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lunes, 6 de octubre de 2014

LUCAS MONDELO HACE HISTORIA


Un torneo para la historia


Protagonismo absoluto para el baloncesto femenino durante el pasado fin de semana, y por ello merece que le dediquemos la primera entrada de la semana, por delante del comienzo de la Liga Endesa. 

Y es que el pasado sábado hacíamos historia al superar a Turquía en semifinales y acceder por vez primera a la final de un campeonato del mundo de baloncesto en categoría femenina absoluta. No fue fácil, ante un conjunto anfitrión que llegó a ponerse siete arriba (39-32) mediado el tercer cuarto, pero un parcial de 9-0 antes de concluir dicho periodo (en realidad parcial de 12-0, si contamos el triple con el que comenzamos el último cuarto) nos metió en el partido y a partir de ahí la extraordinaria exhibición de Alba Torrens (28 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias) nos llevó en volandas hacia la gloria, subiendo el peldaño que nos faltaba desde que en 2010 fuésemos semifinalistas y bronce. 

En la final, como era de suponer, no tuvimos opciones ante un Estados Unidos muy superior plagado de estrellas (pese a la ausencia de Candance Parker), como la devoradora de títulos Diana Taurasi, o la espectacular Maya Moore (MVP del torneo), ya un mito del baloncesto femenino con tan sólo 25 años. El tópico de “una plata que sabe a oro” vuelve a cobrar veracidad. Con un dominio tan aplastante de Estados Unidos en este deporte, quedar justamente detrás de ellos y ellas es siempre el mayor éxito al que se puede, por el momento, aspirar de una manera realista.

Alba Torrens (15.5 puntos, 3 rebotes y 2.5 asistencias por partido) y Sancho Lyttle (estratosféricas cifras de 18.2 puntos,  11.5 rebotes, 1.8 asistencias, 2 tapones y 3.3 recuperaciones por partido, números de MVP, si no fuera porque le ha faltado el oro), han sido nuestras grandes líderes en la cancha (e incluidas en el Quinteto Ideal del torneo), sin olvidar el magnífico aporte de jugadoras como Anna Cruz con sus 8.8 puntos y 3.3 rebotes por partido, o el trabajo bajo tableros de Laura Nicholls, capturando 9.2 rechaces por encuentro. Pero es inevitable hablar del trabajo de Lucas Mondelo al frente de este grupo de jugadoras, y como en tan sólo dos años ha sido capaz de hacernos campeonas de Europa y del mundo después de la enorme decepción que supuso el Europeo de 2011 en Polonia. Ya que les damos tantos palos a los entrenadores cuando se pierde, justo es reconocer sus méritos cuando se gana. Hagamos memoria. Afrontábamos aquel torneo con las máximas ilusiones y expectativas después de haber sido bronce en el Mundial de Chequía, lo cual era hasta entonces el mayor éxito conseguido por nuestro baloncesto femenino en una competición de esta categoría. Hasta ocho jugadoras que han estado en este Mundial de Turquía compitieron, y cayeron sin ser capaces de clasificarse para los cruces del torneo. Un fracaso que además llevaba el castigo de dejarnos fuera de los Juegos Olímpicos de 2012. En aquel 2011 un entrenador llamado Lucas Mondelo comenzaba a labrar su leyenda en los banquillos, ganando todos los títulos posibles (excepto la Copa de la Reina) con el Perfumerías Avenida, incluyendo Copa y Supercopa de Europa frente a equipos con mucho mayor presupuesto. La FEB ya había confiado en él poniéndole al frente de las Sub20, con las que consigue el oro en Novi Sad de manera brillantísima pese a no ser favoritas para el título final (Rusia y Serbia contaban más sobre el papel) Las chicas de Mondelo dan una auténtica exhibición rematando en la final con un bestial 38-75 para ganar el oro ante la anfitriona Serbia. Mondelo era el hombre. 

Tras la destitución de José Ignacio Hernández, no es hasta mediados de 2012 cuando la FEB hace público que Mondelo asciende de la Sub20 a la absoluta, para comenzar a preparar un Europeo de 2013 que acaba con el oro para nuestra selección, reverdeciendo lo que había sido el mayor éxito de nuestra historia 20 años antes (el Europeo de 1993), y sin grandes revoluciones en el roster, incluyendo la continuidad de las veteranas Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar, que pueden así despedirse de la selección en lo más alto del podio.  Un año después el buen hacer de Mondelo se sigue reflejando en la cancha, llevándonos al puesto más alto jamás conseguido en un Mundial.     


