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viernes, 14 de septiembre de 2012

CAMPEONES Y FAVORITOS







Hace unas entradas tratábamos de analizar a unos remodelados Los Angeles Lakers quienes parten como unos de los favoritos para la conquista del anillo, saliendo desde una imaginaria “pole position” junto a los pujantes Oklahoma City Thunder, y, como no podía ser de otra forma, los actuales poseedores del título, los Miami Heat de LeBron James, a los que de hecho consideramos como los máximos candidatos por delante de sus dos potentes rivales en la otra conferencia. De modo que hoy vamos a detenernos en las posibilidades de la franquicia entrenada por Erik Spoelstra de alcanzar el “back-to-back”. 


A pesar de que históricamente se ha demostrado que no es nada fácil repetir título (entre 1970 y 1987 ningún campeón logró revalidar título), hay una tendencia natural a considerar al vigente ganador del anillo, al actual poseedor de la gloria, como el máximo favorito la temporada siguiente, salvo que haya habido un cambio de fisonomía demasiado pronunciado en su roster, o hablemos de un campeón contra pronóstico que haya dado la campanada sin que nadie hubiera dado un centavo por ellos a comienzos de temporada. 


No es el caso de Miami, tras quedarse a las puertas de la gloria hace dos temporadas frente a unos Dallas Mavericks quienes si ganaron el anillo de manera sorpresiva (y por tanto no eran favoritos la temporada siguiente), el pasado curso sólo tenían un objetivo en mente que no era otro que el anillo. Ya no había excusas. Había pasado el periodo de adaptación de sus nuevas figuras, tenían la experiencia de las anteriores finales, y un aún verde Spoelstra vapuleado tácticamente por Rick Carlisle sin duda habría sacado enseñanzas positivas para el segundo asalto al título de los Miami Heat de la era LeBron James. Así fue, y aunque durante la temporada regular James y compañía se tomaron las cosas con relativa calma (balance 46-20, por detrás de San Antonio, Chicago y Oklahoma), en cuanto sonaron los tambores de guerra de los play-offs la locomotora de South Beach se puso en marcha imparable hacia el triunfo final, solventando sin excesivos apuros sus eliminatorias frente a unos blandos Knicks en primera ronda, los sorprendentes Pacers en semifinales de conferencia, y prácticamente no dando ninguna opción a unos Oklahoma que aunque ganaron el primer partido a partir de ahí no pudieron superar el martillo pilón golpeando sin piedad de un LeBron James en su mejor versión. En ese camino hacia el título de post-temporada hemos omitido como habrán comprobado la final de conferencia, ya que merece comentario aparte. Eliminatoria épica e histórica a siete partidos con el nombre propio de Rajon Rondo, luchador incansable e inasequible al desaliento empeñado en poner al mismísimo King James contra las cuerdas con actuaciones como la del segundo partido con 44 puntos, 10 asistencias y 8 rebotes, sin un segundo de descanso en el banquillo y todo ello con el añadido de una prórroga (“Magic” Johnson llegó a decir que posiblemente era el mejor partido de un jugador exterior que había visto nunca en play-offs)… por cierto, Miami ganó ese partido. 


LeBron y Rondo, ambos en su mejor versión, representaron una final de conferencia para la historia.


Por tanto, habiendo cumplido las expectativas creadas hace dos veranos en torno a la estelar colaboración entre D-Wade, Chris Bosh y King James, los Heat de Miami se establecen como el astro más brillante de toda la galaxia NBA. En una pretemporada plagada de espectaculares movimientos los de Florida no han necesitado de demasiada atención mediática, eran los demás los que tenían que reforzarse. Aún así, y teniendo claro que lo principal era mantener el bloque campeón del pasado año, se diría que los Heat son aún más fuertes y poderosos que el anterior curso, gracias a la contratación de dos nombres con el suficiente brillo como para satisfacer a los aficionados que pueblan las gradas del American Airlines Arena. Un Ray Allen que buscará su segundo anillo de campeón como ya hiciera con su aterrizaje en Boston en verano de 2007, y el siempre dudoso Rashard Lewis, atípico power-forward con tanta calidad como indolencia. Echemos un vistazo a lo que parece ser el roster con el que los campeones afrontan la temporada 2012-13 en la mejor liga del mundo. 


