Mostrando entradas con la etiqueta Philadelphia Seventysixers. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Philadelphia Seventysixers. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de octubre de 2016

NBA IS COMING: ATLANTIC DIVISION



Sergio Rodríguez, uno de los grandes alicientes para la próxima NBA







Y seguimos en el Este, veamos cómo viene la Atlantic para esta temporada. 



BOSTON CELTICS: Continúa la renovación modélica de la mano de Brad Stevens. En apenas unos pocos años han pasado de tocar fondo con las 25 derrotas de 2014 a ser una fuerza pujante en su conferencia. Ilusiones concentradas en la llegada de uno de los agentes libres más deseados del pasado verano: Al Horfod, quien llega para reforzar el juego interior, quizás el aspecto más débil de los Celtics (y más con la salida de Jared Sullinger hacia Toronto) ya que por fuera continúan jugadores como Avery Bradley, Marcus Smart o Isaiah Thomas, asegurando explosividad, ritmo alto, puntos y buen juego. El retorno de Gerald Green parece otra buena noticia para paliar la marcha de un Evan Turner que nunca acabó de convencer. El pívot Kelly Olynyk, otro del que se sigue esperando su explosión. ¿Llegó el momento de pasar a segunda ronda de play offs?


BROOKLYN NETS: ¿El gran bluf de la NBA en los últimos años a nivel de franquicia? Lo cierto es que el equipo del populoso barrio neoyorquino ha pasado en muy poco tiempo de ser un aspirante al anillo, con el megalómano proyecto de Mikhail Prokhorov y jugadores como Paul Pierce, Deron Williams, Joe Johnson, Jason Terry, Kevin Garnett o Kirilenko, a uno de los peores equipos del Este (21 victorias la pasada temporada) Renovación absoluta para el nuevo curso, donde sólo Brook Lopez y Bojan Bogdanovic permanecen de la “no tan vieja” guardia. Llega al banquillo un viejo conocido del baloncesto español, Kenny Atkinson, quien posee nuestra nacionalidad tras sus años de jugador en nuestro país y casarse con una española, y junto a él un buen ramillete de jugadores que sin ser grandes estrellas, si están lo suficientemente consagrados, caso de Luis Scola, Randy Foye, Greivis Vasquez o Jeremy Lin. Su tercera ronda del draft ha ido a Boston, debido al traspaso que en su día llevó a Pierce, Terry y Garnett a la franquicia de Prokhorov, por lo que tampoco han podido hacerse con alguna joven estrella sobre la que edificar el futuro. A superar las 21 victorias del pasado año y poco más.


NEW YORK KNICKS: El  efecto Phil Jackson no acaba de notarse en la Gran Manzana, por mucho que el pasado curso aumentase en 15 el número de victorias (de las 17 de 2015 a las 32 de 2016) Pero lo cierto es que son tres temporadas sin entrar en play offs para una franquicia que parecía consolidarse después de otros tres pisando post-temporada. Confianza depositada en Jeff Hornacek, quien no ha dudado en criticar el famoso “triángulo ofensivo” de Jackson, y de quien se espera que imponga un ritmo rápido más propio del Oeste, como hiciera en Phoenix. Puede funcionar si las lesiones respetan a una pareja de bases tan talentosa como dudosa en lo físico como son Derrick Rose y Brandon Jennings. Llega Joakim Noah para cubrir el hueco de Robin Lopez, y sigue Carmelo Anthony como piedra angular. Por lo demás mucha gente nueva y joven: los ex –ACB Willy Hernángomez, Mindaugas Kusminskas y Maurice Ndour, o el pequeño de los Plumlee, Marshall. El también exterior novato Ron Baker, pese a no ser drafteado, puede ser una de las sorpresas positivas (jugador disciplinado y abnegado defensor, tendrá su sitio) Porzingis sigue siendo la gran esperanza blanca, y la llegada de Courtney Lee pone un punto de veteranía y calidad al perímetro. Buenos mimbres para volver a play offs, pero insistimos, siempre que Rose y Jennings estén sanos.       




Porzingis, clave en Nueva York.




