Game over. |
Orenga ha dimitido.
Orenga se ha escapado, se ha
ido de su casa, ha matado a Pepe Sáez con una lanza. Lo podrían cantar los
mismísimos Kaka De Luxe.
Vamos a tratar de analizar en
esta entrada el convulso paso (una convulsión en absoluto provocada por él,
quien con todos sus fallos hay que admitir que en cuanto a su comportamiento ha
sido intachable, sin decir una palabra más alta que otra pese a todo lo que le
han atizado) del hasta ayer seleccionador nacional absoluto por su cargo, y
tratar de arrojar alguna luz sobre lo que le espera a la federación para cubrir
la plaza, un asunto no tan fácil como algunos pueden creer.
Para empezar, la noticia de
su renuncia no debería pillar a nadie de sorpresa. Estaba sentenciado. La presión
popular era demasiado fuerte y el batacazo mundialista demasiado grave para una
federación instalada en el nivel máximo de exigencia. Era cuestión de tiempo
que la FEB buscase nuevo técnico. En ese sentido Orenga ha sido honesto y ha
hecho un favor al baloncesto español. Ya no caben dudas y los federativos han
de ponerse a trabajar cuanto antes en la búsqueda de un nuevo seleccionador,
tarea que no va a ser fácil tal como hemos afirmado y asunto que abordaremos posteriormente.
Consideramos que la noticia
del abandono de Orenga es positiva para nuestro baloncesto porque necesitamos
un salto de calidad en el banquillo que el castellonense no ha sabido, no ha
podido, o no ha querido dar, pero ello no quiere decir que nos sumemos al
linchamiento popular. El juicio a Orenga ha sido injusto en lo general (le han
dado palos desde el primer día, daba igual que se ganara de 40 o se perdiera
por un punto), pero justo en lo particular (el nefasto partido contra Francia
en este pasado mundial) Por otro lado en este país estamos llegando a unos
peligrosos extremos en los que se traspasa el límite entre lo que es juicio y
análisis deportivo y el ataque personal, cobarde, nauseabundo y miserable
(sirva como ejemplo, el del capitán del equipo de fútbol más laureado de la
historia recibiendo mensajes de presuntos “aficionados” de su club deseando la
muerte de su hijo, o la noticia con la que nos hemos levantado hoy de la
profanación de la tumba de la fallecida mujer del presidente de dicha entidad
por parte de algunos radicales… claro que es cosa de los “ultras”, dirán
algunos, pero precisamente ese es el problema, que la sociedad, en lo
concerniente a lo deportivo, parece radicalizarse cada vez más y sentirse
cómoda dentro del espíritu “ultra”… muy peligroso) Pero volvamos al tema
Orenga, ya que afortunadamente el baloncesto no ha llegado (y Dios quiera que
no llegue), a esos niveles de inmundicia.
A Orenga, como decimos, se le
ha atizado desde el mismo día en que ocupó el cargo de seleccionador nacional
absoluto, bajo la afirmación de que era un técnico poco calificado para tal
tarea. En definitiva, el prejuicio que tantas veces hemos visto (recuerden los
casos de Joan Plaza, Pablo Laso, Xavi Pascual y tantos otros cuando cogen las
riendas de un proyecto ganador), la falta de “nombre”, o lo que en otros
términos se conoce como “perfil bajo”. Bien es cierto que Orenga no tenía el
bagaje de un buen número de extraordinarios entrenadores nacionales, pero
tampoco creemos que su designación fuese tan injusta o desacertada como se
quiso hacer ver. Se alude con demasiada frecuencia al escaso y desacertado paso
de Orenga por ACB. Era la temporada 2005-06, y fue cesado tras 15 jornadas con
un balance de 6 victorias por 9 derrotas (créanme, no es un registro tan malo
en nuestra liga, y si no fíjense en la próxima temporada una vez transcurridas
15 jornadas cuantos equipos han llegado a esas victorias, muchos dándose con un
canto en los dientes) También dirigió ocho encuentros en la ULEB Cup, con
balance igualmente negativo (tres victorias por cinco derrotas) Pero hablamos
de un equipo como el Estudiantes, que en los últimos tiempos ha tenido más
sombras que luces y apenas ha encontrado la estabilidad, y en donde hasta una
institución como Pepu Hernández también ha sido destituído en tiempos
recientes. En honor a la verdad no tenía mal equipo Orenga aquella temporada, y
el Estudiantes, de la mano de un técnico más experimentado y eficiente como
Pedro Martínez acabó la liga regular con un balance de 17-17 y clasificado para
los play offs. Sergio Rodríguez, Carlos Suárez, el Pancho Jasen, Iker Iturbe o
Will McDonald eran los jugadores principales. Pedro Martínez contó además con
el apoyo de un nuevo fichaje como fue el de Illian Evtimov. No fue una
experiencia positiva la de Orenga en el banquillo de Estudiantes, pero no ha
sido el único en fracasar en ese club… y sin embargo a veces parece que no ha
habido más técnicos cesados en su historia.
