Realmente intensa la segunda
jornada del Eurobasket disputada ayer, en la que inevitablemente tenemos que
comenzar por detenernos en la derrota de nuestra selección. En este país
hiperbólico y extremista no han tardado en encenderse las luces de alarma e
instalarse la duda (sinceramente prefiero no mirar las redes sociales un día
como hoy porque imagino que se les estará atizando a gran parte de los
jugadores y a Orenga de manera absolutamente injusta y desmedida) sobre las
posibilidades de los nuestros. Dejemos clara una cosa: la selección sigue
teniendo las mismas virtudes y defectos que tenía antes de este partido.
Aspectos que ya hemos tratado de analizar por aquí (excesiva dependencia de
Marc, ausencia de un “killer” tirador, lo que obliga a reconvertir a Calderón (46%
en triples esta temporada en la NBA) a escolta…), todo esto ya lo sabíamos, ¿a
alguien le sorprende?
La derrota de ayer no es un
drama y perfectamente entraba dentro de las previsiones. Hemos caído ante una
gran Eslovenia hipermotivada dentro de un ambiente infernal y con una evidente
bajada de brazos en defensa por nuestra parte. El “deseo”, ese abstracto motor
que hace que las piernas sigan corriendo cuando no queda gasolina y que los
brazos lleguen a atrapar rebotes que parecen imposibles, en esta ocasión fue
patrimonio del rival. Una Eslovenia que después de verse dominada por los de
Orenga durante la mayor parte del encuentro se olvidaron de los pacatos
planteamientos de su entrenador Bozidar Maljkovic y comenzaron a correr y a
hacer posesiones por debajo de los 10 segundos. Les funcionó. Curiosamente en
esta ocasión, el que se suponía que debía ser nuestro ritmo favorito de juego,
el ritmo alto y de intercambio de canastas, fue nuestra losa. ¿Cansancio final?
Puede ser, sobre todo en el caso de un Marc Gasol que llegó a perder hasta
cinco balones en la zona. No podemos exprimirle tanto. Y volvemos al “deseo”,
capaz de camuflar cualquier desgaste. No pasa nada, nuestras aspiraciones
siguen intactas. Simplemente ayer había una fiesta en Eslovenia en la que no
conseguimos colarnos.
Goran Dragic impulsó el vendaval esloveno |
Lo que si es cierto es que el
partido de mañana frente a Chequía adquiere una relevancia que no hubiéramos
previsto. Y no será fácil. El equipo de Satoransky y Vesely está dando una magnífica
imagen (calidad no les falta para ello) y ayer pudieron con una Polonia que aún
no conoce la victoria, siendo el único equipo con su casillero a cero en
nuestro grupo, ya que Croacia se resarció de la mala imagen dada ante España y
con su victoria ante Georgia (que también presenta balance 1-1) mantiene vivas
sus opciones de pasar a la segunda ronda. Como decimos, nuestras posibilidades
siguen intactas, pero no debemos permitirnos más fallos. A Eslovenia, por otro
lado, le queda un camino expedito para finalizar como líderes de grupo.
El drama, ya que hablamos de
emociones fuertes, parece propiedad del Grupo D (de donde saldrán nuestros
rivales para segunda ronda) Avisábamos ayer que Turquía y Rusia podían salir
muy tocados de esta jornada, y así ha sido, sobre todo en el caso otomano que
acumula dos derrotas en tantos partidos y mañana se las verá con nada menos que
Grecia. Curioso lo del baloncesto turco, tan próspero económicamente y con
tantos jugadores de calidad, pero con una capacidad para decepcionar cita tras
cita (al igual que sus poderosos clubes en competiciones continentales) Parece
que sólo se motivan cuando tienen la hinchada a favor. En la pequeña y portuaria
ciudad de Koper, las gradas sin embargo van con Italia (de Koper a Trieste hay
poco más de 10 kilómetros de distancia, para que entendamos porque Italia
prácticamente juega como “en casa”) Los de Pianigiani dieron buena cuenta de
Turquía dando un auténtico recital con Aradori y Belinelli sacando el fusil y
Gentile y Melli confirmándose ya no sólo como el futuro, si no como el
reluciente presente del baloncesto transalpino. Esperemos que Italia haya
vuelto para quedarse.
Alessandro & Nicolo, el futuro ya está aquí. |
Tampoco pintan bien las cosas
para Rusia, quienes confirman que este no debe ser su campeonato. Segunda derrota,
en esta ocasión ante una intratable Grecia. Aún así los de Karasev tienen
sobrada calidad para ganar los tres partidos restantes y colarse en la segunda
fase. De hecho sería lo más lógico. Finlandia se presenta como su rival directo
de cara a conseguir la tercera plaza. En estos momentos los fineses presentan
dos victorias en dos partidos, pero les queda enfrentarse a Grecia, Italia, y
ese duelo frente a Rusia que puede marcar el destino de ambas selecciones.
En el Grupo A Francia
endereza el rumbo dejando en la lona a una voluntariosa Gran Bretaña pero que
finalmente sucumbió a la lógica y al poderío galo. Bélgica se rehace tras la
derrota ante Ucrania y vence a Alemania para meterse en “la pomada”… y desastre
hebreo con una nueva derrota israelí. La selección judía, que parecía
capacitada para ser segunda de grupo y sólo perder ante Francia, acumula ya dos
derrotas y está al borde de la eliminación. Le quedan tres partidos, uno ante
una Francia que no quiere más sustos, y dos ante rivales directos como Bélgica
y Alemania. Pintan bastos. La Ucrania de Fratello, a un paso de la segunda
ronda.
Sin grandes sorpresas el
Grupo B, donde Serbia se sigue mostrando como uno de los equipos más serios del
torneo. Sumaron su segunda victoria frente a una Bosnia que sigue ofreciendo
muy poco más allá de Djedovic y Teletovic (horrible partido de Wright) Stefan
Markovic (15 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 3 robos) hace olvidar a
Teodosic. Lituania se recompone tras su primera derrota con una convincente
victoria ante una Montenegro en situación delicada (dos derrotas), mientras que
Macedonia, que había ganado por un solo punto en la primera jornada vivió ayer
la otra cara de la moneda perdiendo por otro tanto ante Letonia y Rice, héroe
ante Macedonia, falló la canasta decisiva después de anotar 24 puntos y
confirmarse como uno de los mejores anotadores del torneo. En definitiva Serbia
encarrilando la clasificación, Lituania enderezando el rumbo, Macedonia sin
margen de error, Bosnia casi desahuciada, y
Montenegro y Letonia soñando con dar la campanada y meterse entre los
doce mejores.
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