PHILADELPHIA 76ERS: ¿Se acabó el “tanking” en Philly? Eso es lo que esperan los aficionados del descaradamente peor equipo de la NBA en los últimos tiempos. Joel Embiid, Okafor y ahora Ben Simmons, las tres piedras sobre las que edificar el futuro desde el draft, siempre y cuando Embiid, el gigante camerunés, pueda vestirse de corto después de dos temporadas en blanco. Con Embiid sano y Okafor creciendo, más la llegada de Dario Saric, el juego interior sixer asusta. No nos olvidamos de Nerlens Noel, quien de momento sigue en la ciudad del amor fraternal pese a que ya ha ma
nifestado su deseo de abandonar la franquicia, y es que no debe ser fácil para Brett Brown hacer convivir a tres pívots de primerísima clase como Embiid, Okafor y Noel. Talento bruto en la zona para que nuestro Sergio Rodríguez se hinche a repartir asistencias. La llegada del Chacho a la ciudad de Rocky Balboa hace que irremediablemente Philadelphia se convierta en uno de los equipos a seguir el próximo curso por el aficionado español. Claro que todo pasará por las manos de Ben Simmons, cuya capacidad para repartir juego como “point-forward” le ha hecho recibir comparaciones con todo un LeBron James. Crecimiento asegurado, ¿play offs?, poco a poco. 
  

TORONTO RAPTORS: Crecimiento ejemplar el de los canadienses, seis temporadas consecutivas aumentando el número de victorias hasta las 56 de 2016, su máximo histórico en los 20 años de existencia de la franquicia. No es de extrañar por tanto que sea de los equipos que menos movimiento ha buscado en su roster, para seguir confiando en los Lowry, DeRozan, Terrence Ross, Patrick Patterson o Valanciunas. Se espera más de Carroll en su segundo año canadiense, y Jared Sullinger es su gran fichaje del verano. En definitiva, son una potencia en su conferencia, y volver a las finales de la misma parece totalmente factible. 



NUESTRO PRONÓSTICO: 

BOSTON: Segunda ronda de play offs.
BROOKLYN: Fuera de play offs.
NEW YORK: Primera ronda de play offs.
PHILADELPHIA: Fuera de play offs.
TORONTO: Campeones de division. Subcampeones de conferencia. 



martes, 5 de julio de 2016

"FEAR THE BEARD" EN PHILADELPHIA






La NBA vivió un 4 de Julio (fiesta nacional en Estados Unidos por el Día de la Independencia) de auténtica locura con una serie de movimientos claves para entender lo que será el próximo campeonato, y que pone de relieve que esto no puede ser más que el principio con las cantidades astronómicas que se ven obligadas a manejar las franquicias (y cuando decimos que se ven obligadas es porque literalmente tienen que hacerlo, debiendo gastar un 90% del máximo del límite salarial en sueldos, es decir, unos 85 millones de dólares, o de lo contrarían esas mismas franquicias serán sancionadas por la NBA) Durant hacía estremecer los cimientos de la liga comunicando su marcha a los subcampeones Golden State Warriors, el equipo del 73-9 la pasada temporada, después conocíamos que nuestro mejor jugador de la historia y uno de los agentes libres más codiciados de este verano, Pau Gasol, ponía rumbo a San Antonio, para seguir aspirando al anillo en un equipo en el que presumiblemente ya no estará el mejor “cuatro” de todos los tiempos, Tim Duncan, y donde compartirá protagonismo en la pintura con LaMarcus Aldridge. Todo esto unido a la locura en contratos vista en días recientes, con Mike Conley llevándose la palma. El base de los Grizzlies, director de juego sobrio y posiblemente infravalorado en la mejor época de bases que pueda recordar de la NBA, renovaba por la franquicia de Tennessee por nada menos que 153 millones de dólares por cinco temporadas. Una cifra record sobre todo si tenemos en cuenta que el bueno de Conley ni siquiera ha sido All Star (aunque insistimos en que en la época actual, y ciñéndose al hecho de que sólo en el Oeste ya tiene en su puesto competencias como las de Stephen Curry, Russell Westbrook, Chris Paul o Damian Lillard, parece un dato secundario) 


Pero a última hora del día conocíamos otra noticia realmente impactante para los aficionados y que ha hecho correr ríos de tinta, no tanto en la NBA como en nuestro país. Sergio Rodríguez, pieza angular del Real Madrid de Pablo Laso ganador de 12 títulos en 5 años, vuelve a la NBA.
 

