Una imagen que se repite: el Madrid levantando la copa. |
La apertura oficial de la temporada ACB
con el habitual fin de semana de la Supercopa levanta el telón de
igual manera que cerró el del curso pasado, con el Real Madrid de
Pablo Laso demostrando ser el absoluto dominador del baloncesto
nacional. El revolucionario SuperBarça de Pesic que llegaba
acreditando el brutal desembolso económico de los fichajes de Cory
Higgings, Alex Abrines, Brandon Davies, Nikola Mirotic y Malcolm
Delaney (ya sólo con estos cinco jugadores hablaríamos de un
quinteto aspirante a todo) tendrá que esperar su asalto a la cumbre
ante un Real Madrid que sigue demostrando una cohesión total en sus
líneas. Los ocho años anteriores con Pablo Laso conduciendo de
manera magistral la nave blanca suponen una absoluta garantía, como
pudimos comprobar este pasado fin de semana, e incluso los únicos
recién llegados, Nico Laprovittola y Jordan Mickey, parece que
llevasen jugando en el equipo blanco toda la vida. Especialmente
meritorio es el caso del pívot tejano (11.5 puntos y 7 rebotes por
partido, con sus tres triples intentados anotados), que a diferencia
del base argentino no tiene experiencia ACB. Al innegable buen ojo de
Sánchez y Herreros en los despachos hay que sumar la mano de Laso
con los nuevos jugadores. Adaptación total desde el primer momento.
En la balsa de aceite que es el actual Real Madrid en su sección
baloncestística nada puede salir mal.
Pero no tiene en absoluto mala pinta el
equipo de Pesic. De hecho hablamos de una auténtica constelación de
estrellas en la que la mayor duda parece residir en la gestión de
egos y de recursos. Si nos atenemos a lo visto este fin de semana el
Barcelona cambia radicalmente sus roles (Tomic, con unos pobres 3.5
puntos y 4.5 rebotes por partido y sin llegar a 20 minutos en ninguno
de los encuentros, el principal damnificado) y Pesic otorga el mando
a las caras nuevas. Davies (14.5 puntos por partido), Mirotic y
Higgings (14 por encuentro) han llevado el peso anotador del equipo
azulgrana. Tampoco ha estado mal Delaney. Por contra Hanga y Oriola
sólo han sumado 3 y 2 puntos respectivamente en ambos partidos,
Kuric bien contra el Valencia (9 puntos) se quedó en blanco en la
final ante el Madrid, Pangos absolutamente superado por Campazzo
mientras que frente a Vives digamos que hizo tablas. Sólo Víctor
Claver ha mostrado un buen nivel dentro de la vieja guardia
blaugrana.
Tiene mucho que trabajar por tanto el
entrenador serbio, y de hecho el voluntarioso Valencia de Ponsarnau,
todavía sin Quino Colom estuvo a punto de dar al traste con la
esperada final entre los dos colosos del baloncesto español. La
primera semifinal se movió en unos tremendos parámetros de igualdad
hasta los últimos instantes, sin que ningún equipo se fuese más
allá de los cinco puntos de diferencia. En un partido de tan escasas
ventajas el 2+1 de Higgings a poco más de tres minutos para el final
poniendo cuatro arriba a los de Pesic podía ser una losa imposible
de levantar para el Valencia, máxime cuando Marinkovic mojaba su
pólvora fallando el triple y Davies enmedaba un fallo en el tiro de
Mirotic para poner el 66-60. Un triple a tabla de Jordan Loyd y una
gran acción defensiva taronja volvía a dar opciones a los de
Ponsarnau, pero Loyd no volvió a acertar y sería nuevamente
Higgings, con otro triple, quien sentenciaría el partido. El ex del
CSKA fue decisivo, mientras que por Valencia destacó el ya citado
joven exterior serbio Vanja Marinkovic, típico producto de la
cantera del Partizan del Belgrado, quien demostró las excelencia de
su muñeca con su 5 de 8 en triples.
