He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
(Jorge Luis Borges, "El remordimiento")
El "tiro al LeBron", deporte de moda en la prensa estadounidense. |
Observo maravillado estos días de Julio el devenir de la selección sub-20 en el campeonato de Europa de Bilbao. Independientemente del resultado de la final contra Italia dentro de unas horas, el bagaje es de ocho partidos jugados, en tan sólo diez dias, y ocho victorias. Triunfos plenos de brillantez, que han oscilado entre los paseos militares (Turquía o Austria) y la apelación a la épica cuando peor pintaban las cosas (Ucrania), incluyendo además algún susto (Italia o Letonia) Sea como fuere todos los partidos han tenido el mismo desenlace, un similar desequilibrio en la balanza a favor de nuestro equipo. Un bloque de jugadores que están ofreciendo un baloncesto de altísimo nivel, que han sido capaces de gestionar con brillantez las muy pequeñas y escasas crisis de juego que se les han presentado, y cuyo éxito sólo se puede explicar por medio de la aseveración de que a esta maquinaria tan bien engrasada le han ajustado todos y cada uno de los tornillos desde un cuerpo técnico laborioso e inteligente en la gestión de los recursos humanos que manejan, es decir, unos técnicos que saben sacar provecho a las virtudes de sus jugadores y de su equipo y minimizar los defectos que sin duda existen, pero apenas se ven (y ese es el gran éxito de este equipo) Pero además de eso el camino impecable y el brío victorioso con el que pasea esta selección por el torneo tiene una gran parte de culpa en la propia naturaleza de los jugadores, dotados de un ADN baloncestístico basado en la inteligencia, la lectura del juego, y la capacidad de ver por donde pueden sacar ventajas a sus rivales, unido ello, claro está, a una sana ambición y un orgullo indispensable para todo quien se vista la camiseta del país europeo que más éxitos ha conseguido en el último lustro a nivel mundial. Es decir, no se trata sólo de tener calidad, se trata de como aprovechar esa calidad.
De este modo observamos que nuestra selección tiene un doble camino andado, por un lado la calidad manifiesta de su núcleo fundamental de jugadores, por otro, la capacidad para saber ver por donde pueden sacar provecho a esa superioridad cualitativa frente a unos rivales que intentarán en todo momento neutralizar nuestro juego a base de defensas duras, ritmo de juego lento, y posesiones largas. Esto se observa más manifiestamente cuanto más importantes son nuestros jugadores, es decir, los Mirotic y Sastre, sobre todo, han sido los líderes no sólo en números y anotación del equipo, si no en esa busqueda de las ventajas sobre sus pares. Si observamos el comienzo del partido hoy contra Rusia, vemos que en ese inicio arrollador en que anotamos 16 puntos en casi 5 minutos, toda esa anotación lleva la firma de estos dos hombres, Sastre y Mirotic. Hasta aquí todo parece lógico y normal, son nuestras dos referencias ofensivas, cierto, pero es en la manera en la que son capaces de llevar ese liderazgo anotador, en su variedad de recursos y en las ventajas y desequilibrios que obtienen en todo momento ante sus defensores donde vemos que no estamos hablando sólo de jugadores de calidad, estamos hablando de jugadores "que saben aprovechar su calidad", y entrecomillo esto porque es el quiz de lo que va a versar la entrada de hoy. Volviendo al partido, 16 puntos casi sin respiro por medio de penetraciones, triples, puertas atrás, y hasta un alley-hoop, todo ello en cinco minutos. Lo de Mirotic son palabras mayores, jugador con atisbos geniales y arrebatos de inspiración nowitzkiana, podría convivir felizmente con su fino juego de alero lejos de la canasta, su buena muñeca, y su capacidad para buscar tiros abiertos. Lejos de eso en este Europeo se está mostrando como un ala-pivot total, capaz de matar por fuera, sí, pero desde luego mucho más que un cuatro abierto, un jugador que sigue las continuaciones, y que espera magnificamente a dos metros de la canasta la posibilidad de alguna puerta atrás y el desequilibrio que causa ante defensores más toscos e incapaces de interpretar la sinfonia de sus movimientos de seda, esos que le van a llevar a ser un jugador de talla mundial porque su repertorio ofensivo se antoja inmenso y exquisito, unido además a una buena disposición defensiva y de lucha por el rebote, aspectos estos que además sin duda irá mejorando a medida que acumule partidos y golpes en sus piernas, pero el talento ofensivo ya lo tiene, y se antoja un caudal demasiado rico como para no pensar que estamos ante un cuatro de maneras casi perfectas en su juego. Lo dije el otro día y lo repito, los Bulls no saben el jugador que se han llevado en el draft. Insisto en ello, en la diferencia entre "tener calidad" y "aprovechar la calidad". No hay un ala-pivot en el torneo mejor que Mirotic, pero si el jugador madridista no tuviese los ingredientes necesarios (principalmente: conciencia de esa calidad, inteligencia para aprovechar su superioridad ante sus pares, y ambición para conseguir la citada superioridad), para aprovechar esa calidad, sería un jugador autolimitado, un proyecto de crack, un eterno potencial, pero nunca un valor seguro.
