Ya se conoce el último descarte de Sergio Scariolo para Lituania. Justo una semana antes del comienzo del torneo, Carlos Suárez es señalado como el elegido para no estar entre los elegidos.
Como ya dijimos hace unos días, fuese cual fuese la decisión del coach italiano iba a ser injusta, ya que los trece jugadores que estos días conformaban el grupo de la selección eran todos baloncestistas de una calidad absolutamente incuestionable, por tanto la elección sería mucho más fácil de comprender a través de aportaciones puntuales al juego, búsqueda de especialistas para labores determinadas, y tener todas las posiciones bien cubiertas. También sabemos que, fuese cual fuese el jugador descartado, la decisión será usada como arma una vez más por la legión de aficionados anti-scariolo de nuestro país.
Mejores sensaciones pero mismo resultado: descarte. |
Vista la preparación de la selección hasta el momento y sus partidos disputados, puede parecer lógica la ausencia del brillante alero de Aranjuez. En apenas ningún momento Scariolo ha probado con Llull de base, ni siquiera cuando en el último partido ante Eslovenia Ricky fue baja por una pequeña lesión, y ni aún cuando el partido estaba decidido. Precisamente esa ausencia del base de El Masnou puede haber sido definitiva de cara a la convocatoria definitiva (y merecida) de Victor Sada. El entrenador italiano parece tener claro que Sergio Llull no es en absoluto base, y ha sido consciente del riesgo de no llevar bien cubierta la posición del director de juego, del base puro. Realmente contrasta esto con la decisión alocada del Real Madrid de comenzar la temporada con un solo base natural, planteamiento éste que como ya hemos insinuado en este blog nos parece un error enorme que nos va a llevar a una nueva temporada de frustración a los aficionados madridistas. Es nuestro sino.
Por lo tanto celebramos la inclusión de Sada en la lista definitiva y una configuración de equipo en la que caben tres bases puros, distintos, capaces de aportar diferentes aspectos al juego, y sobre todo de jugar a ritmos no similares, dependiendo siempre de lo que pida cada momento y cada partido.
Pero la no inclusión de Suárez en la lista de doce también nos demuestra algo que llevamos tiempo intuyendo e incluso denunciando, ya que creemos que es uno de los errores que nuestra selección debe mejorar de cara a no perder su estatus en el baloncesto mundial y no dar más pasos atrás como el del pasado mundial de Turquía. Y es que hay una preocupante realidad en nuestra selección, Scariolo no confía en ninguno de los aleros puros y altos de nuestro baloncesto. Desde la retirada de Carlos Jiménez de la selección a la finalización de los JJOO de 2008, donde fuimos brillante plata olímpica, el puesto de alero alto sigue huérfano. Estamos faltos de ese jugador todoterreno que aporte sobre todo en defensa, rebote, y esporádicamente en ataque. Ese hombre que sirva de “pegamento” en las líneas del equipo, y esto a pesar de la aparición de jóvenes talentos con excepcionales cualidades como Suárez o Claver (quien nos tememos que apenas volverá a contar para el italiano, y lo hará además como cuatro, donde menos puede aportar) Por lo tanto Rudy, un escolta nato, actuará de tres la mayor parte del campeonato, mientras que Llull desde el banquillo formará parte de esos tercetos de “pequeños” con los que presumiblemente vamos a jugar la mayoría del campeonato (base+ Navarro y Rudy/ base+Navarro y Llull/ base+Llull y Rudy, estas tres combinaciones serán las más utilizadas para las posiciones de base, escolta y alero de nuestra selección), y sólo San Emeterio, un alero que tampoco llega a los dos metros, podrá arañar algún minuto en esa posición de tres. No nos parece mal ya que hemos demostrado sobradamente que nos viene bien el “small-ball”, el ritmo alto, correr, y las posesiones cortas (además de que siempre reivindicamos que es el tipo de baloncesto que más nos gusta ver), pero es preocupante que en un baloncesto europeo en el que en los últimos años han ido apareciendo jugadores como Kirilenko, Turkoglu, Diaw, Kleiza o Vesely (todos ellos aleros sobradamente por encima de los dos metros), nosotros no hayamos encontrado otro alero alto para nuestra selección una vez retirado Jiménez (y no es que no tengamos un alero de este tipo, porque Claver lo es, pero si no se confía en él…) Ciertamente y atendiendo a nuestro palmarés en los últimos años, no nos ha ido nada mal sin una figura así, pero no podemos evitar que nos invada cierta preocupación si seguimos considerando que jugadores como el citado Claver o el descartado Suárez no son válidos para nuestra selección. La clave para mantenerse en la elite no está tanto en exprimir tus estrellas hasta el final, como en tener la inteligencia necesaria para mantener un bloque sólido y cohesionado en el que los jugadores noten como van creciendo dentro de un grupo.
Jan Vesely, el alero moderno. |
Por otro lado, esperemos que el quedar fuera del grupo final por tercer año consecutivo no mine demasiado la moral de un extraordinario jugador como Suárez, quien seguimos pensando que posiblemente sea el mejor tres alto de la Liga Endesa sólo por detrás de Mickeal, y de quien seguimos esperando que aproveche más y mejor todos sus recursos con los que sin duda puede hacer muchísimo daño en ataque, y no se convierta en simplemente un lanzador exterior.
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