miércoles, 12 de junio de 2013

PARANORMAL ACTIVITY


El Barcelona se reencuentra a si mismo.



Difícil de explicar el partido vivido anoche en el Palacio de Los Deportes, tan difícil como explicar la derrota madridista en un partido que tenía encarrilado. Y sin embargo tan sencillo como que podemos considerar que fue un calco del primer partido de las finales, pero con los protagonistas intercambiando sus papeles. Tan sencillo como que el encuentro deja un aroma a “deja vu” y en el último cuarto vuestro amigo El Tirador ya intuía el fatal desenlace acuñando un término modestamente creo que muy acertado: “remontada silenciosa”.

Y el partido, al igual que el pasado domingo, no dejó excesiva calidad en el juego, al contrario, muy justita, y en esta ocasión fue servida por parte del Real Madrid, sobre todo en su soberbio segundo cuarto (¿les suena la película?, ¿recuerdan el segundo cuarto del Barcelona el pasado domingo?) Lo cierto es que los de Pascual les devuelven a su rival la moneda en forma de su propia medicina (fe, no perder nunca la cara al partido) y recuperan su condición y espíritu de campeones. Se reencuentran a si mismos, rompen el factor cancha, y se convierten en favoritos para el título. A decir verdad se está jugando más al ritmo que Pascual prefiere en los hasta ahora 80 minutos disputados. 

El primer cuarto fue una oda al despropósito. Diez minutos infumables. El Madrid, con su habitual quinteto titular abundante en centímetros no dejaba ver aro al Barcelona, pero tampoco atacaba con facilidad. Aún así un triple milagroso de Lull a tabla ponía un brioso 8-0 de inicio. Mirotic en una contrataque ponía el 10-2 mediando el primer acto. El Real Madrid no volvería a anotar en los cinco minutos posteriores. No estaba el Barcelona para tirar cohetes, pero le bastó la aparición de Navarro (4 puntos y 3 faltas provocadas) para meterse en el partido mientras que Oleson certificaba la primera remontada del partido con un triple que ponía el 10-11. Para contribuir al desatino los árbitros demostraron claramente que salieron bajo consigna. Pasar lo más desapercibidos posibles y apenas cargar de personales a los equipos al inicio del choque. Eso se reflejó en la sorprendente cifra de tan sólo 3 faltas personales señaladas a cada equipo. No sé lo creen ni ellos. 

Como suele ocurrir, tiempo les faltó para comenzar a señalarlo todo en el segundo cuarto. Aún así se vieron los mejores momentos de juego por parte de un Real Madrid apoyado en un Tremmell Darden sacando ventaja sobre su extraño emparejamiento con Jasikevicius (ausente en el primer partido) Pascual también dio entrada a Todorovic, buscando dosificar esfuerzos y que su equipo no llegase tan castigado a los minutos finales como en anteriores choques ante los blancos. Sergio Rodríguez, sin llegar a la excelencia en la dirección de su segunda parte del domingo, manejaba con soltura el ataque blanco, y la habitual lucha bajo tableros de Felipe Reyes contribuía a que el Madrid controlase este segundo acto con absoluta solvencia. El cuarto acabó reflejando un 26-15 para los blancos, que se iban al descanso con una diferencia de 10 puntos (36-26) Exactamente el mismo botín con el que el Barcelona encarriló el camino a los vestuarios el pasado domingo.   


Darden dio puntos para el Madrid desde el banquillo


Tres tiros libres de Rudy al comienzo de la segunda parte daban una diferencia de 13 puntos para los blancos que comenzaba a ser preocupante. Pero era partido de remontadas. Navarro culminaba con un triple un parcial de 0-11 que metía a su equipo en el partido (39-37). El Madrid templa entonces los ánimos y tras varias decisiones precipitadas comienza a buscar daño en el interior. Begic, y sobre todo Felipe Reyes, surgen como bastiones blancos para un 8-0 (47-37) que vuelve a dar los diez puntos de ventaja. Finaliza el cuarto con un parcial de 19-20 para el Barcelona (55-46) Les suena la historia, ¿verdad?, en el partido del domingo un luchador Real Madrid en el tercer cuarto sólo remontaba dos puntos a su rival y comenzaba el último acto ocho abajo. En esta ocasión el equipo de Pascual sólo lograba limar un tanto y llegaba al cuarto decisivo nueve abajo en el marcador. 