El 6 y el 12 de España, Butch Cassidy y Sundance Kid versión selección española U20. |
El caso de Sastre me congratula especialmente, ya hemos alabado en este blog sus virtudes de jugador con desparpajo ofensivo, con mucho "Morro" (recordemos que es su segundo apellido), pero de ese tímido jugador que vimos asomar en momentos puntuales la pasada temporada en Cajasol del que sólo podíamos apreciar una buena mecánica de tirador, a este alero que da dos pasos al frente en la selección, media un abismo. El abismo de, una vez más, la conciencia de saber cual es tu nivel, la inteligencia de ver donde puedes sacar ventaja, y la ambición de buscar el aro. Asi Sastre se nos muestra como un alero alto desequilibrante que no sólo hace daño por fuera, si no que no rehusa el cuerpo a cuerpo, el juego dentro de la zona, y suele salir victorioso. Es una estupenda noticia, porque como en el caso de Mirotic, aspectos estojanovistas, grises y laboriosos, siempre los irá puliendo y mejorando, pero ese código genético que muestra y esa conducta que se ha autoimpuesto de "ir a hacer daño", le confirman como una posible versión mejorada de Carlos Jiménez o Carlos Suárez, es decir, será un jugador muy completo, buen complemento y un buen engranaje dentro del equipo, pero además un "asesino" a la hora de afrontar el juego ofensivo. Creo que merece la pena detenerse en el caso de Carlos Suarez hablando de la diferencia entre "tener calidad" y "aprovechar la calidad". En el caso de Suárez nos encontramos a uno de los aleros referentes de la ACB, sólo Mickeal, San Emeterio, Andy Panko, quizás Tariq Kirksay (con muchísima menos calidad ofensiva), y en menor medida un Claver aún por pulir en su indefinición entre tres y cuatro, presentan una calidad semejante a la del alero de Aranjuez. El trabajo de Suárez no admite dudas, defiende, rebotea, se pega con los rivales, no arriesga, juega con cabeza, y busca lo mejor para el equipo... sin embargo, ¿cómo es posible que un jugador de esta calidad, físico y recursos, se pase una temporada entera tirando el doble de veces de tres que de dos?, ¿ese "jugar con cabeza", "buscar lo mejor para el equipo" y "no arriesgar", no será en realidad una autolimitación de un jugador que podría dar mucho más de sí si se lo propusiese?, parece increíble que uno de los mejores aleros con diferencia de la ACB en muchos partidos apenas mire a canasta, y cuando lo hace, es sólo de tres, ¿no podría hacer Suárez muchísimo daño al poste al 80% de los aleros rivales?, ¿y penetrando? Por eso hay que celebrar la aparición de Sastre pensando en que si sea ese alero capaz de dar ese "paso al frente" y, como está mostrando en este torneo, aprovechar las ventajas que le proporciona su calidad sobre el resto de rivales. Todo ello con las lógicas cautelas, ya que hemos visto en varias ocasiones jugadores que con 20 años eran pura sangres ofensivos y que con los años se fueron limitando a si mismos en su juego y dejando de utilizar todo su arsenal (El propio Carlos Suárez). Los jugadores sacrificados y abnegados por el equipo siempre son de agradecer, pero cuidado que a veces ese sacrificio y abnegación no signifique que jugadores de enorme talento adquieran un segundo plano que ni es beneficioso para ellos, ni lo será para su equipo, necesitado de las aportaciones que les puedan proporcionar sus mejores jugadores, además de un peligroso conformismo y autocomplaciencia en su juego unidimensional. En definitiva, es buscar unas limitaciones en tu juego que en los casos de jugadores tan brillantes como de quien estamos hablando resulta realmente sangrante. Me centro en el caso de Suárez ya que como ustedes saben soy madridista y este es el equipo y jugadores que más sigo, pero voy más allá: es tristísimo ver como en muchas ocasiones Suárez desaparece por completo del entramado ofensivo del equipo, cuando es un jugador que sí podría obtener ventajas sobre sus defensores, y las decisiones que se toman son que Llull penetre contra cinco jugadores rivales desafiando todo atisbo de sentido común.
Viviendo en el triple. Autolimitación y conformismo. |
Valga todo esto que estoy diciendo como introducción del tema que quiero realmente tratar, y dado lo denso del asunto, creo que lo haré de una manera fraccionada... viendo a Mirotic ser capaz de aprovechar todo su arsenal ofensivo, el cual es extenso, pienso en un jugador que a medida que va creciendo parece autolimitarse y querer hacer "menos daño" a los rivales, empeñándose en vivir alejado de la zona y querer ser un base cuando es el mejor alero del mundo. Me refiero a un jugador que además daría para innumerables tésis sociológicas y sobre quien parece instalarse un pensamiento único consistente en la defenestración, y peor aún, el odio, hasta el punto de que uno de los más prestigiosos periódicos neoyorquinos le dedique una portada con un titular que ni el Marca o el Sport en sus peores momentos serían capaces de acuñar, haciendo un juego de palabras con su actual equipo y el calificativo "Hijo de puta". Así de crudo. Así de injusto. Así de fanático.
Ya saben a que jugador me refiero, y partiendo de la lección que está dando la selección U20 en Bilbao sobre como saber aprovechar tu calidad, en una próxima entrega les contaré porque creo que es el mejor jugador del mundo, o al menos el que potencialmente tiene más recursos y virtudes para serlo, y sin embargo parece empeñarse en cada vez limitar más su juego, cuando estamos hablando de un juego que casi no tendría límites, pero que lo único que podemos hacer es imaginarlo e intuirlo debido al empeño de nuestro protagonista en ser un jugador que prácticamente se limita sólo a subir la bola.
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