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jueves, 17 de mayo de 2012

EL OTRO 9 DE MINNESOTA

Queralt ya luce en Minnesota.




Si les hablo de un joven talento baloncestístico europeo, español concretamente, y más en particular catalán, que se desenvuelve con enorme desparpajo en la pista en la posición de base, y que ha llegado esta temporada a la ciudad de Minneapolis para jugar en la mejor liga del mundo defendiendo la franquicia de Minnesota, y con el número 9 a la espalda... la gran mayoría pensarán que estamos hablando una vez más del genial Ricky Rubio. Pero, lo que son las cosas, resulta que podemos encontrar otro magnífico personaje baloncestístico que responde una por una a estas características: Queralt Casas.   


Ricky, el anfitrión.




Efectivamente, la última gran joya de nuestro baloncesto femenino, Queralt Casas (Gerona, 1992), jugadora que ha arrasado en prácticamente todas las competiciones que ha disputado en las distintas selecciones de nuestra federación (3 oros y 2 platas jalonan ya su curriculum) y que en la LF1 juega en el zaragozano Mann Filter una vez concluída la temporada en Europa ha dado el salto a la WNBA haciéndolo nada menos que con las actuales campeonas. Las Minnesota Lynxs de Maya Moore. Y lo hace además luciendo ese número 9 con el que tanto hemos disfrutado esta temporada en masculino gracias al prodigio del Masnou, Ricky Rubio. Queralt, al igual que Ricky, es otro auténtico diamante aún con mucho margen de progresión. Una de esas jugadoras distintas y nacidas para hacer feliz al aficionado con un juego atrevido que no conoce margen para la especulación. De momento no le va mal a nuestra joven genio, en su primer partido con su nueva camiseta ya acaparó los focos mediáticos al anotar la canasta de la victoria para su equipo, frente a las Connecticut Sun. De hecho fue su única canasta del partido. Hace un par de madrugadas sabemos que ha jugado su segundo partido frente a Chicago Sky anotando seis puntos en sólo cinco minutos. De modo que buenas sensaciones para la jovencísima jugadora de 19 años que intentará hacerse un hueco en una plantilla tan competitiva como la de las actuales campeonas de la WNBA, y que salen como clarísimas favoritas para revalidar título en la competición femenina del baloncesto profesional norteamericano que abre el telón este próximo domingo día 20. De las Minnesota Lynx ya hemos hablado por aquí tras su fantástico triunfo la pasada temporada. Un equipo espectacular y eléctrico en el que brilla con luz propia Maya Moore como la futura jugadora dominante del baloncesto femenino, pero rodeada de estrellas consagradas como la imponente pivot Taj McWilliams-Franklin, MILF de ébano, o la exhuberante alero all star Rebbekah Brunson. Entre tanto astro la joven Queralt intentará tener su sitio, en un roster en el que en la página oficial de la WNBA la han puesto de forward a pesar de no llegar a los 6 pies. De momento estar allí ya es todo un éxito para quien apunta a ser nuestra gran jugadora del futuro en la línea sucesoria de Amaya Valdemoro y actualmente Alba Torrens.   



Dos talentos con el balón en las manos.



Esperemos que las cosas vayan bien para Queralt y los aficionados de nuestro país podamos disfrutar de este doble 9 español instalado en Minnesota: Queralt y Ricky, Ricky y Queralt.

miércoles, 19 de octubre de 2011

MINNESOTA YA CELEBRA TÍTULOS

La alero all-star de Minnesota, Rebbekah  Brunson, con el puro de la victoria.