Joan Plaza, ejemplo de "perfil bajo" en constante crecimiento. |
Donde mejor acomodo ha
encontrado Orenga ha sido en la FEB, trabajando en categorías inferiores (oro
continental en 2011 con la sub20), y como entrenador asistente (cinco años
consecutivos al lado de Aíto García Reneses y Sergio Scariolo) Y llegamos al
verano de 2013, con la renuncia de Sergio Scariolo y de algunos de nuestros
mejores jugadores a disputar el Europeo de Eslovenia. Sinceramente creo que no
era mala idea la de premiar a quien había sido oro dos años antes con los
menores de 20 años y quien llevaba cinco veranos consecutivos trabajando en la
absoluta como asistente con la designación como seleccionador absoluto. Y todo
en un verano difícil con el listón de Scariolo (otro entrenador injustamente
tratado pese a un balance que habla por si solo: dos oros europeos y una plata
continental en cuatro años, balance nada fácil de conseguir por mucho Pau Gasol
que tengas en tu equipo, y quien no lo sepa valorar, no tiene más que ver lo
sucedido en el pasado mundial para aprender a valorarlo) muy alto y sin poder
contar con jugadores que habían renunciado aquel verano a nuestra selección
como Navarro, Pau, Felipe Reyes, Ibaka y posteriormente Mirotic. Aún así y pese
a las críticas y a sus evidentes limitaciones como técnico Orenga cumplió y nos
llevamos el bronce tras apartarnos de la final una Francia sencillamente
intratable y a su mejor nivel. No había necesidad, en nuestra opinión, por
tanto de ningún cambio. Orenga podía seguir creciendo como entrenador en el
banquillo nacional absoluto. Desgraciadamente no demostró tal crecimiento.
Aquí debemos hacer un inciso que
nos lleva ya a la siguiente cuestión que queríamos plantear en nuestra entrada,
y es el debate sobre quien debe (o más bien puede) ser nuestro próximo
seleccionador. Se afirmó con ligereza que la designación como seleccionador
nacional de Orenga era un “insulto” a todos los entrenadores españoles con
mayor experiencia. Entrenadores, los cuales en su mayoría (salvo alguna
excepción como Pepu Hernández, cuyo desencuentro con la actual federación es
notorio), y afortunadamente hay que decir, trabajan como primeros técnicos en
los diversos clubes ACB. Si a estas alturas aún hay quien no sabe que la citada
ACB (organización privada, por cierto, que parece que hay quien sigue sin
saberlo, y por tanto dueña y señora de establecer sus propias reglas) tiene en
sus estatutos una norma según la cual ningún entrenador ACB puede ser
seleccionar nacional absoluto, aquí estamos nosotros para recordarlo de nuevo.
Por eso cuando se habla de que la FEB “insulta” al resto de técnicos españoles
poniendo a Orenga y no a un “pata negra” ACB, quizás deberían decir que es la
ACB quien realiza la afrenta (y volvemos a repetir, la ACB es una organización
privada y establece las reglas que tienen a bien entre sus organizadores y
participantes)
Por tanto y mientras siga
existiendo tal norma la FEB está muy limitada a la hora de designar
seleccionador nacional, y por ello es lógico pensar que una de las opciones que
baraje, como sucedió con el caso Orenga, es buscar a alguien dentro de la
propia FEB que sea de la confianza del director deportivo Ángel Palmi y del
presidente José Luís Sáez. Eso, o buscar un seleccionador extranjero, cosa que
particularmente no veo claro que funcione en nuestro baloncesto, excepto si se
trata de alguien que haya tenido experiencia ACB y conozca bien las
particularidades de nuestra escena baloncestística, caso de Sergio Scariolo
(actualmente sin equipo y por tanto con muchas papeletas de volver al cargo),
quien se puede decir que es tan español como italiano. O quizás buscar alguna
solución exótica, como el “chino” Piti Hurtado (pero si a Orenga le cayó de
todo, imagínense al bueno de Piti, aunque sea uno de los tipos más geniales de
nuestro país a la hora de hablar, entender y analizar este deporte) O hacer
experimentos extravagantes, como pasar a Lucas Mondelo al baloncesto masculino.
