lunes, 8 de junio de 2015

CUATRO AÑOS DEL TIRADOR


Sí amigos. Cumplimos cuatro años. En realidad los cumplimos ayer, 7 de Junio, el mismo día que nos dejaba Drazen Petrovic, el mismo día que nacía mi querida Sociedad Deportiva Ponferradina, que ayer se quedó a un solo gol de jugar un histórico play off de ascenso a Primera División. Y es que aunque este sea un blog de baloncesto, hay que reconocer que ayer fue una apasionante jornada futbolística gracias a toda la emoción de nuestra Segunda. 

También tuvimos baloncesto del bueno, con el Valencia rompiendo el factor cancha ante el Real Madrid en un auténtico partidazo, y el Barcelona poniendo el 2-0 en su serie, en ambos casos semifinales por el título ACB. En la madrugada Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers disputaban el segundo asalto de las finales NBA. No hemos visto el partido ni sabemos el resultado, y de hecho ni queremos saberlo ya que la intención es verlo esta tarde en diferido. Tendrán la correspondiente crónica sobre el mismo. 

Cuatro años de vida de un blog, no está nada mal. Desde luego es bastante superior a la duración media de un entrenador de fútbol para Florentino Pérez. Cuatro años que nos han dado para 600 entradas, contando ésta. Unas 150 al año. De modo que hemos sido capaces de actualizar con un ritmo algo superior a entrada cada dos días. No está nada mal para ser un hobby realizado por una sola persona.

A estas alturas lo mejor que puedo decir es que El Tirador Melancólico es el blog que a mí, particularmente como aficionado, me gustaría leer. Nuestra relevancia es escasa, nuestro impacto nulo. Seguimos siendo unos absolutos desconocidos para la mayoría de los aficionados. No nos importa. No buscamos el éxito. Quizás si abordásemos la polémica, si atizásemos a entrenadores ACB o a seleccionadores nacionales tendríamos ese referido éxito. Pero seguimos siendo fieles a nuestra idea de que preferimos contar las cosas buenas de los protagonistas de este deporte, por la sencilla razón de que ya hay demasiada gente que sólo se fija en lo malo. Hay demasiada gente que sigue sin valorar lo que supone llegar a una final, y llama perdedor a quien únicamente le falta subir el último peldaño. Hay demasiada gente que sólo se fija en el tiro fallado, y no en el acertado. El mismo jugador que nos levanta del asiento, en el partido siguiente puede estar completamente desacertado. Sin ir más lejos tenemos un ejemplo muy reciente en el partido de Sergio Rodríguez de ayer. Pero tiene todo el derecho del mundo a fallar, máxime cuando en no pocas ocasiones su descaro le ha dado el triunfo a su equipo.

De modo que nuestra intención es seguir contándoles esto del baloncesto de la mejor manera posible, sin fango, sin lodo, sin ruido, sin veneno, pero con la pasión con la que vivimos un deporte que es casi una religión. 

Gracias a todos los que se han acercado en alguna ocasión a nuestras páginas, tanto los lectores habituales, a ellos por encima de todo, como al esporádico que simplemente buscaba un dato en una ocasión concreta y nuestro blog le pudo sacar de dudas. 


Y como cada aniversario, una vez más, al estar ligados de alguna manera al recuerdo de Drazen Petrovic (de un modo totalmente casual, ya que cuando comenzamos el blog no habíamos reparado que se conmemoraba la desaparición del genio croata), tenemos que honrar la memoria de uno de los más grandes iconos de este deporte. Un jugador irrepetible que nos dejó en el mejor momento de su carrera y cuando nadie podía imaginar donde estaba su techo, una vez que había ampliado las dimensiones de su juego en el baloncesto profesional estadounidense. Nunca le olvidaremos.      



Drazen y su último maestro, el gran Chuck Daly. 

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