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martes, 17 de noviembre de 2015

SHAWN JAMES Y EL MIEDO




El muro



“El miedo es libre”, una frase recurrente con la que excusamos a quienes en un puro reflejo humano tratan de esquivar en la medida de lo posible cualquier desgracia o catástrofe. Europa vive días de miedo, en realidad los lleva viviendo durante todo un siglo XXI en el que el terrorismo yihadista ha alcanzado cotas de barbarie y sanguinolencia cada vez más cruentas, financiado por estados con los que precisamente Occidente no deja de hacer suculentos negocios, y alimentado de un odio cada vez más irracional y que se expande en varias direcciones. 


En base a ese miedo Shawn James, el fichaje estrella del Bilbao Basket para esta temporada, ha solicitado a su club no viajar a Paris, donde el club bilbaíno debe disputar su encuentro de Eurocup ante el Nanterre. Solicitud que ha sido atendida, comprendida y aceptada por los dirigentes vascos, dejando de este modo a Sito Alonso sin uno de sus grandes baluartes.   


Pero el miedo de James encierra una historia detrás que creemos merece ser contada y que esperamos sirva de reflexión para quienes ante la barbarie piden más barbarie, y frente al fanatismo reaccionan convirtiéndose igualmente en fanáticos. Ciertamente han sido días muy emotivos tras la espeluznante (como bien la definió un conmovido Juan de Pablos anoche en su imprescindible espacio musical “Flor de Pasión”) noche del pasado viernes. Es imposible no haberse sentido impactado por el trágico suceso parisiense y el mundo del deporte no ha sido ajeno, marcando sin ir más lejos la última jornada de la Liga Endesa con un respetuoso minuto de silencio en todas las canchas donde hubo competición. Sin apartarnos del deporte de baloncesto, que tanto amamos y veneramos y vemos como un auténtico instrumento de fraternidad entre los seres humanos, encontramos en la historia de Shawn James, como decimos, un buen ejercicio para la reflexión. 


Era mediados de Septiembre de 2006, cuando el joven Shawn James apuntaba como uno de los mejores interiores para el futuro del baloncesto profesional estadounidense, destacando sobre todo por su capacidad intimidatoria. En sus dos temporadas en la Universidad de Northeastern había deslumbrado con unas medias de 10.28 puntos, 7.56 rebotes y 5.44 tapones el primer curso, para subirlas a 12.37 puntos, 7.9 rebotes y, ojo a esta barbaridad, 6.33 tapones por partido la siguiente temporada. Un animal. Era la gran figura de su equipo junto al jugador de Dallas Mavericks J.J.Barea. A cargo del banquillo se encontraba el técnico Ron Everhart, quien al finalizar aquella segunda campaña de James en Northeastern (2005-06), cambiaba de aires para dirigir a los Duquesne Dukes, igualmente en liga universitaria. No tardó en convencer a su mejor hombre, Shawn James, para acompañarle en la nueva aventura. De modo que James iba a comenzar su temporada en Pittsburgh, en cuyo centro se encuentra Duquesne. En el campus de la Universidad de Pittsburgh, el 17 de Septiembre de 2006, se vivió otro de esos episodios por desgracia tan frecuentes en la sociedad estadounidense y que tanto debate y controversia genera sobre la libre circulación y posesión de armas de fuego. Dos jóvenes de 18 años identificados como William B. Holmes II y Derek Lee, ayudados por un tercer estudiante llamado Brittany Jones, tirotearon a cinco jugadores de baloncesto durante un baile organizado por la Black Student Union. Shawn James estaba entre ellos. 


James recibió un disparo en un pie, se pasó aquel curso sin jugar (aparte de por el disparo en el pie, hubiera sido obligado igualmente al cambiar de universidad en medio de su carrera), y denunció al “collegue” de no cumplir las suficientes medidas de seguridad. Su carrera se vio truncada y de contar en todas las quinielas como primera ronda del draft de 2008 pasó a no ser drafteado, y cómo muchos otros jugadores salidos de la NCAA obligado a buscarse la vida en el baloncesto internacional. Hubo quien corrió peor suerte. Sam Ashalou, primo del mítico pívot nigeriano Hakeem Olajuwon (por cierto, musulmán, como tantos otros grandes jugadores de la NBA, con el legendario Kareem Abdul-Jabbar a la cabeza, pacifista convencido… tengan cuidado por tanto con las generalizaciones), recibió un disparo en la cabeza, salvando su vida milagrosamente pero quedando gravemente herido y teniendo que recuperar el habla después de someterse a la pertinente terapia. Que yo sepa, no volvió a jugar al baloncesto. El colombiano Stuart Baldonado fue herido en la espalda y el codo. Había llegado a ser All American antes de ser tiroteado. Tampoco he encontrado actividad baloncestística posterior, pese a que en los primeros años de este siglo era uno de los jóvenes más prometedores del baloncesto suramericano. El ghanes Kojo Mensah sufrió heridas de bala en brazo y hombro. Actualmente le situamos en la liga venezolana. El quinto jugador involucrado en esta historia, al igual que Shawn James, si ha tenido una buena carrera posterior y es bien conocido por los aficionados. La bala que alcanzó su muñeca izquierda no le impidió seguir siendo un jugador con excelente mano para anotar y dirigir. Se trata de Aaron Jackson, ex –jugador de, precisamente el Bilbao Basket, y actualmente en las filas del poderoso CSKA Moscú.