Lucas Mondelo sigue escribiendo su leyenda


Es bueno recordar el batacazo de 2011 precisamente ahora que la herida del fracaso en el pasado Mundial masculino sigue abierta. Aquel tropiezo puntual no provocó ningún cataclismo en los cimientos y estructuras de la FEB. Se tomaron las cosas con calma, se tardó casi un año en confirmar al nuevo seleccionador, y se siguió confiando en el mismo bloque de jugadoras. También es cierto que la poca importancia mediática que tiene el baloncesto femenino dejó trabajar a la federación de manera mucho más tranquila y sin tanto ruido alrededor que en todo lo referente al masculino. Un tropiezo puntual no debe invalidar todo lo bueno del camino andando.  


Lucas Mondelo, a sus 47 años, es posiblemente ya el mejor entrenador español de baloncesto femenino de la historia. Su palmarés habla por si solo, siendo campeón de Europa de clubes y de selecciones y recolectando todo tipo de medallas con el combinado absoluto y distintas categorías de formación. Otro de esos entrenadores que ha venido trabajando desde abajo y con la confianza de la FEB nos ha llevado a lo más alto. Pero éxitos y resultados al margen, como ya hemos comentado en otras ocasiones, es un tipo absolutamente genial y singular, con una filosofía baloncestística muy clara y de quien es un placer leer y escuchar cada vez que se expresa. Síganle la pista y descubrirán a uno de los hombres más interesantes del baloncesto actual, destinado a entrar en la historia de este deporte.  

jueves, 17 de mayo de 2012

EL OTRO 9 DE MINNESOTA

Queralt ya luce en Minnesota.




Si les hablo de un joven talento baloncestístico europeo, español concretamente, y más en particular catalán, que se desenvuelve con enorme desparpajo en la pista en la posición de base, y que ha llegado esta temporada a la ciudad de Minneapolis para jugar en la mejor liga del mundo defendiendo la franquicia de Minnesota, y con el número 9 a la espalda... la gran mayoría pensarán que estamos hablando una vez más del genial Ricky Rubio. Pero, lo que son las cosas, resulta que podemos encontrar otro magnífico personaje baloncestístico que responde una por una a estas características: Queralt Casas.   


Ricky, el anfitrión.




Efectivamente, la última gran joya de nuestro baloncesto femenino, Queralt Casas (Gerona, 1992), jugadora que ha arrasado en prácticamente todas las competiciones que ha disputado en las distintas selecciones de nuestra federación (3 oros y 2 platas jalonan ya su curriculum) y que en la LF1 juega en el zaragozano Mann Filter una vez concluída la temporada en Europa ha dado el salto a la WNBA haciéndolo nada menos que con las actuales campeonas. Las Minnesota Lynxs de Maya Moore. Y lo hace además luciendo ese número 9 con el que tanto hemos disfrutado esta temporada en masculino gracias al prodigio del Masnou, Ricky Rubio. Queralt, al igual que Ricky, es otro auténtico diamante aún con mucho margen de progresión. Una de esas jugadoras distintas y nacidas para hacer feliz al aficionado con un juego atrevido que no conoce margen para la especulación. De momento no le va mal a nuestra joven genio, en su primer partido con su nueva camiseta ya acaparó los focos mediáticos al anotar la canasta de la victoria para su equipo, frente a las Connecticut Sun. De hecho fue su única canasta del partido. Hace un par de madrugadas sabemos que ha jugado su segundo partido frente a Chicago Sky anotando seis puntos en sólo cinco minutos. De modo que buenas sensaciones para la jovencísima jugadora de 19 años que intentará hacerse un hueco en una plantilla tan competitiva como la de las actuales campeonas de la WNBA, y que salen como clarísimas favoritas para revalidar título en la competición femenina del baloncesto profesional norteamericano que abre el telón este próximo domingo día 20. De las Minnesota Lynx ya hemos hablado por aquí tras su fantástico triunfo la pasada temporada. Un equipo espectacular y eléctrico en el que brilla con luz propia Maya Moore como la futura jugadora dominante del baloncesto femenino, pero rodeada de estrellas consagradas como la imponente pivot Taj McWilliams-Franklin, MILF de ébano, o la exhuberante alero all star Rebbekah Brunson. Entre tanto astro la joven Queralt intentará tener su sitio, en un roster en el que en la página oficial de la WNBA la han puesto de forward a pesar de no llegar a los 6 pies. De momento estar allí ya es todo un éxito para quien apunta a ser nuestra gran jugadora del futuro en la línea sucesoria de Amaya Valdemoro y actualmente Alba Torrens.   



Dos talentos con el balón en las manos.



Esperemos que las cosas vayan bien para Queralt y los aficionados de nuestro país podamos disfrutar de este doble 9 español instalado en Minnesota: Queralt y Ricky, Ricky y Queralt.

miércoles, 19 de octubre de 2011

MINNESOTA YA CELEBRA TÍTULOS

La alero all-star de Minnesota, Rebbekah  Brunson, con el puro de la victoria.