Se venía especulando desde mediada la temporada pasada con la posibilidad de que El Chacho, después de ganarlo todo con el Real Madrid, intentase de nuevo la aventura estadounidense, buscando sacarse la espina después de cuatro temporadas (las tres primeras en Portland, la última entre Sacramento y New York) en las que apenas jugó 13.2 minutos en 285 partidos, dejando unas medias de 4.3 puntos y 2.9 asistencias. Pudimos comprobar esporádicas explosiones de su talento, como los 23 puntos y 10 asistencias ante Denver en su año rookie, 24 puntos y 5 asistencias ya con la camiseta de Sacramento ante Nueva Orleans (compartiendo por aquel entonces vestuario con el “Chapu” Nocioni), o su partido posiblemente más recordado, pese a que no fueron sus mejores estadísticas (anotó 12 puntos y no repartió ninguna asistencia), pero fue capaz de liderar un parcial de 11-0 en el Madison frente a Washington, con dos triples y una espectacular canasta a aro pasado para remontar el partido y acabar recibiendo la ovación de uno de los pabellones más míticos de toda la NBA. Era Abril de 2010 y los contactos con el Real Madrid para volver a Europa ya estaban muy avanzados gracias a las gestiones del nunca bien ponderado Alberto Herreros.  




El Chacho en Sacramento, donde esperaba Nocioni.



Por eso cuando hace unos días en el “Media Day” de la selección española Sergio aseguraba su deseo de cumplir sus dos años de contrato con el Real Madrid la afición blanca respiró aliviada. Los rumores de su marcha a Brooklyn Nets parecían quedar definitivamente sepultados. Pero nadie contaba con la oferta de unos Philadelphia 76ers necesitados de reforzar el puesto de base con un jugador experimentado capaz de alimentar con balones a sus prometedores y jóvenes pívots, Noel, Okafor y el esperado y “maldito” Joel Embiid (aún no ha podido jugar un solo partido en la NBA a causa de sus lesiones en el pie derecho, que ya le han hecho pasar dos veces por el quirófano), además del alero Ben Simmons, número uno del último draft. El Chacho se va a un equipo sin presión de obtener resultados inmediatos, en el que todo lo que sea pasar de las 20 victorias será visto como un auténtico éxito (en las últimas tres temporadas han ganado 19, 18 y 10 partidos respectivamente, con descaradas pretensiones de “tankeo”, es decir, dejándose llevar en la mayoría de partidos buscando una posición muy baja en la clasificación para obtener mayores beneficios en la lotería del draft), en el que posiblemente sea el base titular y juegue una cantidad importante de minutos y se codee en los primeros puestos entre los repartidores de asistencias (donde esperamos que se siga viendo a otro ilustre internacional español, Ricky Rubio) Lo hace con un gran  contrato de ocho millones de dólares por una temporada, tras la cual y como agente libre podrá valorar su futuro todavía con 31 años y varias temporadas de buen baloncesto por delante. Aunque la noticia sea dolorosa para el madridismo no queda más que reconocerle agradecimiento por todo lo hecho con la camiseta blanca y desearle suerte en su segunda etapa NBA. 


Poco, prácticamente nada, tiene que ver este Chacho con aquel tímido veinteañero que desembarcó en Portland en 2006 recién proclamado campeón del mundo con nuestra selección española. Era el jugador más joven de aquel roster, y había sido elegido por Phoenix en la posición 27 del draft de aquel mismo año junto a bases que acabarían destacando como Rajon Rondo o Kyle Lowry. Su último curso en el Estudiantes había sido magnífico, promediando 10 puntos y 5 asistencias por partido con 19 años, y era uno de los grandes “prospects” en su posición del baloncesto europeo. Ahora es sencillamente uno de los bases que ha dominado el baloncesto continental en los últimos cinco años, gracias a su “resurrección” en la que ha tenido mucho que ver un Pablo Laso que ve torpedeada su línea de flotación y se ve obligado a reinventarse una vez más. Y es que la sociedad de los “sergios” ha sido por encima de todos los demás aspectos la que ha dotado de una personalidad más reconocible a este Real Madrid que ha maravillado a Europa no sólo a base de títulos si no sobre todo a base de juego. Llull se queda sólo como representante del juego desbocado y vertical y el conjunto blanco obligado a buscar en el mercado una opción que les haga mantener la competitividad y, a ser posible (esto más difícil) sea capaz de adaptarse al juego que propone Laso. En ese sentido hay que recordar que el primer año del Chacho en el Madrid, aún con Messina, promedia un discreto 6.38 de valoración en liga regular, para subir a 10 en la primera temporada a las órdenes de Laso.