En la dirección del juego la batuta la seguirá llevando la pareja Chalmers-Cole. Sólo dos bases puros, lo cual puede parecer escaso para una liga como la NBA de 82 partidos solamente en regular season, y que para un equipo aspirante al título alcanza casi con total seguridad el centenar de encuentros durante toda la temporada. Ningún problema si tenemos en cuenta que tanto Wade como James pueden ocupar esa posición con total solvencia, por lo que Spoelstra cuenta hasta con cuatro opciones para llevar el ritmo del partido. Chalmers disfruta ahora de la gloria para la que parecía predestinado cuando fue campeón de la NCAA con los Jayhawks de Kansas siendo elegido MVP de la Final Four, pero no ha sido fácil su camino hasta llegar a ser consolidado base titular de un equipo campeón de la NBA. En la extraordinaria reunión de talentos que supuso el draft de 2008 (Derrick Rose, O.J. Mayo, Russell Westbrook, Kevin Love, Michael Beasley…) tuvo que esperar hasta la segunda ronda para escuchar su nombre seleccionado por los Minnesota Timberwolves. Una pequeña decepción que posiblemente se viese un tanto mitigada cuando supo que su destino final sería Miami donde intentaría devolver a la gloria a la franquicia que había sido campeona sólo dos años antes junto al por aquel entonces líder indiscutible Dwayne Wade y un Michael Beasley que llegaba con aureola de auténtica estrella y sobre quienes se centraron los primeros focos en la calurosa ciudad de Florida. Sin embargo el pequeño base de Anchorage demostró desde el principio que no le iba a ir a la zaga a Beasley, número 2 de aquel draft, y que iba a hacer notar la injusticia de que entre uno y otro jugador hubiera nada menos que 32 puestos de diferencia. Tanto es así que cuando Miami acometió la empresa de hacer espacio salarial (y de egos y roles) ante la llegada de LeBron y Bosh, no hubo dolor alguno en librarse de un Beasley que ya había agotado la paciencia de dirigentes, técnicos y aficionados debido a su constante falta de disciplina y escasa profesionalidad, sin embargo Chalmers debía ser la batuta que guiase a tan brioso trío, al estilo (salvando las distancias) de la confianza depositada en Boston sobre un tal Rajon Rondo para dirigir a su trío estelar reunido en el verano de 2007. En el caso de Cole, hablamos de uno de los jugadores revelación la pasada temporada. La primera elección de Miami en el draft del 2011, en realidad elegido por Chicago, se ha mostrado como un base valiente y descarado sin problemas para atacar el aro rival y con cierta predilección por el juego de ritmo alto. Buenas noticias para un equipo como Miami que un jugador elegido en un puesto 28 muestre tal adaptación inmediata a la liga. Precisamente cuando escribo estas líneas leo la noticia de que han renovado a Terrell Harris como decimosexto jugador de momento del equipo (el roster definitivo no puede pasar de 15 hombres), veremos si se queda como tercer base. En caso de que sea así no pasará de ser un jugador muy residual, a pesar de que sus 14 minutos por partido en 22 encuentros la pasada temporada con la elástica Heat no son despreciables. Harris, junto a Mickell Gladness y Jarvis Varnado, buscará una plaza para la temporada durante los inminentes training camps.


Chalmers y Beasley, sólo pudo quedar uno.



De modo que en el apartado directivo del juego se puede decir que Miami no debería tener problemas y lo tiene bien cubierto. En el caso de los aleros, decir que es una posición bien cubierta sería quedarnos cortos. Difícilmente podemos encontrar un equipo en toda la NBA con mayor cantidad y calidad de pólvora que la que atesoran los aleros Heat. Wade y LeBron se bastarían por si solos para elevar a la categoría de candidatos a todo título en juego a cualquier equipo al que prestasen sus servicios. En el caso de LeBron estamos hablando de un baloncestista que ya ha roto moldes y ha escapado a la limitación de su puesto. Sencillamente, el mejor y más completo jugador del mundo hoy día. Al lado de estas dos grandes estrellas un Ray Allen que a pesar de sus 37 años sigue siendo posiblemente el mejor tirador puro del baloncesto profesional. Será el sexto hombre del equipo, y la primera referencia ofensiva los minutos que no coincida en cancha con James, Wade o Bosh. Al lado de tanta estrella, siempre es necesario contar con jugadores de perfil quizás más bajo, capaces de ponerse el mono de trabajo y realizar con eficiencia el siempre duro y sacrificado trabajo oscuro. En el caso de Miami esta función recae en dos jugadores absolutamente contrastados en la liga como Shane Battier y Mike Miller, buenos complementos de equipos de abnegada labor defensiva y buena mano para hacer daño en ataque en momentos esporádicos (y como no recordar en ese sentido la memorable serie de 7 de 8 en triples de Miller en el quinto y definitivo partido de las últimas finales) Por si fuera poco y muy al fondo del banquillo, Spoelstra cuenta con el especialista tirador James Jones, campeón del concurso de triples del All Star Weekend en 2011, y al que habitualmente veremos agitando toallas, aunque si Miami es capaz de poner el modo apisonadora desde el principio de la temporada sin duda habrá mucho descanso para los titulares y hombres importantes y Spoelstra podrá disponer de una rotación amplia y una dosificación envidiable de cara a los de momento muy lejanos play-offs por el título. Como ven absoluta dinamita en las alas, a la que hay que sumar la que podría aportar Rashard Lewis si se incorpora a la posición de tres en algún momento.  