El Target Center de la fría ciudad de Minneapolis ya puede decir que ha visto ganar un título nacional de baloncesto al equipo que acoge (aunque el partido decisivo se jugó como visitante), o mejor dicho, dos, ya que hay que contabilizar el título de la Conferencia Oeste. Sucedió hace unos diez días, en la final de la WNBA. Minnesota se ha convertido en uno de nuestros lugares más queridos actualmente en el mundo de la canasta, ya que nunca hemos negado en este blog nuestra devoción absoluta por Ricky Rubio, que lejos de desfallecer ante las críticas, nuestro fanatismo hacia el prodigio de El Masnou va en aumento. La fe no conoce de razones. Por otra parte la franquicia de las Lynxs, el equipo femenino de Minnesota, ha contado en los últimos tiempos en sus filas con jugadoras españolas tan admiradas como Anna Montañana o Nuria Martinez, de modo que cierta conexión con nuestro país ha existido, aunque ya sabemos de la dificultad de que el baloncesto femenino asome la cabeza por los medios.   

Maya Moore atendiendo las indicaciones de Cheryl Reeve.


El triunfo de las chicas de Cheryl Reeve (entrenadora que tras una década de experiencia como asistente en, entro otros equipos, mis queridas Detroit Shock, decidió dar el salto a primera entrenadora el pasado año con las Lynx) no es una cosa baladí, si no un éxito muy meritorio y que merece ser analizado por la en cierta manera proeza que significa. Por otro lado tampoco parece que pueda ser cosa puntual, y las actuales Lynx apuntan quizás a dinastia ganadora. 

Lo que alcanza a darle dimensión al título es el hecho de que lo obtiene un equipo con sólo doce años de historia, que llevaba siete años sin meterse siquiera en play-offs, que jamás había pasado de una primera ronda, y que en toda su historia solamente habían ganado un partido de post-temporada. Evidentemente jugar finales de conferencia o finales de WNBA, sonaba absolutamente utópico para esta franquicia. La pasada temporada sus registros en liga regular era un triste balance de 13-21, por debajo del 40% de victorias, para este actual curso llegar a un sobresaliente 27-7 con el que afrontan unos play-offs en los que sólo ceden una derrota y los acaban con un balance de 8-1. Arrasaron.   

¿Comienzo de una dinastía?


¿Cómo se explica un cambio tan brutal en un equipo con una identidad perdedora tan instalada en su ADN?, la razón parece tener un nombre propio: Maya Moore. La actual "rookie of the year" ya es para muchos analistas la potencialmente mejora jugadora de todos los tiempos, la sucesora de Lisa Leslie. Veremos lo acertado o exagerado de dicha afirmación, pero no se puede negar el impacto inmediato de la escolta en la WNBA por partida doble, de una parte, con unos estupendos números individuales (13,2 puntos, 4,6 rebotes, 2,6 asistencias y 1,4 robos por partido), y por otro lado, y más importante, con una extraordinaria incidencia en el juego colectivo, llevando a su equipo a ganar el doble de partidos respecto a la temporada anterior y a realizar unos fantásticos POs que las coronan como campeonas. De hecho, y para que veamos que tipo de jugadora es esta muchacha, en play-offs no sólo no se "arrugó" ni demostró lo que hubiera sido una normal inexperencia, si no que subió sus prestaciones (13,8 puntos y 5,9 rebotes), ahora nos toca disfrutarla en invierno en el Ros Casares, al lado de jugadoras como su rival en las finales WNBA, nuestra jugadora internacional Sancho Lyttle. Por cierto, segundo título para la veteranísima Taj McWilliams-Franklin (41 añazos cumple mañana mismo), el primero conseguido hace tres años en Detroit.     

McWilliams-Franklin y familia, espléndida cuarentona.


Las Atlanta Dream de la citada Lyttle se quedan a las puertas de la gloria por segundo curso consecutivo, pero muy meritorio lo suyo también, ya que es una franquicia en franca evolución fundada muy recientemente, tan solo en 2008.

Parece que los muchachos de Rick Adelman tienen un buen espejo en el que mirarse en el equipo femenino de su ciudad. Dificilmente pueden considerarse a los Timberwolves aspirantes al anillo siquiera a corto plazo, simplemente meterse en play-offs sería una hazaña para este equipo, pero en común con las feminas tienen el ser escuadras plagadas de talento joven y hambre de victorias. Dentro de ese talento joven, por ejemplo, el de Ricky, al que ya estamos deseando ver con el 9 a la espalda de los Wolves cuando el maldito lockout llegue a su fín.