STEPHEN CURRY: El
nombre propio del baloncesto hoy día se llama Stephen Curry, y así ha sido
durante todo un 2015 en el que ha llenado el ojo del aficionado con su baloncesto
de seda, su bote de balón fluido, su capacidad para generarse sus propios
tiros, y sobre todo su interminable capacidad para perforar los aros rivales
una y otra vez. Más allá del goce estético de contemplar al que ya puede ser
considerado mejor tirador de todos los tiempos, están los méritos objetivos, y
no son pocos. MVP de la temporada regular por primera vez en su carrera con 23.8
puntos, 4.3 rebotes, 7.7 asistencias y 2 robos por partido, donde asusta de
verdad es en el tiro. 91.4% en el libre y rozando el 50% en tiros de campo
(48.7%), una burrada para un jugador que no vive en las inmediaciones del aro.
Pese a llevarse Igoudala la gloria del MVP de las finales, sus 28.3 puntos, 5
rebotes y 6.4 asistencias por partido durante todos los play offs muestra la
dimensión de un jugador capaz de crecerse en los momentos decisivos. En la
finalísima ante Cleveland dejó 26 puntos por partido en los seis choques para
ganar su primer anillo, por mucho Dellavedova y su guerra de guerrillas que le
pusieran delante. La nueva temporada la comenzó de nuevo haciendo historia,
llevando a sus Warriors a registros de record y con actuaciones legendarias.
Antes de acabar el 2015 le hemos visto llegar como mínimo a los 40 puntos en
siete ocasiones en el nuevo curso, marcando su tope con los 53 a los Pelicans el
31 de Octubre. Leyenda.
Curry, baloncesto de etiqueta. |
LEBRON JAMES: Pese a que pueda parecer que para un
jugador de la magnitud de LeBron verse superado, tanto a nivel individual como
colectivo, por un Stephen Curry que tiene el mundo del baloncesto a sus pies,
lo cierto es que el genio de Akron (curiosamente la misma cuna de Curry) ha
vuelto a regalarnos un grandísimo año de baloncesto. Y eso que sus 25.3 puntos
por partido con los que acabó la temporada pasada es la segunda marca anotadora
más baja de su carrera después de su año de debut (a esos niveles se mueve este
coloso), acompañado, eso sí, de 6 rebotes, 7.4 asistencias y 1.6 recuperaciones
que demuestran que siguen siendo el jugador más polivalente del mundo. Pero hay
algo por lo que sin duda creemos que The King debe ser recordado durante el
2015, y es que siendo un jugador tan acostumbrado a convivir con la figura del “hater”,
incapaz de reconocerle sus méritos, la imagen de James acalambrado,
deshidratado y con las energías justas en sus piernas tras el extenuante
esfuerzo de luchar con unos muy mermados Cavaliers ante unos pletóricos
Warriors ha hecho que incluso sus más acérrimos detractores se hayan rendido
ante la evidencia de que hablamos de un jugador que destila puro baloncesto por
cada poro de su piel. Para la historia quedan sus 32.5 puntos, 11.5 rebotes,
8.8 asistencias y 1.3 robos por partido durante las finales, que abrieron el
debate sobre si James debería recibir el MVP pese a estar en el equipo
perdedor, por segunda vez en la historia tras Jerry West en el 69
(curiosamente, el primer año que se otorgaba este galardón) Sí, Curry manda,
pero la insobornable resistencia de LeBron le da, si cabe, aún más mérito.
LeBron contra el mundo |
ANDRES NOCIONI: Teníamos claro que el tercero de la
lista debía ser un jugador del Real Madrid, no podría ser de otro modo dado el
fastuoso año blanco. Teníamos tres opciones: Ayón, Maciulis y Nocioni. Los tres
fueron hombres clave para Laso, y los tres brillaron en verano con sus
selecciones integrando los quintetos ideales de sus respectivos torneos
continentales de naciones. Ayón era quien menos nos convencía, pese a ser un
baluarte madridista que se convirtió en el máximo reboteador del Torneo de Las
Américas en la edición de 2015, y que ha tenido un buen comienzo de temporada
dentro de un dubitativo equipo blanco. Teníamos sin embargo muchas ganas de
meter a Maciulis, ya que aún recordamos su impresionante exhibición aquel
domingo noche ante Georgia en octavos de final, echándose a toda Lituania a las
espaldas para firmar 34 puntos y 6 rebotes que significaron seguir vivos para
finalmente alcanzar la plata. Pero tras deliberaciones varias, el “Chapu”
Nocioni ha sido nuestro elegido, y es que ese MVP de la Final Four es sin duda
un argumento de peso. Con 35 años al argentino jugaba la primera final a cuatro
europea de la historia, y lo hacía con la ilusión de un veinteañero a punto de
comerse el mundo. Sus números ante Fenerbahce y Olympiacos no es que fueran
especialmente refulgentes (12 puntos y 6.5 rebotes por partido, 18 de
valoración media), pero su intensidad a ambos lados de la cancha y sus ganas
saliendo desde el banquillo contagiaron a sus compañeros. En el momento
decisivo y más deseado por todos los madridistas, el Chapu hizo olvidar
completamente a un Mirotic al que siempre se le reprochó, precisamente, esas dosis
de coraje en partidos de ese pelaje. Para el recuerdo sus impresionantes “gorros”
a Goudelock o Bjelica que encendieron las gradas del Palacio de Los Deportes
durante aquel inolvidable fin de semana en Madrid. Por si fuera poco se colgó
otra medalla con su selección, una plata en el Torneo de Las Américas que
significa billete directo a los Juegos de Río.
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