Afortunadamente para los rivales y para la competición, la continuación del análisis sobre Miami una vez llegada al juego interior no ofrece tan buenas noticias. Vuelve a ser su único punto débil y pequeño talón de Aquiles, sin ningún pivot realmente imponente y sólo Chris Bosh como jugador estelar. Un Bosh que por otro lado tiene como mayor virtud su lanzamiento de media/larga distancia y no destaca precisamente como un gran defensor o compulsivo reboteador. Esto no quiere decir que Miami vaya a ser un equipo inofensivo en ambas zonas, debido al descomunal aporte que puede realizar una vez más, lo han adivinado, LeBron James, absolutamente indefendible al poste y capaz de cubrir cualquier posición atrás. Pero es cierto que en el centro de la zona Heat se observa un gran vacio. Lewis, como back up de Bosh, al igual que el tejano destaca sobre todo por su exquisita muñeca (a pesar de su heterodoxa mecánica de lanzamiento), y a su habitual alergia a la zona hay que sumar las incognitas que siempre han rodeado a su rendimiento en los últimos tiempos desde su estratosférico contrato con Orlando Magic, lo cual le hizo entrar de pleno derecho en aquello que el bueno de Andrés Montes llamaba el club de los "se dejaba llevar". El resto de interiores conforman un conglomerado de cuerpos extraños que sumados todos ellos apenas llevan a sumar un solo pivot de calidad. No obstante merecería cierta indulgencia Udonis Haslem, uno de los líderes espirituales del equipo (nativo de Miami, lo cual le da una especial implicación con el equipo de su ciudad en una competición en la que tal cosa no se estila especialmente), y jugador clave en el primer anillo de la franquicia obtenido en 2006. Haslem es uno de esos jugadores con talento limitado, pero la cabeza lo suficimiente amueblada como para saber donde están sus carencias y defectos, y como explotar sus escasas virtudes frente a interiores mucho más brillantes. Pese a sus escasos 203 centímetros ofrecerá muchas más dosis de pelea bajos los tableros que Bosh y Lewis, por tanto se antoja fundamental. El canadiense Joel Anthony volverá a ser el especialista defensivo y saldrá de cinco titular (uno de los peores pivots titulares de la liga, dicho sea de paso) El rookie de ascendencia croata Justin Hamilton puede entrar en la rotación como segundo cinco natural por detrás de Anthony, sinceramente para mí su rendimiento es una incognita, aunque con la escasa competencia (en calidad, que no cantidad) en el puesto bien puede ser una de las sorpresas de la temporada al igual que Cole como base el pasado curso. El voluminoso Dexter Pittman intentará superar el bajísimo listón de sus dos primeras temporadas NBA (37 partidos en el total de ambos cursos, sin pasar de los 8 minutos por partido), pero todo apunta a que nuévamente su aportación será totalmente esporádica. Anteriormente citamos a Mickell Gladness y Jarvis Varnado como jugadores a prueba en busca de la plaza definitiva junto al base Harris. De Varnado sabemos que es el máximo taponador de la historia de la NCAA, pese a lo cual hasta el momento no ha encontrado sitio en la liga profesional estadounidense y le hemos visto jugando por Europa. Gladness no ha pasado de tener contratos temporales entre Miami y Golden State y muy dificilmente le veremos en el roster con el que los Heat afronten el comienzo de la temporada en la que deben revalidad el título.        


