Y terminamos nuestro análisis
de la nueva temporada NBA hablando sobre otra división tan interesante como es
la Southwest.
Para empezar tenemos a los
vigentes campeones, y posiblemente la franquicia más ejemplar de la NBA. Una
auténtica dinastía basada sobre todo en dos hombres: Gregg Popovich y Tim
Duncan. Desde que en 1997 este binomio ganador juntase sus fuerzas en el club
tejano, la estadística es demoledora: 17 temporadas seguidas acudiendo a la
cita de los play offs, 6 años campeón del Oeste, y otros 5 campeón de la NBA.
Junto a Duncan (sin discusión el mejor 4 de todos los tiempos), Tony Parker y
Manu Ginobili han conformado uno de los “big threes” más reconocibles de todos
los tiempos, alcanzando ya las 500 victorias en liga regular (sólo les superan
el formado por Bird-McHale-Parrish, con 640) No se conforman y el objetivo para
el nuevo curso es estar en lo más alto. Pese a ser los campeones, no son los
grandes favoritos. Circunstancia que parece favorecerles. Irán a lo suyo en
liga regular, dosificando fuerzas y haciendo crecer jugadores. Popovich saca
petróleo de jugadores que en otros equipos agitarían toallas. Siguen los mismos
jugadores que ganaron el quinto anillo para la franquicia y se espera que el
rookie Kyle Anderson sea otro de esos “robos del draft” a los que nos tienen
tan acostumbrados las espuelas. El concepto “deporte de equipo” elevado a su
máxima expresión.
Memphis Grizzlies empiezan
como un tiro este curso (8-1 en estos momentos), con un Marc Gasol estelar. Son
un ejemplo de estabilidad con la columna Conley-Allen-Randolph-Gasol intocable
desde hace varias temporadas, y llega un veterano como Vince Carter para coger
su “last train to Memphis”. David Joerger, con la plantilla sana (sobre todo
Marc, quien se perdió unos 30 partidos la pasada temporada) aspira a superar
las 50 victorias con las que debutó en el banquillo grizzlie. Todo parece
indicar que lo conseguirá.
Marc Gasol lidera a unos enormes Grizzlies |
Houston sobre el papel parece
menos fuerte que el pasado curso (aunque su gran inicio de temporada lo
desdice), ya que no sólo no han conseguido capaces de traerse ninguno de los
jugosos agentes libres del verano, si no que además no han sido capaces de
retener a su tercera espada Chandler Parsons, huido al calor de los millones de
Mark Cuban en Dallas. De modo que todo seguirá pasando por James Harden y
Dwight Howard, apoyados en buenos complementos como Trevor Ariza, un creciente
Terrence Jones, o ese perro de presa llamado Patrick Beverley. Parece que el ex
–barcelonista Kostas Papanikolau cuenta bastante para McHale, y está jugando
nada menos que 25 minutos por partido.
Hablábamos de Parsons y su
traslado a Dallas, al lado de otro ilustre blanco y rubio como es el gran Dirk
Nowitzki (quien en este comienzo de curso ya ha superado a Olajuwom como el
jugador internacional en anotar más puntos en la NBA) Los Mavericks es un
equipo que busca siempre ser competitivo equilibrándose entre estabilidad y
renovación. Lo primero lo marca el propio Nowitzki, quien no conoce otra
camiseta en esta liga que la azul de los Mavs y ya acumula 16 años al servicio
de la franquicia tejana. Para que no queden dudas sobre su fidelidad este
verano ha renovado a la baja (al igual que hiciera Duncan con los Spurs
anteriormente), para que el club pudiera acometer incorporaciones como las del
citado Chandler Parsons. Estabilidad también en el banquillo, con un entrenador
de total solvencia como Rick Carlisle. Renovación con muchas caras nuevas
(Parsons, Nelson, Felton, Jefferson, Aminu, Villanueva…) y entre medias
jugadores como Tyson Chandler y Barea que vuelven a “casa”, intentando
recuperar las sensaciones de cuando fueron pilares importantes para el único
anillo que posee la franquicia. En el caso del pívot así será, apuntalando el
aspecto en el que más flojeaban el pasado curso: la defensa. En el caso del
base portorriqueño se antoja más difícil viendo toda la competencia que tiene
en el backcourt (Nelson, Harris, Ellis, Felton…)
Nowitzki, cada vez más legendario. |
Y por último los pelícanos de
Nueva Orleans, cuya gran ave zancuda es la inmensa y rutilante estrella llamada
Anthony Davis. Se espera que su imparable progresión vaya unida a la
franquicia. Para empezar a su lado le han traído a un estupendo complemento
defensivo como Omer Asik, la torre turca venida desde Houston. Sigue ese ROY
(rookie of the year) venido a menos que es Tyreke Evans. Inexplicable lo de
este jugador, quien después de ser el cuarto debutante en firmar al menos 20
puntos, 5 rebotes y 5 asistencias por partido (uniéndose al club de Oscar
Robertson, Michael Jordan y LeBron James, ahí es nada), ha decepcionado
temporada tras temporada sin volver a alcanzar el nivel estelar de su primera
campaña en la mejor liga del mundo. El empeño de querer hacerle jugar de tres
tampoco le favorece, pero es la mejor manera de hacer sitio a otros dos cracks
como Jrue Holiday y Eric Gordon. Mucho exterior joven que no acaba de dar el
salto (Freddette, Rivers…), la veteranía de John Salmons, y el interior con
muñeca de seda Ryan Anderson conforman el resto de caras conocidas del roster.
Tienen mimbres para, a corto plazo, acabar haciendo ruido, pero aún tendrán que
esperar.
NUESTRO PRONÓSTICO:
SAN ANTONIO: finalistas de
conferencia
MEMPHIS: 2ª ronda de play
offs o finalistas de conferencia.
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