En la otra semifinal el Fuenlabrada fue
literalmente masacrado por un Real Madrid que sorprendentemente
comienza la temporada jugando a velocidad de crucero. Decimos
sorprendentemente porque precisamente quienes llevan el ritmo del
equipo, Campazzo, Llull y Laprovittola, seis días antes habían
estado jugando la final de un mundial de selecciones a miles de
kilómetros de distancia. El partido ante Fuenlabrada no tuvo
historia para los blancos, más allá de dejar varios records como la
máxima anotación de un partido de Supercopa (116 puntos) o los 7
tapones de Tavares que son tope individual de la competición.
Demoledor 19 de 26 en triples, destacando los 4 de 6 de Carroll, y
con varios jugadores en el 100% desde la letal distancia (Randolph,
Rudy y Campazzo todos con 3 de 3, y Jordan Mickey haciendo 2 de 2)
Todos los números del Real Madrid en este partido son prodigiosos.
Nada menos que 32 asistencias (9 de Campazzo, 6 de Taylor), todos los
jugadores anotando, todos valorando en positivo. Un recital. Triste
imagen la del Fuenlabrada, que ha perdido todos sus partidos de
pretemporada y recibiendo anotaciones por encima del centenar de
puntos en varias ocasiones. Parece candidato claro a la parte baja de
la clasificación.
De modo que ayer teníamos el primer
clásico de la temporada, con el morbo de Mirotic enfundado en la
elástica azulgrana precisamente en el escenario donde comenzó a
hacerse un nombre importante en el baloncesto profesional con la
camiseta del eterno rival. El Palacio de Los Deportes no perdió
ocasión para demostrar su descontento con la “traición” del
hispano-montenegrino regalándole una sonora pitada en la
presentación de ambos partidos así como cada vez que tocaba el
balón. No pareció importunarle puesto que los tres primeros puntos
del partido llevaron su firma. Entró mejor el Barcelona al partido
con un parcial de 0-6 mientras que los blancos se atascaban en
ataque. Los de Laso tardaron tres minutos y medio en subir sus
primeros puntos al marcador, con una bandeja de Campazzo. Deck
sustituía a un desacertado Randolph (horrible partido el suyo
fallando sus siete tiros de campo, siendo el único madridista en
valorar negativo) y un parcial de 8-0 daba a los campeones su primera
ventaja del partido. Ya no soltarían el mando. Incluso un triple de
Rudy estiraba el marcador a 21-14, pero la resistencia de Delaney,
con dos triples, daba vida a un Barcelona que dejaba el primer cuarto
sólo uno abajo.
El Real Madrid voló en el segundo
cuarto con su segunda unidad. Los Llull,Rudy, Deck y Mickey
destrozaron el aro rival a la vez que mantenían una hiperactividad
defensiva que amenazaba con dejarnos sin final. La máxima diferencia
llegó a ser de 18 puntos, 47-29 a 2.18 del descanso. Un descanso al
que se llegaba con un 48-33 que nadie hubiera podido imaginar en los
prolegómenos del partido. El SuperBarça de los Higgings, Mirotic,
Davies, Delaney y compañía destrozado por un Real Madrid jugando de
memoria y en el que incluso Laprovittola y Mickey parecían llevar
años a las órdenes de Laso y no apenas unos días (literalmente en
el caso del argentino) Se esperaba una reacción blaugrana tras el
paso por vestuarios y así fue, aunque la reanudación del partido no
invitaba al optimismo culé. Dos tiros libres de Randolph (sus dos
únicos puntos del partido) ponían la máxima ventaja blanca, 54-35,
en los tres primeros minutos del cuarto. El Barcelona se encomendó a
Higgings y Davies (un mate del pívot en penetración, la canasta del
partido) quienes lideraron un parcial de 0-10 que metía a los
barcelonistas en la pomada. Había final. Mirotic comenzó a producir
desde el tiro libre, Higgings y Davies seguían con su recital y un
triple de Hanga a falta de un segundo apretaba el marcador al 69-63