Udonis loves Miami


Con todo y una vez puesta la balanza, el lector ha de coincidir conmigo en que las virtudes superan claramente a los defectos en el equipo de Spoelstra. Con un presumible quinteto titular Chalmers-Wade-LeBron-Bosh-Anthony y una rotación comprendiendo a Cole, Allen, Battier, Miller, Lewis, Haslem y la incognita Hamilton, hablamos de hasta doce jugadores capaces de aportar algo en el grupo, bien en ataque, defensa, o intangibles, y por encima de todo un rey ya coronado que una vez llegado a la cima del triunfo colectivo que se le resistía y con unos saludables 28 años en su carnet de identidad apunta a seguir siendo el dominador del baloncesto mundial durante los próximos años. Veremos si por fin ha llegado la hora de los jóvenes Thunder, o si los glamourosos veteranos Lakers son capaces de impedirlo, pero dentro de la tripleta de favoritos, justo es colocar un peldaño, por pequeño que sea, a estos actuales campeones.     

lunes, 26 de marzo de 2012

EN EL CALOR DE LA NOCHE

"En el calor de la noche" es una estupenda película dirigida en 1967 por el infravalorado Norman Jewison, protagonizada por Rod Steiger, Sidney Poitier y Warren Oates (los mejores andares de la historia del cine), en un thriller policiaco que incidía en los aún latentes problemas raciales, sobremanera en el sur de los Estados Unidos donde se desarrolla la trama. En el calor de la noche del pasado 26 de Febrero en la localidad de Sanford, en Florida, un adolescente negro de 17 años llamado Trayvon Martin era asesinado por un vigilante de seguridad voluntario de una urbanización. ¿La razón?, simplemente era un negro encapuchado (vestía una de esas chaquetas con capucha habituales en cualquier chaval de barrio), motivo suficiente para que el abnegado vigilante lo considerase una potencial amenaza para la urbanización que defendía pistola en mano. En el calor de la noche del pasado viernes la plantilla de los Miami Heat (uno de los dos equipos NBA del estado de Florida junto a los Orlando Magic) se sumaba al clamor popular y a la indignación de gran parte de la población estadounidense posando con sus cabezas cubiertas por las capuchas de sus chandals antes de su partido frente a Detroit, homenajeando al joven Trayvon, quien sin haber llegado siquiera a la mayoría de edad veía cercenada de cuajo su existencia en este mundo. Su gran error fue salir aquella noche de finales de Febrero a comprar golosinas y un refresco y caminar por el barrio equivocado con su cabeza cubierta debido a la lluvia que caía en aquellos momentos.  


Es muy posible que el pistolero que acabó con la vida de Trayvon haya asistido en alguna ocasión al American Airlines Arena a celebrar las evoluciones de los jugadores del "Calor" de Miami. Y es muy posible que las más de las veces, con sus amigos y unas cervezas en mano en su bar favorito haya jaleado las acciones de jugadores como Dwyane Wade, Crish Bosh, o ese "King" James llegado de Akron para convertir a la franquicia de Miami en los grandes favoritos al título, sin importarle que son tan negros como ese Trayvon Martin al que disparó a sangre fría el pasado 26 de Febrero simplemente por considerarlo una amenaza, bajo sus parámetros mentales que establecen la estremecedora ecuación de "negro con capucha caminando bajo la lluvia por un barrio rico es igual a amenaza potencial", porque al fin y al cabo, si hay un prejuicio aún mucho mayor que el del color de la piel, ese es el del estatus social, la posición económica, y el poder del dinero.   


Los Heat el pasado viernes en su homenaje a Trayvon Martin.

lunes, 6 de febrero de 2012

UN CHAPUZÓN ANTES DEL ALL STAR

O dicho de otro modo, hoy nos vamos a mojar un poco con los rosters del próximo All Star Game que se celebrará en Orlando el último fin de semana de Febrero. La madrugada del jueves al viernes de esta semana conoceremos quienes serán los elegidos por los entrenadores de las distintas franquicias de la NBA, o sea que vamos a hacer nuestra particular apuesta, para que cuando llegue el momento el sufrido lector pueda echarme en cara que, como es habitual, no haya dado una. Más que elecciones personales, es lo que creo que va a pasar. También es una buena ocasión para repasar un poco como llevan la temporada algunos de los nombres más brillantes de la mejor liga del mundo.   

¿Un All Star Game sin españoles?


Conocemos ya los quintetos titulares, los elegidos por votación popular, sin que haya habido grandes sorpresas. Rose, Wade, LeBron, Carmelo y Howard por el Este, y Paul, Kobe, Durant, Griffin y Bynum por el Oeste. Llama la atención que haya hasta cuatro jugadores angelinos en este último quinteto, y sobre todo que dos de ellos pertenezcan a los Clippers, algo impensable sin ir más lejos hace unos meses. 

Vayamos pues con nuestras apuestas. 