¿Ven cómo no es tan fácil? Por eso me gustaría saber la solución que proponen
esos aficionados que parecen tenerlo tan claro y en cuyas manos, si les
dejásemos, tendríamos una selección que ganaría oro todos los veranos sin
despeinarse allá donde compitiese. ¿Nuestra solución?, sinceramente, que FEB y
ACB se sienten y acerquen posturas a este respecto.
Y por supuesto, hay que tener
claro que tipo de seleccionador se quiere, que perfil se busca, en lo deportivo
y en lo personal. Un entrenador que prefiera destruir a crear y que en ataque
agote el tiempo de posesión, o uno que deje libertad en ataque a los jugadores
y les pida que ataquen el aro rival antes de que la defensa rival esté formada.
Un técnico que a la primera derrota monte incendios y venda titulares a la
prensa, o un tipo tranquilo que sepa manejar las crisis que puedan surgir de
puertas adentro y sin aspavientos. Cada uno tendrá sus preferencias y sus
gustos, y todos son lícitos, pero hay que ser coherentes con ellos.
Personalmente a mí no me gustaría un Maljkovic, o un Messina, o un Repesa para
nuestra selección, por muy brillantes que sean. La razón es simple. Su juego no
me seduce.
Lo que si me gustaría es que
aprovechásemos este doloroso fracaso de un mundial en el que teníamos tantas
esperanzas para cambiar nuestra perspectiva y análisis sobre la figura del
entrenador. Desterremos de una vez eso de “a estos jugadores los entrena
cualquiera”. No, no los entrena cualquiera, y el actual batacazo debiera
dejarlo bien claro. No podemos ser tan hipócritas, simplemente porque no nos
guste el entrenador (o eso tan español de “no nos caiga bien”), de cuando se
gana no darle ningún mérito, y cuando se pierde asimilarle todas las culpas. Si
España se hubiese alzado con este título mundial (lo cual viendo el nivel final
alcanzado por Estados Unidos pareciera imposible) hubiéramos recurrido al “es
que a este equipo lo entrena cualquiera” y hubiéramos negado todo mérito al inquilino del banquillo, pero ahora que nos la hemos pegado
parece que vemos que no, que no lo entrena cualquiera. No es tan fácil. El
mundial ganado por Pepu y su posterior plata europea no fue fácil. La plata
olímpica de Aíto no fue fácil. Los dos campeonatos de Europa ganados por
Scariolo (de hecho nuestros dos únicos títulos continentales de la historia) y
su plata olímpica no fueron fáciles. Y por supuesto, tampoco fue fácil el
bronce europeo de Orenga el pasado verano, al igual que su oro continental en
2011 con los jugadores juniors. Sólo cuando cambiemos esta percepción sobre lo
que supone subirse a un podio en el deporte de alto nivel y el trabajo que ello
conlleva, pasaremos del injusto linchamiento a aquello que es más justo… ya lo
dice la propia palabra: el juicio.
¿La segunda venida de "Scorsese" Scariolo? |
Los que somos del Estudiantes no olvidamos; su paso fue calamitoso, y por aquellos tiempos el Estu era equipo de playoffs sí o sí, si no le llegan a largar, seguro que acabamos hundidos en la miseria de la LEB. Otros entrenadores con plantillas muy pero que muy ajustadas, lease Casimiro o Vidaurreta, ambos criticados por un sector importante de nuestra sufrida y gran afición, alcanzaron resultados mucho mejores.
ResponderEliminarEn fin, Orenga que se dedique a entrenar a benjamines que esta claro que para más no le da; supongo que su paso por el Madrid le estropeo definitivamente. eso sí, no consideró a Orenga el mayor culpable de la debacle, el señorito del cortijo y los jugadores son los mayores responsables, así como también lo fueron en los éxitos.
Un deportivo saludo y que no venga el Gominas, por Dios; tanto cuesta convencer a Plaza!!.
A Plaza no cuesta convencerle nada, él aceptaría el cargo encantado... de hecho en la última Gigantes afirma que una de sus máximas ilusiones es entrenar a la selección... el problema es el citado en la entrada, mientras la ACB no deje a sus entrenadores ser seleccionadores, no hay nada que hacer.
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