Parecía por tanto encarrilado, pero visto lo visto sin ir más lejos en el cuarto anterior (parcial azulgrana de 0-11, posterior blanco de 8-0), estaba claro que había partido, mucho partido. Y el Barcelona era quien tenía fe en esta ocasión, y pese a no hacer tanto ruido como con el 0-11 del tercer cuarto, la “remontada silenciosa” se podía intuir en el rostro de un Juan Carlos Navarro determinado a llevarse una victoria del Palacio. Intercambio de canastas al comienzo de este cuarto, con 59-50 a falta de 9 minutos. El Barça obligado a remontar punto por minuto. Era muy factible. Dos tiros libres de Tomic y cinco puntos consecutivos de La Bomba certifican el deseo azulgrana. 59-57 y siete minutos por jugarse. Prácticamente asistíamos a un partido nuevo. Los sergios se echan el Madrid a la espalda con sus habituales arreones, algunos afortunados, otros no tanto, aún así son los únicos a los que no parece entrarles el tembleque en los momentos cruciales. Llull pone el 63-59 con una de sus supersónicos contraataques. Quedan todavía cuatro minutos. Otro breve intercambio de golpes (Rudy e Ingles) pone el 65-61 a falta de tres minutos. A partir de ahí comienza la locura, fenómenos paranormales, canastas asombrosas, y el partido metido en terrenos donde importa tanto o más la gestión de las emociones que el baloncesto que se tiene en las manos. El Griego Mavrokefalidis (gran acierto su incorporación por parte azulgrana) llevaba varias posesiones amenazando desde fuera mientras la defensa blanca le flotaba y ponía todos sus ojos en Tomic. El cántaro se rompió con un triple letal (pisando) que ponía el 65-64 y encendía todas las alarmas. Vuelve a aparecer el coloso Felipe para sacar la quinta de Tomic tras una lucha por el rebote a fallo de Mirotic en el triple. Sólo anota uno de sus dos tiros libres (66-64) pero recupera el balón tras un regalo de Wallace. El Chacho se precipita en su ataque, el Barcelona recupera, Felipe comete la cuarta, el griego Mavrokefalidis se va a la línea de los tiros libres. Hay nervios, muchos nervios. Falla el primero, anota el segundo. En la otra canasta Mirotic decide tomar el mando y dar por fin el paso al frente que se le reclamaba en momentos como el de ayer. Postea a Wallace y anota. 68-65. 83 segundos por disputarse. Un mínimo de cuatro posesiones, que en caso de ser así (es decir, sólo cuatro ataques, dos para cada equipo), podría dar el último balón a un Real Madrid que además tenía tres puntos de ventaja. El Barcelona necesitaba algo rápido, el Madrid que transcurriesen los segundos. Navarro fue quien mejor supo “leer” la necesidad del partido sacando la quinta de Felipe en una penetración made in La Bomba. No creo que sorprenda a nadie pero aún así hay que decirlo: anota los dos tiros libres (lleva 12 de 13 en las series finales) Presión para el Madrid, obligado a anotar. Mirotic se va de la marca de Wallace yéndose a la esquina, donde pocos minutos antes había fallado un triple. El Chacho tarda en verle, cuando el hispano-montenegrino recibe Wallace ya está encima dispuesto a taponar, o al menos puntear, el tiro. No era momento de vacilaciones y Nikola anota un triplazo que olía a sentencia 71-67 a falta de 52 segundos para el final. Podía haber sido la canasta del partido, pero aún nos quedaban cosas por ver. El tiempo muerto de Pascual es un encomiable ejercicio de tranquilidad en un momento sumamente delicado. Ni un grito ni un mal gesto a sus jugadores. Calma absoluta y un deseo: “lo importante es sumar”. Había que sacar algo de un ataque en el que al Madrid no le convenía para el crono ni hacer falta. Había que defender por tanto complicando la circulación de balón de un Barcelona que en principio necesitaba, nuevamente, algo rápido. No había obsesión por buscar a Navarro (de hecho el propio escolta saca de banda) El Madrid comienza la jugada defendiendo bien, Llull con Oleson, que inicia el ataque. En el bloqueo de Mavrokefalidis, Slaughter se queda con el tirador de Anchorage y el menorquín se va dentro con el griego. Comienzan los problemas pero el Madrid sigue muy activo en esta defensa crucial y demostrando tener buenas piernas. Oleson juega para Wallace, que está con Mirotic, Wallace busca a Sada, abierto hacia la esquina, al que le espera Llull. El base catalán busca la penetración y llega el momento clave. Mirotic se va con él y el dos para uno del Real Madrid deja completamente solo a Wallace que lanza un triple ante un desesperado Nikola que sólo llega a hacer falta personal, la cuarta de su cuenta particular. Taquicárdico. Pudo ser todavía peor, ya que el congoleño de Atlanta falla el adicional y sigue dejando al Madrid por delante en el marcador. 71-70 a falta de 40 segundos. Dos posesiones. El Madrid necesita anotar y traspasar la presión a los azulgranas. Slaughter penetra en la zona sin balón ante la mirada de Llull que busca el pase. Slaughter recibe… y se le va la bola de las manos sin que la llegue a controlar en ningún momento. Un error de patio de colegio que acaba costando el punto de una final, y veremos si toda una liga. Oleson asume responsabilidades (Navarro estaba en el banquillo debido a que Pascual buscaba mayor presencia defensiva, con Ingles y el propio Oleson) y saca la quinta de un Mirotic que pasa del cielo al infierno en menos de un minuto. Esto es el baloncesto. Brad no perdona y certifica su particular venganza contra el equipo que no confío en él no llegando ni a debutar con el Real Madrid después de haber firmado contrato (Messina lo utilizó como moneda de cambio para traer a Prigioni y a un Sergi Vidal al que tuvo agitando toallas… otro “acierto” del siciliano apoyado por el ex –barcelonista Maceiras por entonces director deportivo madridista) Aún así el Madrid tiene 7.7 segundos para anotar, sacando a media pista tras un tiempo muerto de Pablo Laso donde se palpa en exceso el nerviosismo. Una gran diferencia con el anterior “break” de Pascual (supongo que la clave de esto está en que Pascual lleva ya más de una decena de finales a sus espaldas en distintas competiciones… Laso está empezando a vivirlas, paciencia) La idea no es mala, Begic como torre intentando anclar la defensa azulgrana y cuatro exteriores todos con buena mano (Rudy, Carroll, Llull y Rodríguez) El Chacho amenaza penetrar desde la bombilla para tras uno de sus habituales botes de balón por la espalda ganarse el suficiente espacio con el que lanzar ante Sada. Y es buen lanzamiento. Tanto que por poco no entra pero rebota en la parte posterior del aro y el rebote cae a un Jaycee Carroll que lanza sobre la bocina nuevamente fallando. Los blancos reclaman tímidamente falta personal, pero sinceramente no parece haber nada. RTVE en su lamentable intento de no mojarse ni polemizar apenas emite una triste repetición de la jugada, ¿a qué tienen miedo? Al Madrid, pese a haber dominado durante gran parte del encuentro, le toca digerir una dura derrota frente a un Barcelona que en sus momentos definitivos no contó ni con Navarro (banquillo), Tomic (expulsado) ni Lorbek (convaleciente en el vestuario). Valiente Sergio Rodríguez, pero que diferencia con la jugada clave del Barcelona (el triple de Wallace) que llega tras varios pases (Navarro de banda para Oleson, Oleson para Wallace, Wallace para Sada, Sada de nuevo a Wallace) En la última posesión del Real Madrid el único pase es el saque de banda de Llull al Chacho. Faltó algo más.   