Lo cierto es que Sergio Rodríguez debe ser considerado por méritos propios una de las grandes leyendas del baloncesto blanco de todos los tiempos. Seis años de servicios plasmados en 3 ligas, 4 copas, 3 supercopas, 1 euroliga y 1 intercontinental. Mejor pasador ACB la pasada temporada y en la 2013-14. Miembro del Quinteto Ideal ACB en las tres últimas temporadas. Jugador Más Espectacular de la temporada 2013-14. Miembro del Quinteto Ideal de la Euroliga 2013-14 y MVP de la competición aquella temporada. MVP de la Supercopa en 2013. Sólo Felipe Reyes y Sergio Llull pueden presumir de tener un mejor palmarés con la camiseta blanca en los últimos 30 años de la sección de baloncesto del Real Madrid.   


En efecto, mucho ha cambiado desde aquel lejano 2006 (hace justo diez años, buscando una cifra simbólica a la hora de elegir su retorno a la mejor liga del mundo) en el que El Chacho jugó su primer partido en la NBA. Entre otras cosas su cambio de look. De aquel jovencito pelado y barbilampiño a su llamativa y poblada barba que ha paseado su magia por todas las canchas de Europa durante esta década, y que ahora va a regalar su fantasía a la ciudad del amor fraternal, una Philadelphia que quiere competir con el Houston de James Harden a la hora de decir a los equipos rivales: “fear the beard”. 





MVP de la Euroliga, acrecentando su leyenda.





miércoles, 28 de octubre de 2015

CUATRO LÁGRIMAS





Dawkins, en su etapa en New Jersey, y Malone, en Philadelphia, batiéndose el cobre. Dos colosos que nos dejaron este año.




La actualidad baloncestística va tan deprisa que hay noticias sobre las que muchas veces pasamos de puntillas, noticias, además, que son las que menos nos gusta dar. Por eso preferimos reflejar el lado más vitalista del baloncesto, pero desde luego no podemos descartar su lado más humano, el cual a veces resulta el más amargo, ya que como todo lo relacionado con lo humano, la muerte juega un papel siempre presente. Por eso hoy queremos dedicar esta entrada a rendir nuestro pequeño homenaje a cuatro grandes nombres del deporte de la canasta que nos han dejado en recientes fechas. Van por ellos estas cuatro lágrimas. 


Primero nos dejaba un jugador muy especial. El 27 de Agosto fallecía el mítico Darryl “Gorila” Dawkins (también conocido como "Chocolate Thunder", apodo que le puso Stevie Wonder) tras fallarle su corazón a los 58 años. Dawkins se hizo famoso por su contundencia a la hora de machacar los aros rivales, llegando incluso a destrozar el tablero en más de una ocasión. Pero además de eso fue durante los primeros años de su carrera profesional uno de los mejores pívots NBA de finales de los 70 y primeros de los 80. Su mejor temporada la firmaría en New Jersey en la 1983-84, con 16.8 puntos, 6.7 rebotes y 1.7 tapones por partido. Lastrado por las lesiones, emprendió finalmente su aventura europea, jugando en clubes italianos siendo la más recordada su participación en el Olimpia Milano, con quienes jugó la Final Four de 1992. Sus 19 rebotes (record en un partido de Final Four) en semifinales no bastaron para derrotar a un Partizan que posteriormente ganaría el título europeo en la final al Joventut de Badalona, comenzando la leyenda de Obradovic. Posteriormente siguió vinculado al baloncesto como entrenador, no en grandes categorías (equipos femeninos de instituto, y en una liga ya desaparecida conocida como la IBA) Pero sobre todo será recordado por ser un jugador descomunal a la hora de atacar el aro anticipando el espectáculo de los grandes matadores posteriores. Un pionero en ese sentido.     




Dawkins, el terror de los tableros.