que cerraba el acto. Supo el equipo de Laso gestionar perfectamente
sus ventajas en el cuarto definitivo. Laprovittola, uno de esos
jugadores que parece funcionar por inspiración, estiraba el marcador
a 9 con un triple, aunque malas decisiones posteriores llevando la
batuta hacían que el Barcelona siguiese con opciones. Una
penetración de Llull ponía el 78-70 todavía quedando más de 4
minutos, pero sobre todo daba ese toque racial y anímico que siempre
protagoniza el escolta menorquín y levanta las gradas del WiZink
Center. Laso volvía a dar entrada al Facu por su compañero
Laprovittola y quien acabaría siendo nombrado MVP certificaba el
triunfo con un triple que ponía ocho arriba a los blancos a minuto y
medio para el final. Otro título para el “lasismo”, este periodo
de felicidad inacabable en el que vive instalado el madridismo. Da la
sensación de que es coser y cantar para el equipo blanco, pese a la
dificultad de los títulos y la calidad de unos rivales cada vez más
reforzados. La vida sigue igual, y ya son 18 títulos los obtenidos
bajo la dirección de un Pablo Laso que ya es absoluta leyenda
blanca. Ya nadie se atreve a recordar las críticas que se llevó en
su día Alberto Herreros por la apuesta personal que supuso la
contratación del vitoriano.
Campazzo MVP, el hombre del año. |
A nivel individual el Facu Campazzo
sigue con su año fantástico. MVP de las últimas finales ligueras y
ahora MVP de la Supercopa. Entremedias elegido en el mejor quinteto
del mundial de selecciones de China, donde acabó colgándose la
plata. Los números que deja durante este fin de semana sólo los
puede firmar un auténtico superclase. 14 puntos, 5.5 rebotes y 7
asistencias por partido. Brutal 71% en triples, con 5 dianas de 7
intentos. 24 de valoración media. A sus 28 años y desde sus
raspados 180 centímetros el base argentino sigue sin conocer su
techo.
No podemos olvidarnos tampoco del
habitual concurso de triples. Siempre buscando nuevos alicientes,
como la participación de alguna jugadora de basket femenino o de un
jugador amateur saliente del concurso de Kiaenzona (que creo que ya
va por la tercera edición), este año teníamos la posibilidad de
disfrutar de dos lustrosos ex-jugadores ACB. Si bien en el caso de
Marko Popovic hablamos de una retirada reciente, del curso pasado,
había muchas ganas de ver al legendario “Sweet Lou” Bullock, uno
de los más grandes tiradores que hemos disfrutado en este país. No
en vano comparecía siendo el jugador con más concursos de triples
ACB ganados (tres) Ligeramente en baja forma (lleva siete años
retirado) no tuvo opciones en la primera serie ante su legítimo
heredero, un Jaycee Carroll quien protagonizó la mejor serie de la
tarde, su semifinal ante Brock Motum, a la postre vencedor derrotando
a Popovic en la final.
En definitiva, ya tenemos una nueva
temporada encima de la mesa. La temporada en la que el Barcelona de
Pesic quiere voltear el dominio blanco de los últimos años. Mimbres
tiene para ello, con la mejor plantilla que se recuerda en la Ciudad
Condal en muchísimo tiempo, comparable sin duda a la que tuvo el
propio entrenador serbio cuando ganó el triplete de Copa, Liga y
Euroliga con los azulgrana (Jasikevicius, Bodiroga, Navarro, Fucka,
Dueñas, Femerling, Varejao...) El esfuerzo económico de la entidad
ha sido considerable y todo lo que no sea levantar títulos y
competir hasta el final en todas las competiciones resultaría
decepcionante en el entorno barcelonista. De momento su gran rival,
el Real Madrid de Pablo Laso, parece inmune ante cualquier revolución
que amenace su brillante hegemonía.
Brock Motum, otro de los triunfadores del fin de semana. |
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