Hace diez días salió a la venta el libro “Invasión o
victoria. Extanjeros en la NBA”. Escrito a cuatro manos entre Gonzalo Vázquez y Máximo
José Tobias (al que muchos conocerán por su alias en multitud de blogs, foros y
webs de basket como “meej”), éste último también merece ser sin duda reseñado
por la autoría de su obra “Michael Jordan. El rey del juego”, dedicada, como
pueden imaginar, al genio depredador de North Carolina. Sobre Vázquez, por otro
lado, lo tenemos claro (y si han seguido este blog lo sabrán): es sencillamente
el mejor en esto. Gonzalo no parece un periodista deportivo especialmente
dotado para la literatura, más bien yo lo veo directamente como un literato al
que, por suerte para todos nosotros, le apasiona el baloncesto y en concreto la
NBA. Pero por encima de todo es un escritor. Eso se tiene o no se tiene. El don
de la palabra, en este caso escrita. Pero también de la palabra oral, ya que en
las (por desgracia pocas) ocasiones que he escuchado a Gonzalo también me ha
parecido un comunicador extraordinario, pausado, reflexivo, y a la vez
vigoroso. En definitiva, transmite. Y sobre el arte de domar y domesticar palabra
y verbo hace ya tiempo que vengo pensando que no sólo obedece a un gran talento
(en parte innato y en otra parte aún más grande cultivado con cierta
disciplina), si no a una correcta conjunción entre uno mismo y sus ideas. Dicho
de otro modo, escribir bien es pensar bien. Lo cual nos lleva a la terrible
conclusión de que en un mundo en el que la tendencia hacia la escritura se
encamina cada vez más hacia lo grotesco (y ya no hablemos del ámbito
deportivo), nuestras mentes parecen cada vez más unos enormes campos
absolutamente yermos ajenos a cualquier siembra que procure una futura y
enriquecedora cosecha.
Por ello para un fanático de la NBA su alimentación no debe
basarse sólo en el visionado de partidos, si no que ha de complementarse con
textos como el que proponemos hoy, que ayuden a que precisamente ese intelecto
hambriento del mundo de la canasta adquiera ese orden necesario para que del
yermo campo de nuestra mente, al fin, broten los mejores frutos.
575 páginas de puro placer son las que me aguardan al
enfrentarme a esta obra, que nos saluda desde una preciosa portada con Dirk
Nowitzki, majestuoso, ejecutando su ya famoso “fade away a la pata coja” frente
a nuestro Serge Ibaka (posiblemente en las extraordinarias finales de
Conferencia Oeste de hace dos temporadas, donde el alemán sembró el caos y la
destrucción en todas y cada una de las líneas de unos Oklahoma City Thunder que
cambiaban el marcaje sobre el rubio teutón en vano tratando de que alguno de
sus efectivos pudiera minimizar el efecto aniquilador del Robin Hood tejano) y se
cierra con ese hombre de goma por el que no pasan los años llamado Manu Ginobili
taponando sobre los interminables brazos de Kevin Durant (quizás se trate,
igualmente, de una imagen de la final de la Conferencia Oeste, en este caso del
pasado curso) Dos magníficos ejemplares de la “invasión” tratada en este libro,
ganadores de títulos, all-stars, y por encima de todo capaces de elevar a cotas
de calidad aún mayores a la mejor liga de baloncesto del mundo.
Ya les contaré que tal se me ha dado el banquete.
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