Mucho mayor es la leyenda de Moses Malone. Figura evocadora para los de mi generación de aquella primera NBA que comenzábamos a seguir “cerca de las estrellas”. Un tipo cuyo nombre ya resulta irresistiblemente “cool”, y que fue una de las grandes estrellas de su época. Comenzó su carrera en la mítica ABA, y después de ser dos años MVP de temporada regular vistiendo la camiseta de Houston Rockets recaló en Philadelphia en la temporada 1982-83 (justo en la que Darryl Dawkins dejó el equipo de la ciudad del amor fraternal) Con los 76ers alcanzaría la gloria de ser campeón en un inolvidable equipo junto a jugadores como Maurice Cheeks o Julius Erving. En total ganó 3 MVP de temporada regular, 1 MVP de finales, 1 anillo de la NBA, y fue 12 veces All Star. Directamente uno de los mejores de la historia, y por supuesto miembro del Hall of Fame. A lo largo de su amplia carrera como profesional (jugó hasta los 40 años de edad) dejó unas medias de 20,6 puntos y 12,2 rebotes por partido. Ahí es nada. El 13 de Septiembre nos dejaba tras sufrir un ataque al corazón con 60 años de edad. Descanse en paz, mito y leyenda.     
  



El Dr. J y Mo Malone, aquellos 76ers... 






 Especialmente doloroso ha sido el adiós a Nate Huffman, por lo prematuro de su muerte (tan sólo 40 años) y por su vinculación con el baloncesto de nuestro país, ya que en la temporada 1998-99 pudimos disfrutar de su calidad en Fuenlabrada, donde dejó unas medias de 12,5 puntos y 8,2 rebotes por partido, para una valoración media de 18,1. Numerazos con los que dio el salto al Maccabi Tel Aviv. A finales de Septiembre conocíamos que padecía un cáncer avanzado con metástasis en hígado, pulmones y riñones. El 15 de Octubre fallecía. Durísima noticia especialmente sentida en Fuenlabrada y Tel Aviv.     




Huffman, llorado en España e Israel



Y el maldito cáncer también se ha llevado a un grande de los banquillos. Flip Saunders padecía un linfoma de Hodgkin, debido al cual sabíamos que no entrenaría la presente temporada a su equipo, los Minnesota Timberwolves. Lo que no esperábamos era un desenlace tan rápido y cruento, y es que el pasado domingo 25 de Octubre conocíamos la noticia de su fallecimiento, a los 60 años y todavía con muchísimo magisterio que regalar, sobre todo ahora que tenía en sus manos una plantilla tan joven y con tanto diamante por pulir como los actuales Timberwolves. Ha sido la franquicia de Minneapolis a la que más vinculado ha estado, ya que ha estado sentado en su banquillo como entrenador jefe nada menos que durante once temporadas. Una primera etapa, de 1995 a 2005, en la que llegó a disputar las finales del Oeste de 2004, y esta actual que desgraciadamente sólo ha durado un curso. Entre medias pasó por Detroit y Washington, siendo sus tres años en la MoTown de buen recuerdo para los aficionados al equipo de la ciudad del motor, ya que llevó a los Pistons a tres finales de conferencia consecutivas, y en la temporada 2005-2006 consiguió el record de victorias en temporada regular de la franquicia, con un balance de 64-18 (superando el 63-19 que poseían los Bad Boys de la 1988-89 dirigidos por el mítico Chuck Daly) Uno de los grandes. Descanse en paz, también, el bueno de Flip Saunders.     




Los jóvenes lobos pierden a su maestro.




Cuatro hombres de baloncesto, con carreras distintas e impacto diferente en la historia de este deporte, y cuyos fallecimientos nos dejan a los aficionados un poquito huérfanos. El balón sigue botando, pero hoy queríamos recordarlos. Que pervivan siempre en nuestra memoria.  



martes, 14 de octubre de 2014

WINTER IS COMING: ATLANTIC DIVISION


Phil vuelve a New York


¡Ya se respira NBA! La única cosa buena que trae el comienzo del mal tiempo (junto a algún partido de Champions League) es el mejor baloncesto del mundo cada noche. A menos de dos semanas del salto inicial, vamos con un pequeño análisis de la temporada que se avecina, división por división, y con nuestra subjetiva, personal e intransferible visión del asunto. Comenzamos por la Atlantic. 

