Messina con Belinelli en la NBA. "La Grande Bellezza" sigue sin explotar. |
¿Será éste por fin el año de la Italia de Messina?,
el equipo transalpino continúa instalado en ese largo retorno a la elite
después de años de ostracismo que les han llevado a no clasificarse ni para el
último mundial ni para los Juegos de Río. Su último podio europeo data de 2003,
el bronce de Suecia. Demasiado para un país con tanta tradición cestista. En
principio deberían pasar de grupo sin problemas. Pese a la baja de Gallinari y
Gentile, donde más siguen asustando es en el perímetro, con Belinelli y Datome
como grandes estrellas. Les falta un buen director de juego, ya que Hackett
tiene más vocación anotadora que creadora, y Cinciarini y Ariel Filloy no
parecen jugadores de gran nivel. De hecho que el base de origen argentino
debute con su país de adopción pese a haber obtenido la nacionalidad italiana
de adolescente, habla bien a las claras de lo deficitario del puesto en el
roster de un Messina que ya anunciado que dejará la selección después de este
torneo, con una trayectoria hasta el momento decepcionante. Todas sus opciones
parecen pasar por las muñecas de Belinelli y Datome y de la consistencia de
Nicolo Melli en la zona como tercer espada. Veremos que aporta Christian Burns como
nacionalizado, pero más allá de Melli el juego interior de la “azzurra” no
ofrece grandes garantías. Aradori, otro exterior, apunta a solvente sexto
hombre. Sin problemas en la primera fase, pero no deberían llegar mucho más
allá. Me temo que seguiremos esperando a Italia.
Lituania parte como clara favorita de grupo. Renovada
a su pesar desde la plata de hace dos años, sus puntales volverán a ser
Maciulis y Valanciunas, integrantes del mejor quinteto del torneo en 2015. Cambio
de imagen sin el mítico Kazlaukas en el banquillo, pero con otro entrenador de
estilo ofensivo como Adomaitis. Kalnietis sigue siendo un seguro en la
dirección (apuesten por él como posible máximo asistente del torneo), con sólo
Juskevicius como “back up” de garantías. No faltan los tiradores, encarnados
por Gecevicius y Grigones, y en menor medida un Bendzius con buena capacidad
para postear. Garantías en el juego interior, con el gran referente Valanciunas
y su “torre gemela” Motiejunas formando una de las parejas de pívots más
rocosas del torneo. Kuzminskas en principio saldrá desde el banquillo, posible
sexto hombre para jugar de cuatro abierto sin despreciar su juego al poste y su
finura en los movimientos. Ha convencido en New York Knicks y debe ser otro de
los pesos pesados de una selección a priori destinada a estar en el filo de la
lucha por las medallas, pero se le intuyen mínimo los cuartos de final.
Junto a Lituania e Italia, Alemania y Georgia lo tienen
todo a su favor para pasar de primera fase, y sólo Israel pudiera inquietarles.
Los de Erez Edelstein pueden dar alguna sorpresa si Omri Casspi está a su mejor
nivel y saben sacar partido del nacionalizado Richard Howell, quien junto a
Eliyahu puede formar un juego interior imprevisible y difícil de defender por
su heterodoxia. Ya no tienen los tiradores de antaño, aunque el base Gal Mekel
demuestra buena mano (ha hecho un 40% en Euroliga con el Maccabi) Habrá que
seguirlo ya que será nuevo jugador ACB (Herbalife Gran Canaria) Guy Pnini y
Yotan Halperim siguen teniendo muy buena mano, pero sus roles actuales en la
selección hebrea hay que encontrarlo en la profundidad del banquillo. Ucrania,
por otro lado, nos parece sinceramente una de las peores selecciones del torneo,
y sería una sorpresa verlos ganar algún partido. Cierto es que mantienen varias
piezas de su notable sexta posición de 2013, cuando el mítico Mike Fratello
estaba al mando, pero sin el entrenador norteamericano y sin jugadores como
Gladyr, Jeter o Fesenko, los Mishula, Pustovyi o Kravtsov parecen demasiado
solos. Su balance en la preparación arroja un desolador 1-7, sólo ganando a
Rumania (eso sí, de paliza)
Alemania busca la vida después de Nowitzki. El nuevo
jefe es otra figura NBA como Dennis Schroder, muy lejos del nivel del Robin
Hood teutón, pero con calidad suficiente para incendiar gradas y partidos desde
su posición de base. No estará Pleiss, pero siguen saliendo altísimos pívots
jóvenes sin parar. Johannes Voigtmann ya es una realidad. Un 2.11 con
movilidad, recursos y una gran visión de juego para un hombre alto. Será el
referente interior, mientras que el jovencísimo Isaiah Harstein (19 años)
intentará rascar todos los minutos que pueda y demostrar que es el jugador
alemán del futuro. El otro gran nombre en la zona es Daniel Theis, en la
posición de “cuatro”. Una eterna promesa que ha tenido numerosos problemas de
lesiones (de hecho se perdió el torneo de 2015 por tal circunstancia) y que
busca consolidarse en la elite antes de dar su salto a la NBA, donde le esperan
los Celtics de Boston. Los pesos pesados del vestuario son los ya clásicos
Robin Benzing, alero de físico privilegiado, y el tirador Lucca Staiger. Como
mínimo la tercera plaza de grupo debería ser un objetivo factible…
…con permiso de Georgia, claro. Los ex –soviéticos
lo vuelven a fiar todo a un juego interior de quitar el hipo. Pachulia,
Shermadini y Shengelia. Casi nada. Y junto a ellos el joven prospect Goga
Bitadze, con 20 años cumplidos este verano y el cartel de mejor jugador del
último Adidas Next Generation Tournament. ¿Su posición?, la de pívot, claro.
Por fuera dependen del nacionalizado Michael Dixon y en el veterano Giorgi
Tsintsadze, ambos capaces tanto de dirigir como de anotar. Con su excesiva
dependencia del juego interior no pueden ser considerados candidatos a llegar
lejos, pero al menos si a pasar de fase.
PRONÓSTICOS: Lituania primera de grupo, Alemania
segunda, Italia tercera y Georgia cuarta. Israel quinta y Ucrania colista.
Georgia, lo importante está en el interior. |
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