Esta es la historia que hay detrás del miedo de Shawn James, un jugador aún traumatizado por un trágico suceso que pudo costarle la vida y que desde luego le impidió llegar a donde su potencial apuntaba. Recordemos su abrumadora media taponadora en NCAA, con esa asombrosa cima de 6.33 gorros por partido. Lo normal sería verlo como uno de esos jugadores determinantes desde la defensa en la mejor liga del mundo como lo son actualmente Serge Ibaka o DeAndre Jordan. James sabe mejor que nadie la sinrazón que envuelve a todo lo relacionado con las armas, las guerras, o la violencia, y como cuando esos fanatismos se cruzan en tu camino pueden cambiarte la vida para siempre. 


No queremos entrar en debates ideológicos, o más bien filosóficos, sobre cómo debe actuar la humanidad ante este conflicto. No tenemos la solución, pero les aseguro que el ser humano que hay detrás de estas palabras que están leyendo lleva un largo tiempo, no sólo desde el viernes, reflexionando sobre esta situación actual y porque hemos llegado a esto. Tampoco queremos mirar hacia otro lado y narcotizarnos con nuestras aficiones, sobremanera el baloncesto. Simplemente seguimos creyendo en la vida y en el deporte, escenario que en ocasiones sirve de hermanamiento entre los hombres y en todos los valores positivos que conlleva. Creemos en la paz y en la no violencia, y en no responder al fuego con más fuego. 



Sólo así creemos que no habrá más viernes negros en Europa ni más jóvenes tiroteados en campus universitarios, entre otras muchísimas tragedias que día sí y día también salpican nuestros telediarios.    




Jackson, James y Ashalou, supervivientes de una tragedia.


jueves, 27 de octubre de 2011

CINCUENTA NOMBRES PARA LA EUROLIGA (I)

Ustedes ya saben de que va esto, si han seguido anteriores entregas, o sea que me ahorraré los preámbulos. Eso sí, he obviado jugadores ya mencionados en nuestro especial sobre la Liga Endesa.

Milos Teodosic (CSKA Moscu, 24 años, 1.96) Al igual que en el Eurobasket, al pensar en bases el primero que se me viene a la cabeza es el genio serbio. Sigue siendo un jugador absolutamente único, un mago, pero al que hay que empezar a exigirle mayor palmarés y no tanta excelencia individual. Ya saben de mi fanatismo por Ricky Rubio (con Teodosic rozo niveles similares), pero cuando escucho a veces comparaciones sobre la progresión de uno y otro me encabrono, ya que se hace referencia a la estadística y a lo individual, pero miren palmarés de uno y otro (y Ricky, recuerden, 3 años y medio más joven), y no me vale la calidad de los equipos, porque un jugador que ha jugado en Olympiakos, selección serbia, o actualmente CSKA, no puede tener esa excusa. A lo que voy es que Teodosic tiene que empezar a demostrar que puede ser el base referente y dominador de Europa levantado títulos, no sólo con grandes actuaciones individuales, MVPs, o contratos desorbitados. Eso es lo que hay que empezar a pedirle.  

Dandy in the underworld


Bo McCalebb (Montepaschi Siena, 26 años, 1.83) El relámpago de Nueva Orleans es otro viejo conocido para nosotros, instalado ya por fin en el imaginario colectivo de la afición después de su extraordinario Eurobasket guiando a Macedonia hasta cotas jamás soñadas para la humilde selección báltica. En su segunda temporada italiana buscará su tercera Final Four consecutiva y la gloria europea que se le resiste. En su competición doméstica este año su equipo encontrará fuerte competencia en el Milan de Scariolo.


Theo Papaloukas (Maccabi Tel Aviv, 34 años, 2.00) Pocos nombres propios en el mundo del baloncesto se pueden identificar tan claramente con esta competición como el de este base-escolta-alero todoterreno, que al igual que Teodosic ha dado la espantada del Olympiakos huérfano de los Angelopoulos y busca seguir dando lustre a su inmenso palmarés en otro histórico como el Maccabi. Saldrá, como a él le gusta, desde el banquillo, por detrás del orejudo NBA Jordan Farmar, y seguirá deleitando al aficionado con sus excelencias baloncestísticas (en su primer partido de Euroliga llegó a 18 de valoración en apenas poco más de 20 minutos)  

El genio poliédrico


Sergio Llull (Real Madrid, 23 años, 1.90) Ok, aceptemos pulpo como animal de compañía. Quiero decir, yo soy de los que ha criticado la decisión del cuerpo técnico del Real Madrid de jugársela con el escolta volador de Mahón de base. Consideraciones tácticas al margen sobre sus limitaciones y su incapacidad para manejar distintos ritmos de juego, ¿si tienes a uno de los mejores doses de Europa, para que de repente convertirlo en un base más?, no obstante he de reconocer que la cosa está funcionando, hasta el punto de que no sólo Llull me está convenciendo de “uno”, si no que creo que está siendo el mejor base de la Liga Endesa hasta el momento. El problema puede surgir cuando se encuentre con partidos trabados e incómodos donde el ritmo sea lento y las posesiones se alarguen. De momento disfrutemos con este baloncesto tan atractivo que propone Pablo Laso para el conjunto blanco, un equipo que sin duda merece ser tenido en cuenta por el aficionado que busque algo más que la frialdad del resultado.  