El héroe inesperado.



La temporada pasada en una extraña final escribimos una entrada titulada “Una final en el diván” antes del decisivo quinto partido que acabó cayendo de lado de un Barcelona que lograba remontar la serie demostrando, una vez más, su enorme corazón de campeón y la grandísima capacidad de Xavi Pascual para recobrar anímicamente a su plantilla. En ella aludíamos a la importancia de la psicología y mentalidad en una final un tanto extraña en la que de un día para otro tanto uno como otro equipo convivían con la gloria o la miseria. Lo mismo podemos decir este curso. La gestión de las emociones, superar el vértigo y el miedo a ganar, y lograr imponer tu estilo por encima del resultado puntual se antojan factores tanto o más importantes que la calidad intrínseca de los jugadores, la cual, dicho sea de paso, no está apareciendo en demasía.    


El ganador impasible


6 comentarios:

  1. A propósito de tu comentario sobre RTVE ....la realización de los partidos de baloncesto es LAMENTABLE, pero muy, muy, muy deficiente.

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  2. Pues sí, una pena lo mal que cuidan/venden el producto.

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  3. Estoy leyendo el libro de Daimiel y comenta que en su día, C+ se hizo con la NBA porque los responsables de la liga consideraban que TVE no ofrecía el trato adecuado a la calidad potencial del producto....a ver si algún día aprenden en la ACB.

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  4. A ver si me hago con el libro de Daimiel... al parecer ha volado y se ha vendido como rosquillas, me alegro.

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  5. si, yo al final lo pillé en digital, tenía ganas de leerlo y no quería esperar, pero quiero tenerlo en papel.

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  6. Ya me lo he pillado, hoy mismo en la feria del libro...

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