ESTE: 

Deron Williams (guard, New Jersey Nets, 2 veces All Star, 20.2 puntos, 8.8 asistencias, 3.7 rebotes) Pese a que su prestigio anda algo tocado después de su “affaire” con Jerry Sloan, que significó la salida de ambos del club de los Utah Jazz, y ya no se le considera como el único base puro capaz de disputarle el título honorífico de mejor del mundo en su puesto a Chris Paul, sigue siendo una auténtica bestia jugando a esto. Baste decir que es el base que más dobles-dobles promedia esta temporada (igualado con… ¡Ricky Rubio!), y pese que a los Nets es en estos momentos de los peores equipos de la NBA, su ausencia nadie la da por esperada. Sería su tercer ASG consecutivo.

Joe Johnson (guard, Atlanta Hawks, 5 veces All Star, 18.6 puntos, 4 rebotes, 3.6 asistencias) Otro clásico de las últimas ediciones (cinco participaciones consecutivas) Sigue liderando a unos Hawks de los que año tras año se espera su explosión definitiva pero finalmente acaban transmitiendo cierta sensación de frialdad, la misma que produce este escolta de Little Rock que pese a ser uno de los mejores jugadores de la liga siempre se piensa que podría subir aún un escalón más estelar. 

Paul Pierce (forward, Boston Celtics, 7 veces All Star, 18.6 puntos, 5.5 rebotes, 5.5 asistencias) El alma de los históricos Celtics sigue siendo un auténtico seguro de vida para su equipo, y un jugador muy respetado por todos los aficionados, entrenadores y jugadores. Su presencia se antoja diáfana.

Pierce frente a Nowitzki. Dos clásicos.
 

Chris Bosh (forward, Miami Heat, 5 veces All Star, 19.7 puntos, 7.7 rebotes, 2.2 asistencias) La tercera punta del tridente Heat a buen seguro sacará esa prodigiosa manita de media/larga distancia a pasear en el All Star Game de Orlando.

Amar’e Stoudemire (forward-center, New York Knicks, 6 veces All Star, 18.2 puntos, 8.1 rebotes) Hacemos un poco de “trampa” colocando a STAT como center suplente de Howard, pero ciertamente no se vislumbra gran cosa en ese puesto con Bogut y Horford lesionados (Noah me parece un “sin sangre” total) Desde 2005 apenas falta a una cita (la de 2006, en la que estaba lesionado), y pese a que su temporada está siendo, al igual que la de los Knicks, un punto decepcionante, hoy por hoy cuesta imaginarse un ASW sin él. Precisamente mientras escribo estas líneas me llega una muy desgraciada noticia alrededor de este genial jugador.

Rajon Rondo (guard, Boston Celtics, 2 veces All Star, 13.8 puntos, 9.5 asistencias, 5.1 rebotes, 1.7 robos) Una de mis debilidades. El bueno de Rondo es uno de los bases más completos de la actualidad, capaz de ofrecer un trabajo igualmente eficiente en ambos lados de la pista. No debería faltar.

Danny Granger (forward, Indiana Pacers, 1 vez All Star, 18.2 puntos, 4.8 rebotes) Consolidado como uno de los mejores aleros de la liga, y actual campeón del mundo con la selección USA, Granger no es precisamente uno de los nombres que más se barajan cuando llegan estas fechas, pero viendo la temporada de estos sorprendentes Pacers nos parece justo que el líder de la franquicia presidida por el mítico Larry Bird acuda al evento. 

Otros jugadores que a nuestro juicio tienen posibilidades y están haciendo méritos son Brandon Jennings (19.9 puntos, 5.4 asistencias, 1.7 robos), Josh Smith (15 puntos, 9 rebotes, 2.1 tapones), Greg Monroe (16.3 puntos, 9.9 rebotes), Roy Hibbert (13.7 puntos, 9.7 rebotes) y sobre todo apuntamos posibilidades para Carlos Boozer (14.7 puntos, 8.5 rebotes), más que nada porque con Chicago mandando en el Este con un balance 20-6 parece bastante lógico que puedan tener dos jugadores en el All Star. 

Kobe y su MVP de la pasada temporada. 


OESTE: 

Russell Westbrook (guard, Oklahoma City Thunder, 1 vez All Star, 21.7 puntos, 5.7 asistencias, 4.7 rebotes, 2 robos) ¿Alguien tiene la más mínima duda de que el número 0 del equipo de moda en la NBA jugará su segundo All Star Game consecutivo dentro de unas semanas en Orlando? Sus números hablan por si solos. El 18-5 de Oklahoma (primeros en el Oeste) también. 