Nueva York domina. Empezando por la millonaria apuesta de Mijail Projorov con sus Brooklyn Nets. Miami les pasó por encima en semifinales de conferencia, pero volverán a intentarlo. No tendrán problemas para ser líderes de división y conseguir una buena marca para play offs. Tienen la experiencia del pasado curso, cuando les costó arrancar (la lesión de Deron Williams también tuvo que ver), para a partir de enero demostrar su verdadero potencial. Ya no está Paul Pierce (rumbo a Washington) pero su colección de talentos sigue impresionando (Joe Johnson, Deron Williams, Kevin Garnett, Kirilenko, Jarrett Jack, Broook Lopez, Teletovic, Mason Plumlee), y llega Bogdanovic. Todo ello al servicio de un entrenador con el cartel de Lionel Hollins, que tanto ayudase a crecer a los Grizzlies de Memphis. El glamour en las gradas lo seguirán poniendo Jay Z y Beyonce.

Los Knicks del presidente Phil Jackson deberían volver a contar después del fiasco de la pasada temporada. Instalados desde hace años en un “quiero y no puedo” parecían haber encontrado cierta estabilidad como equipo de play offs con tres participaciones seguidas en post-temporada, llegando hasta semifinales de conferencia hace dos cursos. El pasado año su 37-45 en la débil conferencia Este fue un claro paso atrás, que esperan subsanar con la experiencia de Jackson en los despachos, y la apuesta por un ganador como Derek Fisher en su debut como entrenador. No han tenido movimientos espectaculares en verano, más allá de la llegada de Calderón y Dalembert, ambos desde Dallas. Si el oficio del internacional español logra contagiar a Stoudemire y Barnagni, y Carmelo muestra su habitual nivel all star deberían ser equipo de play offs.

Toronto parece tener opciones reales de conseguir puestos de play offs, como hicieron la pasada temporada, siendo una sorpresa su estupendo balance 48-34 y verles llevar a Brooklyn Nets a un séptimo partido en primera ronda de las eliminatorias por el título. No cuentan con ninguna super-estrella, pero si con un equipo muy atractivo, joven, en progresión, y con talento, sobre todo exterior (Lowry, Williams, De Rozan, Vasquez, Ross, Fields), por dentro flojean un poco, aunque hay que confiar en que Valanciunas y Patterson sigan creciendo, y que “Psycho-T” Hangsbrough llegue a ser ese jugador que maravilló en época universitaria. El ex –estudiantil Lucas Nogueira tratará de hacerse un sitio en la rotación, junto a su joven compatriota el también rookie brasileño Bruno Caboclo. 

Boston y Philadelphia apenas parecen tener opciones. Los otrora orgullosos verdes no han conseguido ninguno de los apetecibles agentes libres de este verano, y seguirán dando mando en plaza a un Rajon Rondo cada vez más habitual en las enfermerías y menos en las canchas (actualmente de baja por una rotura en su mano, según la versión “oficial” producida en la ducha) Enésima oportunidad para la explosión de Evan Turner, y a seguir viendo crecer a potenciales buenos interiores como Olynyk o Sullinger, sin dejar de seguir al ex –ACB Faverani, por supuesto. Los Sixers, tras su “extraña” campaña anterior (comenzaron siendo el equipo revelación para caer en el “tanking” más descarado según transcurría el curso), deben aprovechar la temporada para foguear a sus jóvenes jugadores, especialmente Nerlens Noel, un pívot con tantas esperanzas depositadas en su juego, como dudas instaladas en la fragilidad de sus rodillas (su pasado curso transcurrió en blanco) Joel Embiid, a justificar su tercera posición en el que se espera sea histórico draft 2014, y Carter-Williams a confirmar su brutal temporada rookie. No son mimbres para meterse en play offs, pero sí para merecer la atención de los aficionados ante la posibilidad de que sean nombres llamados a hacer cosas importantes en la liga a corto plazo. 

En resumen una división de un nivel medio tirando a bajo, evidentemente dentro de la calidad de la mejor liga de baloncesto del mundo.     


Nerlens Noel ya está a punto.


NUESTRO PRONÓSTICO:

BROOKLYN:        1ª o 2ª ronda play offs.
NEW YORK:        1ª ronda play offs.
TORONTO:         1ª ronda play offs.
BOSTON:            sin acceso a play offs.

PHILADELPHIA: sin acceso a play offs.