Roko Leni Ukic (Fenerbahce Ulker, 27 años, 1.96) El acrobático base de Split sigue siendo un talentoso jugador en el uno contra uno y un creativo director de juego, del que se esperaba un estatus mayor a estas alturas, tratándose de uno de los jugadores más deslumbrantes que dio el continente cuando apenas llegaba a los 20 años en las filas del siempre prolífico en talento KK Split (antigua Jugoplastika), demasiados clubes en su carrera, incluyendo una desafortunada experiencia NBA, para un jugador que no ha logrado asentarse del todo. De ahí mi preocupación inicial por Teodosic, una cosa es ser un gran jugador (que no es poco), y otra llegar a ser un devorador de títulos y un ganador compulsivo (tipo Papaloukas, Navarro, etc)  

Roko y sus hermanos


Aaron Jackson (Bizkaia Bilbao Basket, 26 años, 1.93) Debut del Bilbao en Euroliga y debut del eléctrico Jackson, que en un equipo con tanta calidad ya no parece tan definitivo como la temporada anterior. No obstante si los bilbaínos quieren dejar un buen sabor de boca en este debut en la máxima competición continental (lo que sería al menos llegar a un Top-16) necesitan que “Ajax” sea de nuevo ese base peligroso con buen lanzamiento tras bloqueo, o capaz de fabricarse sus propios tiros tras finta, sin dejar de ser un sensato timonel. En definitiva, que de un paso adelante en producción y se imponga a los bases rivales.

Mantas Kalnietis (Zalgiris Kaunas, 25 años, 1.96) Exponente de la actual generación de jugadores lituanos, la que comienza a darse a conocer en el Europeo sub18 de Zaragoza (que gana España con Sergio Rodríguez, Llull y Suárez entre otros), ya es una realidad en su baloncesto hasta el punto de haberse consolidado como base titular de su selección por delante de Jasikevicius. Como su compañero de quinta Pocius, sonó para el Madrid, aunque no se concretó. Le han “colocado” por delante a un jugón NBA como Ty Lawson mientras dure el lock-out, esperemos que no le frene la progresión.    

Mantas para entrar en calor  


Jaka Lakovic (Galatasaray, 33 años, 1.86) Se supone que en estas listas que confecciono se trata de hablar de mis jugadores favoritos, pues bien, he de confesarles una cosa. Nunca me ha gustado Lakovic. Para mí ejemplifica perfectamente el tipo de base que no quiero en mi equipo. Buenísimo individualmente y en anotación, nulo sin embargo en dirección y juego de equipo. Aún así es una de las mejores metralletas europeas que he visto en los últimos tiempos (en el primer partido de Euroliga ya se cascó un 6 de 7 en triples)  

Demond Mallet (Spirou Charleroi, 33 años, 1.78) Otro base anotador compulsivo, ejemplo de endiablado “guard” yanqui por debajo del 1.80 y a quien conocemos de su paso por el DKV Joventut. Cumplimos cuota con los “modestos”, ya que el equipo belga que rinde homenaje al genial personaje de Rob-Vel es una de las cenicientas del torneo, pero ojito a su victoria ayer en Estambul. El año pasado ya ganaron al Real Madrid, para asombro de algún zoquete periodista deportivo más preocupado en hacer el ridículo con sus boutades musicales pijo-indies que en conocer su profesión, ya que ni sabía ubicar geográficamente a este equipo.    

Fantasio en Spirou


Marcelinho Huertas (Regal Barcelona, 28 años, 1.90) Sinceramente, hay algo en los bases sudamericanos que no me acaba de convencer, excepto algún caso como el de Pablo Prigioni, por lo general, y ciñéndome a los últimos tiempos, desde Lucas Victoriano hasta JJ Barea me parecen jugadores demasiado alocados, con muy buenos fundamentos y calidad individual, pero poco criterio como directores. El caso de Huertas es sintomático, recuerdo a aquel jovencito base venido de Brasil que trataba de hacerse hueco en nuestro baloncesto con la elástica verdinegra del Joventut como un auténtico “cabeza loca” incapaz de medir ni el ritmo ni el tiempo de juego ni de jugar en base a sus limitaciones. Justo es reconocer que sin embargo ha labrado una carrera que le ha llevado a ser uno de los mejores bases FIBA actualmente.