Monta Ellis (guard, Golden State Warriors, 0 veces All Star 21.3 puntos, 6.5 asistencias, 1.8 robos) ¿Será por fin este segunda ronda de draft All Star en esta edición?, atendiendo a sus números, no se me ocurre mejor elección como escolta suplente de Kobe Bryant. 

Rudy Gay (forward, Memphis Grizzlies, 0 veces All Star, 18.4 puntos, 6.5 rebotes) Otro jugador para quien parece haber llegado la hora del All Star, sobre todo si tenemos en cuenta que como tres puro no tiene demasiada competencia (otra cosa es si lo comparamos con los “cuatros” de su conferencia) 

Kevin Love (forward, Minnesota Timberwolves, 1 veces All Star, 25 puntos, 13.7 rebotes) Otro por el que apostamos para el All Star Game de esta edición. Creo que 25 puntos y 13.7 rebotes por partido son argumentos absolutamente incontestables. Por si fuera poco los hasta hace bien poco infumables Wolves van con un 50% de balance victorias-derrotas (achacable sobre todo a Ricky Rubio, auténtico jugador clave del equipo) 

LaMarcus Aldridge (forward-center, Portland Trail Blazers, 0 veces All Star, 23.1 puntos, 8.8 rebotes) Aunque está saliendo de PF titular con Marcus Camby a su lado, vemos a Aldridge como el auténtico rival para Marc Gasol por un puesto de suplente en la pintura del combinado del Oeste, y sinceramente, creemos que sería una auténtica injusticia que volviera a quedarse fuera del All Star, cuando lleva dos temporadas rozando la excelencia, y a pesar de todos los infortunios sucedidos en la franquicia de Oregon siguen siendo un equipo competitivo gracias al liderazgo de LaMarcus.      

LaMarcus merece un All Star


Steve Nash (guard, Phoenix Suns, 6 veces All Star, 14.5 puntos, 9.9 asistencias, 54.5 % en tiros de campo) A puntito (los cumple mañana mismo) de celebrar su 38 cumpleaños, Steve Nash sigue demostrando que es un jugador absolutamente único e irrepetible, desarrollando un baloncesto increíble casi al mismo nivel que las dos temporadas que fue MVP de regular season. Su presencia supondría la ausencia de Ricky Rubio, pero no creo que haya un solo fan de este juego al que no se le caiga la baba con una nueva participación de este genio en el que puede ser su último All Star.   

¿El último All Star del gran Steve?


Dirk Nowitzki (forward, Dallas Mavericks, 10 veces All Star, 17.2 puntos, 6 rebotes) Sinceramente creo que la temporada del rubio alemán no está siendo merecedora de All Star, pero también creo que muy difícilmente va a quedarse fuera del evento el actual MVP de las finales y en definitiva uno de los jugadores más mediáticos de la liga. 

Como ven, y con gran dolor de corazón, creo que no tendremos ningún español en la cita, a pesar de que sobradamente están haciendo méritos para ello Ricky Rubio (abonado al doble-doble y con 11.4 puntos, 8.8 asistencias, 4.4 rebotes, 2.3 robos), Marc Gasol (14.8 puntos, 10.3 rebotes, 2.2 tapones) e incluso el ahora denostado Pau (16.5 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias… números muy superiores a los de Nowitzki, sin ir más lejos) También sería de justicia la entrada de Tony Parker (18.1 puntos, 7.7 asistencias), David Lee (18.4 puntos, 9.9 rebotes) o Danilo Gallinari (17.2 puntos, 5.3 rebotes…  y vaya temporada de Denver)    

Pero en definitiva sólo pueden entrar 12, y estas son nuestras apuestas. Puede parecer un palo, después de lo mal acostumbrados que estamos, la no presencia de ningún español en el weekend de las estrellas, pero debemos plantearlo por el lado positivo. La sola posibilidad de debate sobre la invitación a la cita para tres jugadores de nuestro país es algo que hace años se nos hubiera antojado imposible y demuestra al nivel que estamos actualmente. Por otro lado esto no deja de ser un simple pronóstico de aficionado sin ninguna base, y en honor a la verdad, Marc Gasol si que tiene enormes posibilidades de acudir a la cita como ese pedazo de center puro y duro que es, aunque sea en detrimento de un superclase como Aldridge. Pase lo que pase, aquí estaremos para contarlo. En unos días la solución. ¿Y ustedes que opinan?