arvydas Sabonis como ejemplar más resplandenciente) Marc Gasol lidera el nuevo
formato de pívot secundado por jugadores tan repletos de técnica y táctica como
Nikola Pekovic, Nikola Vucevic o Greg Monroe. En definitiva, el pívot
inteligente. Marc, el campeón del mundo, el campeón de Europa, el All Star… el
muro.
Joder, esa foto del "insti" me ha impactado. Lo de zampabollos le venía al pelo, las cosas como son. Quien lo hubiera imaginado...
ResponderEliminarEstoy pensando en los chascarrillos hirientes de los populares del "high school" en plan peli para adolescentes, ya sabes, la jefa de animadoras rodeada de "fashion victims" y en Quarterback guaperas riéndose del "comedonuts"...la cara que se les habrá puesto ahora..... BIG MARC
Un poco historia del "patito feo", sí.
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