El Target Center de la fría ciudad de Minneapolis ya puede decir que ha visto ganar un título nacional de baloncesto al equipo que acoge (aunque el partido decisivo se jugó como visitante), o mejor dicho, dos, ya que hay que contabilizar el título de la Conferencia Oeste. Sucedió hace unos diez días, en la final de la WNBA. Minnesota se ha convertido en uno de nuestros lugares más queridos actualmente en el mundo de la canasta, ya que nunca hemos negado en este blog nuestra devoción absoluta por Ricky Rubio, que lejos de desfallecer ante las críticas, nuestro fanatismo hacia el prodigio de El Masnou va en aumento. La fe no conoce de razones. Por otra parte la franquicia de las Lynxs, el equipo femenino de Minnesota, ha contado en los últimos tiempos en sus filas con jugadoras españolas tan admiradas como Anna Montañana o Nuria Martinez, de modo que cierta conexión con nuestro país ha existido, aunque ya sabemos de la dificultad de que el baloncesto femenino asome la cabeza por los medios.   

Maya Moore atendiendo las indicaciones de Cheryl Reeve.


El triunfo de las chicas de Cheryl Reeve (entrenadora que tras una década de experiencia como asistente en, entro otros equipos, mis queridas Detroit Shock, decidió dar el salto a primera entrenadora el pasado año con las Lynx) no es una cosa baladí, si no un éxito muy meritorio y que merece ser analizado por la en cierta manera proeza que significa. Por otro lado tampoco parece que pueda ser cosa puntual, y las actuales Lynx apuntan quizás a dinastia ganadora. 

Lo que alcanza a darle dimensión al título es el hecho de que lo obtiene un equipo con sólo doce años de historia, que llevaba siete años sin meterse siquiera en play-offs, que jamás había pasado de una primera ronda, y que en toda su historia solamente habían ganado un partido de post-temporada. Evidentemente jugar finales de conferencia o finales de WNBA, sonaba absolutamente utópico para esta franquicia. La pasada temporada sus registros en liga regular era un triste balance de 13-21, por debajo del 40% de victorias, para este actual curso llegar a un sobresaliente 27-7 con el que afrontan unos play-offs en los que sólo ceden una derrota y los acaban con un balance de 8-1. Arrasaron.   

¿Comienzo de una dinastía?


¿Cómo se explica un cambio tan brutal en un equipo con una identidad perdedora tan instalada en su ADN?, la razón parece tener un nombre propio: Maya Moore. La actual "rookie of the year" ya es para muchos analistas la potencialmente mejora jugadora de todos los tiempos, la sucesora de Lisa Leslie. Veremos lo acertado o exagerado de dicha afirmación, pero no se puede negar el impacto inmediato de la escolta en la WNBA por partida doble, de una parte, con unos estupendos números individuales (13,2 puntos, 4,6 rebotes, 2,6 asistencias y 1,4 robos por partido), y por otro lado, y más importante, con una extraordinaria incidencia en el juego colectivo, llevando a su equipo a ganar el doble de partidos respecto a la temporada anterior y a realizar unos fantásticos POs que las coronan como campeonas. De hecho, y para que veamos que tipo de jugadora es esta muchacha, en play-offs no sólo no se "arrugó" ni demostró lo que hubiera sido una normal inexperencia, si no que subió sus prestaciones (13,8 puntos y 5,9 rebotes), ahora nos toca disfrutarla en invierno en el Ros Casares, al lado de jugadoras como su rival en las finales WNBA, nuestra jugadora internacional Sancho Lyttle. Por cierto, segundo título para la veteranísima Taj McWilliams-Franklin (41 añazos cumple mañana mismo), el primero conseguido hace tres años en Detroit.     

McWilliams-Franklin y familia, espléndida cuarentona.


Las Atlanta Dream de la citada Lyttle se quedan a las puertas de la gloria por segundo curso consecutivo, pero muy meritorio lo suyo también, ya que es una franquicia en franca evolución fundada muy recientemente, tan solo en 2008.

Parece que los muchachos de Rick Adelman tienen un buen espejo en el que mirarse en el equipo femenino de su ciudad. Dificilmente pueden considerarse a los Timberwolves aspirantes al anillo siquiera a corto plazo, simplemente meterse en play-offs sería una hazaña para este equipo, pero en común con las feminas tienen el ser escuadras plagadas de talento joven y hambre de victorias. Dentro de ese talento joven, por ejemplo, el de Ricky, al que ya estamos deseando ver con el 9 a la espalda de los Wolves cuando el maldito lockout llegue a su fín.