Estaba escribiendo mi crónica
sobre el cuarto partido de las finales entre Real Madrid y Barcelona cuando
recibo la noticia. Un suceso luctuoso que inevitablemente tiñe de negro toda la
actualidad del mundo de la canasta, lucha por el título incluida. Manel Comas
ha muerto.
Padecía desde hacía años un
cáncer de colon con metástasis en pulmón. Diagnosticado a finales de 2010,
aquello le hizo apartarse de sus labores de comentarista en TVE donde formaba
un eficiente tandem con Arsenio Cañada. Una de esas parejas que rezumaba
complicidad y buen oficio. Sus retransmisiones fueron buenos tiempos para los
amantes del baloncesto. También le hizo perder su característica melena de
ye-ye irreductible (una de sus aficiones era la batería, tocando en un grupo
llamado Los Britters)
Durante este tiempo he estado
realmente tentado a escribir sobre él, siendo una de las figuras más
carismáticas y reconocibles de nuestro baloncesto. De apoyarle en su lucha
contra el maldito cáncer. Finalmente lo traemos a nuestro blog en el momento de
su deceso, muy mal por nuestra parte.
Recuerdo una de sus últimas
entrevistas concedidas. Fue en El Partido de las Doce de la Cadena COPE, debía
ser el verano pasado. Comas hablaba de su terrible adicción al tabaco y de cómo
le había llevado a su situación. Sentí deseos de dejarlo (yo de aquella era
fumador), pero no tuve fuerzas. A los pocos meses y sufrir ciertos problemas no
hubo dudas para mí. El tabaco por mi parte iba a ser historia. Pocos enemigos
más estúpidos para nuestra salud nos hemos empeñado en buscarnos que los
cigarrillos.
Finalmente Manel había vuelto
a ser noticia en los últimos tiempos por un triste y escabroso asunto sobre el
abuso a unas menores discapacitadas. Dado lo delicado del asunto preferimos
mantenernos al margen con el máximo respeto posible a nuestra justicia. Lo que no podemos obviar es que El Sheriff (cariñoso
apelativo que le puso en su día el periodista José Manuel Fernández) ha sido
auténtica historia de nuestro baloncesto, siendo uno de los entrenadores más
reconocibles y carismáticos desde finales de la década de los 70. Diversos
clubes, multitud de jugadores a sus órdenes, y algún que otro título cuando
tuvo la suerte de entrenar a un “grande” (una Korac con el Joventut, una Recopa
de Europa y una Copa del Rey con el Baskonia), su actividad baloncestística
daría para cientos de entradas en este y en cualquier blog. Descansa en paz, sheriff. Esto no será lo
mismo sin ti.
un palo grande y una perdida tremenda. Con este tío aprendías baloncesto en cada frase.
ResponderEliminarDescanse en paz el Sheriff. Aprendías y te reías un rato también.
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