Revés europeo para el Valencia |
El Baloncesto Valencia, equipo que lleva
maravillando durante toda la temporada, ha quedado eliminado de competición
europea en el Last 32 de la Eurocup. Una competición que en los últimos años se
le ha dado francamente bien, como lo demuestran sus tres títulos (2003, 2010 y
2014) y el subcampeonato de 2012. De hecho podría decirse que, junto al Khimki
ruso (actualmente en Euroliga), ha sido el gran dominador de un torneo del que
sorprendentemente se ha caído en segunda ronda. Y todo ello dentro de una
espectacular campaña en la que de 45 partidos oficiales han ganado nada menos
que 41. El problema es que de esas 4 derrotas 3 han sido en Eurocup, y de
manera consecutiva. Dos de ellas contra un formidable Limoges, y posteriormente
cayendo en su visita a Salónica para medirse con el clásico venido a menos
Paok.
El varapalo europeo, en una competición en la que figuraba como uno de los favoritos para la victoria final, no debería enturbiar el
magnífico trabajo realizado por Pedro Martínez hasta la fecha, pero relativiza
la importancia real de las largas rachas triunfales en temporada regular. Bien
lo sabe Pablo Laso, cuando en la temporada 2013-14 su Real Madrid sumó nada
menos que 31 victorias consecutivas en partidos oficiales, pero las derrotas en
la final de Euroliga ante el Maccabi Tel Aviv y en la de Liga Endesa ante el
eterno rival Barcelona, dejaron un regusto amargo y, de manera injusta, se
cargaron las tintas contra el técnico vitoriano rumoreándose seriamente su posible
despido del club. Hubiera sido una tremendísima equivocación, como se demostró
en la temporada siguiente cuando Laso obtuvo todos los títulos en juego, cetro
europeo incluido. No obstante, le pese a los resultadistas, aquella temporada
2013-14 fue absolutamente maravillosa para el aficionado madridista que siguió
el día a día de su equipo, como lo está siendo ésta para el aficionado valencianista.
Pero tan injusto sería criticar a un entrenador como Laso o Pedro Martínez
cuando pierden un partido clave después de ganar 30 menos trascendentes, como
criticarlos cuando después de ganar los encuentros decisivos alguna derrota en
liga regular salpica sus casilleros (como está sucediendo ahora con Laso) En
definitiva siempre se dispara contra el entrenador, esa pieza que, dentro de
las relativizaciones de éxitos y fracasos, siempre acostumbra a recibir la peor
parte.
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